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El culto al IRRESPETO; un valor muy Guatemalteco

Redacción
12 de agosto, 2015

Hay pocas situaciones tan evidentes como la manera en la que reaccionamos los guatemaltecos a los eventos diarios, como lo es el culto al abuso e irrespeto a las normas básicas de comportamiento humano. Es suficiente con que ocurra un accidente en alguna carretera, o que por dejar todo a última hora, nos encontremos en colas interminables. Sin embargo, esto es algo que pasa en cualquier país del mundo, incluso los más desarrollados. Lo distinto es la manera de enfrentarlo.

En nuestro caso, lo que se premia es el abuso del conductor de un camión o de un bus de servicio colectivo o un taxi, que llegando al último, hace doble, triple y a veces cuádruple fila, con tal de llegar primero. Lo que a nadie se le ocurre es que el sentido opuesto de la carretera va a actuar de igual forma. Logrando como resultado que ninguno pueda pasar. Si el evento pudiera haber tardado minutos se convierte en un retardo de horas, donde los únicos que posiblemente pasaron sean aquellos que abusivamente faltaron al respeto de los demás que permanecían en su turno. Perdiendo la mayoría tiempo y recursos a manera de desperdicio. No digamos el hecho de cuantos guatemaltecos e incluso extranjeros han perdido la vida, porque la ambulancia o los bomberos pudieron llegar al lugar del accidente y prestar primeros auxilios a los heridos, mucho menos trasladarlos de manera expedita a un hospital donde los pudieron salvar. En el mejor de los casos las grúas o la maquinaria pesada no pudo llegar a solucionar la causa del bloqueo. Moviendo a los vehículos del percance o limpiando el derrumbe que obstaculizaba el paso.

Que poco hemos evolucionado los guatemaltecos con respecto a una estampida de ganado, que simplemente empuja y arremete, sin darse cuenta que va hacia el precipicio. Que miopes somos, de manera que no nos importa el daño que podamos causar, y seguimos rindiendo culto al bribón y abusivo que irrespeta o a ese comportamiento tan animal.

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La solución es sencilla, convertir este comportamiento primitivo en algo más evolucionado a partir de un premio-castigo que vaya cambiando al guatemalteco en algo más cercano a los seres humanos y más alejado de los seres irracionales. La autoridad vial, municipal e incluso en la cola en la tienda de la escuela debe sancionar a quien transgreda el respeto al derecho ajeno. En el caso de las carreteras debe ser una multa costosa. Dice el Gobierno que tiene problemas de recaudación. No sería esta una método efectivo de colectar más ingresos, por lo menos hasta que aprendamos a respetar a los demás, y cuantifiquemos que el resultado de este comportamiento es más barato y expedito para todos. Lo más triste es que esta conducta no tiene nada que ver con el nivel social, pues se ven jóvenes y viejos ricos, en dinero más no en educación, guiando la estampida en vehículos de marcas costosas como BMW, Mercedes Benz, Audi, etc.

¡LA CORTESÍA ES UN CULTO MÁS LOABLE! IMITEMOS AL REPETUOSO NO AL PATÁN.

El culto al IRRESPETO; un valor muy Guatemalteco

Redacción
12 de agosto, 2015

Hay pocas situaciones tan evidentes como la manera en la que reaccionamos los guatemaltecos a los eventos diarios, como lo es el culto al abuso e irrespeto a las normas básicas de comportamiento humano. Es suficiente con que ocurra un accidente en alguna carretera, o que por dejar todo a última hora, nos encontremos en colas interminables. Sin embargo, esto es algo que pasa en cualquier país del mundo, incluso los más desarrollados. Lo distinto es la manera de enfrentarlo.

En nuestro caso, lo que se premia es el abuso del conductor de un camión o de un bus de servicio colectivo o un taxi, que llegando al último, hace doble, triple y a veces cuádruple fila, con tal de llegar primero. Lo que a nadie se le ocurre es que el sentido opuesto de la carretera va a actuar de igual forma. Logrando como resultado que ninguno pueda pasar. Si el evento pudiera haber tardado minutos se convierte en un retardo de horas, donde los únicos que posiblemente pasaron sean aquellos que abusivamente faltaron al respeto de los demás que permanecían en su turno. Perdiendo la mayoría tiempo y recursos a manera de desperdicio. No digamos el hecho de cuantos guatemaltecos e incluso extranjeros han perdido la vida, porque la ambulancia o los bomberos pudieron llegar al lugar del accidente y prestar primeros auxilios a los heridos, mucho menos trasladarlos de manera expedita a un hospital donde los pudieron salvar. En el mejor de los casos las grúas o la maquinaria pesada no pudo llegar a solucionar la causa del bloqueo. Moviendo a los vehículos del percance o limpiando el derrumbe que obstaculizaba el paso.

Que poco hemos evolucionado los guatemaltecos con respecto a una estampida de ganado, que simplemente empuja y arremete, sin darse cuenta que va hacia el precipicio. Que miopes somos, de manera que no nos importa el daño que podamos causar, y seguimos rindiendo culto al bribón y abusivo que irrespeta o a ese comportamiento tan animal.

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