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¿Avanzar, Estancarnos o Retroceder?

Redacción
02 de junio, 2015
Guatemala ha padecido de un problema político crónico, que no le ha permitido consolidar una República, ni fortalecer sus instituciones.

Avanzar, estancarnos en lo mismo de siempre o retroceder, son tres posibilidades que pueden darse como resultado final, del momento ciudadano que estamos viviendo

Desde nuestra independencia a la fecha, nuestra historia política ha sido de trifulca, alboroto y escándalo, entre otros.
A lo largo de nuestra tradición política,  hemos tenido varios golpes de estado, que en resumidas cuentas han interrumpido la consolidación de un régimen constitucional, ya que por la fuerza se han logrado derribar del poder a Jefes de Estado o de Gobierno, para hacer un simple re acomodo de esas fuerzas.
En nuestra cortísima vida Constitucional, tomando de referencia la última que fue emitida en 1985, han habido varios intentos de golpes de estado y una ruptura constitucional en el régimen de Serrano Elías, la cual puso el sistema a prueba y que logro ser re encausada por el camino del respeto Constitucional.
Si bien con dificultad y con tropiezos graves, nos hemos mantenido durante 30 años en el rumbo de nuestro último texto constitucional, sin duda no hemos logrado aplicar correctamente el diseño de la República contenida en la Constitución, pero los problemas que Guatemala tiene el día de hoy no se originan por el diseño repúblicano de nuestra norma suprema, aunque sin duda unas enmiendas para garantizar su buen funcionamiento son necesarias.
En la coyuntura actual mucho se ha hablado de “clamor popular”, de democracia y muy poco de República.
Hay que dar mérito a los  los Constituyentes por el hecho que  en la totalidad de nuestra Constitución se refieren al diseño de una República y no de una simple democracia.
“De esa cuenta la palabra democracia simplemente no aparece en toda la Constitución”
“En tres ocasiones se mencionan los proceso democráticos de elección de autoridades: En el preámbulo, artículos 140 y 149.”
“Por su parte, la palabra República se menciona en el título de la Constitución y además,  se menciona cada vez que se refiere al Presidente, Vicepresidencia y al poder legislativo, calificándolas como de la República.  El Constituyente menciona también  la palabra República en los artículos 2, 22, 28, 102, 118, 119, 121, 132, 135, 136, 144, 145, 153, 157, 179, 182, 183, 204, 214, 224, 231, 245, 251, 253 y 281”
Recordemos que la democracia sin República,  es aquel sistema  guiado simplemente por el clamor popular de la mayoría, que sin rumbo,  ni respeto a los derechos inherentes de cada individuo, se mueve en forma efervescente, pasando por encima de los derechos de los ciudadanos.
Al contrario, la República pone límites al poder de un gobierno o de una mayoría, para resguardar los derechos de cada individuo y con ello los derechos de todos
!El momento que Guatemala vive es muy importante!
Podemos avanzar!  Si apostamos por reformas constitucionales y trascendentales, en respeto del orden constitucional,  que como denominador común conlleven el fortalecimiento del  diseño de nuestra República, es decir, del derecho al voto, la división de poderes y el principio de igualdad ante la ley.  Esa reformas, perdurarán en el tiempo y sin duda nos harán evolucionar a algo mejor de lo que tenemos.
Podemos estancarnos en lo mismo de siempre!  Es decir  hacer uso de la fuerza, en este caso del “Clamor Popular” y de la fuerza de los medios de comunicación en esta era de la información, para  derribar al gobernante o gobernantes de turno, y aunque no haya rompimiento constitucional, tampoco existan reformas trascendentes que fortalezcan nuestra República, y todo sea únicamente un re acomodo de fuerzas, como nuestra pobre historia política ha sido.
Podemos Retroceder! Esto sería poner fin a nuestros 30 años de brevísima vida constitucional, suspender las elecciones a pesar que uno de los pilares fundamentales de la República es el derecho al voto.
Una vez haya existido este golpe de estado, dar un salto al vacío,  en donde con o sin la  prolongación de funciones del congreso y gobiernos municipales,  y con la inacción de los órganos jurisdiccionales ordinarios, electorales y constitucionales, se plantee una Asamblea Nacional Constituyente que borre el diseño republicano de nuestra Constitución y por “clamor popular” se consolide un Estado Democrático Constitucional,  en donde sea este “clamor popular”  el que tenga primacía sobre las garantías individuales y derechos inherentes de cada uno de los guatemaltecos.

