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La elección de contraloría en impasse

Redacción
28 de noviembre, 2014

La elección de Contralor General se encuentra en un atasco, producto del faccionalismo que impera en la postuladora. De un lado del cuadrilátero, Excelencia Profesional promociona la candidatura de Sergio Pérez, y cuenta con cinco comisionados. Del otro lado, Dignidad Profesional promueve Carlos Mencos, y cuenta con tres votos. Junto a ellos, los decanos Rolando Secaida y Enmer Luch de San Carlos y Rural, han apoyado a ambos candidatos.

En un inicio, ambas agrupaciones optaron por promocionar separadamente a sus aspirantes; pero luego de la primera ronda de votaciones, Excelencia y Dignidad alcanzaron un acuerdo para votar en bloque. Pero aún así, a duras penas alcanzan 10 de los 13 votos necesarios para designar candidatos al listado final.

Frente a estas agrupaciones gremiales, el Rector Cyriano Ruiz de la Da Vinci, los siete decanos restantes de las Universidades y el representante de Fortaleza Profesional se posicionan como referentes de autonomía. Y entre ellos, ha destacado el papel de Ruiz, de Fritz Thomas de la Marroquín, y de Ligia García de la Rafael Landívar, quienes han liderado el esfuerzo por impedir que los intereses gremiales primen sobre la autonomía del órgano contralor. En subsiguientes rondas de votación, este grupo ha mostrado su apoyo por Carlos Echeverría, ex decano de la Rural. Pero al igual que con Mencos y Pérez, el número mágico de 13 no llega.

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No obstante, bajo este balance de fuerzas, romper el impasse requiere de un acuerdo entre el grupo de las Universidades y la alianza Excelencia/Dignidad. Y por lo visto, la condición que ponen los decanos es dejar fuera de la lista a Pérez y a Mencos, quienes contarían con la venia del oficialismo para ocupar el cargo de Contralor.

En un contexto en que el modelo de las Comisiones de Postulación se ha cuestionado luego de la golpeada elección de cortes, la evolución del actual proceso para Contralor General permite extrapolar una conclusión sobre el mundo de las postuladoras:

Que la cooptación de intereses espurios se produce principalmente en los Colegios. Al igual que en el gremio de juristas, son algunos decanos quienes constituyen la reserva moral del proceso. En el caso de la elección de Contralor, el diseño de la Comisión aún le otorga derecho de veto a los decanos, pues entran en igualdad de números que sus contrapartes gremiales. Esto no ocurrió en la elección de Cortes, en donde la representación del Colegio de Abogados sumada a la de magistrados, minimiza la influencia de la Academia.

En el marco de una elección poco auditada, dónde la veeduría de sociedad civil ha sido débil en comparación la elección de Fiscal General y magistrados, y dónde fincan los intereses de las redes de corrupción que apelan a mantener su acceso al patrimonio del Estado, el rol de los decanos es evitar que los intereses extra-Postuladora alcancen el objetivo de colocar candidatos comprometidos con causas externas.

La elección de contraloría en impasse

Redacción
28 de noviembre, 2014

La elección de Contralor General se encuentra en un atasco, producto del faccionalismo que impera en la postuladora. De un lado del cuadrilátero, Excelencia Profesional promociona la candidatura de Sergio Pérez, y cuenta con cinco comisionados. Del otro lado, Dignidad Profesional promueve Carlos Mencos, y cuenta con tres votos. Junto a ellos, los decanos Rolando Secaida y Enmer Luch de San Carlos y Rural, han apoyado a ambos candidatos.

En un inicio, ambas agrupaciones optaron por promocionar separadamente a sus aspirantes; pero luego de la primera ronda de votaciones, Excelencia y Dignidad alcanzaron un acuerdo para votar en bloque. Pero aún así, a duras penas alcanzan 10 de los 13 votos necesarios para designar candidatos al listado final.

Frente a estas agrupaciones gremiales, el Rector Cyriano Ruiz de la Da Vinci, los siete decanos restantes de las Universidades y el representante de Fortaleza Profesional se posicionan como referentes de autonomía. Y entre ellos, ha destacado el papel de Ruiz, de Fritz Thomas de la Marroquín, y de Ligia García de la Rafael Landívar, quienes han liderado el esfuerzo por impedir que los intereses gremiales primen sobre la autonomía del órgano contralor. En subsiguientes rondas de votación, este grupo ha mostrado su apoyo por Carlos Echeverría, ex decano de la Rural. Pero al igual que con Mencos y Pérez, el número mágico de 13 no llega.

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No obstante, bajo este balance de fuerzas, romper el impasse requiere de un acuerdo entre el grupo de las Universidades y la alianza Excelencia/Dignidad. Y por lo visto, la condición que ponen los decanos es dejar fuera de la lista a Pérez y a Mencos, quienes contarían con la venia del oficialismo para ocupar el cargo de Contralor.

En un contexto en que el modelo de las Comisiones de Postulación se ha cuestionado luego de la golpeada elección de cortes, la evolución del actual proceso para Contralor General permite extrapolar una conclusión sobre el mundo de las postuladoras:

Que la cooptación de intereses espurios se produce principalmente en los Colegios. Al igual que en el gremio de juristas, son algunos decanos quienes constituyen la reserva moral del proceso. En el caso de la elección de Contralor, el diseño de la Comisión aún le otorga derecho de veto a los decanos, pues entran en igualdad de números que sus contrapartes gremiales. Esto no ocurrió en la elección de Cortes, en donde la representación del Colegio de Abogados sumada a la de magistrados, minimiza la influencia de la Academia.

En el marco de una elección poco auditada, dónde la veeduría de sociedad civil ha sido débil en comparación la elección de Fiscal General y magistrados, y dónde fincan los intereses de las redes de corrupción que apelan a mantener su acceso al patrimonio del Estado, el rol de los decanos es evitar que los intereses extra-Postuladora alcancen el objetivo de colocar candidatos comprometidos con causas externas.