El desempleo en los jóvenes se ha convertido en un problema generalizado en todo el mundo y a todo nivel, y ha traído consigo consecuencias críticas que han producido efectos negativos a nivel económico, social y personal. La situación se vuelve aún más complicada cuando se habla de países en vías de desarrollo, ya que aquí ya se toma como tema y factor fundamental, a la baja calidad de trabajo y la amenaza que significa la economía informal; tal y como lo es el caso de nuestro país; en el que, según cifras, el 70% de la economía es informal y un 10% es constituido por el contrabando. Lo anterior significa que tan solo un 20% de la población, que esta formada por los empresarios, paga impuestos; es decir, 3,400 millones habitantes de los 17,000 millones que constituyen el total de la población, contribuyen a la actividad económica estatal.
Y para que se asusten, señores, la mayoría de jóvenes trabajan en condiciones precarias, algunos estudios afirman que el 50% de nuestra población joven vive con aproximadamente 1 o 2 dólares al día, solo 6 de cada 100 tienen un trabajo formal; y de cada 100, 20 no estudian ni trabajan. Con estas cifras se puede notar que se encuentran inmersos en una situación que no les permite desarrollar sus capacidades ni su potencial, además de significar una amenaza a nivel financiero para el territorio guatemalteco.
Pero el problema dentro de todo esto es que no solo se queda en el freno de la economía o la falta de desarrollo, sino existen aún más consecuencias entre las que destaca la violencia, uno de los temas por los que incluso, por sus altos índices (analizados a nivel mundial), se conoce a Guatemala. Entonces, viviendo bajo estas condiciones ¿cómo se pretende que estos jóvenes contribuyan al proceso de mejora para el país y luchen por su avance si ni siquiera cuentan con las oportunidades para desarrollarse ellos mismos?
Encontrar una solución a este problema tan generalizado y ya tan crecido, se hace muy complicado ya que tiene múltiples causas y consecuencias que vienen desde hace muchos años. Se necesitaría hacer un profundo análisis y atacar de raíz para encontrar la verdadera solución. También se debe ser realista y tomar en cuenta que los efectos de una solución de este tipo se verían en cuestión de años y al paso de varios gobiernos; ni con Sandrita, ni con Jimmito.
Se debe tener una visión real de la situación, el primer paso sería respetar los fondos públicos, media vez los gobiernos no sepan administrar los bienes y los impuestos y los funcionarios no adquieran dinero para su beneficio personal de manera ilícita, ninguna solución va a ser efectiva. De ninguna manera podrá ser positivo que todos los ciudadanos paguen los impuestos si no van a ser invertidos en sus necesidades y se va a continuar con la misma deuda que se tiene hasta ahora, con personas jurídicas, individuales y con el extranjero.
Y por último, quisiera insistir en que existe una gran necesidad de que se implementen programas de mejora en cuanto a calidad de oportunidades de trabajo y de acceso a la educación que permitan dar un cambio radical al clima laboral y también que se tenga más acceso al mercado, que se les de la oportunidad a los jóvenes de demostrar sus capacidades, ¡Confíen en nosotros!
Ahora le pregunto a usted, ¿Y si ganara 2 dólares al día?
El desempleo en los jóvenes se ha convertido en un problema generalizado en todo el mundo y a todo nivel, y ha traído consigo consecuencias críticas que han producido efectos negativos a nivel económico, social y personal. La situación se vuelve aún más complicada cuando se habla de países en vías de desarrollo, ya que aquí ya se toma como tema y factor fundamental, a la baja calidad de trabajo y la amenaza que significa la economía informal; tal y como lo es el caso de nuestro país; en el que, según cifras, el 70% de la economía es informal y un 10% es constituido por el contrabando. Lo anterior significa que tan solo un 20% de la población, que esta formada por los empresarios, paga impuestos; es decir, 3,400 millones habitantes de los 17,000 millones que constituyen el total de la población, contribuyen a la actividad económica estatal.
Y para que se asusten, señores, la mayoría de jóvenes trabajan en condiciones precarias, algunos estudios afirman que el 50% de nuestra población joven vive con aproximadamente 1 o 2 dólares al día, solo 6 de cada 100 tienen un trabajo formal; y de cada 100, 20 no estudian ni trabajan. Con estas cifras se puede notar que se encuentran inmersos en una situación que no les permite desarrollar sus capacidades ni su potencial, además de significar una amenaza a nivel financiero para el territorio guatemalteco.
Pero el problema dentro de todo esto es que no solo se queda en el freno de la economía o la falta de desarrollo, sino existen aún más consecuencias entre las que destaca la violencia, uno de los temas por los que incluso, por sus altos índices (analizados a nivel mundial), se conoce a Guatemala. Entonces, viviendo bajo estas condiciones ¿cómo se pretende que estos jóvenes contribuyan al proceso de mejora para el país y luchen por su avance si ni siquiera cuentan con las oportunidades para desarrollarse ellos mismos?
Encontrar una solución a este problema tan generalizado y ya tan crecido, se hace muy complicado ya que tiene múltiples causas y consecuencias que vienen desde hace muchos años. Se necesitaría hacer un profundo análisis y atacar de raíz para encontrar la verdadera solución. También se debe ser realista y tomar en cuenta que los efectos de una solución de este tipo se verían en cuestión de años y al paso de varios gobiernos; ni con Sandrita, ni con Jimmito.
Se debe tener una visión real de la situación, el primer paso sería respetar los fondos públicos, media vez los gobiernos no sepan administrar los bienes y los impuestos y los funcionarios no adquieran dinero para su beneficio personal de manera ilícita, ninguna solución va a ser efectiva. De ninguna manera podrá ser positivo que todos los ciudadanos paguen los impuestos si no van a ser invertidos en sus necesidades y se va a continuar con la misma deuda que se tiene hasta ahora, con personas jurídicas, individuales y con el extranjero.
Y por último, quisiera insistir en que existe una gran necesidad de que se implementen programas de mejora en cuanto a calidad de oportunidades de trabajo y de acceso a la educación que permitan dar un cambio radical al clima laboral y también que se tenga más acceso al mercado, que se les de la oportunidad a los jóvenes de demostrar sus capacidades, ¡Confíen en nosotros!
Ahora le pregunto a usted, ¿Y si ganara 2 dólares al día?