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Campeón de la libertad

Redacción República
04 de agosto, 2014

El pasado 4 de agosto se cumplieron cuatro años del fallecimiento del Dr. Manuel Ayau Cordón, quienes lo conocimos y respetamos lamentamos su partida. “Muso” como solíamos llamarlo (sobrenombre desde su infancia), era una persona apasionada por el conocimiento pero no cualquier conocimiento, le interesaba sobremanera las ideas relacionadas con la libertad, le interesaba saber el por qué había sociedades más prósperas que otras. 

El Dr. Ayau nació en Guatemala en 1925, se educó en los Estados Unidos y se graduó de ingeniero mecánico. Al regresar a su país natal, casado y con hijos, se pudo dar cuenta del contraste entre una sociedad rica y una pobre. Esto hizo que iniciara una búsqueda incansable a la razón de estas diferencias y cómo hacer para desarrollar Guatemala. 
En esta búsqueda encontró a sus pares con quienes compartía no sólo el deseo de mejorar su nivel de vida sino de impulsar el desarrollo de manera permanente en el país. Menuda tarea, lo cual me hace pensar que lo más sencillo para el Muso, hubiera sido regresar a Estados Unidos en lugar de quedarse y buscar hacer un cambio en un país cuyas ideas predominantes eran el abuso del poder, reparto de privilegios para los allegados así como el intervencionismo y socialismo. 
En medio de este ambiente hostil a la libertad, en 1959 el Muso y varios amigos fundan el Centro de Estudios Económicos-Sociales (CEES) con el propósito de aprender y difundir las ideas liberales. Todos eran autodidactas y discutían concienzudamente los textos que leían, convenciéndose cada vez más que la libertad era el camino hacia el progreso y por ello de la importancia de difundir estas ideas. 
Es en el seno del CEES donde surge la idea de formar una universidad que difundiera los principios éticos, económicos y jurídicos de una sociedad de personas libres y responsables. Con esta trascendental decisión cristalizaron todo el esfuerzo anterior por entender los principios liberales y cambiar para bien el futuro de Guatemala. Fue entonces cuando en 1971 se aprueba la creación de la Universidad Francisco Marroquín (UFM). 
El inicio de la UFM fue particularmente difícil. No fue bien recibida por su postura clara y contraria a las ideas imperantes en ese momento (todavía aún vigentes), pero eso no hizo cambiar de curso al Dr. Ayau quien tomó la batuta como Rector y le dio el empuje necesario para seguir adelante en su objetivo. Su coraje y valor quedaron demostrados en innumerables ocasiones, como cuando acudió a una graduación con chaleco antibalas por las amenazas de muerte recibidas por su labor de difusión de la libertad. 
Hoy muchos vemos a la UFM como un faro de luz que nos ayuda a encontrar el rumbo de las ideas correctas, de esas ideas que nos ayudan a convivir en una sociedad pacífica y próspera. 
El legado del Muso se puede encontrar en muchas partes, algunas plenamente visibles como la UFM, otras no tanto como su influencia en establecer límites al gobierno y dar más libertad a sus ciudadanos como la prohibición de echar a andar a “la maquinita” del Banco Central para prestarle dinero al gobierno, la ley de telecomunicaciones que permite a todos tener celulares a precios accesibles (un caso de éxito y estudio en otros países), así como el libre uso de moneda que nos permite decidir qué moneda usar en nuestros intercambios, así como poner a Guatemala como un referente en el mundo liberal y académico. 
El Dr. Ayau nos dejó pendiente su último proyecto ProReforma, en el cual buscó sentar las bases para tener una Constitución que permitiera el desarrollo de cada uno de nosotros, limitando el poder de los gobernantes y dejando libres a los ciudadanos para buscar su felicidad y responsables de cada acción para conseguirla. 
El Dr. Manuel Ayau, el Muso, dejó un legado de valentía, tenacidad, razón, humor fino y capacidad de lograr sueños.

