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R-evolución ambiental

Redacción
21 de octubre, 2015

Ayer se celebró en Guatemala el día de la Revolución de Octubre de 1944. Una fecha que se recuerda popularmente por una serie de pacíficas manifestaciones civiles y el levantamiento militar contra el gobierno del General Federico Ponce Vaides, quien había asumido como parte de un gobierno de facto, luego de la renuncia de Jorge Ubico en junio del mismo año. Aquel hito decantaría en la elección de Juan José Arévalo como presidente de la “república” en marzo de 1945. Si quieres conocer una versión objetiva y seria, te recomiendo el libro Guatemala, La Historia Silenciada, del Dr. Carlos Sabino; o escucha una síntesis del mismo aquí: http://www.libertopolis.com/1944-revolucion-octubre.

Lo cierto es que después de aquel despertar ciudadano, muy parecido a propósito, a lo recientemente vivido en Guatemala, emergió una nueva clase política, acreditada en la figura de Juan José Arévalo. El, para muchos, “mejor” presidente de la historia del país, realizó una serie de reformas que en nada han contribuido a la prosperidad, la justicia y la paz en nuestro país: arrebató del ámbito privado la educación, estatizándola y monopolizándola; arrebató del ámbito privado las jubilaciones y pensiones, mediante la creación del IGSS; estatizó la moneda y la banca creando el Banco de Guatemala; derivado de la crítica internacional, emitió una ley mordaza que limitaba la libertad de prensa; emitió un Código de Trabajo que luego decantaría en un concepto tergiversado del sindicalismo y, emitiría también varias leyes de “fomento industrial” y a la “producción, usurpando con ello otro ámbito privado de los guatemaltecos, quizás el más importante, el económico.

Aquel momento en la historia me hace reflexionar sobre dos temas: primero, el “ciclo político” que sucede al establecimiento de alguna de las formas puras de gobierno (monarquía, aristocracia y democracia). Alberto Mansueti, en su libro Las Leyes Malas, nos lo refiere así: – “Comienza el ciclo, por ejemplo, cuando la democracia ilimitada degenera en caos, desorden, anarquía y abusos. El pueblo reclama un caudillo. – Así la democracia se pasa (o retoma) a la monarquía, tal vez con otro nombre, por ejemplo, dictadura. Pero, temprano o tarde el jefe abusa, y se hace tirano. Ante la apatía popular reacciona una minoría selecta, y se establece (o restablece) una aristocracia. – Y ese grupito tarde o temprano abusa del poder e impone privilegios a título de derechos, y se hace una oligarquía. Entonces hay una revolución, retorna la democracia, y sigue el ciclo”.

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¿Es acaso aquel ciclo político muy parecido a nuestros últimos 70 años de historia, incluida la era “democrática”? ¿En qué momento de aquel ciclo nos encontramos hoy?

Segundo, me hace reflexionar sobre los momentos en la historia en los que, motivada por la opinión pública prevaleciente, la clase política acentúa la usurpación de los ámbitos privados, reparte privilegios y redistribuyen la riqueza en nombre de la justicia (social) y demás parafernalia socialista. Tal es el caso de los temas ambientales que los ahora candidatos a la presidencia de la Democracia iLimitada de Guatemala, amenazan con empeorar, a saber: primero el tema de la minería, en el cual ambos proponen subir regalías, uno de ellos incluso apelando a la “experiencia” cubana con respecto al 51% de regalías.

Es una pena que la clase política actual no identifique siquiera la posibilidad de otorgar en propiedad privada el subsuelo, y devolver no solo su riqueza a los ciudadanos, sino sobre todo la libertad de elegir qué hacer con él. Prepárate para más conflictividad social, quede quien quede…es inminente.

Ambos candidatos también abogan por seguir usurpando la actividad económica y redistribuir la escasa riqueza mediante el fomento de programas de reforestación, uno con Mi Árbol Progresa y el otro con el Programa de Bosques y Agua para la Concordia de los Ex-PAC. Ambos programas son clientelares y carecen de toda justificación. Ello aunado al Programa ProBosque, amparado recientemente en ley, confirma la continuidad de una política de reparto de privilegios y usurpación del ámbito privado de los ciudadanos.

Guatemala urge una R-evolución diferente, una inspirada en principios republicanos, como forma mixta de gobierno; que tenga como marco legal una Democracia-Limitada, en la cual la voluntad popular no pueda violar los derechos individuales (vida, libertad y propiedad privada). Sólo en ese contexto, será posible una R-evolución ambiental, una que tenga como principios fundamentales “devolver” a los ciudadanos la propiedad de los recursos naturales y la libertad de elegir su uso. ¡Mientras eso no se vislumbre ni por asomo, el voto nulo razonado es una opción legítima, considéralo!

