La película ya no necesita presentación. Se promociona en Facebook, en Twitter, en la calle y en el cine. Los periódicos se han encargado de contarnos que ha ganado ya bastantes premios significativos. El trailer nos deja picados. Las protagonistas son fascinantes. En su totalidad, Ixcanul es un encanto.
Hay tanto de qué hablar, pensar en Ixcanul es una aventura. La trama de la película no es más que una historia real y cotidiana en nuestro país y lo que más nos hace identificarnos con ella es que muchas veces nosotros hemos experimentado los sentimientos que las y los protagonistas experimentan: amor, frustración, tristeza, curiosidad y más. Claro que no somos María y jamás vamos a vivir lo que ella vivió, pero probablemente mediante otras experiencias hemos llegado a sentir las mismas emociones.
Ixcanul nos pone en las narices el hermoso paisaje de un volcán poderoso. Parafraseando lo que el director de la película, Jayro Bustamante, dijo: “Estábamos en plena grabación y había tanto paisaje que mostrar que si se te caía el celular con la cámara abierta entre la tierra y con ese accidente tomábas una foto, sería digna de una postal.”
¿Qué más le puedo describir? Los trajes típicos, la exaltación del pueblo maya, la magnifica actuación de las artistas, el vómito descomunal de realidad, la exploración de un idioma y la poderosa manera en que Jayro Bustamante nos hace atropellar a nuestras inconscientes pero innegables costumbres racistas cuando al final de esos 91 minutos de película, nos sentimos impetuosamente unidos en un mismo ser con María.
Ixcanul es una película imperdible y su éxito depende de usted. Manténganla en el cine por más tiempo. ¡Vaya a verla hoy mismo! Le garantizo que no se va a arrepentir.
La película ya no necesita presentación. Se promociona en Facebook, en Twitter, en la calle y en el cine. Los periódicos se han encargado de contarnos que ha ganado ya bastantes premios significativos. El trailer nos deja picados. Las protagonistas son fascinantes. En su totalidad, Ixcanul es un encanto.
Hay tanto de qué hablar, pensar en Ixcanul es una aventura. La trama de la película no es más que una historia real y cotidiana en nuestro país y lo que más nos hace identificarnos con ella es que muchas veces nosotros hemos experimentado los sentimientos que las y los protagonistas experimentan: amor, frustración, tristeza, curiosidad y más. Claro que no somos María y jamás vamos a vivir lo que ella vivió, pero probablemente mediante otras experiencias hemos llegado a sentir las mismas emociones.
Ixcanul nos pone en las narices el hermoso paisaje de un volcán poderoso. Parafraseando lo que el director de la película, Jayro Bustamante, dijo: “Estábamos en plena grabación y había tanto paisaje que mostrar que si se te caía el celular con la cámara abierta entre la tierra y con ese accidente tomábas una foto, sería digna de una postal.”
¿Qué más le puedo describir? Los trajes típicos, la exaltación del pueblo maya, la magnifica actuación de las artistas, el vómito descomunal de realidad, la exploración de un idioma y la poderosa manera en que Jayro Bustamante nos hace atropellar a nuestras inconscientes pero innegables costumbres racistas cuando al final de esos 91 minutos de película, nos sentimos impetuosamente unidos en un mismo ser con María.
Ixcanul es una película imperdible y su éxito depende de usted. Manténganla en el cine por más tiempo. ¡Vaya a verla hoy mismo! Le garantizo que no se va a arrepentir.