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Europa podría sacrificar sus objetivos sobre el clima para mejorar la competitividad

Redacción República
19 de enero, 2014

La Unión Europea (UE) podría revisar la ambición de su política sobre el clima esta semana, cuando presente sus objetivos 2030 para el cambio climático y la energía, con la idea de preservar la competitividad de su industria en momentos en que el crecimiento económico se hace esperar.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, debe presentar el miércoles un paquete clima-energía supeditado al contexto económico que atraviesa Europa y en el que incluso dará rienda suelta para explotar los hidrocarburos no convencionales con la controvertida técnica del ‘fracking’ a los Estados miembros que lo deseen.

El paquete, aún en negociación en el seno comunitario, repite el triple objetivo definido en 2009 y que entonces fijaba para 2020 un 20% de reducción de gases con efecto invernadero (en comparación con los niveles de 1990), un 20% de energía renovable y una mejora del 20% en la eficiencia energética, con los dos primeros como objetivos obligatorios.

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Para 2030, la Comisión Europea apuntaría a un objetivo de reducción de gases con efecto invernadero obligatorio para el bloque de entre ek 35%, como reclaman los comisarios de industria y de energía, o del 40%, como pide la comisaria para el clima. Hasta el viernes, la Comisión no había zanjado el objetivo.

El Parlamento Europeo se pronunció a principios de enero a favor del triple objetivo para 2030 del 40% de reducción de gases con efecto invernadero, un 30% de energía proveniente de fuentes renovables y un 40% de eficiencia energética.

Pero, si figura en la propuesta final, el objetivo de energías renovables sería de entre el 25% y el 27% en el mejor de los casos, y esto por un efecto ‘mecánico’, indicó una fuente europea, y no habría objetivos obligatorios nacionales, por lo que cada Estado miembro tendría la libertad de fijar los propios, priorizando la energía nuclear, el carbón o el gas.

‘Sólo el objetivo de reducción de emisiones de CO2 cuenta. Fijar objetivos para las renovables es un error’, había indicado a mediados de enero el eurodiputado liberal británico, Chris Davis, miembro de la Comisión parlamentaria de Medio Ambiente.

Esta línea es la que defiende Gran Bretaña, Francia, España, Polonia y varios países más, que ven el encarecimiento de la energía como un freno a la competitividad de su industria (que entre 2005 y 2012 vio subir los precios de la electricidad un 40% y del gas, alrededor de un 30%).

Las energías renovables, por las políticas de subvención para fomentar su desarrollo, se convirtieron, con la crisis financiera europea, en un lujo.

En oposición a este bloque, se encuentra Alemania, ‘que busca defender y desarrollar’ su industria en el sector de las renovables, tras haber decidido cerrar sus centrales nucleares, indicó otra fuente europea.

Finalmente, no habría objetivos en lo que concierne a la eficiencia energética.

‘El liderazgo europeo en la política del clima ya no existe’, lamentó la semana pasada la líder de la bancada de los Verdes en el Parlamento Europeo, Rebecca Harms. Los objetivos para el clima de 2020, señaló, suscitaron inversiones en Europa en el sector de las renovables. ‘La Comisión Europea pone en peligro este enfoque exitoso, cediendo al lobby del carbón y nuclear’, escribió en un comunicado.

El mismo miércoles, junto al paquete energía y cambio climático, la Comisión presentará una serie de recomendaciones en dirección a los Estados miembros que sientan las bases para encuadrar la extracción de hidrocarburos no convencionales, en particular el gas de esquistos, cuya controvertida técnica del ‘fracking’, o fracturación hidráulica, genera preocupación.

Las recomendaciones de la Comisión, elaboradas en un documento que pudo ver la AFP el viernes en el que se reconoce el interés económico de la explotación de estos hidrocarburos no convencionales, tienen por objetivo enumerar ‘principios comunes’, aunque sin una legislación particular a nivel europeo.

La dependencia de la UE a las importaciones de gas, que era en 2011 del 67%, seguirá aumentando, señala el documento de la Comisión, que reconoce que esto contribuye a un aumento de los precios de la energía y, en particular, del gas, que es ‘tres o cuatro veces superior que en Estados Unidos’.

‘En vez de promover una política ambiciosa de protección del clima, la Comisión se focaliza en la peligrosa técnica del ‘fracking”, criticó Rebecca Harms.

Las propuestas de Barroso serán discutidas en la cumbre europea del 20 y 21 de marzo y apunta a alcanzar un acuerdo de cara a la Cumbre sobre el Clima organizada por la ONU en Nueva York en septiembre y la Conferencia de París de diciembre de 2015.

La UE pesa un 11% en las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero.

