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Urge una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.

Redacción
29 de enero, 2015

Por: César Sigüenza

En el presente año se celebrarán las elecciones generales. En ellas, se elegirá a quienes ejercerán durante 4 años la dirección del Poder Ejecutivo y Legislativo, y en teoría estaremos a la espera de que, a partir del 2016, se dé una renovación en las principales políticas de Estado.

Sin embargo, más allá de contar con nuevos funcionarios, las probabilidades de que exista una modificación que represente una mejora significativa en las áreas más importantes para Guatemala parecen muy escasas.

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La falta de optimismo se debe a que, ya sea gane un partido de oposición o repita el de gobierno, casi ningún candidato posee un plan de gobierno que represente una afrenta real al sistema actual. Esto se debe a diversos factores, pero sin lugar a dudas, uno de los más influyentes es la falta de institucionalidad que existe en los partidos políticos.

Si de alguna forma se pretende mejorar la calidad del servidor público, se debe exigir que quienes aspiran a los altos puestos de gobierno cuenten con formación profesional, calidades éticas, trayectoria y experiencia para el ejercicio de la función pública y representatividad respecto de sus electores. La mejora mencionada requiere de hacer cambios al modelo político actual, pues aunque pueda existir alguna honrosa excepción, los políticos no tienen ningún incentivo para depurar el sistema electoral por sí solos.

Ajustar el Sistema Electoral es uno de los pasos a seguir para lograr la institucionalización de los partidos políticos. Pues el efectivo alcance de dicho objetivo, tendría incidencia directa en la mejora de las calidades de los funcionarios públicos. De dicha cuenta, sin una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, no podremos esperar ningún cambio relevante en los candidatos y futuros funcionarios.

Dicho lo anterior, es pertinente reflexionar en la importancia de exigir para la próxima legislatura del Congreso que, a cambio de nuestro voto, los futuros diputados prioricen una reforma seria y bien enfocada a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Ya que en gran medida los problemas que más aquejan a la sociedad guatemalteca, podrían encontrar soluciones viables, rápidas y significativas, si se contara con servidores públicos idóneos.

En conclusión, uno de los aspectos que se necesita para mejorar el rumbo del Estado es contar con mejores funcionarios públicos; para ello, es necesaria una reforma al Sistema de Partidos Políticos; para que dicha reforma ocurra, se debe hacer una modificación a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que solamente se logra por medio del Congreso de la República. Asimismo, para lograr que los diputados aprueben la misma, debe existir presión pública y una exigencia seria de parte de sus electores.

Por lo tanto, dada la oportunidad que ofrecen las elecciones generales del 2015, es responsabilidad de los ciudadanos y grupos de presión, dar el primer paso hacia la mejora de nuestro Estado, a través de exigir a los partidos políticos las reformas necesarias.

Urge una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.

Redacción
29 de enero, 2015

Por: César Sigüenza

En el presente año se celebrarán las elecciones generales. En ellas, se elegirá a quienes ejercerán durante 4 años la dirección del Poder Ejecutivo y Legislativo, y en teoría estaremos a la espera de que, a partir del 2016, se dé una renovación en las principales políticas de Estado.

Sin embargo, más allá de contar con nuevos funcionarios, las probabilidades de que exista una modificación que represente una mejora significativa en las áreas más importantes para Guatemala parecen muy escasas.

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La falta de optimismo se debe a que, ya sea gane un partido de oposición o repita el de gobierno, casi ningún candidato posee un plan de gobierno que represente una afrenta real al sistema actual. Esto se debe a diversos factores, pero sin lugar a dudas, uno de los más influyentes es la falta de institucionalidad que existe en los partidos políticos.

Si de alguna forma se pretende mejorar la calidad del servidor público, se debe exigir que quienes aspiran a los altos puestos de gobierno cuenten con formación profesional, calidades éticas, trayectoria y experiencia para el ejercicio de la función pública y representatividad respecto de sus electores. La mejora mencionada requiere de hacer cambios al modelo político actual, pues aunque pueda existir alguna honrosa excepción, los políticos no tienen ningún incentivo para depurar el sistema electoral por sí solos.

Ajustar el Sistema Electoral es uno de los pasos a seguir para lograr la institucionalización de los partidos políticos. Pues el efectivo alcance de dicho objetivo, tendría incidencia directa en la mejora de las calidades de los funcionarios públicos. De dicha cuenta, sin una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, no podremos esperar ningún cambio relevante en los candidatos y futuros funcionarios.

Dicho lo anterior, es pertinente reflexionar en la importancia de exigir para la próxima legislatura del Congreso que, a cambio de nuestro voto, los futuros diputados prioricen una reforma seria y bien enfocada a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Ya que en gran medida los problemas que más aquejan a la sociedad guatemalteca, podrían encontrar soluciones viables, rápidas y significativas, si se contara con servidores públicos idóneos.

En conclusión, uno de los aspectos que se necesita para mejorar el rumbo del Estado es contar con mejores funcionarios públicos; para ello, es necesaria una reforma al Sistema de Partidos Políticos; para que dicha reforma ocurra, se debe hacer una modificación a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que solamente se logra por medio del Congreso de la República. Asimismo, para lograr que los diputados aprueben la misma, debe existir presión pública y una exigencia seria de parte de sus electores.

Por lo tanto, dada la oportunidad que ofrecen las elecciones generales del 2015, es responsabilidad de los ciudadanos y grupos de presión, dar el primer paso hacia la mejora de nuestro Estado, a través de exigir a los partidos políticos las reformas necesarias.