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No alcanza

Redacción
07 de abril, 2014

Esta frase es la más utilizada por los políticos antes de fin de año durante la discusión en el Congreso para la aprobación de la propuesta de Ley de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado. Pretenden hacernos creer que se necesitan mayores ingresos para “cumplir con los compromisos contraídos”. Compromisos “ineludibles” que debemos pagar los tributarios a través de los impuestos así como de los préstamos que se pedirán para balancear el presupuesto. También se discute, superficialmente la “calidad del gasto”, es decir, cómo se gastará todo ese dinero a disposición de los políticos. 

Parece que la mayor preocupación son sólo los ingresos del Estado y que el tema del gasto fuera un accesorio, irrelevante y, por consiguiente, indigno de discusión. Si hacemos un alto y empezamos a observar lo que sucede, leemos detenidamente las notas de prensa, cuestionamos y analizamos el contenido de las mismas, nos daremos cuenta de que son un reflejo de esta postura (muy cómoda para los políticos) donde los ingresos importan, los gastos no. 
En el tema de ingresos, la semana pasada el Directorio de la SAT mostró su preocupación emitiendo un dictamen desfavorable a una iniciativa de Ley con el argumento que restaría ingresos al Gobierno. Si vamos un poco más atrás en el tiempo, también se opuso a un menor aumento del impuesto de circulación, a eliminar la discrecionalidad para aplicar multas y cierres de establecimientos, así como a eliminar el poder inhabilitar el NIT de los tributarios, argumentando que perdía fuerza la reforma fiscal y que eso afectaría la recaudación tributaria. La postura de la SAT pareciera entendible, aunque no justificable, si partimos de la idea que su función es llegar a la meta de recaudación impuesta por “técnicos burócratas” avalados por los políticos de turno. 
En el tema de gastos, podemos leer noticias de “compras sobrevaloradas” en la mayoría de las dependencias, por ejemplo el Ministerio de Desarrollo compra en contrato abierto a un precio mayor insumos para la bolsa segura, el IGSS compra vacunas, vitaminas y medicinas sobrevaloradas; la Dirección de Aeronáutica Civil firma un contrato irregular donde concesiona un área del aeropuerto; se cierra Fonapaz por la “corrupción enquistada” (siguen buscando a corrupción para llevarla a juicio), y así podría seguir enumerando una lista, al parecer sin fin, de los casos de mal uso del dinero de los tributarios. Esto último es lo más importante: DINERO DE LOS TRIBUTARIOS. A los políticos se les olvida muy convenientemente que ese no es su dinero, que ellos sólo lo administran y que deben rendir cuentas. 
Siempre me he preguntado ¿por qué el dinero antes de ingresar al Gobierno es sagrado y una vez en el Tesoro del Estado no importa cómo se utilice? ¿Por qué las “presuntas rentas del tributario” son intocables y el tributario es tratado como delincuente ante cualquier sospecha? ¿Por qué al político ante una sospecha de corrupción se le trata con el pétalo de una rosa? ¿Por qué la SAT para los tributarios y la Contraloría General de Cuentas para los políticos? ¿Qué pasaría si fuera al revés? 
“No alcanza” seguirá siendo la frase favorita de los políticos para decirnos sin emitir más palabras, que les preocupa no disponer de los recursos monetarios suficientes para cumplir con todas las promesas hechas a sus electores, patrocinadores, amigos y familiares. Nunca habrá dinero suficiente para satisfacer las necesidades y veleidades de quienes están en el poder y de sus allegados. 
La próxima vez que escuche a un político decir que el presupuesto no alcanza, pregúntese ¿no alcanza para qué? 
@Md30

No alcanza

Redacción
07 de abril, 2014

Esta frase es la más utilizada por los políticos antes de fin de año durante la discusión en el Congreso para la aprobación de la propuesta de Ley de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado. Pretenden hacernos creer que se necesitan mayores ingresos para “cumplir con los compromisos contraídos”. Compromisos “ineludibles” que debemos pagar los tributarios a través de los impuestos así como de los préstamos que se pedirán para balancear el presupuesto. También se discute, superficialmente la “calidad del gasto”, es decir, cómo se gastará todo ese dinero a disposición de los políticos. 

Parece que la mayor preocupación son sólo los ingresos del Estado y que el tema del gasto fuera un accesorio, irrelevante y, por consiguiente, indigno de discusión. Si hacemos un alto y empezamos a observar lo que sucede, leemos detenidamente las notas de prensa, cuestionamos y analizamos el contenido de las mismas, nos daremos cuenta de que son un reflejo de esta postura (muy cómoda para los políticos) donde los ingresos importan, los gastos no. 
En el tema de ingresos, la semana pasada el Directorio de la SAT mostró su preocupación emitiendo un dictamen desfavorable a una iniciativa de Ley con el argumento que restaría ingresos al Gobierno. Si vamos un poco más atrás en el tiempo, también se opuso a un menor aumento del impuesto de circulación, a eliminar la discrecionalidad para aplicar multas y cierres de establecimientos, así como a eliminar el poder inhabilitar el NIT de los tributarios, argumentando que perdía fuerza la reforma fiscal y que eso afectaría la recaudación tributaria. La postura de la SAT pareciera entendible, aunque no justificable, si partimos de la idea que su función es llegar a la meta de recaudación impuesta por “técnicos burócratas” avalados por los políticos de turno. 
En el tema de gastos, podemos leer noticias de “compras sobrevaloradas” en la mayoría de las dependencias, por ejemplo el Ministerio de Desarrollo compra en contrato abierto a un precio mayor insumos para la bolsa segura, el IGSS compra vacunas, vitaminas y medicinas sobrevaloradas; la Dirección de Aeronáutica Civil firma un contrato irregular donde concesiona un área del aeropuerto; se cierra Fonapaz por la “corrupción enquistada” (siguen buscando a corrupción para llevarla a juicio), y así podría seguir enumerando una lista, al parecer sin fin, de los casos de mal uso del dinero de los tributarios. Esto último es lo más importante: DINERO DE LOS TRIBUTARIOS. A los políticos se les olvida muy convenientemente que ese no es su dinero, que ellos sólo lo administran y que deben rendir cuentas. 
Siempre me he preguntado ¿por qué el dinero antes de ingresar al Gobierno es sagrado y una vez en el Tesoro del Estado no importa cómo se utilice? ¿Por qué las “presuntas rentas del tributario” son intocables y el tributario es tratado como delincuente ante cualquier sospecha? ¿Por qué al político ante una sospecha de corrupción se le trata con el pétalo de una rosa? ¿Por qué la SAT para los tributarios y la Contraloría General de Cuentas para los políticos? ¿Qué pasaría si fuera al revés? 
“No alcanza” seguirá siendo la frase favorita de los políticos para decirnos sin emitir más palabras, que les preocupa no disponer de los recursos monetarios suficientes para cumplir con todas las promesas hechas a sus electores, patrocinadores, amigos y familiares. Nunca habrá dinero suficiente para satisfacer las necesidades y veleidades de quienes están en el poder y de sus allegados. 
La próxima vez que escuche a un político decir que el presupuesto no alcanza, pregúntese ¿no alcanza para qué? 
@Md30