¿Avanzar, Estancarnos o Retroceder?

Redacción
02 de junio, 2015
Guatemala ha padecido de un problema político crónico, que no le ha permitido consolidar una República, ni fortalecer sus instituciones.

Avanzar, estancarnos en lo mismo de siempre o retroceder, son tres posibilidades que pueden darse como resultado final, del momento ciudadano que estamos viviendo

Desde nuestra independencia a la fecha, nuestra historia política ha sido de trifulca, alboroto y escándalo, entre otros.
A lo largo de nuestra tradición política,  hemos tenido varios golpes de estado, que en resumidas cuentas han interrumpido la consolidación de un régimen constitucional, ya que por la fuerza se han logrado derribar del poder a Jefes de Estado o de Gobierno, para hacer un simple re acomodo de esas fuerzas.
En nuestra cortísima vida Constitucional, tomando de referencia la última que fue emitida en 1985, han habido varios intentos de golpes de estado y una ruptura constitucional en el régimen de Serrano Elías, la cual puso el sistema a prueba y que logro ser re encausada por el camino del respeto Constitucional.
Si bien con dificultad y con tropiezos graves, nos hemos mantenido durante 30 años en el rumbo de nuestro último texto constitucional, sin duda no hemos logrado aplicar correctamente el diseño de la República contenida en la Constitución, pero los problemas que Guatemala tiene el día de hoy no se originan por el diseño repúblicano de nuestra norma suprema, aunque sin duda unas enmiendas para garantizar su buen funcionamiento son necesarias.
En la coyuntura actual mucho se ha hablado de “clamor popular”, de democracia y muy poco de República.
Hay que dar mérito a los  los Constituyentes por el hecho que  en la totalidad de nuestra Constitución se refieren al diseño de una República y no de una simple democracia.
“De esa cuenta la palabra democracia simplemente no aparece en toda la Constitución”
“En tres ocasiones se mencionan los proceso democráticos de elección de autoridades: En el preámbulo, artículos 140 y 149.”
“Por su parte, la palabra República se menciona en el título de la Constitución y además,  se menciona cada vez que se refiere al Presidente, Vicepresidencia y al poder legislativo, calificándolas como de la República.  El Constituyente menciona también  la palabra República en los artículos 2, 22, 28, 102, 118, 119, 121, 132, 135, 136, 144, 145, 153, 157, 179, 182, 183, 204, 214, 224, 231, 245, 251, 253 y 281”
Recordemos que la democracia sin República,  es aquel sistema  guiado simplemente por el clamor popular de la mayoría, que sin rumbo,  ni respeto a los derechos inherentes de cada individuo, se mueve en forma efervescente, pasando por encima de los derechos de los ciudadanos.
Al contrario, la República pone límites al poder de un gobierno o de una mayoría, para resguardar los derechos de cada individuo y con ello los derechos de todos
!El momento que Guatemala vive es muy importante!
Podemos avanzar!  Si apostamos por reformas constitucionales y trascendentales, en respeto del orden constitucional,  que como denominador común conlleven el fortalecimiento del  diseño de nuestra República, es decir, del derecho al voto, la división de poderes y el principio de igualdad ante la ley.  Esa reformas, perdurarán en el tiempo y sin duda nos harán evolucionar a algo mejor de lo que tenemos.
Podemos estancarnos en lo mismo de siempre!  Es decir  hacer uso de la fuerza, en este caso del “Clamor Popular” y de la fuerza de los medios de comunicación en esta era de la información, para  derribar al gobernante o gobernantes de turno, y aunque no haya rompimiento constitucional, tampoco existan reformas trascendentes que fortalezcan nuestra República, y todo sea únicamente un re acomodo de fuerzas, como nuestra pobre historia política ha sido.
Podemos Retroceder! Esto sería poner fin a nuestros 30 años de brevísima vida constitucional, suspender las elecciones a pesar que uno de los pilares fundamentales de la República es el derecho al voto.
Una vez haya existido este golpe de estado, dar un salto al vacío,  en donde con o sin la  prolongación de funciones del congreso y gobiernos municipales,  y con la inacción de los órganos jurisdiccionales ordinarios, electorales y constitucionales, se plantee una Asamblea Nacional Constituyente que borre el diseño republicano de nuestra Constitución y por “clamor popular” se consolide un Estado Democrático Constitucional,  en donde sea este “clamor popular”  el que tenga primacía sobre las garantías individuales y derechos inherentes de cada uno de los guatemaltecos.