Campeón de la libertad

Redacción República
04 de agosto, 2014

El pasado 4 de agosto se cumplieron cuatro años del fallecimiento del Dr. Manuel Ayau Cordón, quienes lo conocimos y respetamos lamentamos su partida. “Muso” como solíamos llamarlo (sobrenombre desde su infancia), era una persona apasionada por el conocimiento pero no cualquier conocimiento, le interesaba sobremanera las ideas relacionadas con la libertad, le interesaba saber el por qué había sociedades más prósperas que otras. 

El Dr. Ayau nació en Guatemala en 1925, se educó en los Estados Unidos y se graduó de ingeniero mecánico. Al regresar a su país natal, casado y con hijos, se pudo dar cuenta del contraste entre una sociedad rica y una pobre. Esto hizo que iniciara una búsqueda incansable a la razón de estas diferencias y cómo hacer para desarrollar Guatemala. 
En esta búsqueda encontró a sus pares con quienes compartía no sólo el deseo de mejorar su nivel de vida sino de impulsar el desarrollo de manera permanente en el país. Menuda tarea, lo cual me hace pensar que lo más sencillo para el Muso, hubiera sido regresar a Estados Unidos en lugar de quedarse y buscar hacer un cambio en un país cuyas ideas predominantes eran el abuso del poder, reparto de privilegios para los allegados así como el intervencionismo y socialismo. 
En medio de este ambiente hostil a la libertad, en 1959 el Muso y varios amigos fundan el Centro de Estudios Económicos-Sociales (CEES) con el propósito de aprender y difundir las ideas liberales. Todos eran autodidactas y discutían concienzudamente los textos que leían, convenciéndose cada vez más que la libertad era el camino hacia el progreso y por ello de la importancia de difundir estas ideas. 
Es en el seno del CEES donde surge la idea de formar una universidad que difundiera los principios éticos, económicos y jurídicos de una sociedad de personas libres y responsables. Con esta trascendental decisión cristalizaron todo el esfuerzo anterior por entender los principios liberales y cambiar para bien el futuro de Guatemala. Fue entonces cuando en 1971 se aprueba la creación de la Universidad Francisco Marroquín (UFM). 
El inicio de la UFM fue particularmente difícil. No fue bien recibida por su postura clara y contraria a las ideas imperantes en ese momento (todavía aún vigentes), pero eso no hizo cambiar de curso al Dr. Ayau quien tomó la batuta como Rector y le dio el empuje necesario para seguir adelante en su objetivo. Su coraje y valor quedaron demostrados en innumerables ocasiones, como cuando acudió a una graduación con chaleco antibalas por las amenazas de muerte recibidas por su labor de difusión de la libertad. 
Hoy muchos vemos a la UFM como un faro de luz que nos ayuda a encontrar el rumbo de las ideas correctas, de esas ideas que nos ayudan a convivir en una sociedad pacífica y próspera. 
El legado del Muso se puede encontrar en muchas partes, algunas plenamente visibles como la UFM, otras no tanto como su influencia en establecer límites al gobierno y dar más libertad a sus ciudadanos como la prohibición de echar a andar a “la maquinita” del Banco Central para prestarle dinero al gobierno, la ley de telecomunicaciones que permite a todos tener celulares a precios accesibles (un caso de éxito y estudio en otros países), así como el libre uso de moneda que nos permite decidir qué moneda usar en nuestros intercambios, así como poner a Guatemala como un referente en el mundo liberal y académico. 
El Dr. Ayau nos dejó pendiente su último proyecto ProReforma, en el cual buscó sentar las bases para tener una Constitución que permitiera el desarrollo de cada uno de nosotros, limitando el poder de los gobernantes y dejando libres a los ciudadanos para buscar su felicidad y responsables de cada acción para conseguirla. 
El Dr. Manuel Ayau, el Muso, dejó un legado de valentía, tenacidad, razón, humor fino y capacidad de lograr sueños.