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Cordaid internacional y su apoyo a temas conflictivos

Redacción República
03 de julio, 2015

La Catholic Organisation for Relief and Development Aid (Cordaid) es una organización de la sociedad civil que se centra en el desarrollo y la colaboración en las regiones vulnerables y las zonas de conflicto alrededor del mundo, según dice su página web. Afirman que su principal interés es ayudar a las personas en las sociedades desintegradas, regiones vulnerables y las zonas de conflicto para construir “comunidades florecientes”.

Esta organización trabaja en estrecha colaboración con una red de 617 organizaciones asociadas en 38 países de África, Asia, Oriente Medio y América Latina. En Holanda, donde está su sede, ofrece asistencia a grupos desfavorecidos. También, según su sitio web, su misión es crear comunidades prósperas y autónomas en las zonas más frágiles del mundo y afectadas por conflictos.

Alrededor del mundo tiene 1,244 proyectos en 64 países, y su presupuesto total es más de 565 millones de euros anuales. Según indican, Cordaid está presente cuando los desastres (naturales) golpean las poblaciones, para proporcionar asistencia de emergencia, como fue el caso durante la crisis de Ébola en el Centro de África en 2014 y por el tifón Haiyan en Filipinas.

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Por qué se involucran en ciertos temas

El analista Miguel Castillo opina que luego de que en los años 60 apareciera la Teología de la Liberación, la iglesia se acercó a los más desfavorecidos de la sociedad. Esto hizo que muchos miembros de la iglesia tomaran un papel activo en los conflictos armados en los años 70.  “Cuando el comunismo retrocedió en el mundo y acabaron muchos conflictos, la iglesia en América Latina y especialmente en Guatemala se encontró en una situación bastante complicada, pues perdió el control de la clase media y de los sectores urbanos”, señala.

Así empezaron un proceso de análisis y de reconversión y adoptaron la endoculturación, que es la adaptación del mensaje de la Iglesia a los pueblos y áreas rurales, volviéndose su centro de interés. “Así empata con otros grupos reconvertidos del conflicto armado interno en los años 90 que estaban fundando ONG”, considera.

Entonces adoptaron nuevos temas como los derechos del pueblo indígena y de medio ambiente para sobrevivir, según Castillo porque había financiamiento para trabajar en proyectos afines. “El dinero en Europa estaba disponible para quienes trabajen esos temas, los grupos de izquierda cambiaron sus temáticas porque la guerra fría había terminado”, asegura.

A partir de allí, el analista dice que el papel de la Iglesia Católica ha sido darle base y estructura social a estos movimientos nuevos, así se fortalecieron. “Es una coincidencia de intereses y se fueron desarrollando juntos”, refiere.

Por otro lado, monseñor Álvaro Ramazzini, de la Diócesis de Huehuetenango, señala que parte de la misión de iglesia es ayudar a los demás. “Un mandato del Evangelio es amar al prójimo y eso se demuestra con obras”, señala. También cita las palabras del Papa Francisco, que pide ayudar a “los excluidos que no son tomados en cuenta”.

Ramazzini reconoce que hacer su trabajo social sería más difícil sin la ayuda financiera de entidades internacionales. “Tenemos alianzas con organizaciones, tanto de la iglesia como fuera de ella, que tienen los mismos principios y la misma visión, incluidas las del exterior”, señala. Sin esa ayuda, el religioso dice que no tendrían tanta cobertura.

Apoyan con el lema de “reconciliación”

Cordaid pertenece a la red Cooperátion Internacionale pour le Développement et la Solidarité (CIDSE), ó Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad.  

Además de Cordaid, allí hay otras 16 organizaciones católicas en alianza procedentes de Europa y Norteamérica como Broederliijk Delen de Bélgica; CAFOD de Inglaterra; CCDF Terre Solidaire de Francia; Center of Concern de Estados Unidos; Developmente & Peace, Canadá; Entraide et Fraternité de Bélgica; y MISEREOR de Alemania, entre otras.

CIDSE nació como el resultado de la necesidad de contar con un cuerpo de agencias católicas de ayuda que respondieran al llamado del Congreso Eucarístico de Munich de 1960.

Según CIDSE, la Iglesia sigue siendo fuente de paz y de reconciliación. “Guatemala se define como un Estado laico sin religión oficial. Sin embargo, para el pueblo guatemalteco, la Iglesia sigue siendo una fuente de paz, reconciliación y de inspiración para continuar la lucha en pro de la justicia”, dicen en el informe de la visita de una delegación de obispos en Guatemala.

