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Capitalismo incomprendido

María Dolores Arias
23 de junio, 2015

El viernes y sábado pasado tuve la oportunidad de participar como panelista en el primer Congreso Internacional de Fundamentos del Capitalismo el cual fue organizado por Warren Orbaugh, director del Centro de Estudio del Capitalismo de la Universidad Francisco Marroquín.

Fueron dos días intensos discutiendo sobre ideas como ¿es moral el capitalismo? O ¿es salvaje y despiadado como lo pintan sus enemigos? ¿Existe una defensa más allá de la económica por la que se acusa de materialista e insensible a este sistema? ¿Qué es moral?

¿Es el egoísmo racional la base moral para la benevolencia? ¿Benevolencia e interés propio son compatibles? ¿Por qué es la autoestima el corolario del capitalismo? ¿Quiénes son los héroes en el capitalismo? ¿Los que producen, obtienen ganancias mejorando la calidad de vida de los demás? O ¿los que reparten lo que otros producen? ¿Es moral el afán de lucro? ¿Qué relación hay entre los héroes de historietas y el periodismo? ¿Cómo incide el capitalismo en estos héroes? ¿Está el arte ajeno a los valores capitalistas? ¿Cuál es la contradicción entre el costo del gobierno y el desarrollo? Entre muchos otros que se fueron discutiendo como la mejora al sistema de partidos políticos actual.

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Al final de tan intensa jornada, muchos salimos con varias ideas bullendo en la cabeza. El porqué es importante conocer qué es el capitalismo y no lo que sus enemigos han querido que entendamos. Si comprendemos que es un sistema moral sociopolítico y económico basado en la protección de los derechos individuales, podremos vislumbrar que la mayoría de ataques en su contra en realidad son características de otros sistemas como el mercantilista y el sistema benefactor, ambos repartidores de privilegios y riqueza a favor de unos a costas de los otros.

El capitalismo es un sistema que promueve la vida, un sistema que promueve la relaciones pacíficas como único medio para crear riqueza, que protege a quien persigue el lucro y premia a quien lo consigue mediante la creación de riqueza. Es un sistema donde el gobierno tiene funciones mínimas, limitadas a la seguridad y justicia.

En el capitalismo los héroes florecen mientras que en otros sistemas colectivistas son opacados y atacados por los grupos organizados que se consideren afectados por sus logros. La creación de la riqueza solo tiene los límites de la misma mente creativa y las ganancias no tienen límites más que los impuestos por el cliente a quien sirve.

Las prebendas, los privilegios, los monopolios legales y las concesiones son inmorales en un sistema capitalista, ésos son propios del mercantilismo. Mientras que los subsidios, dádivas y reparto de riqueza ajena -propios del sistema benefactor- son también inmorales. No así la benevolencia que nace de manera voluntaria y con los recursos propios. No podemos llamar benevolente a quien le quita a unos para darles a los otros, es como pretender que el ladrón que le roba un celular para darle de comer a sus hijos está siendo buen padre porque los mantiene sin importar el cómo.

Ayn Rand en su libro “El capitalismo: el ideal desconocido” afirma que este sistema ha sido atacado porque no se le conoce, sin embargo el sentido común de muchos les dice que es en sociedades capitalistas donde tiene mayores posibilidades de éxito. Son en estas sociedades donde se ha logrado mayor riqueza y avances en la mejora de vida. Conforme estas sociedades se alejan de estos ideales el nivel decae, tal vez de manera gradual pero constante si no se cambia el rumbo.

Ser capitalistas no es estar a favor de “empresaurios”, saqueadores o politiquillos corruptos. Ser capitalistas es estar a favor de la República, dónde nadie está por encima de la ley y eso implica cero privilegios. Donde cada quien comprende que la única manera de ganarse la vida es siendo productivo y por eso tiene el derecho de disponer de su propiedad sin la amenaza inminente del robo de un vulgar ladrón o el saqueo de grupos organizados que utilizan al gobierno para sus propósitos.

