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El Balonmano, con el Mundial-2015, el otro desafío de Catar

Redacción República
01 de enero, 2014

Lejos de los focos mediáticos del Mundial de Fútbol de 2022 y de las polémicas que le acompañan, Catar trabaja también, más discretamente, en la organización del campeonato del mundo de balonmano, que el país asiático albergará en enero de 2015.

Los organizadores del Mundial-2015 hablan de Losail como del ‘extrarradio de Doha’, pero forma ya parte del desierto, con arena y polvo.

Es en esa ciudad, a una veintena de kilómetros de la capital, al lado del circuito de MotoGP, que se está construyendo el pabellón de 15.300 espectadores que acogerá la final y las ceremonias de inauguración y clausura del torneo mundialista.

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La capacidad de la sala es enorme. Por ejemplo, el pabellón más grande de Francia es el de París-Bercy, que sólo tiene 14.500 asientos.

Pero para Imad Ali, el director del proyecto, se trata de hacer de esta sala, en la que también se jugará al voleibol y al básquetbol, ‘una referencia internacional’, según declaraciones a la AFP.

Este torneo, que será el primer campeonato del mundo de un deporte colectivo que organice Catar, debe servir al emirato para mostrar al mundo su capacidad para organizar grandes eventos deportivos, en un país que no ha renunciado al sueño olímpico y que debe soportar fuertes críticas por las condiciones laborales del personal que construye las instalaciones para el mundial-2022 de fútbol.

En Losail, todo, desde los acabados a los asientos, desde los marcadores a los focos de iluminación, la acústica y la climatización, será ‘el último grito’.

Acabar con los escépticos

Poco importa si hay que ir a toda prisa. ‘No es por ir rápido que se deja de lado la seguridad. Nos las arreglamos para reducir al máximo los plazos de toma de decisiones’, explicó Imad Ali.

‘Estamos orgullosos de decir que todo se ha construido sin un solo accidente grave’, aseguró por su parte a la AFP el presidente de la Federación Catarí de Balonmano Ahmed Al Shaabi.

Además de Losail, Catar ofrecerá otros tres polideportivos ultramodernos para albergar los 84 partidos del mundial.

En Al-Saad, al lado del estadio del equipo de fútbol en el que juega el exmadridista Raúl, se está levantando un pabellón con capacidad para 7.700 personas.

La tercera sede estará en Lekhwiya, con una sala polideportiva para 5.200 espectadores, un hotel para los jugadores, las oficinas de la federación,…

Y, finalmente, estará el Aspire Dome, que ya existe, para 5.000 espectadores.

Cierto es que estos pabellones no estarán llenos en cada partido, pero los cataríes quieren demostrar con su construcción que los que dudan de su capacidad de organización de grandes eventos están equivocados.

La designación del pequeño emirato para albergar el mundial fue mal recibido por algunos países, sobre todo Francia, que aspiraba a organizarlo. El presidente de la federación francesa Joël Delplanque habló entonces de decisión ‘inverosímil’.

Tan solo 600 licencias

‘Debo reconocer que nos sorprendieron esas críticas. Está claro que es en Europa donde hay más aficionados al balonmano, pero no hay que olvidar la popularidad de este deporte no sólo en nuestra región sino en todo el mundo árabe’, declaró a la AFP el secretario de la federación catarí Mohammed Jaber Al Mulla.

La salvedad es que si bien Túnez y Egipto son efectivamente habituales en todos los torneos mundiales, Catar sigue siendo un pequeño país en el ámbito del balonmano.

Interrogados sobre la práctica de este deporte en su país, los responsables federativos responden con claridad que, según las últimas cifras, hay 619 licenciados en Catar, de los cuales 196 en la máxima categoría (senior).

‘El balonmano es el segundo deporte más popular en Catar’, asegura no obstante Al Shaabi. ‘Traer aquí el mayor torneo mundial abrirá nuevos horizontes, en toda la región’, añadió.

Desde el punto de vista deportivo, el equipo de Catar, finalista del campeonato asiático en 2012, busca mejorar su clasificación más destacada en un mundial, que fue un 16º puesto en 2013, según Al Shaabi.

Para lograrlo han contratado al prestigioso técnico español Valero Rivera y se han reforzado con jugadores nacionalizados, como el francés Bertrand Roiné, aunque el objetivo sigue siendo difícil alcanzar.

Pero los dirigentes cataríes miran a más largo plazo. ‘Estos tres nuevos pabellones serán elementos esenciales para futuras candidaturas en otros deportes’, explicó Thani Abdulrahman Al Kuwari, director general del comité de organización.

Entre el balonmano en 2015 y el fútbol en 2022, el emirato tendrá la ocasión de justificar su lema: ‘Qatar, the bidding nation’ (‘la nación candidata’).


