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El día que el nombre de David se escuchó en altavoz en el Maracaná

Redacción República
20 de junio, 2014
“Papi, qué chilero se siente”, fueron las palabras que David le expresó a su padre cuando despegó el avión que los llevó rumbo a Río de Janeiro, Brasil, el 13 de junio, dos días antes del encuentro entre Argentina y Bosnia en el  estadio Maracaná, donde él estaría para ser visto por millones de personas alrededor del mundo, especialmente familiares y amigos de Huehuetenango, quienes lo despidieron con gran entusiasmo. 
David Salazar, de 10 años de edad, experimentó la aventura más grande de su vida, la que jamás habría imaginado: pisar la grama del emblemático estadio carioca de la mano de un jugador famoso de la selección albiceleste, Sergio Agüero, y que todo el mundo lo viera a través de la televisión.
A pesar de que el fútbol no es precisamente el deporte favorito de David, sino el basquetbol, el niño vivió el sueño de subirse por primera vez a una aeronave, al recibir un boleto ida y vuelta al Mundial Brasil 2014, cortesía de McDonald’s. 
“No cabía de la emoción, saltaba de un lado para otro de la felicidad y se sorprendía del tamaño de los aviones”, cuenta su padre, Julio Salazar, quien se contagió de la alegría de su hijo. 
David nunca olvidará que estuvo rodeado de grandes estrellas futbolísticas, y que además del ‘Kun’ Agüero, estrechó la mano de Lionel Messi. ‘Me emocionaba que mis amigos, mis maestros y mis primos me estaban viendo en la tele’, responde con un gran carisma el pequeño, al preguntarle lo que pasaba por su mente cuando estuvo en la cancha del Maracaná el 15 de junio recién pasado. 

Hay algo más que quedará para siempre en la memoria de David: el uniforme oficial de Player Escort que utilizó. Ese uniforme que tanto le gustó porque tenía su color favorito, el amarillo. Fue tan especial para él que no quiso quitárselo, sino hasta durmió uniformado, según relata el infante. También nos cuenta cómo sus compañeros de la escuela lo abrazaron con tanto cariño cuando supieron que había ido a Brasil. 
El uniforme estaba dentro de una mochila, junto con juguetes como Fuleco, la mascota del mundial, así como la brazuca, obsequios que los organizadores pusieron sobre su cama en el hotel donde se hospedaron. ‘Cuando entramos a la habitación lo primero que hizo David fue tirarse encima de la mochila y abrazarla; estaba feliz’, dice emocionado su progenitor. 
Una emoción para siempre
Lo que indudablemente nunca olvidará Julio Salazar, será cuando vio a su hijo salir a la cancha junto a Sergio Agüero, y escuchó que el nombre de David fue pronunciado en todo el estadio del Maracaná. ‘Sentí que el corazón se me iba a salir de la emoción’, expresa. 
Después de su debut, el pequeño disfrutó del partido junto a su padre, pero la alegría continuaría, ya que al concluir el encuentro deportivo, David, junto a sus 19 compañeros, fue ovacionado por toda la afición que estaba en el estadio carioca. Al salir, la gente lo abrazó y hasta le besaron la mano que le dio a ‘Kun’ Agüero. También fue entrevistado por algunos medios de comunicación. 
David Emanuel Salazar Castillo, el pequeño de 10 años de edad, tímido, cariñoso, estudioso y muy respetuoso, como lo describe su padre, quiere llegar a ser un explorador de la naturaleza porque le gusta los árboles y los animales, en especial los pingüinos. 
La “Cajita” que hizo feliz a la familia Salazar Castillo 
Para Julio Salazar serán memorables las palabras que escuchó aquella mañana: ‘Le llamamos para contarle que usted y su hijo son ganadores de un viaje al Mundial de Brasil…’ Esas palabras que lo dejaron callado y no podía creer, pero eran ciertas. 
Para él, fue un día normal cuando le compró a sus hijos la ‘Cajita Feliz’ en un centro comercial de la cabecera departamental de Huehuetenango, sin imaginar que cuando le dieron los cupones, para que llenara sus datos personales y los de David, sería uno de los 20 ganadores de la promoción ‘Vive tu sueño’. 
Y verdaderamente fue un sueño lo que vivió junto a su pequeño David, ya que para ambos fue la primera vez a bordo de un avión, conocieron a gente de muchos países, recorrieron la playa turística ‘Pan de Azúcar’ en Río de Janeiro, pero sobre todo, vivieron de cerca un partido mundialista. 
David y su padre no pasaron desapercibida su nacionalidad en un lugar como Río, por eso Julio Salazar mandó a hacer una bandera de Guatemala junto a la bandera de Huehuetenango, donde destaca el nombre de su aldea natal, Chuscaj, para que fuera vista por millones de personas desde Brasil. 
Julio Salazar Herrera perteneció al Deportivo Chiantla en 1989, año en que el equipo se coronó campeón. Jugó como delantero y por el gusto que siente por el fútbol, haber experimentado la emoción de un mundial, será un recuerdo para toda la vida junto a su hijo David.

