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Las hermandades, otra tradición guatemalteca

Eder Juarez
02 de abril, 2015

Gilberto Samayoa Morales es un creyente guatemalteco de 27 años de edad. Pertenece a la hermandad del Cristo Sepultado del templo de Santo Domingo en la ciudad capital. Comenta que todo inicia como una tradición y que es un legado compartido de generación a generación.

Según recuerda Gilberto, cuando era pequeño su padre le llevó a ser partícipe de las procesiones e involucrase en la de San José, del Cristo de los Milagros, la cual sale todos los Domingos de Ramos y posteriormente a la del Cristo Sepultado del templo de Santo Domingo.

“Año con año participo de las procesiones de Semana Santa”. Gilberto dice que al inicio de su vida católica cargó varias infantiles, como una tradición y un acto de fe pública. “Cargar un anda es un acto de fe, venerar la muerte y resurrección de Jesucristo”, puntualiza.

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La devoción que Gilberto expresada por la fe católica se ha vuelto familiar. Considera que es un momento muy especial cuando carga durante su turno el anda procesional.“Es un momento de oración profunda, para abrir el corazón y saber qué es lo que Dios quiere de mi”, expresa.

Y pertenecer a la hermandad del Cristo Sepultado del templo de Santo Domingo ha hecho que él se involucre en otras actividades además de las que se realizan durante Semana Santa, que evocan para él y su familia, una gran tradición guatemalteca. Este joven católico representa a muchos que con su fe han hecho de las hermandades algo positivo y de unión y compromiso.

Hermandades una asociación de files católicos

Una cofradía o hermandad es una asociación de fieles católicos, pública o privada y establecida conforme a los cánones del Título V del Código de Derecho Canónico. Este concepto es utilizado por la Iglesia Católica, sin embargo, no es exclusivo.

Las hermandades reúnen a los creyentes en torno al nombre de Cristo, de la Virgen o de un santo, con fines piadosos, religiosos o asistenciales. De tal modo, se podría hablar de hermandades sacramentales, cristológicas, marianas, santísticos, de ánimas, mixtas, pasionarias, etc. Pero de forma general, y al margen de lo establecido por el Derecho, se admiten, tradicionalmente, tres tipos de cofradías.

Las penitenciales, por ejemplo, hacen pública la estación de penitencia en Semana Santa. Por otro lado, las sacramentales cultivan, como objetivo básico, la devoción y adoración hacia el Santísimo Sacramento. Y por último están las de gloria, que es como se denomina, en algunas partes, a las hermandades que no encuadran en ninguno de los dos segmentos anteriores; normalmente fomentan el culto a alguna advocación mariana o santo.

Según el compilado de costumbres y tradiciones de Guatemala, recorrido fotográfico por las tradiciones más importantes de nuestro país, muchas cofradías suelen organizar una procesión, al menos una vez al año; bien solas o reunidas con otras cofradías. El órgano plenario de la cofradía es el cabildo o asamblea general de todos los cofrades.

El cabildo general es el encargado de elegir la Junta de Oficiales o de Gobierno, que es el órgano permanente de dirección y que está encabezado por su Presidente, Hermano Mayor o Padre Mayor.

Algunas diócesis disponen de un órgano superior que agrupa a las hermandades y cofradías diocesanas o de un municipio, y que toma diversos nombres dependiendo del lugar: Consejo General, Cabildo de Cofradías (Cabildo Superior), Federación, Agrupación, Unión, Junta Local, etc.

Según el Derecho ordinario, en una misma cofradía puede haber distintas clases de miembros, con diversa participación, obligaciones y privilegios.

En principio, cualquier cristiano puede formar parte de una cofradía o hermandad sin más trámite que conseguir la firma aval de algún hermano. Los nuevos miembros realizan un acto de admisión, que se denomina Jura de Reglas, y durante el cual, el neófito estampa un ósculo en el Libro de Reglas y el Evangelio; acto en que renueva, afirma y jura su condición cristiana- También promete fidelidad y servicio a dicha hermandad.