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Europa podría sacrificar sus objetivos sobre el clima para mejorar la competitividad

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19 de enero, 2014

La Unión Europea (UE) podría revisar la ambición de su política sobre el clima esta semana, cuando presente sus objetivos 2030 para el cambio climático y la energía, con la idea de preservar la competitividad de su industria en momentos en que el crecimiento económico se hace esperar.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, debe presentar el miércoles un paquete clima-energía supeditado al contexto económico que atraviesa Europa y en el que incluso dará rienda suelta para explotar los hidrocarburos no convencionales con la controvertida técnica del ‘fracking’ a los Estados miembros que lo deseen.

El paquete, aún en negociación en el seno comunitario, repite el triple objetivo definido en 2009 y que entonces fijaba para 2020 un 20% de reducción de gases con efecto invernadero (en comparación con los niveles de 1990), un 20% de energía renovable y una mejora del 20% en la eficiencia energética, con los dos primeros como objetivos obligatorios.

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Para 2030, la Comisión Europea apuntaría a un objetivo de reducción de gases con efecto invernadero obligatorio para el bloque de entre ek 35%, como reclaman los comisarios de industria y de energía, o del 40%, como pide la comisaria para el clima. Hasta el viernes, la Comisión no había zanjado el objetivo.

El Parlamento Europeo se pronunció a principios de enero a favor del triple objetivo para 2030 del 40% de reducción de gases con efecto invernadero, un 30% de energía proveniente de fuentes renovables y un 40% de eficiencia energética.

Pero, si figura en la propuesta final, el objetivo de energías renovables sería de entre el 25% y el 27% en el mejor de los casos, y esto por un efecto ‘mecánico’, indicó una fuente europea, y no habría objetivos obligatorios nacionales, por lo que cada Estado miembro tendría la libertad de fijar los propios, priorizando la energía nuclear, el carbón o el gas.

‘Sólo el objetivo de reducción de emisiones de CO2 cuenta. Fijar objetivos para las renovables es un error’, había indicado a mediados de enero el eurodiputado liberal británico, Chris Davis, miembro de la Comisión parlamentaria de Medio Ambiente.

Esta línea es la que defiende Gran Bretaña, Francia, España, Polonia y varios países más, que ven el encarecimiento de la energía como un freno a la competitividad de su industria (que entre 2005 y 2012 vio subir los precios de la electricidad un 40% y del gas, alrededor de un 30%).

Las energías renovables, por las políticas de subvención para fomentar su desarrollo, se convirtieron, con la crisis financiera europea, en un lujo.

En oposición a este bloque, se encuentra Alemania, ‘que busca defender y desarrollar’ su industria en el sector de las renovables, tras haber decidido cerrar sus centrales nucleares, indicó otra fuente europea.

Finalmente, no habría objetivos en lo que concierne a la eficiencia energética.

‘El liderazgo europeo en la política del clima ya no existe’, lamentó la semana pasada la líder de la bancada de los Verdes en el Parlamento Europeo, Rebecca Harms. Los objetivos para el clima de 2020, señaló, suscitaron inversiones en Europa en el sector de las renovables. ‘La Comisión Europea pone en peligro este enfoque exitoso, cediendo al lobby del carbón y nuclear’, escribió en un comunicado.

El mismo miércoles, junto al paquete energía y cambio climático, la Comisión presentará una serie de recomendaciones en dirección a los Estados miembros que sientan las bases para encuadrar la extracción de hidrocarburos no convencionales, en particular el gas de esquistos, cuya controvertida técnica del ‘fracking’, o fracturación hidráulica, genera preocupación.

Las recomendaciones de la Comisión, elaboradas en un documento que pudo ver la AFP el viernes en el que se reconoce el interés económico de la explotación de estos hidrocarburos no convencionales, tienen por objetivo enumerar ‘principios comunes’, aunque sin una legislación particular a nivel europeo.

La dependencia de la UE a las importaciones de gas, que era en 2011 del 67%, seguirá aumentando, señala el documento de la Comisión, que reconoce que esto contribuye a un aumento de los precios de la energía y, en particular, del gas, que es ‘tres o cuatro veces superior que en Estados Unidos’.

‘En vez de promover una política ambiciosa de protección del clima, la Comisión se focaliza en la peligrosa técnica del ‘fracking”, criticó Rebecca Harms.

Las propuestas de Barroso serán discutidas en la cumbre europea del 20 y 21 de marzo y apunta a alcanzar un acuerdo de cara a la Cumbre sobre el Clima organizada por la ONU en Nueva York en septiembre y la Conferencia de París de diciembre de 2015.

La UE pesa un 11% en las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero.