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Objetivismo y el proceso cognitivo

Redacción
24 de junio, 2014

El conocimiento es la captación y retención mental de algún hecho de la realidad, al que se ha accedido, ya sea por observación perceptual, o por un proceso de razonamiento basado en la observación perceptual. Esta información memorizada en nuestro subconsciente puede ser reactivada, automáticamente, por una asociación activada por alguna percepción, o volitivamente, cuando uno se pregunta algo para traerla al consciente. Al examinar el proceso cognitivo del hombre, observamos primero, que el hombre, no sólo percibe entes concretos, que es la etapa perceptual de su conocimiento, sino que basado en ésta, forma conceptos. 

Nuestro primer paso en la construcción de nuestro contexto conceptual consiste, al observar los entes, en concebir la unidad. El ver las cosas como unidades es adoptar una perspectiva humana en ellas. En el mundo, aparte del hombre no hay unidades, sólo entidades, sólo existentes, sólo cosas individuales, separadas con sus propiedades y sus acciones. Una “unidad”, es producto de un proceso de abstracción, es un existente considerado como un miembro separado de un grupo de dos o más miembros similares. 
El segundo paso es, a partir de las comparaciones entre entes, concebir la medición. La medición es la identificación de una relación cuantitativa establecida por medio de un estándar que sirve de unidad. Los requerimientos de un estándar de medición son: que represente al atributo adecuado, que sea fácilmente percibido por el humano y que, una vez elegido, permanezca inmutable y absoluto dondequiera que se lo use. El propósito de la medición es expandir el rango de la consciencia humana, más allá del poder directo de sus sentidos y de los concretos inmediatos. El proceso de medición es un proceso de integrar una ilimitada escala de conocimientos a la limitada experiencia de percepción humana. Podemos percibir un metro, o tres, pero cien kilómetros o un año luz sólo podemos concebirlos gracias a la medición, que es un proceso de hacer al universo conocible incorporándolo dentro del rango de la consciencia humana y estableciendo así su relación con el hombre. 
El tercer paso es clasificar por similitudes y diferencias. Al formar un concepto, nuestro proceso mental consiste en retener las características de los existentes que las poseen, pero omitir sus medidas, sabiendo que éstas existen en alguna cantidad, pero que pueden existir en cualquier cantidad. La palabra, por ejemplo mujer, es un símbolo que denota un concepto, o sea que representa un número ilimitado de concretos de cierto tipo, omitiendo que algunas son altas, otras bajas, delgadas, gordas, rubias, trigueñas, pelirrojas, jóvenes, viejas, etc. Las palabras transforman a los conceptos en entes mentales; las definiciones les proveen de identidad. Así, un concepto es una integración mental de dos o más unidades que poseen la o las mismas características distintivas, pero omitiendo sus medidas particulares. 
Rand llamó DENOMINADOR CONCEPTUAL COMÚN a la o las características reducibles a una unidad de medición a través de la cual el hombre diferencia dos o más existentes de otros existentes que también la o las posean. Por medio del DCC podemos formar nuevos conceptos al integrar conceptos formados con anterioridad en clasificaciones más amplias o subdividiéndolos en clasificaciones más específicas. En última instancia, todos los conceptos son reducibles a su base en entidades perceptuales que son lo dado, la base en el desarrollo del conocimiento humano. 
Por ejemplo, un concepto más específico o concreto es pelirroja (que es una especie de mujer); luego, más amplio es mujer (especie de humano y género de mujer pelirroja), y por lo tanto es más abstracto que pelirroja, pero más concreto que humano (especie de animal, género de mujer y hombre), el que es más abstracto que mujer, pero más concreto que animal (género) (especie de ser vivo), el que es el más abstracto o amplio de todos. 
Cuando se integra un concepto en otro más amplio, digamos mujer en humano, el nuevo concepto incluye todas las características de sus unidades constitutivas, pero sus características distintivas se consideran como medidas omitidas y una de sus características comunes determina la característica distintiva del nuevo concepto: aquella que representa a su “Denominador Conceptual Común” con los existentes de los cuales es diferenciado. 
Cuando se subdivide un concepto en otro más delimitado, digamos humano en mujer, se toma su característica distintiva como “Denominador Conceptual Común” y se la aplica a una gama más reducida de medidas específicas o se la combina con una o varias características adicionales, para formar las características distintivas de los nuevos conceptos. 
Como HUMANO el concepto indica que es animal racional y la incluye como referente pero omite la característica femenina. Como MUJER el concepto incluye HUMANO y la incluye como referente pero enfatiza la característica femenina y excluye al referente masculino.
El proceso de observar los hechos de la realidad y de integrarlos en conceptos es, en esencia, un proceso de inducción. 
El proceso de observar los hechos de la realidad subsumir nuevos casos bajo un concepto ya conocido es, en esencia, un proceso de deducción. 
El cuarto paso consiste en identificar los conceptos mediante definiciones. Consideremos a un hombre y una mujer. ¿Cuál denominador conceptual común comparten ambos concretos que estamos considerando? La característica de ser humano. Éste será su género (especie de animal). ¿Y cuál es la característica que los distingue? ¿Qué es lo que los diferencia? Mujer es el humano femenino, capaz de ser fecundada. Hombre es el humano masculino, capaz de fecundar. Una definición correcta debe especificar la o las características distintivas de las unidades (la diferencia) e indicar la clase de existentes de las cuales fueron diferenciadas (el género). 
Las definiciones, como los conceptos, son contextuales. En cada etapa de su desarrollo, desde niño a adulto, el humano puede hacer diferenciaciones conceptuales e integraciones sólo en base a conocimiento previo, limitado y disponible en esa etapa. El contexto es el campo total de la consciencia humana o conocimiento en cualquier nivel de su nivel cognitivo. Lo que determina una definición son los hechos de la realidad dentro del contexto del conocimiento de uno. Ambos aspectos son cruciales: la realidad y el contexto del conocimiento. Una definición es una condensación de una vasta cantidad de observaciones cuyo propósito es posibilitarle al hombre retener en su mente conceptos, en lugar de abstracciones flotantes. 
Un concepto sustituye con una palabra el enorme agregado de percepciones de entidades que subsume. Los conceptos son condensaciones de conocimiento que posibilita el estudio y la división de la labor cognitiva. El humano forma los conceptos como un sistema de clasificación, cada vez que la gama de datos percibidos se vuelve demasiado grande para que su cerebro pueda manejarlos. Los conceptos representan tipos específicos de existentes, que incluyen todas las características de estos existentes, de los observados y de los aún no observados, conocidos y desconocidos. Un concepto es básicamente una clasificación “abierta” que incluye las características que todavía deben ser descubiertas de un grupo de existentes dados. El propósito primario de los conceptos y del lenguaje es el de proveer al humano de un sistema de clasificación y organización cognitiva que lo capacite para adquirir conocimientos en escala ilimitada, lo que significa mantener orden en la mente humana y capacitarla para pensar.

