Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Reflexiones sobre “El indígena feo”

Redacción
20 de noviembre, 2014

Semanas atrás, Martín Banús publicó en La Hora su columna de opinión “El indígena feo”.
En está ocasión, quiero aprovechar este espacio para hacer algunas reflexiones sobre el contenido de la misma, y lo que provocó en varios de nosotros.

1) Defendemos la libertad de expresión siempre en cuando piensen igual que nosotros.

Me parece patético el intento que tuvieron algunos por censurar la columna de Banús, y los señalamientos que hicieron a La Hora por su “irresponsabilidad” de haberlo publicado.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Exigimos más debate, pero cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, optamos por el camino más fácil de descalificar a la persona y no a sus argumentos.

Seguimos siendo presas de ese incesto intelectual, en dónde escuchamos y leemos solo a aquellos que piensan de forma similar a nosotros como una forma narcisista y egocentrista de afirmar que lo que pensamos es lo correcto, y no nos atrevemos a cuestionar nuestras propias creencias.

No digo que el caso de Banús nos va a hacer cambiar de parecer con respecto al racismo, y pensar que el indígena es pobre por que quiere. Pero definitivamente nos ayuda a reforzar la necesidad de luchar contra la discriminación, y entender que la opinión de Martín no es aislada, sino al contrario, representa a muchos de nosotros, lo cual me lleva a mi segundo punto.

2) Martín Banús somos todos

Mi intención no es defender la postura de Banús, ni mucho menos respaldar esa visión tan superficial de los indígenas. Mi intención es que la critica hacía él nos sirva para analizarnos a nosotros mismos también, y evitar caer en esa postura doble moralista. Por qué el racismo que evidencia Martín no es un racismo individual, es un racismo colectivo, que es producto de nuestra sociedad determinista y que no solo ocurre entre ladinos e indígenas, sino sucede en otros ámbitos también.

Lo que trato de decir con esto es que todos hemos sido –en más de alguna ocasión- racistas o discriminadores, y que esto se debe en cierta medida a nuestra propia cultura y a nuestra propia sociedad que nos ha influenciado a actuar así, por que cosas tan sencillas como en dónde vivimos o a qué universidad asistimos pueden determinar nuestras amistades, nuestros trabajos y hasta nuestra pareja sentimental.

Ejemplo de ello es como cuando conocemos a alguien por primera vez, y nuestra reacción inmediata es preguntarles sobre su apellido, o sobre dónde viven o en dónde estudiaron, por que de alguna manera eso nos ayuda a saber si son de nuestro mismo grupo o estrato social; nos permite identificarnos con ellos o descalificarlos.

En fin, mi reflexión final y puntal es que “El indígena feo” es un buen inicio para discutir sobre el racismo inherente de nuestra cultura, tanto a nivel de colectivo como a nivel personal. Saquémosle provecho a tan polémica columna de opinión, y empecemos a discutir esos temas que tantos nos incomodan, pero que siguen siendo de los principales obstáculos para nuestro desarrollo.

Reflexiones sobre “El indígena feo”

Redacción
20 de noviembre, 2014

Semanas atrás, Martín Banús publicó en La Hora su columna de opinión “El indígena feo”.
En está ocasión, quiero aprovechar este espacio para hacer algunas reflexiones sobre el contenido de la misma, y lo que provocó en varios de nosotros.

1) Defendemos la libertad de expresión siempre en cuando piensen igual que nosotros.

Me parece patético el intento que tuvieron algunos por censurar la columna de Banús, y los señalamientos que hicieron a La Hora por su “irresponsabilidad” de haberlo publicado.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Exigimos más debate, pero cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, optamos por el camino más fácil de descalificar a la persona y no a sus argumentos.

Seguimos siendo presas de ese incesto intelectual, en dónde escuchamos y leemos solo a aquellos que piensan de forma similar a nosotros como una forma narcisista y egocentrista de afirmar que lo que pensamos es lo correcto, y no nos atrevemos a cuestionar nuestras propias creencias.

No digo que el caso de Banús nos va a hacer cambiar de parecer con respecto al racismo, y pensar que el indígena es pobre por que quiere. Pero definitivamente nos ayuda a reforzar la necesidad de luchar contra la discriminación, y entender que la opinión de Martín no es aislada, sino al contrario, representa a muchos de nosotros, lo cual me lleva a mi segundo punto.

2) Martín Banús somos todos

Mi intención no es defender la postura de Banús, ni mucho menos respaldar esa visión tan superficial de los indígenas. Mi intención es que la critica hacía él nos sirva para analizarnos a nosotros mismos también, y evitar caer en esa postura doble moralista. Por qué el racismo que evidencia Martín no es un racismo individual, es un racismo colectivo, que es producto de nuestra sociedad determinista y que no solo ocurre entre ladinos e indígenas, sino sucede en otros ámbitos también.

Lo que trato de decir con esto es que todos hemos sido –en más de alguna ocasión- racistas o discriminadores, y que esto se debe en cierta medida a nuestra propia cultura y a nuestra propia sociedad que nos ha influenciado a actuar así, por que cosas tan sencillas como en dónde vivimos o a qué universidad asistimos pueden determinar nuestras amistades, nuestros trabajos y hasta nuestra pareja sentimental.

Ejemplo de ello es como cuando conocemos a alguien por primera vez, y nuestra reacción inmediata es preguntarles sobre su apellido, o sobre dónde viven o en dónde estudiaron, por que de alguna manera eso nos ayuda a saber si son de nuestro mismo grupo o estrato social; nos permite identificarnos con ellos o descalificarlos.

En fin, mi reflexión final y puntal es que “El indígena feo” es un buen inicio para discutir sobre el racismo inherente de nuestra cultura, tanto a nivel de colectivo como a nivel personal. Saquémosle provecho a tan polémica columna de opinión, y empecemos a discutir esos temas que tantos nos incomodan, pero que siguen siendo de los principales obstáculos para nuestro desarrollo.