El Centro Histórico siempre ha sido lugar de encuentro, luego de pasar por años de decadencia en 2010 tuvo un resurgimiento y ha vuelto a tener el atractivo de antes. Desde que iniciaron las manifestaciones, el 25 de abril pasado, cada sábado se ha vuelto punto de quienes asisten a estas actividades.
Porque, claro, entre tanta caminata y grito, hay que comer y beber algo. Uno de los lugares más visitados es el Pasaje Aycinena construido en 1894 y que en las últimas dos décadas ha recibido a bohemios principalmente nocturnos en sus bares y restaurantes. Hoy vive un nuevo auge y recibe además a personas de todo tipo y edad pero igual de sedientas.
Este sábado luego de participar por varias horas en la manifestación en la Plaza Central, cientos de personas llenaron el pasaje, tanto en sus locales como al aire libre. Las emociones seguían a flor de piel, y en cierto momento, no se sabe cómo o por qué, se pusieron de pie y empezaron a entonar el Himno Nacional.
Como se puede ver, estos sentimientos de querer mejorar al país no son solo se dan mientras se está enfrente del Palacio Nacional, sino siguen al ir a otros entornos, incluso sentados frente a una cerveza o traguito, alrededor de una mesa junto a familiares y amigos.
Antes del 25 de abril los guatemaltecos sí demostraban su sentir y su pensar, pero dispersos. Unos por allá y otros por el otro lado daba la sensación de que no había unidad, que eran pocos los inconformes.
Hizo falta “terapia de choque” para que se reaccionara y se activara ese mecanismo social que une a las personas y las convierte en una masa que camina como una. El detonante tristemente fueron las pruebas tangibles de lo que ya sospechaban: la corrupción dentro del Estado.
Video: Hilda Mérida
Foto: Bar y Restaurante La Luna Pasaje Aycinena
El Centro Histórico siempre ha sido lugar de encuentro, luego de pasar por años de decadencia en 2010 tuvo un resurgimiento y ha vuelto a tener el atractivo de antes. Desde que iniciaron las manifestaciones, el 25 de abril pasado, cada sábado se ha vuelto punto de quienes asisten a estas actividades.
Porque, claro, entre tanta caminata y grito, hay que comer y beber algo. Uno de los lugares más visitados es el Pasaje Aycinena construido en 1894 y que en las últimas dos décadas ha recibido a bohemios principalmente nocturnos en sus bares y restaurantes. Hoy vive un nuevo auge y recibe además a personas de todo tipo y edad pero igual de sedientas.
Este sábado luego de participar por varias horas en la manifestación en la Plaza Central, cientos de personas llenaron el pasaje, tanto en sus locales como al aire libre. Las emociones seguían a flor de piel, y en cierto momento, no se sabe cómo o por qué, se pusieron de pie y empezaron a entonar el Himno Nacional.
Como se puede ver, estos sentimientos de querer mejorar al país no son solo se dan mientras se está enfrente del Palacio Nacional, sino siguen al ir a otros entornos, incluso sentados frente a una cerveza o traguito, alrededor de una mesa junto a familiares y amigos.
Antes del 25 de abril los guatemaltecos sí demostraban su sentir y su pensar, pero dispersos. Unos por allá y otros por el otro lado daba la sensación de que no había unidad, que eran pocos los inconformes.
Hizo falta “terapia de choque” para que se reaccionara y se activara ese mecanismo social que une a las personas y las convierte en una masa que camina como una. El detonante tristemente fueron las pruebas tangibles de lo que ya sospechaban: la corrupción dentro del Estado.
Video: Hilda Mérida
Foto: Bar y Restaurante La Luna Pasaje Aycinena