Sacerdotes celebrando misa en La Puya

Representantes de las agencias miembros de CIDSE han visitado junto a Obispos Europeos a Guatemala en dos ocasiones. El años pasado aprovecharon para manifestar su solidaridad hacia las instituciones de la Iglesia y las organizaciones de la sociedad civil guatemalteca con las cuales trabajan. Señalan que su trabajo pastoral está a favor de la paz y de la reconciliación y el desarrollo de una reflexión conjunta sobre el cuidado de la creación en la realidad guatemalteca, desde la promoción de los derechos humanos y de la protección del medio ambiente.

Según el informe oficial y público, dicha iniciativa dio continuidad a una primera visita de obispos europeos y norteamericanos invitados por representantes de la Iglesia Católica en Guatemala alrededor del tema “acceso a la tierra” en el 2005.

El año pasado, a través de la organización de encuentros con líderes comunitarios, de actividades y visitas a comunidades de El Quiché y de Baja y Alta Verapaz, la visita de la delegación de Obispos de CIDSE permitió fortalecer el lazo de solidaridad con las organizaciones guatemaltecas en general y las contrapartes de las agencias CIDSE en particular, abriéndoles espacios para compartir sus preocupaciones e inquietudes ante diferentes instancias nacionales e internacionale y seguir con el financiamiento.

Sin embargo, el analista Castillo señala que en la practica estas entidades no apoyan la reconciliación, es una palabra que solo queda en el discurso, asegura. “Hay que recordar que hay estructuras que viven de esto, es una forma de vida”, considera. Si los conflictos terminan se acaban los financiamientos, por eso las organizaciones que los promueven se van expandiendo a otras regiones. “No hay espíritu de neogiciación ni conciliación. Eso sí, se victimizan ante los medios de comunicación a pesar de que están trasgrediendo la ley”, señala.

Apoyo económico para Guatemala

Cordaid ha trabajo durante más de 20 años con socios en Guatemala supuestamente para desarrollar la economía y la salud rural en el país . Sin embargo, la atención se ha desplazado a garantizar la participación de los indígenas en la democracia local, así como la negociación, orientación y endurecimiento de la posición de las comunidades en la realización de grandes infraestructuras, la energía, la agricultura y los proyectos mineros.

Por otro lado, ellos afirman que la organización presiona para poner fin a la impunidad de la ley, para conseguir una política preventiva de jóvenes en la agenda política nacional y para la mejora estructural de la situación (legal) de las mujeres. No obstante, lo que sobresale de su gestión son los temas de oposición minería.

Opositores quemaron maquinaria en proyecto hidroeléctrico en San Marcos

En nuestro país, Cordaid cuenta con 61 programas en temas como respuesta a desastres, industrias extractivas, iniciativas privadas, asuntos urbanos y liderazgo de la Mujer. Alrededor de 22 entidades son favorecidas por estos proyectos.

Dentro de las organizaciones que trabajan con Cordaid y reciben ayuda económica para proyectos, se puede mencionar Pastorales Sociales como Caritas Diócesis de La Verapaz, de la Mujer Arquidiócesis de los Altos y de la Tierra; Obispado de San Marcos; Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHAG); Coordinación de ONG y cooperativas (CONGCOOP); Asociación Mujer Tejedora del Desarrollo; Colectivo Ecológico Madre Selva; Asociación Crecer; Acción Ciudadana; Asociación para la Prevención del Delito; Asociación Grupo Ceiba; entre otras.

Por ejemplo, la ODHAG lleva 10 años trabajando con esta entidad, por lo que intentamos obtener su punto de vista sin éxito. Adujeron tener una apretada agenda.

Millones para temas sensibles y conflictivos

En la página web de Cordaid se puede acceder a información a 38 proyectos en Guatemala en los que han invertido alrededor de 4.6 millones de euros en total.

De estos proyectos, 20 están catalogados como en temas “extractivos”; es decir, que se oponen a la proyectos de petróleo y  minería, donde abiertamente declaran su oposición de manera radical. Incluso sacerdotes y líderes en vídeos que difunden llaman al levantamiento, dividiendo a comunidades a favor y en contra de proyectos, provocando conflicto de intereses. El resto de proyectos están enfocados en asuntos urbanos, iniciativa privada, respuesta a desastres y liderazgo de la mujer.

