Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¡Pilas Guatemala!

Betty Marroquin
15 de octubre, 2015

Me ha pasado un par de veces de enfrascarme en debates estériles con gente que habla de capitalismo, comunismo, socialismo, anti-imperialismo, etc, sin saber realmente de que están hablando. Así, cuando me doy cuenta que estoy arando en el desierto simplemente se lo digo a la persona y me despido. Sin embargo, el otro día quedé boquiabierta cuando el personaje me dijo que era catedrático universitario. Luego de utilizar términos como “capitalistoide asalariado” sinceramente, me sentí muy mal por sus alumnos. Que tristeza. La calidad de los enseñantes está mal, y lo peor es que están formando mentes que en un futuro gobernaran a Guatemala. Antes, pensaba más en las madrasas en el mundo Musulmán, donde manipulan el Corán para inculcar a los jóvenes un odio obtuso contra Israel y todos los infieles (incluidos usted y yo, que no oramos viendo a la Meca). Pensaba en los niños Palestinos que crecen viendo una adaptación “a la terrorista” de las caricaturas de Micky Mouse (se pueden ver en Youtube), con enorme tristeza de saber que esos pobres niños viven su inocencia manipulada y robada para aspirar en la vida nada más y nada menos que a ser terroristas, suicidas y asesinos. Me venían en mente los niños de la dictadura Nazi, indoctrinados desde pequeños al socialismo nacionalista, pasando por una estricta educación/lavado de cerebro, para que cualquier grado de humanidad en ellos fuera aniquilado, apagado, cancelado.

Hoy día, que estoy nuevamente en Guatemala, tengo muy presentes a los niños que vi recientemente en el altiplano, en Huehuetenango, en lo más alto de los Cuchumatanes, jugando a pesar del frío o de la lluvia. Sonriendo, inocentes y puros. Esos niños que merecen una oportunidad de nutrirse como Dios manda. De ser curados con un sistema de salud decente, de alimentar sus mentes con una educación que les permita abrir sus horizontes. Esa gente, nuestra gente, que está como olvidada y lo ha estado como dicen ellos, desde siempre, necesita que hagamos algo. Ante la tragedia de Cambray II, que ha venido a ser como una sacudida a la sensibilidad social del Guatemalteco, sumada a esa realidad que viven en tantos puntos tantos y tantos niños guatemaltecos, tenemos que hacer algo.

Pero mientras esa realidad que llora sangre y viene de décadas atrás prevalece inamovible en el tiempo, quienes hacen las Leyes que rigen nuestro actuar, y obviamente afectan directamente el futuro de esos mismos niños del altiplano, continúan haciendo de las suyas. Quisiera ver si esos diputados que vienen de esas mismas zonas recuerdan esa realidad, o si la han cancelado de sus memorias. Me pregunto si la ambición desmedida les ha producido un efecto de lavado de cerebro parcial o total. ¿Como es posible que en todos estos años en el Congreso, esas aplanadoras no hayan hecho nada concreto por ayudar a quienes lo necesitan? Y lo peor es que nos vemos forzados a votar por ellos, a reelegirlos, a premiarlos con otro período en el Congreso gracias al sistema de elección en planilla que tenemos. Renuevan sangre, meten uno o dos buenos candidatos nuevos, y por esos dos candidatos, reciben suficientes votos para volver al ataque. Nosotros en la sociedad civil protestamos, gritamos, cantamos y manifestamos ordenadamente. Cuantos Guatemaltecos comprometidos con su país lograron llegar a hacer valla en el Congreso para que ingresaran los diputados a retirar el antejuicio al ex Presidente Otto Pérez el 1 de septiembre recién pasado. Pero los diputados que en ese momento parecieron comprendieron a que grado llegaba el clamor popular, que tan profunda era nuestra frustración, y votaron como se debe, hoy día parecen haberse ya olvidado del clamor popular.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Ahora los vemos nuevamente a las andadas. Quieren aprobar el mamarracho de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, improvisando con un proyecto que ni siquiera aborda los puntos más importantes que la población ha pedido. Esperemos la Corte de Constitucionalidad no tenga amnesia y haga trizas ese mamarracho. Luego están queriendo aprobar un presupuesto obsceno que tampoco se apega a nuestra realidad. Y para rematarla, ahora nos recetan una Ley de Desarrollo Rural que sólo vendrá a entorpecer y retardar el incipiente desarrollo para la zona rural, que es la más necesitada del país. Son tantos los ejemplos de naciones donde se ha visto que es el esfuerzo de la iniciativa privada el que realmente resuelve eficientemente los problemas, cuando un gobierno invierte sus recursos donde debe, en lugar de robarlos, con Leyes progresistas, claras y concisas, que son aplicadas con eficacia. Eso necesita Guatemala, ver hacia adelante, imitar lo bueno de países que están bien, no copiar recetas fallidas “a la Chávez” o a la “Lula” que como se está viendo, son malas recetas bajo cualquier punto de vista, excepto del de los ladrones que las implementan.

Animo Guatemala, no nos dejemos dar atole con el dedo, ni vender gato por liebre. ¡Pilas, vigilantes y alertas! Es nuestro futuro inmediato y el de sus hijos el que esta en juego.

