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Sentencia contra Argentina en EEUU pone en riesgo reestructuraciones de deuda pública

Redacción República
26 de agosto, 2013

Las reestructuraciones de deuda pública, un método salvavidas para países en crisis, podrían verse afectadas tras la ratificación en EEUU de la sentencia que obliga a Argentina a pagar a fondos especulativos el 100% de deuda en mora, estimaron expertos.

Si la Corte Suprema de EEUU se ocupa del caso y confirma la sentencia, ratificada el apelaciónn el viernes por un tribunal de Nueva York, la medida ‘tendrá serias consecuencias sobre la capacidad (de los Estados) para negociar necesarias reestructuraciones de su deuda en el futuro’, aseguró Mark Weisbrot, del Center of Economic and Policy Research, un grupo de análisis en Washington.

Luego de declararse en ‘default’ en 2001, Argentina consiguió un acuerdo de reestructuración con la mayor parte de sus acreedores privados que le permitió reducir su deuda gracias a una fuerte quita, de alrededor de 70% del valor nominal de los papeles.

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Pero luego de años de procesos judiciales, los fondos especulativos NML y Aurelius Capital, que rechazaban todo acuerdo, lograron el viernes confirmar una orden del año pasado que obliga a Buenos Aires abonarles en efectivo el 100% de lo que les debe, unos 1.470 millones de dólares.

‘Esto significa que los fondos que se pueden dar el lujo de esperar y contratar suficientes abogados no tendrán ninguna iniciativa para aceptar una reestructuración de deuda’, señaló Jacob Kirkegaard, del Peterson Institute de Washington.

Los magistrados de Nueva York dejaron ‘pendiente’ la aplicación de la orden a espera de la decisión del máximo tribunal estadounidense. El impacto de tal decisión podría pasar las fronteras argentinas y sentirse hasta Europa, afirman los analistas.

Al borde de la asfixia financiera, Grecia reestructuró su deuda en la primavera boreal de 2012 con una quita de 100.000 millones de euros, la más importante en la Historia. Y si otros países de la eurozona se vieran forzados a seguir esa vía, tendrían más dificultades para convencer a sus acreedores si se establece este precedente.

‘En muchos casos no se conseguiría suficientes actores (acreedores) dispuestos a participar’, auguró Kirkegaard.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) percibió ese peligro. En un informe en mayo, el ente dijo temer por una ‘multiplicación’ de acreedores contrarios a reestructura, con el riesgo de agravar la situación de los países en dificultades financieras.

El caso argentino muestra además la ‘incapacidad’ del sistema financiero internacional para dotarse de un mecanismo común para administrar las deudas soberanas, enfatiza Weisbrot.

Una propuesta apoyada en 2003 por el FMI fue rechazada por presión de Estados Unidos y los grandes países emergentes.

-‘RIESGOS POLÍTICOS’-

En contracorriente con esta ola de preocupaciones, Adam Lerrick consideró que la decisión sobre Argentina no afecta a los los mercados de capitales.

‘Desde el punto de vista de los mercados financieros, es sólo un problema pasajero’, señaló este investigador del American Enterprise Institute.

Según Lerrick, la única razón de la condena contra Argentina tiene que ver con que los títulos de deuda del país sudamericano especificaban expresamente que la oposición de una parte de los acreedores bloquearía el pago para los otros tenedores de bonos.

Pero esa cláusula no existe en prácticamente ningún otro papel de deuda en el mundo, según el experto. ‘Hablamos de un porcentaje muy pequeño’, enfatizó, garantizando que las derivaciones potenciales del caso argentino son limitadas.

La mayoría de los expertos no comparten esta opinión, pero coinciden en que el impacto podría atenuarse por un hecho simple y mecánico: sólo pocos tenedores de deuda pública pueden darse el lujo de adoptar una postura extrema frente a los Estados.

Los bancos, compañías de seguros y fondos de pensiones no pueden permitirse ser etiquetados de ‘buitres’, so pena de ver golpeada su imagen ante sus clientes y exponerse a ‘riesgos políticos’, subraya Kirkegaard.

Contrariamente a los fondos especulativos, esas instituciones están sometidas a la presión de los poderes públicos que pueden, de ser necesario, torcerles el brazo para que renuncien a parte de sus acreencias.

