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Cambio religioso en Guatemala

Redacción
06 de enero, 2015

Hace algunas semanas el prestigioso Pew Center publicó el estudio “Religión en América Latina. Cambio generalizado en una región históricamente católica”. Sin duda, el cambio es grande. Según este estudio, en 1910 el 94% de la población latinoamericana era católica y, en 2014, ese porcentaje ha disminuido al 69%. No obstante lo anterior, Latinoamérica sigue siendo una región importante para el catolicismo ya que en ella residen unos 425 millones de católicos, que representan alrededor del 40% de la población católica del mundo.

El cambio religioso es más profundo en países como el nuestro. De acuerdo con el citado estudio del Pew Center, en el año 1910, el 99% de la población guatemalteca era católica; en el año 1950, el porcentaje de católicos se mantenía en el 99%. Es decir, cero cambios en cuatro décadas de la primera mitad del siglo XX. Para el año 1970, el porcentaje de católicos en Guatemala ya reflejaba una disminución, ya que el 91% de la población se identificaba como tal; sin embargo, para el año 2014, el porcentaje de católicos en el país se sitúa en el orden del 50%. De estos últimos datos se puede indicar, entonces, que en poco más de cuatro décadas el porcentaje de católicos en Guatemala ha disminuido en un 41%.

De hecho, de acuerdo con el Pew Center, en Guatemala, hoy día el 41% de la población se identifica como “protestante” o evangélico, un 6% se declara sin filiación religiosa y un 2% declara tener otra filiación religiosa.
Otros datos interesantes del mencionado estudio, es que uno de cada cuatro guatemaltecos que hoy se identifican como “protestantes”, fueron criados en el catolicismo. Las tres principales razones por las que los latinoamericanos indican haber abandonado la Iglesia Católica son: a) buscan una conexión personal con Dios (83%); b) disfrutan el estilo de culto de la nueva iglesia (60%); y, c) querían un mayor énfasis en la moralidad (60%).

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Sin duda, de acuerdo a los datos del estudio, los “protestantes” son más activos en la realización de esfuerzos de evangelización. El estudio del Pew Center indica que, en Guatemala, un 34% de los católicos comparten su fe con los demás, al menos una vez a la semana, en tanto que en los protestantes ese porcentaje se eleva al 53%. Por otro lado, un 75% de los protestantes guatemaltecos indican que oran diariamente, acuden semanalmente a un servicio religioso e indican que la religión es muy importante en su vida; por el contrario, ese porcentaje se reduce al 58% entre los católicos.

Guatemala es un país que se caracteriza por tener una población muy joven. Alrededor del 70% de la población del país es menor de 30 años. En tal sentido, es interesante observar, en base al mencionado estudio del Pew Center, que en Guatemala, entre las personas de 18-34 años de edad, un 71% de los jóvenes protestantes manifiestan tener un alto compromiso religioso, mientras que en los jóvenes católicos ese porcentaje disminuye al 52%. Puede decirse, entonces, que las iglesias protestantes están siendo más activas y sumando a sus filias a generaciones más jóvenes. De hecho, en base al estudio que hemos venido citando, Guatemala es, por mucho, el país de América Latina donde los jóvenes se sienten más comprometidos con su religión.

Hace algunas semanas el papa Francisco, durante su discurso ante la Curia por el saludo de fiestas navideñas, enumeró lo que para él son las quince enfermedades que golpean a la Curia y a la iglesia Católica. Sin duda, son una reflexión profunda y sincera, que ayuda a comprender, también, las razones del cambio religioso. Al mismo tiempo, son una llamada de atención para corregir los rumbos de una Iglesia histórica. Con un papa Jesuita a la cabeza de la Iglesia y con el carisma que ha manifestado el papa Francisco, pueden atisbarse cambios importantes.

En Guatemala, al cambio religioso habrá que ponerle atención, también, sobre su impacto en el cambio cultural y político del país. Es decir, cuan influyentes pueden ser los grupos de “protestantes” en la política municipal, departamental y nacional, sin dejar de poner atención a su influencia en el mundo económico, especialmente, en aquellos sectores donde más resuena el mensaje de la “teología de la prosperidad”. Además, habrá que observar con más detalle y mesura, cómo impacta el cambio religioso en las prácticas de organización comunitaria y ancestral de las comunidades indígenas y rurales del país. Parece poco probable que en la iglesia protestante se pueda hablar del respeto y defensa de la “pertinencia cultural”, más allá de dar el “culto” en un idioma maya. Por su parte, la Iglesia Católica ha realizado acciones interesantes como traducir la Biblia al idioma k’iche’.

El cambio religioso es una realidad en Guatemala. Es necesario reflexionar más sobre el tema, con la mesura y respeto del caso, sin levantar las olas de diatribas que normalmente surgen en nuestro país, cuando de hablar de religión se trata.

* Puede leer el estudio del Pew Center en su versión en español haciendo click aquí. 