¡Pilas Guatemala!

Betty Marroquin
15 de octubre, 2015

Me ha pasado un par de veces de enfrascarme en debates estériles con gente que habla de capitalismo, comunismo, socialismo, anti-imperialismo, etc, sin saber realmente de que están hablando. Así, cuando me doy cuenta que estoy arando en el desierto simplemente se lo digo a la persona y me despido. Sin embargo, el otro día quedé boquiabierta cuando el personaje me dijo que era catedrático universitario. Luego de utilizar términos como “capitalistoide asalariado” sinceramente, me sentí muy mal por sus alumnos. Que tristeza. La calidad de los enseñantes está mal, y lo peor es que están formando mentes que en un futuro gobernaran a Guatemala. Antes, pensaba más en las madrasas en el mundo Musulmán, donde manipulan el Corán para inculcar a los jóvenes un odio obtuso contra Israel y todos los infieles (incluidos usted y yo, que no oramos viendo a la Meca). Pensaba en los niños Palestinos que crecen viendo una adaptación “a la terrorista” de las caricaturas de Micky Mouse (se pueden ver en Youtube), con enorme tristeza de saber que esos pobres niños viven su inocencia manipulada y robada para aspirar en la vida nada más y nada menos que a ser terroristas, suicidas y asesinos. Me venían en mente los niños de la dictadura Nazi, indoctrinados desde pequeños al socialismo nacionalista, pasando por una estricta educación/lavado de cerebro, para que cualquier grado de humanidad en ellos fuera aniquilado, apagado, cancelado.

Hoy día, que estoy nuevamente en Guatemala, tengo muy presentes a los niños que vi recientemente en el altiplano, en Huehuetenango, en lo más alto de los Cuchumatanes, jugando a pesar del frío o de la lluvia. Sonriendo, inocentes y puros. Esos niños que merecen una oportunidad de nutrirse como Dios manda. De ser curados con un sistema de salud decente, de alimentar sus mentes con una educación que les permita abrir sus horizontes. Esa gente, nuestra gente, que está como olvidada y lo ha estado como dicen ellos, desde siempre, necesita que hagamos algo. Ante la tragedia de Cambray II, que ha venido a ser como una sacudida a la sensibilidad social del Guatemalteco, sumada a esa realidad que viven en tantos puntos tantos y tantos niños guatemaltecos, tenemos que hacer algo.

Pero mientras esa realidad que llora sangre y viene de décadas atrás prevalece inamovible en el tiempo, quienes hacen las Leyes que rigen nuestro actuar, y obviamente afectan directamente el futuro de esos mismos niños del altiplano, continúan haciendo de las suyas. Quisiera ver si esos diputados que vienen de esas mismas zonas recuerdan esa realidad, o si la han cancelado de sus memorias. Me pregunto si la ambición desmedida les ha producido un efecto de lavado de cerebro parcial o total. ¿Como es posible que en todos estos años en el Congreso, esas aplanadoras no hayan hecho nada concreto por ayudar a quienes lo necesitan? Y lo peor es que nos vemos forzados a votar por ellos, a reelegirlos, a premiarlos con otro período en el Congreso gracias al sistema de elección en planilla que tenemos. Renuevan sangre, meten uno o dos buenos candidatos nuevos, y por esos dos candidatos, reciben suficientes votos para volver al ataque. Nosotros en la sociedad civil protestamos, gritamos, cantamos y manifestamos ordenadamente. Cuantos Guatemaltecos comprometidos con su país lograron llegar a hacer valla en el Congreso para que ingresaran los diputados a retirar el antejuicio al ex Presidente Otto Pérez el 1 de septiembre recién pasado. Pero los diputados que en ese momento parecieron comprendieron a que grado llegaba el clamor popular, que tan profunda era nuestra frustración, y votaron como se debe, hoy día parecen haberse ya olvidado del clamor popular.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Ahora los vemos nuevamente a las andadas. Quieren aprobar el mamarracho de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, improvisando con un proyecto que ni siquiera aborda los puntos más importantes que la población ha pedido. Esperemos la Corte de Constitucionalidad no tenga amnesia y haga trizas ese mamarracho. Luego están queriendo aprobar un presupuesto obsceno que tampoco se apega a nuestra realidad. Y para rematarla, ahora nos recetan una Ley de Desarrollo Rural que sólo vendrá a entorpecer y retardar el incipiente desarrollo para la zona rural, que es la más necesitada del país. Son tantos los ejemplos de naciones donde se ha visto que es el esfuerzo de la iniciativa privada el que realmente resuelve eficientemente los problemas, cuando un gobierno invierte sus recursos donde debe, en lugar de robarlos, con Leyes progresistas, claras y concisas, que son aplicadas con eficacia. Eso necesita Guatemala, ver hacia adelante, imitar lo bueno de países que están bien, no copiar recetas fallidas “a la Chávez” o a la “Lula” que como se está viendo, son malas recetas bajo cualquier punto de vista, excepto del de los ladrones que las implementan.

Animo Guatemala, no nos dejemos dar atole con el dedo, ni vender gato por liebre. ¡Pilas, vigilantes y alertas! Es nuestro futuro inmediato y el de sus hijos el que esta en juego.