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Agenda Empresarial
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Sigamos la “agenda” de Washington…

Redacción
13 de octubre, 2015

En 1,927 Edward Bernays decía que propaganda es “el mecanismo por el cual se diseminan las ideas a gran escala, en el sentido amplio de un proyecto organizado para extender una creencia o una doctrina en particular”. ¿Estamos los guatemaltecos, y los vecinos del Triángulo Norte de Centroamérica, TNCA, siendo parte de un proyecto de propaganda de amplio alcance y parte de un laboratorio de aplicación de una estrategia sacada de la “teoría realista” de las relaciones internacionales y ejecutadas bajo tácticas que se encuadran en el concepto de “poder blando”? En mi opinión, algo hay de esto, dados los acontecimientos recientes en la región.

Desde abril a la fecha, la sociedad guatemalteca y el debate público nacional ha estado orientado a temas y mensajes relacionados con la lucha contra la corrupción. Y ese mensaje ha calado muy bien, especialmente, en la “masa urbana” y ha tenido su impacto en el proceso electoral. Usted recodara que en las campañas de 2007 y 2011 el tema central de los políticos en contiendas era la seguridad. Para el 2015 se anticipaba que el debate electoral se focalizaría en temas relacionados a temas económicos tales como la generación de oportunidades de empleo, inversiones, etc. Pero eso no ocurrió. Lo que ocurrió fue el destape del caso #LaLínea, el #CasoIGSS y los señalamientos a diputados, alcaldes y binomios presidenciales impresentables y con ello un “despertar ciudadano contra la corrupción”. Entonces, básicamente, lo que hemos tenido en todos estos meses es un avance de la “agenda” de Washington en nuestro país. Esto es así, si tenemos en cuenta que el embajador gringo dijo, el año pasado, que la lucha contra la corrupción sería una prioridad de la “Embajada”, ya que es un crimen y que eso lo deberían de saber el gobierno, los partidos políticos, el sector privado…

Luego de la “sutileza” en el mensaje los gringos pasaron a la acción. Ya el extinto gobierno Pérez-Baldetti y partidos políticos como el de “el doctor” y sus huestes rojas, saben que el Tío Sam va en serio. Falta ver qué ocurre o cómo le llegará el mensaje al sector privado de la región del TNCA. Algún indicio de esto último puede tenerse con un hecho ocurrido hace pocos días en Honduras. En efecto, la semana pasada, la justicia norteamericana emitió una acusación por lavado de dinero contra cuatro empresarios, entre ellos un ex Vicepresidente de la República, quienes son considerados parte de la “elite gobernante” de aquel país, con inversiones en la banca, telecomunicaciones, construcciones y cultivos de palma africana, según lo reportó InSight Crime. Cabe decir, además, que en el país catracho hubo un “efecto contagio” de la protesta ciudadana contra la corrupción, luego que se destaparan denuncias de desfalcos realizadas al seguro social.

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Si la idea y la agenda de Washington de la lucha contra la corrupción en Guatemala necesitaba posicionarse y tener el apoyo de la opinión pública, los hechos recientes han legitimado aquel objetivo, tanto así que ya se avanzó mucho por lograr lo que algunos llaman “la ingeniería del consenso”. Un ejemplo de aquello es la conformación, en mayo pasado, del denominado “Movimiento Ciudadano contra la Corrupción”. En dicha instancia convergen entidades y organizaciones con diversidad de agendas, intereses y posiciones ideológicas, pero ¡Oh sorpresa! todas llegaron al “consenso” de que hay que estar “unidos por un mismo objetivo, la lucha contra la corrupción”. Y esto está muy bien.

La corrupción no es un hecho nuevo. Lo nuevo aquí es que sea tema de “agenda”. Sí, es la agenda de Washington. Independientemente de que aquello sea parte de la “agenda setting” de los gringos, hay que alegrarse por este avance. Tenía que venir la “poderosa mano del norte” y somatar la mesa, para que los actores, tradicionales y emergentes, del poder en Guatemala al menos pongan sus “barbas en remojo” y empiecen por guardar las formas y mostrar un poco de determinación para bajar los niveles de impunidad y corrupción en el país y la región del TNCA.

Por otro lado, para que la “masa” apoye la lucha contra la corrupción hemos estado viendo una “telenovela” de la cual, creo yo, solo se nos han presentado los primeros capítulos. Hay quienes hoy se preguntan: ¿Por qué ya no hay plazas llenas de indignados? ¿Dónde quedo la indignación? ¿Se necesita de otro #JuevesDeCICIG para reactivar las protestas? Bernays, decía – y vaya si no fue un influyente propagandista- al analizar la psicología de masas que “la mente del grupo no piensa en el sentido estricto del término, en lugar de pensamiento tiene impulsos, hábitos y emociones, al tomar decisiones su primer impulso suele ser el de seguir el ejemplo de un líder de confianza…”.

