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Fortalezas y debilidades de los Brics

Redacción
18 de julio, 2014
La cumbre de los Brics de Fortaleza esta semana ha supuesto un espaldarazo para este foro que reúne a las economías emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La futura creación de un Banco de Desarrollo y de un Fondo de Reservas común va en este camino de dar forma a un nuevo referente en el tablero mundial. 
Sin embargo, a los Brics les queda mucho camino por andar y superar algunos obstáculos. En primer lugar, y como la “política importa”, el foro tiene un gran déficit de coherencia interna que más tarde o más temprano puede suponer un obstáculo a la hora de desarrollarse y crecer. Conviven en los Bircs regímenes totalitarios como el de la China comunista, autoritarios como la Rusia de Vladimir Putin, de partido hegemónico como la Sudáfrica de Jacob Zuma y democracias aún con muchas carencias como Brasil. 
Los Brics tienen en su seno otras contradicciones: el Brasil de Dilma Rousseff, que dice defender los derechos humanos de indígenas y minorías, como los homosexuales, convive centro de los Brics con la Rusia homófoba de Putin. Un Brasil proteccionista colisiona con el expansionismo comercial e Pekín.
En cuanto a las medidas concretas adoptadas (el Banco de Desarrollo y el Fondo) hay más dudas que certezas. Como apunta Federico Steinberg, del Real Instituto Elcano, “se trata, sin duda, de una iniciativa que puede tener un impacto importante. Sin embargo, hay muchos interrogantes por resolver. Primero, habrá que ver si efectivamente se desembolsará el capital y si la estructura de gobernanza de ambos fondos puede ser pactada… Y segundo, habrá que ver si otros países emergentes recurren a estos fondos, en caso de que se acuerde que puedan hacerlo si se enfrentan a crisis financieras, optando así por dar la espalda al FMI, lo que tendría implicaciones geopolíticas de primer orden”. 
Además ahora, en 2014, a diferencia de 2009, no está tan claro que el futuro sea de los emergentes. Los cinco integrantes de los BRICS se encuentran con serias desventajas en su carrera por consolidarse como líderes del mundo. Fundamentalmente su crecimiento económico ha menguado en el último cuatrienio (de ahí la importancia de fundar un banco de desarrollo) y los conflictos internos en cada país han aumentado producto del crecimiento de unas clases medias que cargan sus propias demandas (sobre todo, mejora de los servicios públicos y reducción de las desigualdades). 
La China de Xi Jinping es, de los cinco, la que más fuerte se encuentra aunque en 2013 creció por debajo del 8,5% (al 7,7%) y en 2014 lo está haciendo al 7,4%
La Rusia de Vladimir Putin, asimismo con bajo crecimiento, está inmersa en pleno conflicto con Ucrania y habiendo dado la sensación de liderar una escalada expansionista (anexión de Crimea) que le ha colocado al margen de la comunidad internacional y enfrentado con EEUU y la Unión Europea. La India atraviesa un momento de cambio de gobierno, con la llegada al cargo de primer ministro de Narendra Modi y el fin de la hegemonía del Partido del Congreso, y con su preocupación centrada también en el bajo crecimiento económico para una potencia que aspira a crecer por encima del 8% (en 2013 lo hizo al 4,7%). Por su lado, la Sudáfrica de Jacob Zuma se encuentra inmersa en una espiral de protestas que ha desembocado en una huelga de 220 mil trabajadores en las nueve provincias. 
Además entre las dos potencias más fuertes (China y Rusia) existen no solo históricos conflictos limítrofes y nacionalistas sino también una diferente percepción de cuál debe ser su respectivo papel internacional. Rusia transita por una senda agresiva y expansionista mientras que China sigue la estrategia confuciana del “ascenso silencioso” para no hacer ruido ni asustar a la comunidad internacional lo cual podría desembocar en el nacimiento de hipotéticas coaliciones antichinas. 
El propio presidente chino Xi Jinping ha dejado claro que “una confrontación entre China y EEUU sería desde luego un desastre, para ambos y para el mundo… Tenemos que respetarnos mutuamente, tratarnos en términos de igualdad, respetar la soberanía y la integridad territorial del otro y respetar las decisiones de cada uno en el camino del desarrollo”.

