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Ofrecimientos Vs. Realidad: ¿cómo van los pactos de gobierno?

Redacción
10 de julio, 2014

El Plan de Gobierno del Partido Patriota (PP), según se explicó cuando estaban en campaña, estaba dividido en cinco ejes programáticos prioritarios: seguridad democrática y justicia; desarrollo económico; desarrollo rural; salud y seguridad Alimentaria; y educación.

De estos ejes se desprendieron tres Pactos: Pacto Hambre Cero, el Pacto por la Seguridad, Justicia y Paz, y el Pacto por el desarrollo económico competitivo, que incluye el Pacto fiscal.


¿Qué buscaban?

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En cuanto a Hambre Cero, la meta establecida era reducir en 10 puntos porcentuales la desnutrición crónica, que es del 48%. Se estableció que habría una intervención basada en el suministro de micronutrientes, “consejería nutricional y promoción de conceptos básicos de higiene”. Las acciones se focalizaron en los 166 municipios con más alta desnutrición con la intención de atender 700 mil casos. Se trataba de 34 municipios con desnutrición por arriba del 70%.

Ese pacto fue lanzado el 16 de febrero en San Juan Atitán, Huehuetenango, que tenía una desnutrición aguda del 95%. Se continuó en Santiago Chimaltenango, Concepción Tutuapa y San Miguel Acatán, con desnutrición por encima del 80%. El presupuesto quedó bajo la coordinación de la Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricion (SESAN). El Pacto moviliza cooperación internacional y grupos civiles de diversas esferas –y jóvenes urbanos, bajo un criterio de sensibilización.

Por su parte, el Pacto Fiscal quedó dividido en 2 operaciones. La primera fue la aprobación, el 16 de febrero 2012 y de “urgencia nacional” y con 122 votos, de la Ley de Actualización Tributaria. La previsión era que esto rindiera más de Q5 millardos. La segunda operación se oficializó el 12 de marzo 2012 con la presentación al Congreso de 3 nuevas leyes y reformas a otras 6 normas.

Y además estaba el Pacto de Seguridad, abierto a discusión con distintos sectores. El proceso de diseño y concertación estaba a cargo del Ministerio de Gobernación y diferenciaba los campos de seguridad ciudadana y pública, y participaba de una visión territorial, con los Gobernadores como agentes activos. Los ámbitos del Pacto refieren a municipios, barrios, carreteras, transporte público, entre otros.


¿Cómo les fue?

Desde un principio, los compromisos fueron criticados. Los tres pactos pretendían introducir cambios leves pero que mejoran percepciones y condiciones mínimas, apostando a que las iniciativas eventualmente nos llevarían la modernización en el largo plazo.

Analistas señalan que por anterior, las limitaciones de los pactos radican en que las expectativas populares son más enfocadas en cambios profundos.

Según el analista David Casasola, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), el gobierno actual ha sido consistente en enmarcar sus acciones dentro de los tres pactos. “También les ha servido a la hora de justificar sus decisiones y el uso de recursos”, opina.

Sin embargo, no han sido contundentes a la hora de demostrar los avances y resultados que se van alcanzando, dándose énfasis en cuánto se invierte en cada uno. No obstante, Casasola afirma que sí ha habido algunos logros notables en los tres pactos, aunque la percepción sigue siendo negativa, sobre todo en materia de seguridad.

Para Casasola, en dos años y medio de haberse echado a andar los compromisos, los tres están parecidos en cuanto a resultados y se encuentran lejos de alcanzar sus metas.

Por su parte, Ricardo Barrientos, analista de Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), señala que una cosa son los planes y otra los resultados. “Vimos buena intención en el gobierno del PP al plantear estos pactos y verlos reflejados en los proyectos de presupuesto, pero luego a la hora de ejecutar empezaron los problemas”, dice.

Señala además que hay problemas de capacidad en las personas que han dirigido los principales programas pues, como pasa con la mayoría de gobiernos, llega gente que ni siquiera sabe cómo funciona lo que debe manejar.