Se pueden mencionar los proyectos Protegiendo la naturaleza, Fortalecimiento del diálogo sobre ambiente, La minería y su impacto en los recursos de agua, Mitigación de los efectos negativos de la minería, Influenciando el desarrollo municipal, Defensa política en las industrias extractivas, Participación de comunidades afectadas, Diálogo acerca de las industrias extractivas, Comunidades indígenas amenazadas por la minería, Fortalecimiento del liderazgo de la mujer, Impunidad relacionada con la violencia contra la mujer, entre otros.

Conflictividad y proyectos

En la página oficial de Cordaid hay un mapa donde se aprecia en qué lugares apoyan a comunidades en Guatemala. Los puntos señalados coinciden con otro mapa realizado por el Ministerio de Energía y Minas, el cual explica dónde hay más conflictividad.

Ramazzini que, justificando los altos costos en la energía eléctrica apoyó a comunidades en San Marcos para que se negaran a pagar por el servicio y provocó que el robo luz se convirtiera en negocio para un grupo,  señala que esta violencia y conflictividad no es producto de los proyectos sino que vienen de atrás. “Una de las peores violencias que se puede ejercer sobre el ser humano es someterlo a una pobreza obligada, eso genera más violencia. Las comunidades han crecido en sus demandas, quieren la reivindicación de sus derechos no violencia”, señala. En su opinión, si el Estado cumpliera con su trabajo, sobre todo en cuanto a la regulación de las empresas, estos problemas terminarían.

Contrario a Ramazzini, Castillo señala que la violencia y conflictividad con la que operan se debe a que dentro de estos grupos predominan los personajes que tienen una enorme frustración. “No lograron lo que querían durante la guerra, siguen pensando de la misma manera”, opina. Si no hay agresividad, señala que las comunidades se irían saliendo de los proyectos. “Además, las violencia los pone en los medios de comunicación y eso les asegura el financiamiento”, concluye.

(Espere la próxima semana, la segunda parte de este tema de interés nacional).

(Foto principal de CIDSE: tomada de su Informe de la delegación de obispos a Guatemala).

Cordaid internacional y su apoyo a temas conflictivos

Redacción República
03 de julio, 2015

La Catholic Organisation for Relief and Development Aid (Cordaid) es una organización de la sociedad civil que se centra en el desarrollo y la colaboración en las regiones vulnerables y las zonas de conflicto alrededor del mundo, según dice su página web. Afirman que su principal interés es ayudar a las personas en las sociedades desintegradas, regiones vulnerables y las zonas de conflicto para construir “comunidades florecientes”.

Esta organización trabaja en estrecha colaboración con una red de 617 organizaciones asociadas en 38 países de África, Asia, Oriente Medio y América Latina. En Holanda, donde está su sede, ofrece asistencia a grupos desfavorecidos. También, según su sitio web, su misión es crear comunidades prósperas y autónomas en las zonas más frágiles del mundo y afectadas por conflictos.

Alrededor del mundo tiene 1,244 proyectos en 64 países, y su presupuesto total es más de 565 millones de euros anuales. Según indican, Cordaid está presente cuando los desastres (naturales) golpean las poblaciones, para proporcionar asistencia de emergencia, como fue el caso durante la crisis de Ébola en el Centro de África en 2014 y por el tifón Haiyan en Filipinas.

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Por qué se involucran en ciertos temas

El analista Miguel Castillo opina que luego de que en los años 60 apareciera la Teología de la Liberación, la iglesia se acercó a los más desfavorecidos de la sociedad. Esto hizo que muchos miembros de la iglesia tomaran un papel activo en los conflictos armados en los años 70.  “Cuando el comunismo retrocedió en el mundo y acabaron muchos conflictos, la iglesia en América Latina y especialmente en Guatemala se encontró en una situación bastante complicada, pues perdió el control de la clase media y de los sectores urbanos”, señala.

Así empezaron un proceso de análisis y de reconversión y adoptaron la endoculturación, que es la adaptación del mensaje de la Iglesia a los pueblos y áreas rurales, volviéndose su centro de interés. “Así empata con otros grupos reconvertidos del conflicto armado interno en los años 90 que estaban fundando ONG”, considera.

