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Tú ya eres alguien

Redacción
31 de diciembre, 2014

De pequeño escuche muchas veces decir a mis padres y abuelos que hay que estudiar para ser alguien en la vida, para ser mejor ciudadano, tener acceso a un mejor sueldo, mejores condiciones de vida en general. Y en el colegio, tanto en primaria como secundaria, dichas frases te las repetían. Con el pasar de los años de estudio, cada uno se va dando cuenta que esas frases son verdades. Conoces a primos que han estudiado y tienen un buen trabajo, sostienes conversaciones muy agradables con personas mayores que han ido a la Universidad, y constantemente oyes a muchos hombres y mujeres mayores arrepentirse de no haber estudiado más. También ves a personas mayores retomar sus estudios, y lees en la prensa noticias de hombres y mujeres que han sido y son exitosas gracias a las oportunidades de estudios que tuvieron.

Estudiar se convierte en una obsesión para tus papas al principio, quienes se sacrifican por enviarte al mejor colegio que su presupuesto se los permite, hay muchos esfuerzos por darte las mejores herramientas, como libros, lapiceros, computadoras, etc. Luego para tus maestros se vuelve una obsesión, te castigan si no haces la tarea, te dan sermones de lo importante que es y que será la escuela en tu vida. Luego tu mismo te das cuenta que debes estudiar más, así que decides trabajar para pagarte tus estudios. Es más, el Gobierno o los Gobiernos también están obsesionados con que todos los habitantes estudien más y más y más. Muchos aseguran que cuando los ciudadanos reciben educación, hay crecimiento económico y mejores instituciones políticas, sociales y económicas.

Incluso quienes somos parte de la academia vemos con mucha alegría que nuestros ex alumnos logren o alcanzan grandes cosas.

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La primera parte del mensaje es: manda a la escuela a tus hijos, ve tu a la universidad, lee más en el 2015, aprovecha la tecnología para oír conferencias, etc. Sin lugar a dudas eso te hará mejor persona.

Pero hay una lección muy grande alrededor de la educación que recibí en este 2014, y la quiero compartir como mensaje de fin de año. Dando una conferencia a alumnos de tercero básico en una escuela de la ciudad de Quetzaltenango, les pregunte a los chicos ¿por qué están estudiando? Y las respuestas muy similares al primer párrafo; para ser alguien en la vida, para ganar más, para ser mejores, etc. De repente oí a una chica que dice que ella no está de acuerdo, que venir a la escuela no nos hace ser alguien en la vida. Muy sorprendido pregunto, ¿Por qué dices eso? (Y me dio la respuesta más fascinante del 2014 y tal vez de muchos otros años) porque yo ya soy alguien en la vida. Le dije tienes toda la razón, cada uno de nosotros ya somos alguien en la vida, Dios nos regalo esa gracia, y lo que nos queda es pulir lo que somos, descubrir nuestra esencia, nada de lo que tengamos o hagamos nos hará alguien en la vida, porque ya somos desde que nacemos alguien en la vida.

Si tú quieres tener algo o alcanzar alguna meta para ser “alguien en la vida” corres el riesgo de no lograrlo, pues si te hace falta algo para ser alguien hoy probablemente también te haga falta mañana. Por ejemplo, si tú crees que necesitas una casa propia para ser alguien en la vida, (pues ves a otros que tienes casa y que son felices) siempre vas a encontrar alguien que tiene una casa más bonita y grande, lo que te hará pensar que para “ser alguien” necesitas ahora una casa mas grade. La envidia no se detiene. Lo único que detiene la envidia, (que por cierto es el pecado capital que abre la puerta a muchos otros pecados) es sentirse bien con uno mismo, saber que tu ya eres alguien en la vida, y que tu misión no es buscar ser alguien, que tu misión es perfeccionar el que ya eres.

No soy un filosofo ni un estudioso de la moral, solo quiero compartir esta profunda reflexión de una chica de 14 años. Que el 2015 nos ayuda a descubrir nuestros talentos, a usarlos y mejorarlos. Que nos ayude a comprender que amarnos a nosotros mismos es el primer paso para ser felices, y el segundo es dedicar cada vez más tiempo a las actividades que nos gustan, teniendo en mente que venimos a este mundo a amar. A amarnos a nosotros a nuestros hijos, a nuestra pareja, y dentro de mas personas estén en nuestro corazón más felices seremos. Feliz 2015.