Desde abril a septiembre el tema de “moda” ha sido la lucha contra la corrupción. Es tal la moda que uno de sus efectos ha sido que el candidato outsider, Jimmy Morales, que se vendió con el lema de “ni corrupto, ni ladrón” parece llevar la delantera en intención de voto y su victoria depende de que se mantengan en “boga”, al menos entre el votante joven y urbano, aquellos mensajes. El candidato outsider ha “emergido” como el líder que canaliza la indignación y la convierte en un proyecto y una propuesta política con viabilidad de llegar al poder. Todo esto en pocos meses ¿Increíble, verdad? Pero para alcanzar el poder, el candidato outsider necesita que el voto urbano acuda a las urnas en un alto porcentaje y que se eleve, en estos últimos días previos a la elección, lo que, en 2011, Edelberto Torres-Rivas denominó como la “Sandrofobia”, para asustar así con el hecho de volver a la #ViejaPolítica…

En este orden de ideas y a pocos días de celebrarse el balotaje, parecen haber dos escenarios: 1) Es un escenario de alta probabilidad y bajo impacto. Este escenario vislumbra una victoria de Jimmy Morales, pero sería un proyecto y un gobierno de bajo impacto al carecer de cuadros y apoyos que le permitan tener gobernabilidad y hacer avanzar agenda de Estado en el Legislativo. Básicamente se tendría un reacomodo de operadores y actores de poder que estuvieron cercanos al Partido Patriota, al “Sipi” y la línea original de “Baldizón” –aquellos leales que estuvieron con “el doctor” desde la formación de su partido-; 2) El otro escenario es uno de baja probabilidad, pero de alto impacto. En este escenario se tendría una victoria de la UNE y “La Doña”. La probabilidad de que gane se cimienta, principalmente, en su voto duro y el tejido con Alcaldes y movimientos sociales que ha hecho en recientes semanas. El impacto de su gestión vendría a darse con una Bancada fuerte en el Congreso y con la experiencia que “La Doña” tiene en hacer funcionar el aparato de gobierno. Además, ha tejido articulación en el sector privado y para ganarse el apoyo de la “urbanidad”, durante su gobierno debe priorizar, muy rápidamente, la agenda de reformas que se ha venido demandando desde abril: Ley Electoral y de Partidos Políticos, Ley de Compras y Contrataciones, Ley del Servicio Civil. Además, en Washington ya saben y tienen el perfil de Sandra Torres en el sentido de que es “abrasiva”, pero aun así la ven como una buena “gerente”…

¿Han coincidido la teoría realista de las relaciones internacionales, el poder blando y la propaganda en los sucesos ocurridos en Guatemala desde abril a la fecha? Yo, reitero, creo que sí… Sigamos la “agenda” de Washington…

@bequerchocooj

Sigamos la “agenda” de Washington…

Redacción
13 de octubre, 2015

En 1,927 Edward Bernays decía que propaganda es “el mecanismo por el cual se diseminan las ideas a gran escala, en el sentido amplio de un proyecto organizado para extender una creencia o una doctrina en particular”. ¿Estamos los guatemaltecos, y los vecinos del Triángulo Norte de Centroamérica, TNCA, siendo parte de un proyecto de propaganda de amplio alcance y parte de un laboratorio de aplicación de una estrategia sacada de la “teoría realista” de las relaciones internacionales y ejecutadas bajo tácticas que se encuadran en el concepto de “poder blando”? En mi opinión, algo hay de esto, dados los acontecimientos recientes en la región.

Desde abril a la fecha, la sociedad guatemalteca y el debate público nacional ha estado orientado a temas y mensajes relacionados con la lucha contra la corrupción. Y ese mensaje ha calado muy bien, especialmente, en la “masa urbana” y ha tenido su impacto en el proceso electoral. Usted recodara que en las campañas de 2007 y 2011 el tema central de los políticos en contiendas era la seguridad. Para el 2015 se anticipaba que el debate electoral se focalizaría en temas relacionados a temas económicos tales como la generación de oportunidades de empleo, inversiones, etc. Pero eso no ocurrió. Lo que ocurrió fue el destape del caso #LaLínea, el #CasoIGSS y los señalamientos a diputados, alcaldes y binomios presidenciales impresentables y con ello un “despertar ciudadano contra la corrupción”. Entonces, básicamente, lo que hemos tenido en todos estos meses es un avance de la “agenda” de Washington en nuestro país. Esto es así, si tenemos en cuenta que el embajador gringo dijo, el año pasado, que la lucha contra la corrupción sería una prioridad de la “Embajada”, ya que es un crimen y que eso lo deberían de saber el gobierno, los partidos políticos, el sector privado…

Luego de la “sutileza” en el mensaje los gringos pasaron a la acción. Ya el extinto gobierno Pérez-Baldetti y partidos políticos como el de “el doctor” y sus huestes rojas, saben que el Tío Sam va en serio. Falta ver qué ocurre o cómo le llegará el mensaje al sector privado de la región del TNCA. Algún indicio de esto último puede tenerse con un hecho ocurrido hace pocos días en Honduras. En efecto, la semana pasada, la justicia norteamericana emitió una acusación por lavado de dinero contra cuatro empresarios, entre ellos un ex Vicepresidente de la República, quienes son considerados parte de la “elite gobernante” de aquel país, con inversiones en la banca, telecomunicaciones, construcciones y cultivos de palma africana, según lo reportó InSight Crime. Cabe decir, además, que en el país catracho hubo un “efecto contagio” de la protesta ciudadana contra la corrupción, luego que se destaparan denuncias de desfalcos realizadas al seguro social.

