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Prime Time político

Redacción República
03 de noviembre, 2014

La semana anterior el Congreso de la República eligió al diputado Luis Rabbé Tejada como su Presidente para el período 2015-2016. La elección del diputado Rabbé es sumamente sorprendente, ya que no cuenta con una bancada que respalde su trabajo legislativo y su aporte a la política guatemalteca ha sido nulo. Las críticas y señalamientos durante su gestión al frente de Ministerio de Comunicaciones fueron muchas y muy serias, trabajo realizado durante la gestión del terriblemente corrupto Frente Republicano Guatemalteco.

El incentivo para votar a favor de Rabbé Tejada por parte de las bancadas del Partido Patriota, Creo y UNE es diferente. El Partido Patriota necesitaba un diputado externo para poder comenzar a negociar su no exclusión de la Junta Directiva del Congreso. En el caso de la bancada Creo, su incentivo va más por el lado de no dañar la relación profunda que existe entre su nuevo aliado

político, el partido Unionista, con los canales de televisión abierta. Por su parte, la bancada Unidad Nacional de la Esperanza dejó por un lado las negociaciones con las bancadas Líder y Todos, y se unió a la nueva propuesta con el objetivo de preparar el terreno ante la llegada de la carrera electoral.

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Rabbé ejemplifica la perversidad del modelo televisivo de Guatemala, ya que todo su poder político se basa en el control de los únicos cuatro canales de señal abierta VHF (Very High Frequency) que operan en el país. Las otras dos frecuencias disponibles tienen poca capacidad de operación, ya que una fue asignada a la Academia de Lenguas Mayas y la segunda pertenece al Congreso de la República.

Las frecuencias VHF van del 1 al 13 en los sintonizadores de televisión, pero la frecuencia del Canal 1 es inoperable y se debe de dejar una frecuencia entre cada canal. Las frecuencias VHF tienen mayor alcance y su operación requiere menor consumo energético que las frecuencias UHF (Ultra High Frequency).

Guatemala es uno de los pocos países del mundo que utilizan el modelo de concesionar las señales de VHF a un solo consorcio, ya esto limita la competencia, concentra el poder difusión de ideas y limita la libre emisión del pensamiento.

En lo personal me parece totalmente absurdo pensar en que el Congreso de la República opere la señal de Canal 9, ya que la función de esa institución es legislar, no buscar o producir contenidos para un canal de televisión. Por otro lado, en un país con hambre, analfabetismo, carencia de servicios de salud y un terrible sistema de seguridad pública, el ocupar recursos estatales en la operación de un canal de televisión es muestra nuestra pésima priorización del gasto.

En el caso de la señal de Canal 5, el acuerdo por el cual se concede la frecuencia a la Academia de Lenguas Mayas es absolutamente injusto. El acuerdo otorga a la Academia la posibilidad de operar la frecuencia, pero le imposibilita comercializar sus espacios, por ende en imposible obtener los millonarios recursos necesarios para poder producir contenidos de calidad.

Guatemala necesita una verdadera competencia televisiva. Si queremos explotar el talento de todos los realizadores que hoy están produciendo productos televisivos de calidad, muchos de ellos premiados a nivel internacional, debemos abrir el mercado televisivo a la competencia.

Debemos ser mejores en nuestro ámbito y buscar que los mejores lleguen a los espacios más importantes de debate, información y entretenimiento del espectro televisivo.​

Prime Time político

Redacción República
03 de noviembre, 2014

La semana anterior el Congreso de la República eligió al diputado Luis Rabbé Tejada como su Presidente para el período 2015-2016. La elección del diputado Rabbé es sumamente sorprendente, ya que no cuenta con una bancada que respalde su trabajo legislativo y su aporte a la política guatemalteca ha sido nulo. Las críticas y señalamientos durante su gestión al frente de Ministerio de Comunicaciones fueron muchas y muy serias, trabajo realizado durante la gestión del terriblemente corrupto Frente Republicano Guatemalteco.

El incentivo para votar a favor de Rabbé Tejada por parte de las bancadas del Partido Patriota, Creo y UNE es diferente. El Partido Patriota necesitaba un diputado externo para poder comenzar a negociar su no exclusión de la Junta Directiva del Congreso. En el caso de la bancada Creo, su incentivo va más por el lado de no dañar la relación profunda que existe entre su nuevo aliado

político, el partido Unionista, con los canales de televisión abierta. Por su parte, la bancada Unidad Nacional de la Esperanza dejó por un lado las negociaciones con las bancadas Líder y Todos, y se unió a la nueva propuesta con el objetivo de preparar el terreno ante la llegada de la carrera electoral.

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Rabbé ejemplifica la perversidad del modelo televisivo de Guatemala, ya que todo su poder político se basa en el control de los únicos cuatro canales de señal abierta VHF (Very High Frequency) que operan en el país. Las otras dos frecuencias disponibles tienen poca capacidad de operación, ya que una fue asignada a la Academia de Lenguas Mayas y la segunda pertenece al Congreso de la República.

Las frecuencias VHF van del 1 al 13 en los sintonizadores de televisión, pero la frecuencia del Canal 1 es inoperable y se debe de dejar una frecuencia entre cada canal. Las frecuencias VHF tienen mayor alcance y su operación requiere menor consumo energético que las frecuencias UHF (Ultra High Frequency).

Guatemala es uno de los pocos países del mundo que utilizan el modelo de concesionar las señales de VHF a un solo consorcio, ya esto limita la competencia, concentra el poder difusión de ideas y limita la libre emisión del pensamiento.

En lo personal me parece totalmente absurdo pensar en que el Congreso de la República opere la señal de Canal 9, ya que la función de esa institución es legislar, no buscar o producir contenidos para un canal de televisión. Por otro lado, en un país con hambre, analfabetismo, carencia de servicios de salud y un terrible sistema de seguridad pública, el ocupar recursos estatales en la operación de un canal de televisión es muestra nuestra pésima priorización del gasto.

En el caso de la señal de Canal 5, el acuerdo por el cual se concede la frecuencia a la Academia de Lenguas Mayas es absolutamente injusto. El acuerdo otorga a la Academia la posibilidad de operar la frecuencia, pero le imposibilita comercializar sus espacios, por ende en imposible obtener los millonarios recursos necesarios para poder producir contenidos de calidad.

Guatemala necesita una verdadera competencia televisiva. Si queremos explotar el talento de todos los realizadores que hoy están produciendo productos televisivos de calidad, muchos de ellos premiados a nivel internacional, debemos abrir el mercado televisivo a la competencia.

Debemos ser mejores en nuestro ámbito y buscar que los mejores lleguen a los espacios más importantes de debate, información y entretenimiento del espectro televisivo.​