Cambio religioso en Guatemala

Redacción
06 de enero, 2015

Hace algunas semanas el prestigioso Pew Center publicó el estudio “Religión en América Latina. Cambio generalizado en una región históricamente católica”. Sin duda, el cambio es grande. Según este estudio, en 1910 el 94% de la población latinoamericana era católica y, en 2014, ese porcentaje ha disminuido al 69%. No obstante lo anterior, Latinoamérica sigue siendo una región importante para el catolicismo ya que en ella residen unos 425 millones de católicos, que representan alrededor del 40% de la población católica del mundo.

El cambio religioso es más profundo en países como el nuestro. De acuerdo con el citado estudio del Pew Center, en el año 1910, el 99% de la población guatemalteca era católica; en el año 1950, el porcentaje de católicos se mantenía en el 99%. Es decir, cero cambios en cuatro décadas de la primera mitad del siglo XX. Para el año 1970, el porcentaje de católicos en Guatemala ya reflejaba una disminución, ya que el 91% de la población se identificaba como tal; sin embargo, para el año 2014, el porcentaje de católicos en el país se sitúa en el orden del 50%. De estos últimos datos se puede indicar, entonces, que en poco más de cuatro décadas el porcentaje de católicos en Guatemala ha disminuido en un 41%.

De hecho, de acuerdo con el Pew Center, en Guatemala, hoy día el 41% de la población se identifica como “protestante” o evangélico, un 6% se declara sin filiación religiosa y un 2% declara tener otra filiación religiosa.
Otros datos interesantes del mencionado estudio, es que uno de cada cuatro guatemaltecos que hoy se identifican como “protestantes”, fueron criados en el catolicismo. Las tres principales razones por las que los latinoamericanos indican haber abandonado la Iglesia Católica son: a) buscan una conexión personal con Dios (83%); b) disfrutan el estilo de culto de la nueva iglesia (60%); y, c) querían un mayor énfasis en la moralidad (60%).

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Sin duda, de acuerdo a los datos del estudio, los “protestantes” son más activos en la realización de esfuerzos de evangelización. El estudio del Pew Center indica que, en Guatemala, un 34% de los católicos comparten su fe con los demás, al menos una vez a la semana, en tanto que en los protestantes ese porcentaje se eleva al 53%. Por otro lado, un 75% de los protestantes guatemaltecos indican que oran diariamente, acuden semanalmente a un servicio religioso e indican que la religión es muy importante en su vida; por el contrario, ese porcentaje se reduce al 58% entre los católicos.

Guatemala es un país que se caracteriza por tener una población muy joven. Alrededor del 70% de la población del país es menor de 30 años. En tal sentido, es interesante observar, en base al mencionado estudio del Pew Center, que en Guatemala, entre las personas de 18-34 años de edad, un 71% de los jóvenes protestantes manifiestan tener un alto compromiso religioso, mientras que en los jóvenes católicos ese porcentaje disminuye al 52%. Puede decirse, entonces, que las iglesias protestantes están siendo más activas y sumando a sus filias a generaciones más jóvenes. De hecho, en base al estudio que hemos venido citando, Guatemala es, por mucho, el país de América Latina donde los jóvenes se sienten más comprometidos con su religión.

Hace algunas semanas el papa Francisco, durante su discurso ante la Curia por el saludo de fiestas navideñas, enumeró lo que para él son las quince enfermedades que golpean a la Curia y a la iglesia Católica. Sin duda, son una reflexión profunda y sincera, que ayuda a comprender, también, las razones del cambio religioso. Al mismo tiempo, son una llamada de atención para corregir los rumbos de una Iglesia histórica. Con un papa Jesuita a la cabeza de la Iglesia y con el carisma que ha manifestado el papa Francisco, pueden atisbarse cambios importantes.

En Guatemala, al cambio religioso habrá que ponerle atención, también, sobre su impacto en el cambio cultural y político del país. Es decir, cuan influyentes pueden ser los grupos de “protestantes” en la política municipal, departamental y nacional, sin dejar de poner atención a su influencia en el mundo económico, especialmente, en aquellos sectores donde más resuena el mensaje de la “teología de la prosperidad”. Además, habrá que observar con más detalle y mesura, cómo impacta el cambio religioso en las prácticas de organización comunitaria y ancestral de las comunidades indígenas y rurales del país. Parece poco probable que en la iglesia protestante se pueda hablar del respeto y defensa de la “pertinencia cultural”, más allá de dar el “culto” en un idioma maya. Por su parte, la Iglesia Católica ha realizado acciones interesantes como traducir la Biblia al idioma k’iche’.

El cambio religioso es una realidad en Guatemala. Es necesario reflexionar más sobre el tema, con la mesura y respeto del caso, sin levantar las olas de diatribas que normalmente surgen en nuestro país, cuando de hablar de religión se trata.

* Puede leer el estudio del Pew Center en su versión en español haciendo click aquí.