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Luces y sombras del Gobierno de Otto Pérez Molina

Eder Juarez
14 de enero, 2015

El 14 de enero de 2012 inició el Gobierno del general retirado Otto Fernando Pérez Molina, primer militar electo popularmente en la nueva era democrática de Guatemala, que se inició en 1985. Un Gobierno que se esperaba fuera quien combatiera los problemas de inseguridad que vivían miles de guatemaltecos, y aunque a tres años de aquel inicio se ha logrado una reducción importante en la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, que de 39 bajó a 31, aunque la percepción de los guatemaltecos sigue siendo de inseguridad.

Pero no sólo era esperanzador en temas de inseguridad, sino de la lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia, que con el pasar del tiempo ha sido el “talón de Aquiles” de la administración de Pérez Molina. Se han acrecentado las denuncias sobre el mal manejo del gasto público, el enriquecimiento de algunos de sus funcionarios más cercanos, gastos excesivos y derroche de los recursos del Estado.

La corrupción incrustada en el Ejecutivo ha llevado una serie de denuncias en contra de la vicepresidenta Roxana Baldetti, la primera mujer electa en ese cargo. Lo cual ha ensombrecido la administración del presidente Otto Pérez Molina, pero no sólo ha sido la corrupción sino también el fracaso que se ha tenido en la recaudación de impuestos y básicamente en la administración de las finanzas públicas.

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Gobierno sin legado

Según el analista Renzo Rosal, en general ha sido un Gobierno que se planteó muchas expectativas, desde el mismo proceso electoral se abrió muchos frentes al plantear una serie de propuestas, que en la práctica muchas de ellas, o la mayoría, no han podido ser abordadas ni siquiera mínimamente.

“Ha sido un Gobierno que no ha dejado ningún legado, las grandes promesas sintetizadas en los tres pactos y en la lucha contra la corrupción nos ha quedado a deber y se han profundizado. En materia de transparencia son evidentes los casos de corrupción cada vez con mayor maginitud, donde se ven involucrados varios funcionarios”, indica Rosal.

Además, agrega que en el tema de la seguridad si bien es cierto se ha reducido los niveles de homicidios, “es evidente que Guatemala sigue siendo uno de los países absolutamente violentos por donde se quiera ver”. En materia social el nivel de deterioro sigue siendo permanente, hay que tomar en cuenta que los dos últimos años del Gobierno anterior y los dos primeros de este, en esos cuatro años se ha visto un deterioro de la cobertura de la educación primaria, que había sido un gran logro que como sociedad se tenía; sin embargo, se ha entrado en un proceso de perder ese logro que se había obtenido como sociedad.

“Así que en general es un Gobierno que deja un mal sabor de boca”, aunque no ha terminado porque le falta un año de “sin sabores, es el resumen de mucha frustración”, porque los gobernantes sólo buscan enriquecerse, así como sus colaboradores. Funcionarios que para nada están motivados en cumplir con la Constitución y ver los intereses de los más desfavorecidos, señala el analista.

Los avances han sido en pasos pequeños y  han estado delimitados al Pacto Hambre Cero, Seguridad y la Competitividad. En el Pacto Hambre Cero algo se ha logrado paliar, aunque siga siendo un planteamiento básicamente de muchos recursos pero de poca ejecución y además de muchos señalamientos de corrupción, pero algo se ha hecho de por lo menos seguir levantando el tema, precisamente el coordinar a las instituciones del Ejecutivo.

En seguridad el haber detenido y lograr reducir en una tasa de 34 muertes por cada 100 mil habitantes es algo positivo. El otro punto sería el crecimiento económico, donde se propuso tener pactos de libre comercio, apertura comercial, y es algo que ha tenido un avance en alianza con la iniciativa privada.

Descalabro de las finanzas

Hugo Maúl, analista económico del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), indica que en lo que respecta a la economía este Gobierno logró cumplir con las atribuciones del Ministerio de Economía. El Ministro cumplió con su agenda en presentar un paquete de leyes de competitividad al Congreso de la República, todas ellas muy importantes para el país, aunque con un retraso de por lo menos un año para presentar dicho paquete de leyes, pero ha sido el Congreso el que no ha tomado la decisión respecto a la aprobación de ninguna de la leyes.

