Perú lanzó una campaña este martes para erradicar la discriminación racial en su liga de fútbol, informó el Ministerio de Cultura.
‘El racismo en Perú es una realidad dolorosa, que se perpetúa por falta de denuncias y de una conducta colectiva de tolerancia ante la discriminación que se necesita erradicar’, dijo en rueda de prensa la ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón.
Señaló que el principal objetivo de la campaña ‘Alerta contra el racismo’ es difundir en los escenarios deportivos, en spots publicitarios y redes sociales el compromiso en la lucha contra la discriminación étnico-racial en el marco del torneo del fútbol peruano.
‘El racismo en el fútbol peruano está latente…he recibido insultos racistas de toda clase, pero yo sigo jugando sin escuchar lo que se dice en las tribunas’, dijo a la AFP Edgar Villamarín, defensa del club Alianza Lima.
‘No solo basta con poner letreros en los estadios y en las calles, la realidad vienen de muchos años’, comentó el jugador que en febrero denunció haber recibido insultos racistas durante el partido que jugó su equipo ante la Universidad Técnica de Cajamarca (UTC), en la ciudad de Cajamarca (noreste).
Por su parte, el presidente de la Agremiación de Futbolistas Profesionales del Perú (SAFAP), Francesco Manassero, destacó el compromiso de este gremio para ayudar a encontrar una pronta solución al problema, que tiene una fuerte repercusión en los estadios.
‘Debemos unirnos, luchar contra el racismo y denunciar actos como esos. Vamos a estudiar que sanciones tomaremos ante los casos de racismo en los estadios’, dijo a la AFP Manassero.
Agregó que su agremiación ha informado sobre otros casos de racismo en el fútbol, pero que ellos no fueron denunciados por los afectados.
En febrero, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) anunció la adopción de sanciones para castigar actos de racismo y xenofobia en los partidos del torneo local.
Entre las sanciones de la FPF están la suspensión temporal del estadio, jugar encuentros a puertas cerradas y la prohibición de ingreso a los recintos deportivos de los agresores, de manera temporal o definitiva.
Perú lanzó una campaña este martes para erradicar la discriminación racial en su liga de fútbol, informó el Ministerio de Cultura.
‘El racismo en Perú es una realidad dolorosa, que se perpetúa por falta de denuncias y de una conducta colectiva de tolerancia ante la discriminación que se necesita erradicar’, dijo en rueda de prensa la ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón.
Señaló que el principal objetivo de la campaña ‘Alerta contra el racismo’ es difundir en los escenarios deportivos, en spots publicitarios y redes sociales el compromiso en la lucha contra la discriminación étnico-racial en el marco del torneo del fútbol peruano.
‘El racismo en el fútbol peruano está latente…he recibido insultos racistas de toda clase, pero yo sigo jugando sin escuchar lo que se dice en las tribunas’, dijo a la AFP Edgar Villamarín, defensa del club Alianza Lima.
‘No solo basta con poner letreros en los estadios y en las calles, la realidad vienen de muchos años’, comentó el jugador que en febrero denunció haber recibido insultos racistas durante el partido que jugó su equipo ante la Universidad Técnica de Cajamarca (UTC), en la ciudad de Cajamarca (noreste).
Por su parte, el presidente de la Agremiación de Futbolistas Profesionales del Perú (SAFAP), Francesco Manassero, destacó el compromiso de este gremio para ayudar a encontrar una pronta solución al problema, que tiene una fuerte repercusión en los estadios.
‘Debemos unirnos, luchar contra el racismo y denunciar actos como esos. Vamos a estudiar que sanciones tomaremos ante los casos de racismo en los estadios’, dijo a la AFP Manassero.
Agregó que su agremiación ha informado sobre otros casos de racismo en el fútbol, pero que ellos no fueron denunciados por los afectados.
En febrero, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) anunció la adopción de sanciones para castigar actos de racismo y xenofobia en los partidos del torneo local.
Entre las sanciones de la FPF están la suspensión temporal del estadio, jugar encuentros a puertas cerradas y la prohibición de ingreso a los recintos deportivos de los agresores, de manera temporal o definitiva.