Objetivismo y el proceso cognitivo

Redacción
24 de junio, 2014

El conocimiento es la captación y retención mental de algún hecho de la realidad, al que se ha accedido, ya sea por observación perceptual, o por un proceso de razonamiento basado en la observación perceptual. Esta información memorizada en nuestro subconsciente puede ser reactivada, automáticamente, por una asociación activada por alguna percepción, o volitivamente, cuando uno se pregunta algo para traerla al consciente. Al examinar el proceso cognitivo del hombre, observamos primero, que el hombre, no sólo percibe entes concretos, que es la etapa perceptual de su conocimiento, sino que basado en ésta, forma conceptos. 

Nuestro primer paso en la construcción de nuestro contexto conceptual consiste, al observar los entes, en concebir la unidad. El ver las cosas como unidades es adoptar una perspectiva humana en ellas. En el mundo, aparte del hombre no hay unidades, sólo entidades, sólo existentes, sólo cosas individuales, separadas con sus propiedades y sus acciones. Una “unidad”, es producto de un proceso de abstracción, es un existente considerado como un miembro separado de un grupo de dos o más miembros similares. 
El segundo paso es, a partir de las comparaciones entre entes, concebir la medición. La medición es la identificación de una relación cuantitativa establecida por medio de un estándar que sirve de unidad. Los requerimientos de un estándar de medición son: que represente al atributo adecuado, que sea fácilmente percibido por el humano y que, una vez elegido, permanezca inmutable y absoluto dondequiera que se lo use. El propósito de la medición es expandir el rango de la consciencia humana, más allá del poder directo de sus sentidos y de los concretos inmediatos. El proceso de medición es un proceso de integrar una ilimitada escala de conocimientos a la limitada experiencia de percepción humana. Podemos percibir un metro, o tres, pero cien kilómetros o un año luz sólo podemos concebirlos gracias a la medición, que es un proceso de hacer al universo conocible incorporándolo dentro del rango de la consciencia humana y estableciendo así su relación con el hombre. 
El tercer paso es clasificar por similitudes y diferencias. Al formar un concepto, nuestro proceso mental consiste en retener las características de los existentes que las poseen, pero omitir sus medidas, sabiendo que éstas existen en alguna cantidad, pero que pueden existir en cualquier cantidad. La palabra, por ejemplo mujer, es un símbolo que denota un concepto, o sea que representa un número ilimitado de concretos de cierto tipo, omitiendo que algunas son altas, otras bajas, delgadas, gordas, rubias, trigueñas, pelirrojas, jóvenes, viejas, etc. Las palabras transforman a los conceptos en entes mentales; las definiciones les proveen de identidad. Así, un concepto es una integración mental de dos o más unidades que poseen la o las mismas características distintivas, pero omitiendo sus medidas particulares. 
Rand llamó DENOMINADOR CONCEPTUAL COMÚN a la o las características reducibles a una unidad de medición a través de la cual el hombre diferencia dos o más existentes de otros existentes que también la o las posean. Por medio del DCC podemos formar nuevos conceptos al integrar conceptos formados con anterioridad en clasificaciones más amplias o subdividiéndolos en clasificaciones más específicas. En última instancia, todos los conceptos son reducibles a su base en entidades perceptuales que son lo dado, la base en el desarrollo del conocimiento humano. 
Por ejemplo, un concepto más específico o concreto es pelirroja (que es una especie de mujer); luego, más amplio es mujer (especie de humano y género de mujer pelirroja), y por lo tanto es más abstracto que pelirroja, pero más concreto que humano (especie de animal, género de mujer y hombre), el que es más abstracto que mujer, pero más concreto que animal (género) (especie de ser vivo), el que es el más abstracto o amplio de todos. 
Cuando se integra un concepto en otro más amplio, digamos mujer en humano, el nuevo concepto incluye todas las características de sus unidades constitutivas, pero sus características distintivas se consideran como medidas omitidas y una de sus características comunes determina la característica distintiva del nuevo concepto: aquella que representa a su “Denominador Conceptual Común” con los existentes de los cuales es diferenciado. 
Cuando se subdivide un concepto en otro más delimitado, digamos humano en mujer, se toma su característica distintiva como “Denominador Conceptual Común” y se la aplica a una gama más reducida de medidas específicas o se la combina con una o varias características adicionales, para formar las características distintivas de los nuevos conceptos. 
Como HUMANO el concepto indica que es animal racional y la incluye como referente pero omite la característica femenina. Como MUJER el concepto incluye HUMANO y la incluye como referente pero enfatiza la característica femenina y excluye al referente masculino.
El proceso de observar los hechos de la realidad y de integrarlos en conceptos es, en esencia, un proceso de inducción. 
El proceso de observar los hechos de la realidad subsumir nuevos casos bajo un concepto ya conocido es, en esencia, un proceso de deducción. 
El cuarto paso consiste en identificar los conceptos mediante definiciones. Consideremos a un hombre y una mujer. ¿Cuál denominador conceptual común comparten ambos concretos que estamos considerando? La característica de ser humano. Éste será su género (especie de animal). ¿Y cuál es la característica que los distingue? ¿Qué es lo que los diferencia? Mujer es el humano femenino, capaz de ser fecundada. Hombre es el humano masculino, capaz de fecundar. Una definición correcta debe especificar la o las características distintivas de las unidades (la diferencia) e indicar la clase de existentes de las cuales fueron diferenciadas (el género). 
Las definiciones, como los conceptos, son contextuales. En cada etapa de su desarrollo, desde niño a adulto, el humano puede hacer diferenciaciones conceptuales e integraciones sólo en base a conocimiento previo, limitado y disponible en esa etapa. El contexto es el campo total de la consciencia humana o conocimiento en cualquier nivel de su nivel cognitivo. Lo que determina una definición son los hechos de la realidad dentro del contexto del conocimiento de uno. Ambos aspectos son cruciales: la realidad y el contexto del conocimiento. Una definición es una condensación de una vasta cantidad de observaciones cuyo propósito es posibilitarle al hombre retener en su mente conceptos, en lugar de abstracciones flotantes. 
Un concepto sustituye con una palabra el enorme agregado de percepciones de entidades que subsume. Los conceptos son condensaciones de conocimiento que posibilita el estudio y la división de la labor cognitiva. El humano forma los conceptos como un sistema de clasificación, cada vez que la gama de datos percibidos se vuelve demasiado grande para que su cerebro pueda manejarlos. Los conceptos representan tipos específicos de existentes, que incluyen todas las características de estos existentes, de los observados y de los aún no observados, conocidos y desconocidos. Un concepto es básicamente una clasificación “abierta” que incluye las características que todavía deben ser descubiertas de un grupo de existentes dados. El propósito primario de los conceptos y del lenguaje es el de proveer al humano de un sistema de clasificación y organización cognitiva que lo capacite para adquirir conocimientos en escala ilimitada, lo que significa mantener orden en la mente humana y capacitarla para pensar.