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Elecciones que rompieron paradigmas

Redacción
11 de septiembre, 2015

Las elecciones del domingo pasado serán históricas en la vida de Guatemala. Ellas demostraron que en el corazón del guatemalteco ha nacido una vocación democrática que seguramente ninguna otra generación ha experimentado. Las estadísticas lo respaldan: más del 70% del padrón electoral votó.

Claro que los sucesos de los últimos meses impulsaron a los guatemaltecos a las urnas, y no podría ser de otra forma. Sería una enorme vergüenza que luego del caso de La Línea y el caso IGSS, luego de todos los señalamientos hechos por el MP y la Cicig contra diputados y jueces, el guatemalteco siguiera sembrado en el sillón de su casa viendo a su país desgranarse.

Estas elecciones rompieron varios paradigmas de la era democrática. La tradición mandaba a que el candidato presidencial que había quedado en segundo lugar en las elecciones pasadas, ganaba en las siguientes. Ya no más. Aunque el TSE no ha dado los resultados oficiales, ya es casi seguro que Jimmy Morales es el campeón de la primera vuelta. Baldizón quedó segundo lugar en 2011, le correspondía quedar el primer lugar, pero no pudo. Desde hace años la población ha percibido el peligro que él representa y por ello se arrojó a los centros de votación para evitar que se convirtiera en el próximo presidente.

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La tradición también indicaba que los partidos que más gastaban en campaña tenían más probabilidades de quedar en los primeros lugares. Pero ya no más.  Líder sobrepasó descaradamente el techo de campaña, sin embargo fue derrotado por un partido político que no gastó ni siquiera cinco millones de quetzales en hacer campaña.

El populismo electoral también sufrió un revés en estas elecciones y ello como consecuencia de la tecnología. Con tal de ganarse los votos, en las regiones más alejadas del país los candidatos suelen otorgar regalos como láminas y bolsas de cemento. Pero la gente no es tonta y la capacidad de discernimiento no depende de la pobreza o la riqueza, tampoco de la calidad de educación que se ha recibido. Si en otros tiempos la gente de áreas rurales era fácilmente manipulable era porque se encontraban con una enorme desventaja: no tenían fácil acceso a las fuentes de información para conocer lo que estaba sucediendo.

Ahora con el internet, los teléfonos celulares y las redes sociales, la realidad es una muy distinta. Hoy más que nunca la información es tan democrática que los políticos ya no tienen tanto margen para la mentira y la manipulación. El ciudadano está realmente empoderado, conoce bien a los candidatos y los desmanes que hacen con tal de hacerse con el poder.

Según la tradición democrática guatemalteca, quienes solían ganar las elecciones eran personas con experiencia en la política. Claro está que el verdadero ganador lo sabremos hasta la segunda vuelta, pero el hecho que Jimmy Morales haya ganado la primera ya da mucho de qué hablar. Este candidato reiteradamente habla de su inexperiencia política (sospecho que incluso le gusta presumir de ella) y sin embargo humilló a muchos experimentados de la política, no sólo a Baldizón y Sandra Torres, también a Zury Ríos y Roberto González.

Las elecciones del 6 de septiembre sin duda serán objeto de profundos estudios en el futuro, porque ha dejado muchas lecciones. Aún falta decidir quién será el próximo presidente de Guatemala, y a los ciudadanos nos hace falta una ganar una batalla más. Sea quien sea el que quede segundo lugar en la primera vuelta, ni Sandra ni Baldizón deben ser los próximos presidentes del Guatemala.

Elecciones que rompieron paradigmas

Redacción
11 de septiembre, 2015

Las elecciones del domingo pasado serán históricas en la vida de Guatemala. Ellas demostraron que en el corazón del guatemalteco ha nacido una vocación democrática que seguramente ninguna otra generación ha experimentado. Las estadísticas lo respaldan: más del 70% del padrón electoral votó.

Claro que los sucesos de los últimos meses impulsaron a los guatemaltecos a las urnas, y no podría ser de otra forma. Sería una enorme vergüenza que luego del caso de La Línea y el caso IGSS, luego de todos los señalamientos hechos por el MP y la Cicig contra diputados y jueces, el guatemalteco siguiera sembrado en el sillón de su casa viendo a su país desgranarse.

Estas elecciones rompieron varios paradigmas de la era democrática. La tradición mandaba a que el candidato presidencial que había quedado en segundo lugar en las elecciones pasadas, ganaba en las siguientes. Ya no más. Aunque el TSE no ha dado los resultados oficiales, ya es casi seguro que Jimmy Morales es el campeón de la primera vuelta. Baldizón quedó segundo lugar en 2011, le correspondía quedar el primer lugar, pero no pudo. Desde hace años la población ha percibido el peligro que él representa y por ello se arrojó a los centros de votación para evitar que se convirtiera en el próximo presidente.

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La tradición también indicaba que los partidos que más gastaban en campaña tenían más probabilidades de quedar en los primeros lugares. Pero ya no más.  Líder sobrepasó descaradamente el techo de campaña, sin embargo fue derrotado por un partido político que no gastó ni siquiera cinco millones de quetzales en hacer campaña.

El populismo electoral también sufrió un revés en estas elecciones y ello como consecuencia de la tecnología. Con tal de ganarse los votos, en las regiones más alejadas del país los candidatos suelen otorgar regalos como láminas y bolsas de cemento. Pero la gente no es tonta y la capacidad de discernimiento no depende de la pobreza o la riqueza, tampoco de la calidad de educación que se ha recibido. Si en otros tiempos la gente de áreas rurales era fácilmente manipulable era porque se encontraban con una enorme desventaja: no tenían fácil acceso a las fuentes de información para conocer lo que estaba sucediendo.

Ahora con el internet, los teléfonos celulares y las redes sociales, la realidad es una muy distinta. Hoy más que nunca la información es tan democrática que los políticos ya no tienen tanto margen para la mentira y la manipulación. El ciudadano está realmente empoderado, conoce bien a los candidatos y los desmanes que hacen con tal de hacerse con el poder.

Según la tradición democrática guatemalteca, quienes solían ganar las elecciones eran personas con experiencia en la política. Claro está que el verdadero ganador lo sabremos hasta la segunda vuelta, pero el hecho que Jimmy Morales haya ganado la primera ya da mucho de qué hablar. Este candidato reiteradamente habla de su inexperiencia política (sospecho que incluso le gusta presumir de ella) y sin embargo humilló a muchos experimentados de la política, no sólo a Baldizón y Sandra Torres, también a Zury Ríos y Roberto González.

Las elecciones del 6 de septiembre sin duda serán objeto de profundos estudios en el futuro, porque ha dejado muchas lecciones. Aún falta decidir quién será el próximo presidente de Guatemala, y a los ciudadanos nos hace falta una ganar una batalla más. Sea quien sea el que quede segundo lugar en la primera vuelta, ni Sandra ni Baldizón deben ser los próximos presidentes del Guatemala.