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El Balonmano, con el Mundial-2015, el otro desafío de Catar

Redacción República
01 de enero, 2014

Lejos de los focos mediáticos del Mundial de Fútbol de 2022 y de las polémicas que le acompañan, Catar trabaja también, más discretamente, en la organización del campeonato del mundo de balonmano, que el país asiático albergará en enero de 2015.

Los organizadores del Mundial-2015 hablan de Losail como del ‘extrarradio de Doha’, pero forma ya parte del desierto, con arena y polvo.

Es en esa ciudad, a una veintena de kilómetros de la capital, al lado del circuito de MotoGP, que se está construyendo el pabellón de 15.300 espectadores que acogerá la final y las ceremonias de inauguración y clausura del torneo mundialista.

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La capacidad de la sala es enorme. Por ejemplo, el pabellón más grande de Francia es el de París-Bercy, que sólo tiene 14.500 asientos.

Pero para Imad Ali, el director del proyecto, se trata de hacer de esta sala, en la que también se jugará al voleibol y al básquetbol, ‘una referencia internacional’, según declaraciones a la AFP.

Este torneo, que será el primer campeonato del mundo de un deporte colectivo que organice Catar, debe servir al emirato para mostrar al mundo su capacidad para organizar grandes eventos deportivos, en un país que no ha renunciado al sueño olímpico y que debe soportar fuertes críticas por las condiciones laborales del personal que construye las instalaciones para el mundial-2022 de fútbol.

En Losail, todo, desde los acabados a los asientos, desde los marcadores a los focos de iluminación, la acústica y la climatización, será ‘el último grito’.

Acabar con los escépticos

Poco importa si hay que ir a toda prisa. ‘No es por ir rápido que se deja de lado la seguridad. Nos las arreglamos para reducir al máximo los plazos de toma de decisiones’, explicó Imad Ali.

‘Estamos orgullosos de decir que todo se ha construido sin un solo accidente grave’, aseguró por su parte a la AFP el presidente de la Federación Catarí de Balonmano Ahmed Al Shaabi.

Además de Losail, Catar ofrecerá otros tres polideportivos ultramodernos para albergar los 84 partidos del mundial.

En Al-Saad, al lado del estadio del equipo de fútbol en el que juega el exmadridista Raúl, se está levantando un pabellón con capacidad para 7.700 personas.

La tercera sede estará en Lekhwiya, con una sala polideportiva para 5.200 espectadores, un hotel para los jugadores, las oficinas de la federación,…

Y, finalmente, estará el Aspire Dome, que ya existe, para 5.000 espectadores.

Cierto es que estos pabellones no estarán llenos en cada partido, pero los cataríes quieren demostrar con su construcción que los que dudan de su capacidad de organización de grandes eventos están equivocados.

La designación del pequeño emirato para albergar el mundial fue mal recibido por algunos países, sobre todo Francia, que aspiraba a organizarlo. El presidente de la federación francesa Joël Delplanque habló entonces de decisión ‘inverosímil’.

Tan solo 600 licencias

‘Debo reconocer que nos sorprendieron esas críticas. Está claro que es en Europa donde hay más aficionados al balonmano, pero no hay que olvidar la popularidad de este deporte no sólo en nuestra región sino en todo el mundo árabe’, declaró a la AFP el secretario de la federación catarí Mohammed Jaber Al Mulla.

La salvedad es que si bien Túnez y Egipto son efectivamente habituales en todos los torneos mundiales, Catar sigue siendo un pequeño país en el ámbito del balonmano.

Interrogados sobre la práctica de este deporte en su país, los responsables federativos responden con claridad que, según las últimas cifras, hay 619 licenciados en Catar, de los cuales 196 en la máxima categoría (senior).

‘El balonmano es el segundo deporte más popular en Catar’, asegura no obstante Al Shaabi. ‘Traer aquí el mayor torneo mundial abrirá nuevos horizontes, en toda la región’, añadió.

Desde el punto de vista deportivo, el equipo de Catar, finalista del campeonato asiático en 2012, busca mejorar su clasificación más destacada en un mundial, que fue un 16º puesto en 2013, según Al Shaabi.

Para lograrlo han contratado al prestigioso técnico español Valero Rivera y se han reforzado con jugadores nacionalizados, como el francés Bertrand Roiné, aunque el objetivo sigue siendo difícil alcanzar.

Pero los dirigentes cataríes miran a más largo plazo. ‘Estos tres nuevos pabellones serán elementos esenciales para futuras candidaturas en otros deportes’, explicó Thani Abdulrahman Al Kuwari, director general del comité de organización.

Entre el balonmano en 2015 y el fútbol en 2022, el emirato tendrá la ocasión de justificar su lema: ‘Qatar, the bidding nation’ (‘la nación candidata’).