Ser capitalista no se trata de explotación hacia nadie más que a su propia mente y voluntad para conseguir sus fines. Ser capitalista es identificar valores y luchar por conseguirlos. Es valorarse a sí mismo primero para después valorar a los demás. Es no permitir el trato de los demás como cordero sacrificable sino como persona. Es no vivir a costa de nadie pero tampoco cargar con obligaciones no elegidas. Es creer que la vida digna y el florecimiento son posibles.

@Md30

Facebook.com/mda30

Capitalismo incomprendido

María Dolores Arias
23 de junio, 2015

El viernes y sábado pasado tuve la oportunidad de participar como panelista en el primer Congreso Internacional de Fundamentos del Capitalismo el cual fue organizado por Warren Orbaugh, director del Centro de Estudio del Capitalismo de la Universidad Francisco Marroquín.

Fueron dos días intensos discutiendo sobre ideas como ¿es moral el capitalismo? O ¿es salvaje y despiadado como lo pintan sus enemigos? ¿Existe una defensa más allá de la económica por la que se acusa de materialista e insensible a este sistema? ¿Qué es moral?

¿Es el egoísmo racional la base moral para la benevolencia? ¿Benevolencia e interés propio son compatibles? ¿Por qué es la autoestima el corolario del capitalismo? ¿Quiénes son los héroes en el capitalismo? ¿Los que producen, obtienen ganancias mejorando la calidad de vida de los demás? O ¿los que reparten lo que otros producen? ¿Es moral el afán de lucro? ¿Qué relación hay entre los héroes de historietas y el periodismo? ¿Cómo incide el capitalismo en estos héroes? ¿Está el arte ajeno a los valores capitalistas? ¿Cuál es la contradicción entre el costo del gobierno y el desarrollo? Entre muchos otros que se fueron discutiendo como la mejora al sistema de partidos políticos actual.

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El capitalismo es un sistema que promueve la vida, un sistema que promueve la relaciones pacíficas como único medio para crear riqueza, que protege a quien persigue el lucro y premia a quien lo consigue mediante la creación de riqueza. Es un sistema donde el gobierno tiene funciones mínimas, limitadas a la seguridad y justicia.

En el capitalismo los héroes florecen mientras que en otros sistemas colectivistas son opacados y atacados por los grupos organizados que se consideren afectados por sus logros. La creación de la riqueza solo tiene los límites de la misma mente creativa y las ganancias no tienen límites más que los impuestos por el cliente a quien sirve.

Las prebendas, los privilegios, los monopolios legales y las concesiones son inmorales en un sistema capitalista, ésos son propios del mercantilismo. Mientras que los subsidios, dádivas y reparto de riqueza ajena -propios del sistema benefactor- son también inmorales. No así la benevolencia que nace de manera voluntaria y con los recursos propios. No podemos llamar benevolente a quien le quita a unos para darles a los otros, es como pretender que el ladrón que le roba un celular para darle de comer a sus hijos está siendo buen padre porque los mantiene sin importar el cómo.

Ayn Rand en su libro “El capitalismo: el ideal desconocido” afirma que este sistema ha sido atacado porque no se le conoce, sin embargo el sentido común de muchos les dice que es en sociedades capitalistas donde tiene mayores posibilidades de éxito. Son en estas sociedades donde se ha logrado mayor riqueza y avances en la mejora de vida. Conforme estas sociedades se alejan de estos ideales el nivel decae, tal vez de manera gradual pero constante si no se cambia el rumbo.

Ser capitalistas no es estar a favor de “empresaurios”, saqueadores o politiquillos corruptos. Ser capitalistas es estar a favor de la República, dónde nadie está por encima de la ley y eso implica cero privilegios. Donde cada quien comprende que la única manera de ganarse la vida es siendo productivo y por eso tiene el derecho de disponer de su propiedad sin la amenaza inminente del robo de un vulgar ladrón o el saqueo de grupos organizados que utilizan al gobierno para sus propósitos.

Ser capitalista no se trata de explotación hacia nadie más que a su propia mente y voluntad para conseguir sus fines. Ser capitalista es identificar valores y luchar por conseguirlos. Es valorarse a sí mismo primero para después valorar a los demás. Es no permitir el trato de los demás como cordero sacrificable sino como persona. Es no vivir a costa de nadie pero tampoco cargar con obligaciones no elegidas. Es creer que la vida digna y el florecimiento son posibles.

@Md30

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