Hubo avances en materia de trámites y mejoras en los índices de competitividad internacional. Esto por un lado, por el otro, el manejo de las finanzas públicas se vio un completo “descalabro” de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), con total desatención por parte de las altas autoridades del Ministerio de Finanzas de fortalecerla y promover un rescate institucional.  Según Maúl, no se logró mejorar las operaciones de puertos y aduanas para facilitar el comercio y mejorar la recaudación. “Allí sí hay un retroceso muy grave, es uno de los fracasos más grandes que hemos visto hasta este momento de la administración del presidente Otto Pérez Molina”, puntualiza.

Según el economista, en materia del combate a la corrupción y transparencia se dieron importantes avances con la Ley Anticorrupción y las modificaciones a la Ley Orgánica del Presupuesto, pero lamentablemente con la aprobación del presupuesto 2015 varias de estas disposiciones, las más importantes, se echaron para atrás. Hubo un retroceso en el gasto público y materia tributaria, señala.

El “descalabro” de las finanzas públicas tiene sus orígenes en estimaciones demasiado optimistas respecto al potencial de una reforma tributaria, y el haber comprometido el gasto público en contra del ingreso que nunca se materializó.  Ese “descalabro” tiene su origen básicamente en la firma de pactos colectivos con el magisterio y salubristas, que han implicado en los últimos años fuertes erogaciones presupuestarias que no estaban presupuestadas. Según Maúl,  ese tipo de negociaciones abrieron una brecha importante de ingresos y gastos, sumado a la caída de ingresos debido a que la SAT no ha logrado hacer bien su trabajo.

Grandes retos 

Por su parte Herman Girón, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas Comerciales Industriales y Financieras (Cacif), indica que dentro de los logros que ha tenido la administración de este Gobierno han sido temas económicos, en el sentido que la economía de Guatemala ha caminado bien, y teniendo expectativas que mejore aún más en este último año.

Sin embargo, considera que uno de los grandes retos medidos internacionalmente que tiene es la percepción de transparencia y corrupción, y es un tema que no debe preocupar solamente al Gobierno sino a todos los guatemaltecos. “La percepción de corrupción y la falta de transparencia merman el desarrollo económico, eliminan la confianza y dificultan promover la inversión, la cual genera empleo y bienestar a largo plazo permitiendo el desarrollo de los Estados”, dice Girón.

Agrega que no hay una calificación en concreto para la administración del presidente Otto Pérez Molina, puesto que hay muchos factores a medir y no se pueden sacar promedios. Igual el tema de la seguridad es difícil dar una calificación porque hay evidencia en número de homicidios, pero la percepción de seguridad es más complejo que eso. Según Girón, en el caso de las extorsiones y la corrupción son temas que nos preocupan y es algo que se está trabajando con la Fiscal General para desarrollar fiscalías especiales y fortalecer las acciones del Ministerio Público (MP).

Expectativas incumplidas

Por otro lado, Javier Zepeda, director Ejecutivo de la Cámara de Industria de Guatemala, indica que es un Gobierno en el cual había una expectativa muy alta, fundamentalmente en temas de seguridad, y realmente “son expectativas no cumplidas”. Si bien ha habido avances en temas de seguridad esa expectativa era mucho más alta, indica.

A decir de Zepeda, en el tema de la ejecución del gasto público no se ha tenido una buena ejecución. Sin embargo, no todo es malo, dice,  porque hay aspectos positivos como la atracción que se le ha dado a la inversión y a la promoción del comercio exterior y el cambio de la matriz energética.

Hace ver que otro de los aspectos negativos es el no fortalecimiento de las instituciones para hacer más eficiente el funcionamiento del Estado, así como la falta de presencia del Estado y el tema de la seguridad son cosas que no se cumplieron en tres años, señala.

“El tema de la corrupción, la falta de transparencia de este Gobierno y la baja recaudación de impuestos son tareas pendientes que tiene esta administración,  por una falta de planificación y estudios técnicos”, indica el directivo de La Camara de Industria.

Según Zepeda, no todo es malo, pues existen avances en el combate al contrabando, así como la promoción de la competitividad y la imagen del país, la atracción de inversión, pero en otros temas como el manejo de la transparencia y fortalecimiento de la presencia del Estado ha habido retrocesos, puntualiza.

