Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Irak, entre el continuismo y la incertidumbre

Redacción
28 de febrero, 2014

El próximo 30 de abril se celebrarán elecciones parlamentarias en Irak, la tercera elección después de la invasión del país por la fuerza multinacional en el 2003 y el posterior derrocamiento del régimen de Saddam Hussein. Las primeras elecciones libres y democráticas se celebraron en enero de 2005, eligiendo los 275 miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, creada bajo la Ley Transitoria de Irak, en vigencia durante la ocupación. 

En marzo de 2010 se realizó la segunda elección post-Saddam, ya bajo una nueva constitución aprobada en octubre del 2005 por medio de un referéndum, ganando por una pequeña diferencia el partido Al-Iraqiyya la mayoría de representantes; sin embargo, debido a una alianza de última hora y posterior acuerdo político con el partido coalición del Estado de Derecho, los representantes eligieron como primero ministro a Nouri -al Maliki. 
Estas próximas elecciones para elegir a los miembros del parlamento iraquí (Consejo Nacional de Representantes) y la posterior elección del próximo Primer Ministro, marcarán sin lugar a dudas el futuro político y la estabilidad democrática de Irak, la cual se ha vista seriamente afectada durante estos últimos dos años, caracterizados por un incremento en la violencia y la polarización política. Como prueba de ello, el número de personas fallecidas por ataques armados alcanzó 8 mil muertes en el 2013, la cifra más alta registrada desde el año 2008. 
El resurgimiento del conflicto armado en las provincias de Anbar y Nineveh, particularmente en las ciudades de Fallujah y Ramadi, es otra muestra de la debilidad del Gobierno por alcanzar acuerdos políticos que repercutan en la disminución de los brotes armados. También demuestra lo difícil que es para las fuerzas de seguridad iraquíes controlar en su totalidad los territorios fronterizos con Siria, donde los miembros del Estado Islamista de Irak (antiguos Al Qaeda) se han aliado con sus amigos yihadistas en Siria y trasiegan con mucha libertad, armas y combatientes entra ambos países. 
El aspecto político no es menos complicado. Maliki ha demostrado su interés en ser reelecto como Primer Ministro, para lo cual una victoria de su partido en estas elecciones es vital. Además, parece contar con el apoyo y confianza del gobierno de los Estados Unidos de América, quienes ven en Maliki tal vez no al mejor líder, pero sin dudas el más confiable para sus intereses. A Maliki le atribuyen sus opositores el haber contribuido a la polarización, ya que a su Gobierno se le acusa de fomentar la segregación entre chiitas y sunitas. El Gobierno es fuertemente dominado por islamistas chiitas y la persecución contra líderes políticos sunitas y el poco apoyo gubernamental a las regiones con mayor población sunita ha sido predominante durante su administración. 
Existe otro elemento a tomar en cuenta en estas elecciones, el técnico electoral. Irak cuenta con una comisión electoral independiente desde el 2004, la cual fue fortalecida en su mandato y renombrada como la Alta Comisión Electoral de Irak en el 2007, con base a un decreto legislativo. Para las elecciones de abril, la Comisión está cambiando el registro electoral de manual a digital y con un componente biométrico. Esta medida es, sin lugar a dudas, un gran paso hacia la modernización de la administración electoral en Irak. También representa un gran reto para su implementación a tan corto plazo y con una ciudadanía que aún ve con desconfianza las virtudes de la democracia, y aún más avances tecnológicos muy distantes de su realidad cotidiana.

Irak, entre el continuismo y la incertidumbre

Redacción
28 de febrero, 2014

El próximo 30 de abril se celebrarán elecciones parlamentarias en Irak, la tercera elección después de la invasión del país por la fuerza multinacional en el 2003 y el posterior derrocamiento del régimen de Saddam Hussein. Las primeras elecciones libres y democráticas se celebraron en enero de 2005, eligiendo los 275 miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, creada bajo la Ley Transitoria de Irak, en vigencia durante la ocupación. 

En marzo de 2010 se realizó la segunda elección post-Saddam, ya bajo una nueva constitución aprobada en octubre del 2005 por medio de un referéndum, ganando por una pequeña diferencia el partido Al-Iraqiyya la mayoría de representantes; sin embargo, debido a una alianza de última hora y posterior acuerdo político con el partido coalición del Estado de Derecho, los representantes eligieron como primero ministro a Nouri -al Maliki. 
Estas próximas elecciones para elegir a los miembros del parlamento iraquí (Consejo Nacional de Representantes) y la posterior elección del próximo Primer Ministro, marcarán sin lugar a dudas el futuro político y la estabilidad democrática de Irak, la cual se ha vista seriamente afectada durante estos últimos dos años, caracterizados por un incremento en la violencia y la polarización política. Como prueba de ello, el número de personas fallecidas por ataques armados alcanzó 8 mil muertes en el 2013, la cifra más alta registrada desde el año 2008. 
El resurgimiento del conflicto armado en las provincias de Anbar y Nineveh, particularmente en las ciudades de Fallujah y Ramadi, es otra muestra de la debilidad del Gobierno por alcanzar acuerdos políticos que repercutan en la disminución de los brotes armados. También demuestra lo difícil que es para las fuerzas de seguridad iraquíes controlar en su totalidad los territorios fronterizos con Siria, donde los miembros del Estado Islamista de Irak (antiguos Al Qaeda) se han aliado con sus amigos yihadistas en Siria y trasiegan con mucha libertad, armas y combatientes entra ambos países. 
El aspecto político no es menos complicado. Maliki ha demostrado su interés en ser reelecto como Primer Ministro, para lo cual una victoria de su partido en estas elecciones es vital. Además, parece contar con el apoyo y confianza del gobierno de los Estados Unidos de América, quienes ven en Maliki tal vez no al mejor líder, pero sin dudas el más confiable para sus intereses. A Maliki le atribuyen sus opositores el haber contribuido a la polarización, ya que a su Gobierno se le acusa de fomentar la segregación entre chiitas y sunitas. El Gobierno es fuertemente dominado por islamistas chiitas y la persecución contra líderes políticos sunitas y el poco apoyo gubernamental a las regiones con mayor población sunita ha sido predominante durante su administración. 
Existe otro elemento a tomar en cuenta en estas elecciones, el técnico electoral. Irak cuenta con una comisión electoral independiente desde el 2004, la cual fue fortalecida en su mandato y renombrada como la Alta Comisión Electoral de Irak en el 2007, con base a un decreto legislativo. Para las elecciones de abril, la Comisión está cambiando el registro electoral de manual a digital y con un componente biométrico. Esta medida es, sin lugar a dudas, un gran paso hacia la modernización de la administración electoral en Irak. También representa un gran reto para su implementación a tan corto plazo y con una ciudadanía que aún ve con desconfianza las virtudes de la democracia, y aún más avances tecnológicos muy distantes de su realidad cotidiana.