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Los “beneficios” de vincular el voto nulo.

Redacción
29 de junio, 2015

Últimamente en el país han surgido nuevas ideas, originadas a raíz de la coyuntura política de los últimos meses, las más sobresalientes son: reprogramación de las elecciones generales, convocatoria a una asamblea nacional constituyente y la vinculación del voto nulo.

En este espacio quisiera aprovechar para tocar el tema de la vinculación del voto nulo. La mayoría de personas que avalan esta idea plasman su opinión en el conjunto de “beneficios” que esto produciría. Antes de mencionarlos, es aclarar que votar nulo y vincular el voto nulo, son dos cuestiones distintas. El votar nulo, históricamente, no ha implicado la manifestación de un descontento ante una oferta electoral, en la mayoría de los casos se ha considerado un voto nulo como un voto no válido por cualquier tipo de razón. Es hasta en este tiempo, que se plantea la idea de que el voto nulo sirva como una expresión oficial de descontento, por parte de la ciudadanía, ante la oferta electoral.

Ahora bien, vincular el voto nulo plantea, para muchas personas, obtener beneficios, ¿cuáles son? La expresión oficial y reconocida de un descontento al sistema político y, la repetición de las elecciones generales si se alcanzará un porcentaje mínimo establecido de votos nulos.

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Si se está trabajando por reformar un sistema de partidos políticos, el primer punto no debiera ser necesario nunca. El espacio para proponer reformas es precisamente buscar la mejora del sistema partidista actual, eso incluye los requisitos para mejorar la oferta electoral. Si se mejora la oferta, automáticamente la satisfacción de la población debiera aumentar de manera positiva.

Por otro lado, es importante tomar en cuenta el costo de implementar esta idea. El Tribunal Supremo Electoral tiene un presupuesto asignado de 670 millones de quetzales, que hoy por hoy, se queda cortó para garantizar las mismas condiciones electorales del proceso en 2011. Repetir las elecciones porque se llegó a cierto porcentaje de votos nulos, implicaría ejecutar un gasto adicional no presupuestado. Por otro lado, es necesario tomar en cuenta que por principio constitucional hay tiempos que deben ser respetados, ante esto repetir las elecciones en un plazo de dos meses aproximadamente no cambiaría la oferta electoral en gran medida. Este planteamiento retoma la conclusión anterior: si se está trabajando en proponer reformas para mejorar el sistema de partidos políticos actual, no habría por qué votar nulo y ocasionar que se repitan las elecciones.

Otro punto primordial, es evitar las comparaciones internacionales. Cada país obedece a un perfil institucional distinto, obedece a situaciones internas propias; si en España o Colombia el voto nulo tiene un impacto y funciona o no, no necesariamente en Guatemala funcionaría igual. Todos los países son distintos, así como su perfil institucional.

En conclusión, es importante que las personas que están participando de manera activa en espacios cívicos para incidir en reformar el Estado de Guatemala, reflexionen y hagan de su aporte algo valioso, racional y objetivo. Está claro que existe descontento, que existe insatisfacción y que existen deseos de participar para mejorar el país, y reformar el sistema de partidos políticos es un paso excelente para que el proceso sea exitoso. No obstante, el aportar en base a emociones y sentimientos puede nublar el propósito original y puede ocasionar un desvío de lo que en realidad se necesita en el país.

Existen reformas de fondo fundamentales y necesarias por las cuales trabajar, reformar el sistema de partidos políticos es básico para que la oferta electoral cambie y la población se sienta más representada. Por eso es tan valioso que las ideas que se propongan sean: coherentes, informadas, objetivas y claras. Y asimismo, que busquen responder a los problemas estructurales y de fondo, no a momentos coyunturales.

Los “beneficios” de vincular el voto nulo.

Redacción
29 de junio, 2015

Últimamente en el país han surgido nuevas ideas, originadas a raíz de la coyuntura política de los últimos meses, las más sobresalientes son: reprogramación de las elecciones generales, convocatoria a una asamblea nacional constituyente y la vinculación del voto nulo.

En este espacio quisiera aprovechar para tocar el tema de la vinculación del voto nulo. La mayoría de personas que avalan esta idea plasman su opinión en el conjunto de “beneficios” que esto produciría. Antes de mencionarlos, es aclarar que votar nulo y vincular el voto nulo, son dos cuestiones distintas. El votar nulo, históricamente, no ha implicado la manifestación de un descontento ante una oferta electoral, en la mayoría de los casos se ha considerado un voto nulo como un voto no válido por cualquier tipo de razón. Es hasta en este tiempo, que se plantea la idea de que el voto nulo sirva como una expresión oficial de descontento, por parte de la ciudadanía, ante la oferta electoral.

Ahora bien, vincular el voto nulo plantea, para muchas personas, obtener beneficios, ¿cuáles son? La expresión oficial y reconocida de un descontento al sistema político y, la repetición de las elecciones generales si se alcanzará un porcentaje mínimo establecido de votos nulos.

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Si se está trabajando por reformar un sistema de partidos políticos, el primer punto no debiera ser necesario nunca. El espacio para proponer reformas es precisamente buscar la mejora del sistema partidista actual, eso incluye los requisitos para mejorar la oferta electoral. Si se mejora la oferta, automáticamente la satisfacción de la población debiera aumentar de manera positiva.

Por otro lado, es importante tomar en cuenta el costo de implementar esta idea. El Tribunal Supremo Electoral tiene un presupuesto asignado de 670 millones de quetzales, que hoy por hoy, se queda cortó para garantizar las mismas condiciones electorales del proceso en 2011. Repetir las elecciones porque se llegó a cierto porcentaje de votos nulos, implicaría ejecutar un gasto adicional no presupuestado. Por otro lado, es necesario tomar en cuenta que por principio constitucional hay tiempos que deben ser respetados, ante esto repetir las elecciones en un plazo de dos meses aproximadamente no cambiaría la oferta electoral en gran medida. Este planteamiento retoma la conclusión anterior: si se está trabajando en proponer reformas para mejorar el sistema de partidos políticos actual, no habría por qué votar nulo y ocasionar que se repitan las elecciones.

Otro punto primordial, es evitar las comparaciones internacionales. Cada país obedece a un perfil institucional distinto, obedece a situaciones internas propias; si en España o Colombia el voto nulo tiene un impacto y funciona o no, no necesariamente en Guatemala funcionaría igual. Todos los países son distintos, así como su perfil institucional.

En conclusión, es importante que las personas que están participando de manera activa en espacios cívicos para incidir en reformar el Estado de Guatemala, reflexionen y hagan de su aporte algo valioso, racional y objetivo. Está claro que existe descontento, que existe insatisfacción y que existen deseos de participar para mejorar el país, y reformar el sistema de partidos políticos es un paso excelente para que el proceso sea exitoso. No obstante, el aportar en base a emociones y sentimientos puede nublar el propósito original y puede ocasionar un desvío de lo que en realidad se necesita en el país.

Existen reformas de fondo fundamentales y necesarias por las cuales trabajar, reformar el sistema de partidos políticos es básico para que la oferta electoral cambie y la población se sienta más representada. Por eso es tan valioso que las ideas que se propongan sean: coherentes, informadas, objetivas y claras. Y asimismo, que busquen responder a los problemas estructurales y de fondo, no a momentos coyunturales.