Luces y sombras del Gobierno de Otto Pérez Molina

Eder Juarez
14 de enero, 2015

El 14 de enero de 2012 inició el Gobierno del general retirado Otto Fernando Pérez Molina, primer militar electo popularmente en la nueva era democrática de Guatemala, que se inició en 1985. Un Gobierno que se esperaba fuera quien combatiera los problemas de inseguridad que vivían miles de guatemaltecos, y aunque a tres años de aquel inicio se ha logrado una reducción importante en la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, que de 39 bajó a 31, aunque la percepción de los guatemaltecos sigue siendo de inseguridad.

Pero no sólo era esperanzador en temas de inseguridad, sino de la lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia, que con el pasar del tiempo ha sido el “talón de Aquiles” de la administración de Pérez Molina. Se han acrecentado las denuncias sobre el mal manejo del gasto público, el enriquecimiento de algunos de sus funcionarios más cercanos, gastos excesivos y derroche de los recursos del Estado.

La corrupción incrustada en el Ejecutivo ha llevado una serie de denuncias en contra de la vicepresidenta Roxana Baldetti, la primera mujer electa en ese cargo. Lo cual ha ensombrecido la administración del presidente Otto Pérez Molina, pero no sólo ha sido la corrupción sino también el fracaso que se ha tenido en la recaudación de impuestos y básicamente en la administración de las finanzas públicas.

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Gobierno sin legado

Según el analista Renzo Rosal, en general ha sido un Gobierno que se planteó muchas expectativas, desde el mismo proceso electoral se abrió muchos frentes al plantear una serie de propuestas, que en la práctica muchas de ellas, o la mayoría, no han podido ser abordadas ni siquiera mínimamente.

“Ha sido un Gobierno que no ha dejado ningún legado, las grandes promesas sintetizadas en los tres pactos y en la lucha contra la corrupción nos ha quedado a deber y se han profundizado. En materia de transparencia son evidentes los casos de corrupción cada vez con mayor maginitud, donde se ven involucrados varios funcionarios”, indica Rosal.

Además, agrega que en el tema de la seguridad si bien es cierto se ha reducido los niveles de homicidios, “es evidente que Guatemala sigue siendo uno de los países absolutamente violentos por donde se quiera ver”. En materia social el nivel de deterioro sigue siendo permanente, hay que tomar en cuenta que los dos últimos años del Gobierno anterior y los dos primeros de este, en esos cuatro años se ha visto un deterioro de la cobertura de la educación primaria, que había sido un gran logro que como sociedad se tenía; sin embargo, se ha entrado en un proceso de perder ese logro que se había obtenido como sociedad.

“Así que en general es un Gobierno que deja un mal sabor de boca”, aunque no ha terminado porque le falta un año de “sin sabores, es el resumen de mucha frustración”, porque los gobernantes sólo buscan enriquecerse, así como sus colaboradores. Funcionarios que para nada están motivados en cumplir con la Constitución y ver los intereses de los más desfavorecidos, señala el analista.

Los avances han sido en pasos pequeños y  han estado delimitados al Pacto Hambre Cero, Seguridad y la Competitividad. En el Pacto Hambre Cero algo se ha logrado paliar, aunque siga siendo un planteamiento básicamente de muchos recursos pero de poca ejecución y además de muchos señalamientos de corrupción, pero algo se ha hecho de por lo menos seguir levantando el tema, precisamente el coordinar a las instituciones del Ejecutivo.

En seguridad el haber detenido y lograr reducir en una tasa de 34 muertes por cada 100 mil habitantes es algo positivo. El otro punto sería el crecimiento económico, donde se propuso tener pactos de libre comercio, apertura comercial, y es algo que ha tenido un avance en alianza con la iniciativa privada.

Descalabro de las finanzas

Hugo Maúl, analista económico del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), indica que en lo que respecta a la economía este Gobierno logró cumplir con las atribuciones del Ministerio de Economía. El Ministro cumplió con su agenda en presentar un paquete de leyes de competitividad al Congreso de la República, todas ellas muy importantes para el país, aunque con un retraso de por lo menos un año para presentar dicho paquete de leyes, pero ha sido el Congreso el que no ha tomado la decisión respecto a la aprobación de ninguna de la leyes.