“De los pactos, se le reconoce dos cosas al gobierno de Pérez: la primera es que le dieron continuidad a los programas sociales, y la otra es que se animaron a hacer una reforma fiscal”, señala. Sin embargo, en ambas iniciativas se vieron procesos con avances y retrocesos. “Es un problema de conducción política”, asegura Barrientos.


Contra reloj

“Lo preocupante es que en realidad les queda poco tiempo para cumplir con lo ofrecido, porque los últimos meses de un gobierno suelen estar enfocados en otras actividades”, señala Casasola.

Por esa razón, en estos meses el Gobierno debe dar a conocer cuáles serán las acciones y compromisos que tomarán para impulsar los proyectos más importantes de cada pacto. “Deben decidir cuáles cómo quieren ser recordados en cuanto a estos temas tan importantes para el país”, opina.

Barrientos señala que con el tiempo que tienen para terminar de ejecutar los pactos, alrededor de un año, la tarea es difícil si se quiere cumplir los objetivos que faltan. “Sobre todo cuando vemos problemas como el que tiene el Ejecutivo con otras dependencias como la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), pues hay falta de coordinación y contradicciones. Eso nos da una idea de cómo están conduciendo las cosas”, refiere.

Para terminar con mejores resultados, en lo que les queda de tiempo deberían organizarse mejor y optimizar recursos. “Seguramente, el gobierno que venga retomará algunos puntos de estos temas, para darles continuidad. Ojalá que haya más efectividad y resultados”, finaliza.

No obstante lo anterior, al llegar a los dos años de gobierno, el Presidente Otto Pérez Molina hizo énfasis en los logros de los tres pactos de gobierno. En los últimos meses, también se han difundido datos que dan cuenta de avances.

Por esa razón, para aclarar las dudas y contradicciones, República.Gt presentará otras entregas, donde se analizará con la ayuda de expertos y analistas, cada pacto para hacer un panorama de lo que ya se hizo y lo que falta por hacer, a un año de terminar la administración patriota.

Ofrecimientos Vs. Realidad: ¿cómo van los pactos de gobierno?

Redacción
10 de julio, 2014

El Plan de Gobierno del Partido Patriota (PP), según se explicó cuando estaban en campaña, estaba dividido en cinco ejes programáticos prioritarios: seguridad democrática y justicia; desarrollo económico; desarrollo rural; salud y seguridad Alimentaria; y educación.

De estos ejes se desprendieron tres Pactos: Pacto Hambre Cero, el Pacto por la Seguridad, Justicia y Paz, y el Pacto por el desarrollo económico competitivo, que incluye el Pacto fiscal.


¿Qué buscaban?

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En cuanto a Hambre Cero, la meta establecida era reducir en 10 puntos porcentuales la desnutrición crónica, que es del 48%. Se estableció que habría una intervención basada en el suministro de micronutrientes, “consejería nutricional y promoción de conceptos básicos de higiene”. Las acciones se focalizaron en los 166 municipios con más alta desnutrición con la intención de atender 700 mil casos. Se trataba de 34 municipios con desnutrición por arriba del 70%.

Ese pacto fue lanzado el 16 de febrero en San Juan Atitán, Huehuetenango, que tenía una desnutrición aguda del 95%. Se continuó en Santiago Chimaltenango, Concepción Tutuapa y San Miguel Acatán, con desnutrición por encima del 80%. El presupuesto quedó bajo la coordinación de la Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricion (SESAN). El Pacto moviliza cooperación internacional y grupos civiles de diversas esferas –y jóvenes urbanos, bajo un criterio de sensibilización.

Por su parte, el Pacto Fiscal quedó dividido en 2 operaciones. La primera fue la aprobación, el 16 de febrero 2012 y de “urgencia nacional” y con 122 votos, de la Ley de Actualización Tributaria. La previsión era que esto rindiera más de Q5 millardos. La segunda operación se oficializó el 12 de marzo 2012 con la presentación al Congreso de 3 nuevas leyes y reformas a otras 6 normas.