Tú ya eres alguien

Redacción
31 de diciembre, 2014

De pequeño escuche muchas veces decir a mis padres y abuelos que hay que estudiar para ser alguien en la vida, para ser mejor ciudadano, tener acceso a un mejor sueldo, mejores condiciones de vida en general. Y en el colegio, tanto en primaria como secundaria, dichas frases te las repetían. Con el pasar de los años de estudio, cada uno se va dando cuenta que esas frases son verdades. Conoces a primos que han estudiado y tienen un buen trabajo, sostienes conversaciones muy agradables con personas mayores que han ido a la Universidad, y constantemente oyes a muchos hombres y mujeres mayores arrepentirse de no haber estudiado más. También ves a personas mayores retomar sus estudios, y lees en la prensa noticias de hombres y mujeres que han sido y son exitosas gracias a las oportunidades de estudios que tuvieron.

Estudiar se convierte en una obsesión para tus papas al principio, quienes se sacrifican por enviarte al mejor colegio que su presupuesto se los permite, hay muchos esfuerzos por darte las mejores herramientas, como libros, lapiceros, computadoras, etc. Luego para tus maestros se vuelve una obsesión, te castigan si no haces la tarea, te dan sermones de lo importante que es y que será la escuela en tu vida. Luego tu mismo te das cuenta que debes estudiar más, así que decides trabajar para pagarte tus estudios. Es más, el Gobierno o los Gobiernos también están obsesionados con que todos los habitantes estudien más y más y más. Muchos aseguran que cuando los ciudadanos reciben educación, hay crecimiento económico y mejores instituciones políticas, sociales y económicas.

Incluso quienes somos parte de la academia vemos con mucha alegría que nuestros ex alumnos logren o alcanzan grandes cosas.

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La primera parte del mensaje es: manda a la escuela a tus hijos, ve tu a la universidad, lee más en el 2015, aprovecha la tecnología para oír conferencias, etc. Sin lugar a dudas eso te hará mejor persona.

Pero hay una lección muy grande alrededor de la educación que recibí en este 2014, y la quiero compartir como mensaje de fin de año. Dando una conferencia a alumnos de tercero básico en una escuela de la ciudad de Quetzaltenango, les pregunte a los chicos ¿por qué están estudiando? Y las respuestas muy similares al primer párrafo; para ser alguien en la vida, para ganar más, para ser mejores, etc. De repente oí a una chica que dice que ella no está de acuerdo, que venir a la escuela no nos hace ser alguien en la vida. Muy sorprendido pregunto, ¿Por qué dices eso? (Y me dio la respuesta más fascinante del 2014 y tal vez de muchos otros años) porque yo ya soy alguien en la vida. Le dije tienes toda la razón, cada uno de nosotros ya somos alguien en la vida, Dios nos regalo esa gracia, y lo que nos queda es pulir lo que somos, descubrir nuestra esencia, nada de lo que tengamos o hagamos nos hará alguien en la vida, porque ya somos desde que nacemos alguien en la vida.

Si tú quieres tener algo o alcanzar alguna meta para ser “alguien en la vida” corres el riesgo de no lograrlo, pues si te hace falta algo para ser alguien hoy probablemente también te haga falta mañana. Por ejemplo, si tú crees que necesitas una casa propia para ser alguien en la vida, (pues ves a otros que tienes casa y que son felices) siempre vas a encontrar alguien que tiene una casa más bonita y grande, lo que te hará pensar que para “ser alguien” necesitas ahora una casa mas grade. La envidia no se detiene. Lo único que detiene la envidia, (que por cierto es el pecado capital que abre la puerta a muchos otros pecados) es sentirse bien con uno mismo, saber que tu ya eres alguien en la vida, y que tu misión no es buscar ser alguien, que tu misión es perfeccionar el que ya eres.

No soy un filosofo ni un estudioso de la moral, solo quiero compartir esta profunda reflexión de una chica de 14 años. Que el 2015 nos ayuda a descubrir nuestros talentos, a usarlos y mejorarlos. Que nos ayude a comprender que amarnos a nosotros mismos es el primer paso para ser felices, y el segundo es dedicar cada vez más tiempo a las actividades que nos gustan, teniendo en mente que venimos a este mundo a amar. A amarnos a nosotros a nuestros hijos, a nuestra pareja, y dentro de mas personas estén en nuestro corazón más felices seremos. Feliz 2015.