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La República: El ideal desconocido

Redacción
07 de abril, 2014

Muchos hablan de la república como un ideal sin tener claro como está constituida. Examinemos pues su concepción desde el principio. En su libro La Política, Aristóteles describe varias formas de Estados: el Estado Autocrático donde el soberano es un monarca; el Estado Aristocrático donde los soberanos son los mejores, los más virtuosos; el Estado Oligocrático, donde los más acaudalados son los soberanos; y el Estado Democrático donde los soberanos son los pobres que son la mayoría que gobiernan en su propio interés. El tipo de gobierno de los cuatro es despótico, es decir que la autoridad absoluta reside en el soberano y no está limitada por las leyes. 

“El espíritu de ambas [democracia y monarquía] es el mismo, y las dos por igual ejercitan un mandato despótico sobre los mejores ciudadanos. Los decretos del pueblo corresponden a los edictos del tirano;… El demagogo hace que los decretos del pueblo invaliden las leyes, al referir todo asunto a la asamblea popular… Aún más, aquellos que tienen alguna queja contra los magistrados dicen, ‘dejad que el pueblo sea el juez’; el pueblo está encantado de aceptar la invitación; y así la autoridad de cada organismo se ve gravemente disminuida. Tal democracia está razonablemente abierta a la objeción de que no es una constitución; porque donde las leyes no tienen autoridad, no hay constitución. La ley debe gobernar sobre todos, y los magistrados deben juzgar sobre los asuntos particulares, y sólo esto debe considerarse un gobierno constitucional.”  (1)
Aristóteles, al igual que Sócrates y Platón, estaba desencantado con la democracia, y describe como mejor régimen a un quinto Estado: al Estado Constitucional que llamó politea y que nosotros conocemos con el nombre de república. Propuso que fuera un gobierno que en lugar de ser despótico, fuera constitucional, donde la soberanía residiera en leyes, leyes que debieran obedecer todos, gobernantes incluidos, compuesto de la mezcla de oligarquía y democracia, donde cada una pudiera limitar el poder de la otra. Así, si los demócratas propusieran una ley que beneficiaría a su grupo, pero perjudicaría al de los acaudalados, los oligarcas podrían vetarlo, y viceversa. De esa forma las únicas leyes que aprobarían serían aquellas que beneficiarían a todos y no perjudicarían a ninguno. Las leyes serían justas. 
Durante la Ilustración John Adams, consciente de que en toda sociedad política existen clases sociales, y que un buen gobierno debe aceptar esa realidad, siguiendo el ejemplo de Aristóteles, propuso un régimen mixto de equilibrio entre monarquía, oligarquía y democracia, es decir, entre el rey, los nobles, y el pueblo, que tenía la obligación de preservar el orden y la libertad. 
En sus Pensamientos sobre el Gobierno, 1776, Adams, propuso el bicameralismo, porque ‘una sola asamblea se hace responsable de todos los vicios, locuras y debilidades de un individuo.’ 
Su ideología republicana se puede describir como la monarquía representada por el presidencialismo; la aristocracia y oligarquía por una cámara alta o senado; y la democracia por una cámara baja o cámara de representantes. Y siguiendo la recomendación de Aristóteles, los representantes de la cámara baja serían elegidos por votación popular; los de la cámara alta serían elegidos por mérito; y el presidente por una combinación de ambos sistemas. También sugirió que debería haber una separación de poderes del legislativo, el judicial y el ejecutivo. 
La primera república moderna creada por los Padres Fundadores de la República Norteamericana, fue hecha para proteger los derechos individuales de los ciudadanos, y para proteger a éstos del abuso del gobierno, propusieron dejar establecido los límites del gobierno en una Carta de Derechos Individuales. Y con el fin de establecer un Estado justo, asegurar la tranquilidad interna, proveer la defensa común, y garantizar para todo ciudadano y sus descendientes los beneficios de la liberad, crearon una Constitución. En ésta, siguiendo los lineamientos de Adams, establecieron que el Congreso estaría compuesto de un Senado y de una Cámara de Representantes. La Cámara de Representantes estaría formada por miembros elegidos por sufragio popular cada dos años por los habitantes de los diversos Estados, distribuidos proporcionalmente según su respectiva población. 
El Senado se compondría de dos Senadores por cada estado, elegidos por la Legislatura correspondiente para periodos de seis años, y divididos en tres grupos. Los escaños de los senadores del primer grupo quedarían vacantes al vencimiento del segundo año, los del segundo grupo al vencimiento del cuarto año, y los del tercer grupo al vencimiento del sexto año, de tal manera que se elija un tercio cada dos años. 
El poder ejecutivo se conferiría a un Presidente de la República, quien desempeñaría su cargo durante un periodo de cuatro años. Cada Estado nombraría un número de electores equivalente al total de Senadores y Representantes a que el Estado tiene derecho en el Congreso, quienes elegirían al Presidente. 
Entonces, ese ideal derivado de la que durante la Ilustración, los filósofos llamaron República, Cosa Pública o Cuerpo Político, es la organización del Estado como imperio de la ley, no de hombres, constituido por una mezcla equilibrada de monarquía, oligarquía y democracia. Y su ideal, nunca mejor descrito que por las palabras de Thomas Jefferson consiste en que:
“No hay que olvidar, que aunque la voluntad de la mayoría debe prevalecer, esa voluntad para ser correcta, debe ser razonable, pues la minoría posee iguales derechos, que deben ser protegidos por leyes iguales para todos, y que violarlos sería opresión o tiranía.”