Y además estaba el Pacto de Seguridad, abierto a discusión con distintos sectores. El proceso de diseño y concertación estaba a cargo del Ministerio de Gobernación y diferenciaba los campos de seguridad ciudadana y pública, y participaba de una visión territorial, con los Gobernadores como agentes activos. Los ámbitos del Pacto refieren a municipios, barrios, carreteras, transporte público, entre otros.


¿Cómo les fue?

Desde un principio, los compromisos fueron criticados. Los tres pactos pretendían introducir cambios leves pero que mejoran percepciones y condiciones mínimas, apostando a que las iniciativas eventualmente nos llevarían la modernización en el largo plazo.

Analistas señalan que por anterior, las limitaciones de los pactos radican en que las expectativas populares son más enfocadas en cambios profundos.

Según el analista David Casasola, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), el gobierno actual ha sido consistente en enmarcar sus acciones dentro de los tres pactos. “También les ha servido a la hora de justificar sus decisiones y el uso de recursos”, opina.

Sin embargo, no han sido contundentes a la hora de demostrar los avances y resultados que se van alcanzando, dándose énfasis en cuánto se invierte en cada uno. No obstante, Casasola afirma que sí ha habido algunos logros notables en los tres pactos, aunque la percepción sigue siendo negativa, sobre todo en materia de seguridad.

Para Casasola, en dos años y medio de haberse echado a andar los compromisos, los tres están parecidos en cuanto a resultados y se encuentran lejos de alcanzar sus metas.

Por su parte, Ricardo Barrientos, analista de Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), señala que una cosa son los planes y otra los resultados. “Vimos buena intención en el gobierno del PP al plantear estos pactos y verlos reflejados en los proyectos de presupuesto, pero luego a la hora de ejecutar empezaron los problemas”, dice.

Señala además que hay problemas de capacidad en las personas que han dirigido los principales programas pues, como pasa con la mayoría de gobiernos, llega gente que ni siquiera sabe cómo funciona lo que debe manejar.

“De los pactos, se le reconoce dos cosas al gobierno de Pérez: la primera es que le dieron continuidad a los programas sociales, y la otra es que se animaron a hacer una reforma fiscal”, señala. Sin embargo, en ambas iniciativas se vieron procesos con avances y retrocesos. “Es un problema de conducción política”, asegura Barrientos.


Contra reloj

“Lo preocupante es que en realidad les queda poco tiempo para cumplir con lo ofrecido, porque los últimos meses de un gobierno suelen estar enfocados en otras actividades”, señala Casasola.

Por esa razón, en estos meses el Gobierno debe dar a conocer cuáles serán las acciones y compromisos que tomarán para impulsar los proyectos más importantes de cada pacto. “Deben decidir cuáles cómo quieren ser recordados en cuanto a estos temas tan importantes para el país”, opina.

Barrientos señala que con el tiempo que tienen para terminar de ejecutar los pactos, alrededor de un año, la tarea es difícil si se quiere cumplir los objetivos que faltan. “Sobre todo cuando vemos problemas como el que tiene el Ejecutivo con otras dependencias como la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), pues hay falta de coordinación y contradicciones. Eso nos da una idea de cómo están conduciendo las cosas”, refiere.

Para terminar con mejores resultados, en lo que les queda de tiempo deberían organizarse mejor y optimizar recursos. “Seguramente, el gobierno que venga retomará algunos puntos de estos temas, para darles continuidad. Ojalá que haya más efectividad y resultados”, finaliza.

No obstante lo anterior, al llegar a los dos años de gobierno, el Presidente Otto Pérez Molina hizo énfasis en los logros de los tres pactos de gobierno. En los últimos meses, también se han difundido datos que dan cuenta de avances.

Por esa razón, para aclarar las dudas y contradicciones, República.Gt presentará otras entregas, donde se analizará con la ayuda de expertos y analistas, cada pacto para hacer un panorama de lo que ya se hizo y lo que falta por hacer, a un año de terminar la administración patriota.