Hubo avances en materia de trámites y mejoras en los índices de competitividad internacional. Esto por un lado, por el otro, el manejo de las finanzas públicas se vio un completo “descalabro” de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), con total desatención por parte de las altas autoridades del Ministerio de Finanzas de fortalecerla y promover un rescate institucional.  Según Maúl, no se logró mejorar las operaciones de puertos y aduanas para facilitar el comercio y mejorar la recaudación. “Allí sí hay un retroceso muy grave, es uno de los fracasos más grandes que hemos visto hasta este momento de la administración del presidente Otto Pérez Molina”, puntualiza.

Según el economista, en materia del combate a la corrupción y transparencia se dieron importantes avances con la Ley Anticorrupción y las modificaciones a la Ley Orgánica del Presupuesto, pero lamentablemente con la aprobación del presupuesto 2015 varias de estas disposiciones, las más importantes, se echaron para atrás. Hubo un retroceso en el gasto público y materia tributaria, señala.

El “descalabro” de las finanzas públicas tiene sus orígenes en estimaciones demasiado optimistas respecto al potencial de una reforma tributaria, y el haber comprometido el gasto público en contra del ingreso que nunca se materializó.  Ese “descalabro” tiene su origen básicamente en la firma de pactos colectivos con el magisterio y salubristas, que han implicado en los últimos años fuertes erogaciones presupuestarias que no estaban presupuestadas. Según Maúl,  ese tipo de negociaciones abrieron una brecha importante de ingresos y gastos, sumado a la caída de ingresos debido a que la SAT no ha logrado hacer bien su trabajo.

Grandes retos 

Por su parte Herman Girón, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas Comerciales Industriales y Financieras (Cacif), indica que dentro de los logros que ha tenido la administración de este Gobierno han sido temas económicos, en el sentido que la economía de Guatemala ha caminado bien, y teniendo expectativas que mejore aún más en este último año.

Sin embargo, considera que uno de los grandes retos medidos internacionalmente que tiene es la percepción de transparencia y corrupción, y es un tema que no debe preocupar solamente al Gobierno sino a todos los guatemaltecos. “La percepción de corrupción y la falta de transparencia merman el desarrollo económico, eliminan la confianza y dificultan promover la inversión, la cual genera empleo y bienestar a largo plazo permitiendo el desarrollo de los Estados”, dice Girón.

Agrega que no hay una calificación en concreto para la administración del presidente Otto Pérez Molina, puesto que hay muchos factores a medir y no se pueden sacar promedios. Igual el tema de la seguridad es difícil dar una calificación porque hay evidencia en número de homicidios, pero la percepción de seguridad es más complejo que eso. Según Girón, en el caso de las extorsiones y la corrupción son temas que nos preocupan y es algo que se está trabajando con la Fiscal General para desarrollar fiscalías especiales y fortalecer las acciones del Ministerio Público (MP).

Expectativas incumplidas

Por otro lado, Javier Zepeda, director Ejecutivo de la Cámara de Industria de Guatemala, indica que es un Gobierno en el cual había una expectativa muy alta, fundamentalmente en temas de seguridad, y realmente “son expectativas no cumplidas”. Si bien ha habido avances en temas de seguridad esa expectativa era mucho más alta, indica.

A decir de Zepeda, en el tema de la ejecución del gasto público no se ha tenido una buena ejecución. Sin embargo, no todo es malo, dice,  porque hay aspectos positivos como la atracción que se le ha dado a la inversión y a la promoción del comercio exterior y el cambio de la matriz energética.

Hace ver que otro de los aspectos negativos es el no fortalecimiento de las instituciones para hacer más eficiente el funcionamiento del Estado, así como la falta de presencia del Estado y el tema de la seguridad son cosas que no se cumplieron en tres años, señala.

“El tema de la corrupción, la falta de transparencia de este Gobierno y la baja recaudación de impuestos son tareas pendientes que tiene esta administración,  por una falta de planificación y estudios técnicos”, indica el directivo de La Camara de Industria.

Según Zepeda, no todo es malo, pues existen avances en el combate al contrabando, así como la promoción de la competitividad y la imagen del país, la atracción de inversión, pero en otros temas como el manejo de la transparencia y fortalecimiento de la presencia del Estado ha habido retrocesos, puntualiza.