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@RedRana1

R-evolución ambiental

Redacción
21 de octubre, 2015

Ayer se celebró en Guatemala el día de la Revolución de Octubre de 1944. Una fecha que se recuerda popularmente por una serie de pacíficas manifestaciones civiles y el levantamiento militar contra el gobierno del General Federico Ponce Vaides, quien había asumido como parte de un gobierno de facto, luego de la renuncia de Jorge Ubico en junio del mismo año. Aquel hito decantaría en la elección de Juan José Arévalo como presidente de la “república” en marzo de 1945. Si quieres conocer una versión objetiva y seria, te recomiendo el libro Guatemala, La Historia Silenciada, del Dr. Carlos Sabino; o escucha una síntesis del mismo aquí: http://www.libertopolis.com/1944-revolucion-octubre.

Lo cierto es que después de aquel despertar ciudadano, muy parecido a propósito, a lo recientemente vivido en Guatemala, emergió una nueva clase política, acreditada en la figura de Juan José Arévalo. El, para muchos, “mejor” presidente de la historia del país, realizó una serie de reformas que en nada han contribuido a la prosperidad, la justicia y la paz en nuestro país: arrebató del ámbito privado la educación, estatizándola y monopolizándola; arrebató del ámbito privado las jubilaciones y pensiones, mediante la creación del IGSS; estatizó la moneda y la banca creando el Banco de Guatemala; derivado de la crítica internacional, emitió una ley mordaza que limitaba la libertad de prensa; emitió un Código de Trabajo que luego decantaría en un concepto tergiversado del sindicalismo y, emitiría también varias leyes de “fomento industrial” y a la “producción, usurpando con ello otro ámbito privado de los guatemaltecos, quizás el más importante, el económico.

Aquel momento en la historia me hace reflexionar sobre dos temas: primero, el “ciclo político” que sucede al establecimiento de alguna de las formas puras de gobierno (monarquía, aristocracia y democracia). Alberto Mansueti, en su libro Las Leyes Malas, nos lo refiere así: – “Comienza el ciclo, por ejemplo, cuando la democracia ilimitada degenera en caos, desorden, anarquía y abusos. El pueblo reclama un caudillo. – Así la democracia se pasa (o retoma) a la monarquía, tal vez con otro nombre, por ejemplo, dictadura. Pero, temprano o tarde el jefe abusa, y se hace tirano. Ante la apatía popular reacciona una minoría selecta, y se establece (o restablece) una aristocracia. – Y ese grupito tarde o temprano abusa del poder e impone privilegios a título de derechos, y se hace una oligarquía. Entonces hay una revolución, retorna la democracia, y sigue el ciclo”.

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¿Es acaso aquel ciclo político muy parecido a nuestros últimos 70 años de historia, incluida la era “democrática”? ¿En qué momento de aquel ciclo nos encontramos hoy?

Segundo, me hace reflexionar sobre los momentos en la historia en los que, motivada por la opinión pública prevaleciente, la clase política acentúa la usurpación de los ámbitos privados, reparte privilegios y redistribuyen la riqueza en nombre de la justicia (social) y demás parafernalia socialista. Tal es el caso de los temas ambientales que los ahora candidatos a la presidencia de la Democracia iLimitada de Guatemala, amenazan con empeorar, a saber: primero el tema de la minería, en el cual ambos proponen subir regalías, uno de ellos incluso apelando a la “experiencia” cubana con respecto al 51% de regalías.

Es una pena que la clase política actual no identifique siquiera la posibilidad de otorgar en propiedad privada el subsuelo, y devolver no solo su riqueza a los ciudadanos, sino sobre todo la libertad de elegir qué hacer con él. Prepárate para más conflictividad social, quede quien quede…es inminente.

Ambos candidatos también abogan por seguir usurpando la actividad económica y redistribuir la escasa riqueza mediante el fomento de programas de reforestación, uno con Mi Árbol Progresa y el otro con el Programa de Bosques y Agua para la Concordia de los Ex-PAC. Ambos programas son clientelares y carecen de toda justificación. Ello aunado al Programa ProBosque, amparado recientemente en ley, confirma la continuidad de una política de reparto de privilegios y usurpación del ámbito privado de los ciudadanos.

Guatemala urge una R-evolución diferente, una inspirada en principios republicanos, como forma mixta de gobierno; que tenga como marco legal una Democracia-Limitada, en la cual la voluntad popular no pueda violar los derechos individuales (vida, libertad y propiedad privada). Sólo en ese contexto, será posible una R-evolución ambiental, una que tenga como principios fundamentales “devolver” a los ciudadanos la propiedad de los recursos naturales y la libertad de elegir su uso. ¡Mientras eso no se vislumbre ni por asomo, el voto nulo razonado es una opción legítima, considéralo!

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@RedRana1