Religión que reúne a millares

Uno de los fenómenos sociales que reúne a millares de personas en Guatemala es la religiosidad tradicional, especialmente la que se expresa en la celebración de la Semana Santa. Desde finales del siglo XIX, aquellas actividades han sido organizadas por entidades laicas, denominadas hermandades, con la participación de miles de personas, algunas de ellas integrantes de dichas organizaciones y otras solo colaboradoras.

Con antelación de casi un año se realizan todos los preparativos, para lograr, durante la Cuaresma y en la Semana Santa especialmente, el éxito de las procesiones, expresiones de culto público que h

an hecho famosa mundialmente a Guatemala.

En las hermandades y asociaciones más grandes se acostumbra guardar un secreto riguroso sobre el tema a desarrollar con el adorno. Esto para evitar que cualquier otra tome algunos elementos y se repitan en la misma Semana Santa o Cuaresma.

Las andas procesionales más grandes llegan a tener más de 150 cargadores. Esto ocurre solamente en la ciudad capital, ya que en el interior del país, en especial Antigua Guatemala  y Quetzaltenango, solo llegan a tener entre 70 y 90 cargadores.

En la capital existen 15 hermandades consideradas grandes por los cortejos procesionales que realizan en esta época del año. En promedio, cada anda que lleva la imagen de Jesús o de la Virgen tiene 150 brazos.

Generalmente no llegan a ser más grandes, dado el tamaño de las calles y avenidas, ya que los cortejos fúnebres,  según su tamaño, pueden tardar hasta 20 minutos en cruzar de una calle a una avenida o viceversa, con un trayecto total de hasta 7 horas o más, en los principales puntos de la ciudad.

La actual celebración de la Semana Santa en el país nació en el siglo XVI, cuando se establecieron las primeras cofradías y hermandades.

Las hermandades, otra tradición guatemalteca

Eder Juarez
02 de abril, 2015

Gilberto Samayoa Morales es un creyente guatemalteco de 27 años de edad. Pertenece a la hermandad del Cristo Sepultado del templo de Santo Domingo en la ciudad capital. Comenta que todo inicia como una tradición y que es un legado compartido de generación a generación.

Según recuerda Gilberto, cuando era pequeño su padre le llevó a ser partícipe de las procesiones e involucrase en la de San José, del Cristo de los Milagros, la cual sale todos los Domingos de Ramos y posteriormente a la del Cristo Sepultado del templo de Santo Domingo.

“Año con año participo de las procesiones de Semana Santa”. Gilberto dice que al inicio de su vida católica cargó varias infantiles, como una tradición y un acto de fe pública. “Cargar un anda es un acto de fe, venerar la muerte y resurrección de Jesucristo”, puntualiza.

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La devoción que Gilberto expresada por la fe católica se ha vuelto familiar. Considera que es un momento muy especial cuando carga durante su turno el anda procesional.“Es un momento de oración profunda, para abrir el corazón y saber qué es lo que Dios quiere de mi”, expresa.

Y pertenecer a la hermandad del Cristo Sepultado del templo de Santo Domingo ha hecho que él se involucre en otras actividades además de las que se realizan durante Semana Santa, que evocan para él y su familia, una gran tradición guatemalteca. Este joven católico representa a muchos que con su fe han hecho de las hermandades algo positivo y de unión y compromiso.

Hermandades una asociación de files católicos

Una cofradía o hermandad es una asociación de fieles católicos, pública o privada y establecida conforme a los cánones del Título V del Código de Derecho Canónico. Este concepto es utilizado por la Iglesia Católica, sin embargo, no es exclusivo.