(1) Aristóteles. Política. Libro IV: Cap. 4, 1292a

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La República: El ideal desconocido

Redacción
07 de abril, 2014

Muchos hablan de la república como un ideal sin tener claro como está constituida. Examinemos pues su concepción desde el principio. En su libro La Política, Aristóteles describe varias formas de Estados: el Estado Autocrático donde el soberano es un monarca; el Estado Aristocrático donde los soberanos son los mejores, los más virtuosos; el Estado Oligocrático, donde los más acaudalados son los soberanos; y el Estado Democrático donde los soberanos son los pobres que son la mayoría que gobiernan en su propio interés. El tipo de gobierno de los cuatro es despótico, es decir que la autoridad absoluta reside en el soberano y no está limitada por las leyes. 

“El espíritu de ambas [democracia y monarquía] es el mismo, y las dos por igual ejercitan un mandato despótico sobre los mejores ciudadanos. Los decretos del pueblo corresponden a los edictos del tirano;… El demagogo hace que los decretos del pueblo invaliden las leyes, al referir todo asunto a la asamblea popular… Aún más, aquellos que tienen alguna queja contra los magistrados dicen, ‘dejad que el pueblo sea el juez’; el pueblo está encantado de aceptar la invitación; y así la autoridad de cada organismo se ve gravemente disminuida. Tal democracia está razonablemente abierta a la objeción de que no es una constitución; porque donde las leyes no tienen autoridad, no hay constitución. La ley debe gobernar sobre todos, y los magistrados deben juzgar sobre los asuntos particulares, y sólo esto debe considerarse un gobierno constitucional.”  (1)
Aristóteles, al igual que Sócrates y Platón, estaba desencantado con la democracia, y describe como mejor régimen a un quinto Estado: al Estado Constitucional que llamó politea y que nosotros conocemos con el nombre de república. Propuso que fuera un gobierno que en lugar de ser despótico, fuera constitucional, donde la soberanía residiera en leyes, leyes que debieran obedecer todos, gobernantes incluidos, compuesto de la mezcla de oligarquía y democracia, donde cada una pudiera limitar el poder de la otra. Así, si los demócratas propusieran una ley que beneficiaría a su grupo, pero perjudicaría al de los acaudalados, los oligarcas podrían vetarlo, y viceversa. De esa forma las únicas leyes que aprobarían serían aquellas que beneficiarían a todos y no perjudicarían a ninguno. Las leyes serían justas. 
Durante la Ilustración John Adams, consciente de que en toda sociedad política existen clases sociales, y que un buen gobierno debe aceptar esa realidad, siguiendo el ejemplo de Aristóteles, propuso un régimen mixto de equilibrio entre monarquía, oligarquía y democracia, es decir, entre el rey, los nobles, y el pueblo, que tenía la obligación de preservar el orden y la libertad. 
En sus Pensamientos sobre el Gobierno, 1776, Adams, propuso el bicameralismo, porque ‘una sola asamblea se hace responsable de todos los vicios, locuras y debilidades de un individuo.’ 
Su ideología republicana se puede describir como la monarquía representada por el presidencialismo; la aristocracia y oligarquía por una cámara alta o senado; y la democracia por una cámara baja o cámara de representantes. Y siguiendo la recomendación de Aristóteles, los representantes de la cámara baja serían elegidos por votación popular; los de la cámara alta serían elegidos por mérito; y el presidente por una combinación de ambos sistemas. También sugirió que debería haber una separación de poderes del legislativo, el judicial y el ejecutivo. 
La primera república moderna creada por los Padres Fundadores de la República Norteamericana, fue hecha para proteger los derechos individuales de los ciudadanos, y para proteger a éstos del abuso del gobierno, propusieron dejar establecido los límites del gobierno en una Carta de Derechos Individuales. Y con el fin de establecer un Estado justo, asegurar la tranquilidad interna, proveer la defensa común, y garantizar para todo ciudadano y sus descendientes los beneficios de la liberad, crearon una Constitución. En ésta, siguiendo los lineamientos de Adams, establecieron que el Congreso estaría compuesto de un Senado y de una Cámara de Representantes. La Cámara de Representantes estaría formada por miembros elegidos por sufragio popular cada dos años por los habitantes de los diversos Estados, distribuidos proporcionalmente según su respectiva población. 
El Senado se compondría de dos Senadores por cada estado, elegidos por la Legislatura correspondiente para periodos de seis años, y divididos en tres grupos. Los escaños de los senadores del primer grupo quedarían vacantes al vencimiento del segundo año, los del segundo grupo al vencimiento del cuarto año, y los del tercer grupo al vencimiento del sexto año, de tal manera que se elija un tercio cada dos años. 
El poder ejecutivo se conferiría a un Presidente de la República, quien desempeñaría su cargo durante un periodo de cuatro años. Cada Estado nombraría un número de electores equivalente al total de Senadores y Representantes a que el Estado tiene derecho en el Congreso, quienes elegirían al Presidente. 
Entonces, ese ideal derivado de la que durante la Ilustración, los filósofos llamaron República, Cosa Pública o Cuerpo Político, es la organización del Estado como imperio de la ley, no de hombres, constituido por una mezcla equilibrada de monarquía, oligarquía y democracia. Y su ideal, nunca mejor descrito que por las palabras de Thomas Jefferson consiste en que:
“No hay que olvidar, que aunque la voluntad de la mayoría debe prevalecer, esa voluntad para ser correcta, debe ser razonable, pues la minoría posee iguales derechos, que deben ser protegidos por leyes iguales para todos, y que violarlos sería opresión o tiranía.”


(1) Aristóteles. Política. Libro IV: Cap. 4, 1292a

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