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Si la idea y la agenda de Washington de la lucha contra la corrupción en Guatemala necesitaba posicionarse y tener el apoyo de la opinión pública, los hechos recientes han legitimado aquel objetivo, tanto así que ya se avanzó mucho por lograr lo que algunos llaman “la ingeniería del consenso”. Un ejemplo de aquello es la conformación, en mayo pasado, del denominado “Movimiento Ciudadano contra la Corrupción”. En dicha instancia convergen entidades y organizaciones con diversidad de agendas, intereses y posiciones ideológicas, pero ¡Oh sorpresa! todas llegaron al “consenso” de que hay que estar “unidos por un mismo objetivo, la lucha contra la corrupción”. Y esto está muy bien.

La corrupción no es un hecho nuevo. Lo nuevo aquí es que sea tema de “agenda”. Sí, es la agenda de Washington. Independientemente de que aquello sea parte de la “agenda setting” de los gringos, hay que alegrarse por este avance. Tenía que venir la “poderosa mano del norte” y somatar la mesa, para que los actores, tradicionales y emergentes, del poder en Guatemala al menos pongan sus “barbas en remojo” y empiecen por guardar las formas y mostrar un poco de determinación para bajar los niveles de impunidad y corrupción en el país y la región del TNCA.

Por otro lado, para que la “masa” apoye la lucha contra la corrupción hemos estado viendo una “telenovela” de la cual, creo yo, solo se nos han presentado los primeros capítulos. Hay quienes hoy se preguntan: ¿Por qué ya no hay plazas llenas de indignados? ¿Dónde quedo la indignación? ¿Se necesita de otro #JuevesDeCICIG para reactivar las protestas? Bernays, decía – y vaya si no fue un influyente propagandista- al analizar la psicología de masas que “la mente del grupo no piensa en el sentido estricto del término, en lugar de pensamiento tiene impulsos, hábitos y emociones, al tomar decisiones su primer impulso suele ser el de seguir el ejemplo de un líder de confianza…”.

Desde abril a septiembre el tema de “moda” ha sido la lucha contra la corrupción. Es tal la moda que uno de sus efectos ha sido que el candidato outsider, Jimmy Morales, que se vendió con el lema de “ni corrupto, ni ladrón” parece llevar la delantera en intención de voto y su victoria depende de que se mantengan en “boga”, al menos entre el votante joven y urbano, aquellos mensajes. El candidato outsider ha “emergido” como el líder que canaliza la indignación y la convierte en un proyecto y una propuesta política con viabilidad de llegar al poder. Todo esto en pocos meses ¿Increíble, verdad? Pero para alcanzar el poder, el candidato outsider necesita que el voto urbano acuda a las urnas en un alto porcentaje y que se eleve, en estos últimos días previos a la elección, lo que, en 2011, Edelberto Torres-Rivas denominó como la “Sandrofobia”, para asustar así con el hecho de volver a la #ViejaPolítica…

En este orden de ideas y a pocos días de celebrarse el balotaje, parecen haber dos escenarios: 1) Es un escenario de alta probabilidad y bajo impacto. Este escenario vislumbra una victoria de Jimmy Morales, pero sería un proyecto y un gobierno de bajo impacto al carecer de cuadros y apoyos que le permitan tener gobernabilidad y hacer avanzar agenda de Estado en el Legislativo. Básicamente se tendría un reacomodo de operadores y actores de poder que estuvieron cercanos al Partido Patriota, al “Sipi” y la línea original de “Baldizón” –aquellos leales que estuvieron con “el doctor” desde la formación de su partido-; 2) El otro escenario es uno de baja probabilidad, pero de alto impacto. En este escenario se tendría una victoria de la UNE y “La Doña”. La probabilidad de que gane se cimienta, principalmente, en su voto duro y el tejido con Alcaldes y movimientos sociales que ha hecho en recientes semanas. El impacto de su gestión vendría a darse con una Bancada fuerte en el Congreso y con la experiencia que “La Doña” tiene en hacer funcionar el aparato de gobierno. Además, ha tejido articulación en el sector privado y para ganarse el apoyo de la “urbanidad”, durante su gobierno debe priorizar, muy rápidamente, la agenda de reformas que se ha venido demandando desde abril: Ley Electoral y de Partidos Políticos, Ley de Compras y Contrataciones, Ley del Servicio Civil. Además, en Washington ya saben y tienen el perfil de Sandra Torres en el sentido de que es “abrasiva”, pero aun así la ven como una buena “gerente”…

¿Han coincidido la teoría realista de las relaciones internacionales, el poder blando y la propaganda en los sucesos ocurridos en Guatemala desde abril a la fecha? Yo, reitero, creo que sí… Sigamos la “agenda” de Washington…

@bequerchocooj