Guatemala es escenario esta semana del 5to. Foro
Mundial de Empresarios Indígenas. Esta es una muy buena noticia porque reunirá
a empresarios, indígenas y no indígenas, de diferentes partes del mundo,
quienes compartirán sus experiencias en la gestión de negocios que impactan
positivamente en el desarrollo de sus familias y de sus comunidades. Ha sido el
Instituto de Liderazgo y Desarrollo Indígena, ILDI, con sede en Canadá, el
promotor de este foro mundial, y en esta ocasión se ha contado con
participación de hermanos indígenas de Guatemala en el comité organizador. A
este esfuerzo, también, se han sumado importantes empresas nacionales e
internacionales, con inversiones en diferentes sectores de la economía
nacional.

Yo soy un fiel
creyente y convencido de que en este sector –la empresarialidad
indígena- está el futuro del liderazgo indígena, con visión y perspectiva de
largo plazo y con proyecto de NACIÓN, en el que converge también el mundo no
indígena. Ya estudios anteriores sobre las relaciones interétnicas demuestran
que el comercio y la economía pueden ser el punto convergente de la Guatemala
indígena y la no indígena, en condiciones que generen oportunidad para todos.

Creo de hecho que no sólo a Guatemala sino a América
Latina, le hace muy bien pensar en una gran iniciativa regional que articule el
liderazgo y aporte del empresario indígena, y sean una voz con nuevas energías de
los pueblos originarios de la región, como lo está promoviendo el Instituto de
Liderazgo y Desarrollo Indígena.

No le parece alentador ver reunidos a los
empresarios indígenas de Perú, Ecuador, Guatemala, Bolivia, Chile, Canadá,
Estados Unidos, Panamá, Colombia, Nicaragua, y otros países de la región,
articulados en un foro regional, y que también tengan un rol protagónico no
sólo en proyectos económicos sino también en foros donde se discuten temas
políticos y sociales de interés mundial, como lo sería el caso de los
mecanismos de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, las reuniones del
Comité CERD, y los diálogos con los relatores de Naciones Unidas sobre Pueblos
Indígenas y sobre Formas Contemporáneas de Racismo, entre otros. A estos foros
solo ha llegado una perspectiva del sentir de los pueblos indígenas, y en aras
de la coherencia, es necesario que estos organismos y los propios pueblos
indígenas, hagamos el esfuerzo de llevar nuevas voces e iniciativas.

El 5to. Foro Mundial de Empresarios Indígenas será
una gran oportunidad de conocer experiencias sobre cómo los indígenas en Canadá
gestionan empresas relacionadas con recursos naturales, casinos y juegos de
entretenimiento. Pero también habrá experiencias como las de nuestro país, donde
se debería mencionar el emprendimiento de la mujer indígena, el caso de San
Francisco El Alto, Chupol y de Chichicastenango, por citar algunos.

Vislumbrado hacia el futuro, un sector estratégico
y económicamente muy poderoso donde el empresariado indígena de la región
pueden incursionar con éxito es el de la salud. La sistematización del saber ancestral
de los pueblos originarios tiene mucho que compartir al mundo en materia de
salud. Tantos millones de dólares de la cooperación internacional bien
invertidos, desde hace muchos años, en materia de investigación y ciencia en
salud indígenas ya estarían dando resultados y generando ingresos importantes
para el desarrollo comunitario. Sin embargo, lo que hemos tenido ha sido un
sinnúmero de “proyectos” que se quedaron en la “esfera cultural”, que si bien
son importantes, estratégicamente lo son más importantes aquellos esfuerzos
económicos que le permitan a las comunidades y las poblaciones generarse las
oportunidades para acceder a más educación, mejor salud, mejor infraestructura
productiva.

Los emprendedores indígenas serán un sector
estratégico y articulador de proyectos, no sólo de orden económico, sino de
transformación nacional.