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Sentencia contra Argentina en EEUU pone en riesgo reestructuraciones de deuda pública

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26 de agosto, 2013

Las reestructuraciones de deuda pública, un método salvavidas para países en crisis, podrían verse afectadas tras la ratificación en EEUU de la sentencia que obliga a Argentina a pagar a fondos especulativos el 100% de deuda en mora, estimaron expertos.

Si la Corte Suprema de EEUU se ocupa del caso y confirma la sentencia, ratificada el apelaciónn el viernes por un tribunal de Nueva York, la medida ‘tendrá serias consecuencias sobre la capacidad (de los Estados) para negociar necesarias reestructuraciones de su deuda en el futuro’, aseguró Mark Weisbrot, del Center of Economic and Policy Research, un grupo de análisis en Washington.

Luego de declararse en ‘default’ en 2001, Argentina consiguió un acuerdo de reestructuración con la mayor parte de sus acreedores privados que le permitió reducir su deuda gracias a una fuerte quita, de alrededor de 70% del valor nominal de los papeles.

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Pero luego de años de procesos judiciales, los fondos especulativos NML y Aurelius Capital, que rechazaban todo acuerdo, lograron el viernes confirmar una orden del año pasado que obliga a Buenos Aires abonarles en efectivo el 100% de lo que les debe, unos 1.470 millones de dólares.

‘Esto significa que los fondos que se pueden dar el lujo de esperar y contratar suficientes abogados no tendrán ninguna iniciativa para aceptar una reestructuración de deuda’, señaló Jacob Kirkegaard, del Peterson Institute de Washington.

Los magistrados de Nueva York dejaron ‘pendiente’ la aplicación de la orden a espera de la decisión del máximo tribunal estadounidense. El impacto de tal decisión podría pasar las fronteras argentinas y sentirse hasta Europa, afirman los analistas.

Al borde de la asfixia financiera, Grecia reestructuró su deuda en la primavera boreal de 2012 con una quita de 100.000 millones de euros, la más importante en la Historia. Y si otros países de la eurozona se vieran forzados a seguir esa vía, tendrían más dificultades para convencer a sus acreedores si se establece este precedente.

‘En muchos casos no se conseguiría suficientes actores (acreedores) dispuestos a participar’, auguró Kirkegaard.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) percibió ese peligro. En un informe en mayo, el ente dijo temer por una ‘multiplicación’ de acreedores contrarios a reestructura, con el riesgo de agravar la situación de los países en dificultades financieras.

El caso argentino muestra además la ‘incapacidad’ del sistema financiero internacional para dotarse de un mecanismo común para administrar las deudas soberanas, enfatiza Weisbrot.

Una propuesta apoyada en 2003 por el FMI fue rechazada por presión de Estados Unidos y los grandes países emergentes.

-‘RIESGOS POLÍTICOS’-

En contracorriente con esta ola de preocupaciones, Adam Lerrick consideró que la decisión sobre Argentina no afecta a los los mercados de capitales.

‘Desde el punto de vista de los mercados financieros, es sólo un problema pasajero’, señaló este investigador del American Enterprise Institute.

Según Lerrick, la única razón de la condena contra Argentina tiene que ver con que los títulos de deuda del país sudamericano especificaban expresamente que la oposición de una parte de los acreedores bloquearía el pago para los otros tenedores de bonos.

Pero esa cláusula no existe en prácticamente ningún otro papel de deuda en el mundo, según el experto. ‘Hablamos de un porcentaje muy pequeño’, enfatizó, garantizando que las derivaciones potenciales del caso argentino son limitadas.

La mayoría de los expertos no comparten esta opinión, pero coinciden en que el impacto podría atenuarse por un hecho simple y mecánico: sólo pocos tenedores de deuda pública pueden darse el lujo de adoptar una postura extrema frente a los Estados.

Los bancos, compañías de seguros y fondos de pensiones no pueden permitirse ser etiquetados de ‘buitres’, so pena de ver golpeada su imagen ante sus clientes y exponerse a ‘riesgos políticos’, subraya Kirkegaard.

Contrariamente a los fondos especulativos, esas instituciones están sometidas a la presión de los poderes públicos que pueden, de ser necesario, torcerles el brazo para que renuncien a parte de sus acreencias.