Entonces adoptaron nuevos temas como los derechos del pueblo indígena y de medio ambiente para sobrevivir, según Castillo porque había financiamiento para trabajar en proyectos afines. “El dinero en Europa estaba disponible para quienes trabajen esos temas, los grupos de izquierda cambiaron sus temáticas porque la guerra fría había terminado”, asegura.

A partir de allí, el analista dice que el papel de la Iglesia Católica ha sido darle base y estructura social a estos movimientos nuevos, así se fortalecieron. “Es una coincidencia de intereses y se fueron desarrollando juntos”, refiere.

Por otro lado, monseñor Álvaro Ramazzini, de la Diócesis de Huehuetenango, señala que parte de la misión de iglesia es ayudar a los demás. “Un mandato del Evangelio es amar al prójimo y eso se demuestra con obras”, señala. También cita las palabras del Papa Francisco, que pide ayudar a “los excluidos que no son tomados en cuenta”.

Ramazzini reconoce que hacer su trabajo social sería más difícil sin la ayuda financiera de entidades internacionales. “Tenemos alianzas con organizaciones, tanto de la iglesia como fuera de ella, que tienen los mismos principios y la misma visión, incluidas las del exterior”, señala. Sin esa ayuda, el religioso dice que no tendrían tanta cobertura.

Apoyan con el lema de “reconciliación”

Cordaid pertenece a la red Cooperátion Internacionale pour le Développement et la Solidarité (CIDSE), ó Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad.  

Además de Cordaid, allí hay otras 16 organizaciones católicas en alianza procedentes de Europa y Norteamérica como Broederliijk Delen de Bélgica; CAFOD de Inglaterra; CCDF Terre Solidaire de Francia; Center of Concern de Estados Unidos; Developmente & Peace, Canadá; Entraide et Fraternité de Bélgica; y MISEREOR de Alemania, entre otras.

CIDSE nació como el resultado de la necesidad de contar con un cuerpo de agencias católicas de ayuda que respondieran al llamado del Congreso Eucarístico de Munich de 1960.

Según CIDSE, la Iglesia sigue siendo fuente de paz y de reconciliación. “Guatemala se define como un Estado laico sin religión oficial. Sin embargo, para el pueblo guatemalteco, la Iglesia sigue siendo una fuente de paz, reconciliación y de inspiración para continuar la lucha en pro de la justicia”, dicen en el informe de la visita de una delegación de obispos en Guatemala.

Sacerdotes celebrando misa en La Puya

Representantes de las agencias miembros de CIDSE han visitado junto a Obispos Europeos a Guatemala en dos ocasiones. El años pasado aprovecharon para manifestar su solidaridad hacia las instituciones de la Iglesia y las organizaciones de la sociedad civil guatemalteca con las cuales trabajan. Señalan que su trabajo pastoral está a favor de la paz y de la reconciliación y el desarrollo de una reflexión conjunta sobre el cuidado de la creación en la realidad guatemalteca, desde la promoción de los derechos humanos y de la protección del medio ambiente.

Según el informe oficial y público, dicha iniciativa dio continuidad a una primera visita de obispos europeos y norteamericanos invitados por representantes de la Iglesia Católica en Guatemala alrededor del tema “acceso a la tierra” en el 2005.

El año pasado, a través de la organización de encuentros con líderes comunitarios, de actividades y visitas a comunidades de El Quiché y de Baja y Alta Verapaz, la visita de la delegación de Obispos de CIDSE permitió fortalecer el lazo de solidaridad con las organizaciones guatemaltecas en general y las contrapartes de las agencias CIDSE en particular, abriéndoles espacios para compartir sus preocupaciones e inquietudes ante diferentes instancias nacionales e internacionale y seguir con el financiamiento.

Sin embargo, el analista Castillo señala que en la practica estas entidades no apoyan la reconciliación, es una palabra que solo queda en el discurso, asegura. “Hay que recordar que hay estructuras que viven de esto, es una forma de vida”, considera. Si los conflictos terminan se acaban los financiamientos, por eso las organizaciones que los promueven se van expandiendo a otras regiones. “No hay espíritu de neogiciación ni conciliación. Eso sí, se victimizan ante los medios de comunicación a pesar de que están trasgrediendo la ley”, señala.