Fortalezas y debilidades de los Brics

Redacción
18 de julio, 2014
La cumbre de los Brics de Fortaleza esta semana ha supuesto un espaldarazo para este foro que reúne a las economías emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La futura creación de un Banco de Desarrollo y de un Fondo de Reservas común va en este camino de dar forma a un nuevo referente en el tablero mundial. 
Sin embargo, a los Brics les queda mucho camino por andar y superar algunos obstáculos. En primer lugar, y como la “política importa”, el foro tiene un gran déficit de coherencia interna que más tarde o más temprano puede suponer un obstáculo a la hora de desarrollarse y crecer. Conviven en los Bircs regímenes totalitarios como el de la China comunista, autoritarios como la Rusia de Vladimir Putin, de partido hegemónico como la Sudáfrica de Jacob Zuma y democracias aún con muchas carencias como Brasil. 
Los Brics tienen en su seno otras contradicciones: el Brasil de Dilma Rousseff, que dice defender los derechos humanos de indígenas y minorías, como los homosexuales, convive centro de los Brics con la Rusia homófoba de Putin. Un Brasil proteccionista colisiona con el expansionismo comercial e Pekín.
En cuanto a las medidas concretas adoptadas (el Banco de Desarrollo y el Fondo) hay más dudas que certezas. Como apunta Federico Steinberg, del Real Instituto Elcano, “se trata, sin duda, de una iniciativa que puede tener un impacto importante. Sin embargo, hay muchos interrogantes por resolver. Primero, habrá que ver si efectivamente se desembolsará el capital y si la estructura de gobernanza de ambos fondos puede ser pactada… Y segundo, habrá que ver si otros países emergentes recurren a estos fondos, en caso de que se acuerde que puedan hacerlo si se enfrentan a crisis financieras, optando así por dar la espalda al FMI, lo que tendría implicaciones geopolíticas de primer orden”. 
Además ahora, en 2014, a diferencia de 2009, no está tan claro que el futuro sea de los emergentes. Los cinco integrantes de los BRICS se encuentran con serias desventajas en su carrera por consolidarse como líderes del mundo. Fundamentalmente su crecimiento económico ha menguado en el último cuatrienio (de ahí la importancia de fundar un banco de desarrollo) y los conflictos internos en cada país han aumentado producto del crecimiento de unas clases medias que cargan sus propias demandas (sobre todo, mejora de los servicios públicos y reducción de las desigualdades). 
La China de Xi Jinping es, de los cinco, la que más fuerte se encuentra aunque en 2013 creció por debajo del 8,5% (al 7,7%) y en 2014 lo está haciendo al 7,4%
La Rusia de Vladimir Putin, asimismo con bajo crecimiento, está inmersa en pleno conflicto con Ucrania y habiendo dado la sensación de liderar una escalada expansionista (anexión de Crimea) que le ha colocado al margen de la comunidad internacional y enfrentado con EEUU y la Unión Europea. La India atraviesa un momento de cambio de gobierno, con la llegada al cargo de primer ministro de Narendra Modi y el fin de la hegemonía del Partido del Congreso, y con su preocupación centrada también en el bajo crecimiento económico para una potencia que aspira a crecer por encima del 8% (en 2013 lo hizo al 4,7%). Por su lado, la Sudáfrica de Jacob Zuma se encuentra inmersa en una espiral de protestas que ha desembocado en una huelga de 220 mil trabajadores en las nueve provincias. 
Además entre las dos potencias más fuertes (China y Rusia) existen no solo históricos conflictos limítrofes y nacionalistas sino también una diferente percepción de cuál debe ser su respectivo papel internacional. Rusia transita por una senda agresiva y expansionista mientras que China sigue la estrategia confuciana del “ascenso silencioso” para no hacer ruido ni asustar a la comunidad internacional lo cual podría desembocar en el nacimiento de hipotéticas coaliciones antichinas. 
El propio presidente chino Xi Jinping ha dejado claro que “una confrontación entre China y EEUU sería desde luego un desastre, para ambos y para el mundo… Tenemos que respetarnos mutuamente, tratarnos en términos de igualdad, respetar la soberanía y la integridad territorial del otro y respetar las decisiones de cada uno en el camino del desarrollo”.