Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

La Guerra Perdida de Estados Unidos

Redacción República
08 de octubre, 2014

La Guerra contra la Pobreza en Estados
Unidos es un perfecto ejemplo de las consecuencias no intencionadas (negativas)
de programas sociales. Todavía se debate
si ha sido un éxito o un fracaso, pero, en serio, si después de gastar $21.5
trillones a lo largo de 50 años, si todavía se medita si algo fue bueno o malo,
es que fue malo. El Presidente Lyndon B.
Johnson declaro la meta de la Guerra contra la Pobreza como la mitigación y la
prevención de la pobreza, en 2014. No
solo no se ha movido la barra contra la pobreza, los programas sociales
Americanos han hecho de los pobres comunidades enteras de seres dependientes,
disfuncionales, carentes de dignidad humana.


Tomando como base la familia de dos
adultos con dos niños, según cifras oficiales del gobierno federal,[1]
unos 27% de Americanos vivían en pobreza.
Ya para 2012, había subido a 29%.
Los resultados se dejan ver aun peor, si uno analiza mas profundamente
los datos. Entre 1967 y 2012, el
Producto Interno Bruto Real (PPCR) de EE.UU. subió 127% de $23,706 a
$52,809. De aquí resulta que una familia
de 4 tenia que captar 27% de se parte proporcional del PPCR en 1967, pero
tan solo el 12% en 2012. Aun asi, menos
personas lo podían hacer en 2012 que en 1967!


Ayudar a los pobres es una buena
intención, es noble y loable. Pero aquí
entran en juego las consecuencias no intencionadas. Los programas sociales American son en su
conjunto un sistema de incentivos no alineados e incluso perversos, que han
corrompido los valores de las personas que reciben el “apoyo” de la monstruosidad
en la que se ha convertido el gobierno federal de EE.UU.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

El gobierno federal de EE.UU. otorga
asistencia social a familias en pobreza, pero no de igual manera si un hombre
vive en el hogar, y da mas dinero a medida que se encuentren mas niños en el
hogar. ¿Qué paso? El hombre se fue de la casa, y mas niños
nacieron fuera de matrimonio. A
principios de los años de la década de 1960, el 23% de los niños afroamericanos
nacían fuera de matrimonio. Hoy es arriba
de 73%.

El Estado Benefactor transfirió el costo
de mantener a niños nacidos fuera de matrimonio de la misma familia extendida,
a un grupo de tributarios, muy probablemente fuera de la comunidad en que se
encontraban dichos niños.


En términos generales, se dio la receta
perfecta para crear no solo pobreza, sino delincuencia, inseguridad, y la fuga
de la inversión local. La clase media
huyó de las ciudades, dados los peligros inherentes de los sistemas de
educación pública, sobre todo cuando a los ingenieros sociales se les ocurrió
obligar a niños “ricos” tomar el bus para estudiar en los peores barrios de la
ciudad. Al moverse de la ciudad, las
mujeres clasemedieras empezaron a trabajar fuera del hogar, para mandar a sus
hijos a las mejores escuelas; por lo tanto tuvieron menos hijos, a los que les
daba un cuidado de mayor calidad.


Eximidos de parte de la responsabilidad
de cuidarse ellos mismos en su vejez, los Americanos empezaron a ahorrar
menos. La tasa de ahorro personal bajo
del 12% a menos del 6%. Aquí se debe
considerar el peor costo económico, el que no se ve. Con menos ahorros agregados, hubo menos
inversión, menos crecimiento económico y menos creación de empleo.


La Guerra contra la Pobreza se convirtió
en el perfecto circulo vicioso. Mas
gente nacida en la pobreza, menos capacidad individual de salir de ella, y
menos capacidad colectiva para propiciar las únicas condiciones que podrían
sacar a los pobres de la pobreza, crecimiento económico y la creación de
empleo. Juntado con políticas de salario
mínimo (vendido falsamente como ingreso mínimo), se crearon los incentivos
entre los jóvenes pobres de escoger la dependencia como forma de vida. Si una joven pobre afro-americana quisiera
escaparse del control de su madre (porque el padre no esta), puede decidir
tener un bebe. El estado le dará
apartamento, y un cheque mensual. Encima
de esto, el gobierno federal abdico su responsabilidad de proteger las
fronteras, permitiendo la entrada de millones de inmigrantes indocumentados,
que tomaron los trabajos, de manera informal (y racional), que los jóvenes
afroamericanos ya no consideraban dignos de hacer, cuando el estado pagaba por
no hacer nada.


Era de esperar que jóvenes ociosos juntados
en un ambiente urbano tornaran a la violencia y el pandillerismo. Los valores del pandillerismo desplazaron los
valores de la familia, y por supuesto, en un espacio público donde ni se podía
mencionar a Dios. Mas varones
afroamericanos paran (merecidamente) en la cárcel que en la universidad. De nuevo, la receta perfecta para la
propagación de la pobreza.

[1] “Anchored Supplemental Poverty Measure Before Taxes and
Transfers*” (ASPMBTAT).