Apoyo económico para Guatemala

Cordaid ha trabajo durante más de 20 años con socios en Guatemala supuestamente para desarrollar la economía y la salud rural en el país . Sin embargo, la atención se ha desplazado a garantizar la participación de los indígenas en la democracia local, así como la negociación, orientación y endurecimiento de la posición de las comunidades en la realización de grandes infraestructuras, la energía, la agricultura y los proyectos mineros.

Por otro lado, ellos afirman que la organización presiona para poner fin a la impunidad de la ley, para conseguir una política preventiva de jóvenes en la agenda política nacional y para la mejora estructural de la situación (legal) de las mujeres. No obstante, lo que sobresale de su gestión son los temas de oposición minería.

Opositores quemaron maquinaria en proyecto hidroeléctrico en San Marcos

En nuestro país, Cordaid cuenta con 61 programas en temas como respuesta a desastres, industrias extractivas, iniciativas privadas, asuntos urbanos y liderazgo de la Mujer. Alrededor de 22 entidades son favorecidas por estos proyectos.

Dentro de las organizaciones que trabajan con Cordaid y reciben ayuda económica para proyectos, se puede mencionar Pastorales Sociales como Caritas Diócesis de La Verapaz, de la Mujer Arquidiócesis de los Altos y de la Tierra; Obispado de San Marcos; Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHAG); Coordinación de ONG y cooperativas (CONGCOOP); Asociación Mujer Tejedora del Desarrollo; Colectivo Ecológico Madre Selva; Asociación Crecer; Acción Ciudadana; Asociación para la Prevención del Delito; Asociación Grupo Ceiba; entre otras.

Por ejemplo, la ODHAG lleva 10 años trabajando con esta entidad, por lo que intentamos obtener su punto de vista sin éxito. Adujeron tener una apretada agenda.

Millones para temas sensibles y conflictivos

En la página web de Cordaid se puede acceder a información a 38 proyectos en Guatemala en los que han invertido alrededor de 4.6 millones de euros en total.

De estos proyectos, 20 están catalogados como en temas “extractivos”; es decir, que se oponen a la proyectos de petróleo y  minería, donde abiertamente declaran su oposición de manera radical. Incluso sacerdotes y líderes en vídeos que difunden llaman al levantamiento, dividiendo a comunidades a favor y en contra de proyectos, provocando conflicto de intereses. El resto de proyectos están enfocados en asuntos urbanos, iniciativa privada, respuesta a desastres y liderazgo de la mujer.

Se pueden mencionar los proyectos Protegiendo la naturaleza, Fortalecimiento del diálogo sobre ambiente, La minería y su impacto en los recursos de agua, Mitigación de los efectos negativos de la minería, Influenciando el desarrollo municipal, Defensa política en las industrias extractivas, Participación de comunidades afectadas, Diálogo acerca de las industrias extractivas, Comunidades indígenas amenazadas por la minería, Fortalecimiento del liderazgo de la mujer, Impunidad relacionada con la violencia contra la mujer, entre otros.

Conflictividad y proyectos

En la página oficial de Cordaid hay un mapa donde se aprecia en qué lugares apoyan a comunidades en Guatemala. Los puntos señalados coinciden con otro mapa realizado por el Ministerio de Energía y Minas, el cual explica dónde hay más conflictividad.

Ramazzini que, justificando los altos costos en la energía eléctrica apoyó a comunidades en San Marcos para que se negaran a pagar por el servicio y provocó que el robo luz se convirtiera en negocio para un grupo,  señala que esta violencia y conflictividad no es producto de los proyectos sino que vienen de atrás. “Una de las peores violencias que se puede ejercer sobre el ser humano es someterlo a una pobreza obligada, eso genera más violencia. Las comunidades han crecido en sus demandas, quieren la reivindicación de sus derechos no violencia”, señala. En su opinión, si el Estado cumpliera con su trabajo, sobre todo en cuanto a la regulación de las empresas, estos problemas terminarían.

Contrario a Ramazzini, Castillo señala que la violencia y conflictividad con la que operan se debe a que dentro de estos grupos predominan los personajes que tienen una enorme frustración. “No lograron lo que querían durante la guerra, siguen pensando de la misma manera”, opina. Si no hay agresividad, señala que las comunidades se irían saliendo de los proyectos. “Además, las violencia los pone en los medios de comunicación y eso les asegura el financiamiento”, concluye.

(Espere la próxima semana, la segunda parte de este tema de interés nacional).

(Foto principal de CIDSE: tomada de su Informe de la delegación de obispos a Guatemala).