Las hermandades reúnen a los creyentes en torno al nombre de Cristo, de la Virgen o de un santo, con fines piadosos, religiosos o asistenciales. De tal modo, se podría hablar de hermandades sacramentales, cristológicas, marianas, santísticos, de ánimas, mixtas, pasionarias, etc. Pero de forma general, y al margen de lo establecido por el Derecho, se admiten, tradicionalmente, tres tipos de cofradías.

Las penitenciales, por ejemplo, hacen pública la estación de penitencia en Semana Santa. Por otro lado, las sacramentales cultivan, como objetivo básico, la devoción y adoración hacia el Santísimo Sacramento. Y por último están las de gloria, que es como se denomina, en algunas partes, a las hermandades que no encuadran en ninguno de los dos segmentos anteriores; normalmente fomentan el culto a alguna advocación mariana o santo.

Según el compilado de costumbres y tradiciones de Guatemala, recorrido fotográfico por las tradiciones más importantes de nuestro país, muchas cofradías suelen organizar una procesión, al menos una vez al año; bien solas o reunidas con otras cofradías. El órgano plenario de la cofradía es el cabildo o asamblea general de todos los cofrades.

El cabildo general es el encargado de elegir la Junta de Oficiales o de Gobierno, que es el órgano permanente de dirección y que está encabezado por su Presidente, Hermano Mayor o Padre Mayor.

Algunas diócesis disponen de un órgano superior que agrupa a las hermandades y cofradías diocesanas o de un municipio, y que toma diversos nombres dependiendo del lugar: Consejo General, Cabildo de Cofradías (Cabildo Superior), Federación, Agrupación, Unión, Junta Local, etc.

Según el Derecho ordinario, en una misma cofradía puede haber distintas clases de miembros, con diversa participación, obligaciones y privilegios.

En principio, cualquier cristiano puede formar parte de una cofradía o hermandad sin más trámite que conseguir la firma aval de algún hermano. Los nuevos miembros realizan un acto de admisión, que se denomina Jura de Reglas, y durante el cual, el neófito estampa un ósculo en el Libro de Reglas y el Evangelio; acto en que renueva, afirma y jura su condición cristiana- También promete fidelidad y servicio a dicha hermandad.

Religión que reúne a millares

Uno de los fenómenos sociales que reúne a millares de personas en Guatemala es la religiosidad tradicional, especialmente la que se expresa en la celebración de la Semana Santa. Desde finales del siglo XIX, aquellas actividades han sido organizadas por entidades laicas, denominadas hermandades, con la participación de miles de personas, algunas de ellas integrantes de dichas organizaciones y otras solo colaboradoras.

Con antelación de casi un año se realizan todos los preparativos, para lograr, durante la Cuaresma y en la Semana Santa especialmente, el éxito de las procesiones, expresiones de culto público que h

an hecho famosa mundialmente a Guatemala.

En las hermandades y asociaciones más grandes se acostumbra guardar un secreto riguroso sobre el tema a desarrollar con el adorno. Esto para evitar que cualquier otra tome algunos elementos y se repitan en la misma Semana Santa o Cuaresma.

Las andas procesionales más grandes llegan a tener más de 150 cargadores. Esto ocurre solamente en la ciudad capital, ya que en el interior del país, en especial Antigua Guatemala  y Quetzaltenango, solo llegan a tener entre 70 y 90 cargadores.

En la capital existen 15 hermandades consideradas grandes por los cortejos procesionales que realizan en esta época del año. En promedio, cada anda que lleva la imagen de Jesús o de la Virgen tiene 150 brazos.

Generalmente no llegan a ser más grandes, dado el tamaño de las calles y avenidas, ya que los cortejos fúnebres,  según su tamaño, pueden tardar hasta 20 minutos en cruzar de una calle a una avenida o viceversa, con un trayecto total de hasta 7 horas o más, en los principales puntos de la ciudad.

La actual celebración de la Semana Santa en el país nació en el siglo XVI, cuando se establecieron las primeras cofradías y hermandades.