El día que el nombre de David se escuchó en altavoz en el Maracaná

Redacción República
20 de junio, 2014
“Papi, qué chilero se siente”, fueron las palabras que David le expresó a su padre cuando despegó el avión que los llevó rumbo a Río de Janeiro, Brasil, el 13 de junio, dos días antes del encuentro entre Argentina y Bosnia en el  estadio Maracaná, donde él estaría para ser visto por millones de personas alrededor del mundo, especialmente familiares y amigos de Huehuetenango, quienes lo despidieron con gran entusiasmo. 
David Salazar, de 10 años de edad, experimentó la aventura más grande de su vida, la que jamás habría imaginado: pisar la grama del emblemático estadio carioca de la mano de un jugador famoso de la selección albiceleste, Sergio Agüero, y que todo el mundo lo viera a través de la televisión.
A pesar de que el fútbol no es precisamente el deporte favorito de David, sino el basquetbol, el niño vivió el sueño de subirse por primera vez a una aeronave, al recibir un boleto ida y vuelta al Mundial Brasil 2014, cortesía de McDonald’s. 
“No cabía de la emoción, saltaba de un lado para otro de la felicidad y se sorprendía del tamaño de los aviones”, cuenta su padre, Julio Salazar, quien se contagió de la alegría de su hijo. 
David nunca olvidará que estuvo rodeado de grandes estrellas futbolísticas, y que además del ‘Kun’ Agüero, estrechó la mano de Lionel Messi. ‘Me emocionaba que mis amigos, mis maestros y mis primos me estaban viendo en la tele’, responde con un gran carisma el pequeño, al preguntarle lo que pasaba por su mente cuando estuvo en la cancha del Maracaná el 15 de junio recién pasado. 

Hay algo más que quedará para siempre en la memoria de David: el uniforme oficial de Player Escort que utilizó. Ese uniforme que tanto le gustó porque tenía su color favorito, el amarillo. Fue tan especial para él que no quiso quitárselo, sino hasta durmió uniformado, según relata el infante. También nos cuenta cómo sus compañeros de la escuela lo abrazaron con tanto cariño cuando supieron que había ido a Brasil. 
El uniforme estaba dentro de una mochila, junto con juguetes como Fuleco, la mascota del mundial, así como la brazuca, obsequios que los organizadores pusieron sobre su cama en el hotel donde se hospedaron. ‘Cuando entramos a la habitación lo primero que hizo David fue tirarse encima de la mochila y abrazarla; estaba feliz’, dice emocionado su progenitor. 
Una emoción para siempre
Lo que indudablemente nunca olvidará Julio Salazar, será cuando vio a su hijo salir a la cancha junto a Sergio Agüero, y escuchó que el nombre de David fue pronunciado en todo el estadio del Maracaná. ‘Sentí que el corazón se me iba a salir de la emoción’, expresa. 
Después de su debut, el pequeño disfrutó del partido junto a su padre, pero la alegría continuaría, ya que al concluir el encuentro deportivo, David, junto a sus 19 compañeros, fue ovacionado por toda la afición que estaba en el estadio carioca. Al salir, la gente lo abrazó y hasta le besaron la mano que le dio a ‘Kun’ Agüero. También fue entrevistado por algunos medios de comunicación. 
David Emanuel Salazar Castillo, el pequeño de 10 años de edad, tímido, cariñoso, estudioso y muy respetuoso, como lo describe su padre, quiere llegar a ser un explorador de la naturaleza porque le gusta los árboles y los animales, en especial los pingüinos. 
La “Cajita” que hizo feliz a la familia Salazar Castillo 
Para Julio Salazar serán memorables las palabras que escuchó aquella mañana: ‘Le llamamos para contarle que usted y su hijo son ganadores de un viaje al Mundial de Brasil…’ Esas palabras que lo dejaron callado y no podía creer, pero eran ciertas. 
Para él, fue un día normal cuando le compró a sus hijos la ‘Cajita Feliz’ en un centro comercial de la cabecera departamental de Huehuetenango, sin imaginar que cuando le dieron los cupones, para que llenara sus datos personales y los de David, sería uno de los 20 ganadores de la promoción ‘Vive tu sueño’. 
Y verdaderamente fue un sueño lo que vivió junto a su pequeño David, ya que para ambos fue la primera vez a bordo de un avión, conocieron a gente de muchos países, recorrieron la playa turística ‘Pan de Azúcar’ en Río de Janeiro, pero sobre todo, vivieron de cerca un partido mundialista. 
David y su padre no pasaron desapercibida su nacionalidad en un lugar como Río, por eso Julio Salazar mandó a hacer una bandera de Guatemala junto a la bandera de Huehuetenango, donde destaca el nombre de su aldea natal, Chuscaj, para que fuera vista por millones de personas desde Brasil. 
Julio Salazar Herrera perteneció al Deportivo Chiantla en 1989, año en que el equipo se coronó campeón. Jugó como delantero y por el gusto que siente por el fútbol, haber experimentado la emoción de un mundial, será un recuerdo para toda la vida junto a su hijo David.