La Guerra Perdida de Estados Unidos

Redacción República
08 de octubre, 2014

La Guerra contra la Pobreza en Estados
Unidos es un perfecto ejemplo de las consecuencias no intencionadas (negativas)
de programas sociales. Todavía se debate
si ha sido un éxito o un fracaso, pero, en serio, si después de gastar $21.5
trillones a lo largo de 50 años, si todavía se medita si algo fue bueno o malo,
es que fue malo. El Presidente Lyndon B.
Johnson declaro la meta de la Guerra contra la Pobreza como la mitigación y la
prevención de la pobreza, en 2014. No
solo no se ha movido la barra contra la pobreza, los programas sociales
Americanos han hecho de los pobres comunidades enteras de seres dependientes,
disfuncionales, carentes de dignidad humana.


Tomando como base la familia de dos
adultos con dos niños, según cifras oficiales del gobierno federal,[1]
unos 27% de Americanos vivían en pobreza.
Ya para 2012, había subido a 29%.
Los resultados se dejan ver aun peor, si uno analiza mas profundamente
los datos. Entre 1967 y 2012, el
Producto Interno Bruto Real (PPCR) de EE.UU. subió 127% de $23,706 a
$52,809. De aquí resulta que una familia
de 4 tenia que captar 27% de se parte proporcional del PPCR en 1967, pero
tan solo el 12% en 2012. Aun asi, menos
personas lo podían hacer en 2012 que en 1967!


Ayudar a los pobres es una buena
intención, es noble y loable. Pero aquí
entran en juego las consecuencias no intencionadas. Los programas sociales American son en su
conjunto un sistema de incentivos no alineados e incluso perversos, que han
corrompido los valores de las personas que reciben el “apoyo” de la monstruosidad
en la que se ha convertido el gobierno federal de EE.UU.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

El gobierno federal de EE.UU. otorga
asistencia social a familias en pobreza, pero no de igual manera si un hombre
vive en el hogar, y da mas dinero a medida que se encuentren mas niños en el
hogar. ¿Qué paso? El hombre se fue de la casa, y mas niños
nacieron fuera de matrimonio. A
principios de los años de la década de 1960, el 23% de los niños afroamericanos
nacían fuera de matrimonio. Hoy es arriba
de 73%.

El Estado Benefactor transfirió el costo
de mantener a niños nacidos fuera de matrimonio de la misma familia extendida,
a un grupo de tributarios, muy probablemente fuera de la comunidad en que se
encontraban dichos niños.


En términos generales, se dio la receta
perfecta para crear no solo pobreza, sino delincuencia, inseguridad, y la fuga
de la inversión local. La clase media
huyó de las ciudades, dados los peligros inherentes de los sistemas de
educación pública, sobre todo cuando a los ingenieros sociales se les ocurrió
obligar a niños “ricos” tomar el bus para estudiar en los peores barrios de la
ciudad. Al moverse de la ciudad, las
mujeres clasemedieras empezaron a trabajar fuera del hogar, para mandar a sus
hijos a las mejores escuelas; por lo tanto tuvieron menos hijos, a los que les
daba un cuidado de mayor calidad.


Eximidos de parte de la responsabilidad
de cuidarse ellos mismos en su vejez, los Americanos empezaron a ahorrar
menos. La tasa de ahorro personal bajo
del 12% a menos del 6%. Aquí se debe
considerar el peor costo económico, el que no se ve. Con menos ahorros agregados, hubo menos
inversión, menos crecimiento económico y menos creación de empleo.


La Guerra contra la Pobreza se convirtió
en el perfecto circulo vicioso. Mas
gente nacida en la pobreza, menos capacidad individual de salir de ella, y
menos capacidad colectiva para propiciar las únicas condiciones que podrían
sacar a los pobres de la pobreza, crecimiento económico y la creación de
empleo. Juntado con políticas de salario
mínimo (vendido falsamente como ingreso mínimo), se crearon los incentivos
entre los jóvenes pobres de escoger la dependencia como forma de vida. Si una joven pobre afro-americana quisiera
escaparse del control de su madre (porque el padre no esta), puede decidir
tener un bebe. El estado le dará
apartamento, y un cheque mensual. Encima
de esto, el gobierno federal abdico su responsabilidad de proteger las
fronteras, permitiendo la entrada de millones de inmigrantes indocumentados,
que tomaron los trabajos, de manera informal (y racional), que los jóvenes
afroamericanos ya no consideraban dignos de hacer, cuando el estado pagaba por
no hacer nada.


Era de esperar que jóvenes ociosos juntados
en un ambiente urbano tornaran a la violencia y el pandillerismo. Los valores del pandillerismo desplazaron los
valores de la familia, y por supuesto, en un espacio público donde ni se podía
mencionar a Dios. Mas varones
afroamericanos paran (merecidamente) en la cárcel que en la universidad. De nuevo, la receta perfecta para la
propagación de la pobreza.

[1] “Anchored Supplemental Poverty Measure Before Taxes and
Transfers*” (ASPMBTAT).