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Objetivismo: la respuesta moral del misticismo

Redacción
14 de octubre, 2015

La respuesta que ofrece el Misticismo, es que una acción, es moralmente permisible, si es mandato de Dios. La religión sostiene que hay un Dios que exige fe y obediencia. Éste es el creador de la existencia y es todo poderoso (omnipotente), todo sapiente (omnisciente), todo bondad, fuente de toda verdad y hacedor de las leyes morales. El principio moral básico de la religión es: no ponerse uno, los valores personales, los propios intereses y la propia voluntad, por encima de los de Dios. Más bien, uno debe vivir para glorificarlo a Él, obedecer sus mandatos, y cumplir sus altos propósitos. Hacer otra cosa, como actuar en base a los intereses propios o egoístas, como si la vida propia fuera un fin en sí misma, es “pecar”. Así nos ilustra Tomás de Kempis:

“Recuerda que el amor propio te hace más daño que ninguna otra cosa del mundo… Hijo, abandona a tu persona y me encontrarás a mí. Vive libre de preferencias y desprendido de todo y ganarás siempre, porque se te dará una gracia más abundante apenas hayas renunciado a ti mismo para no volverte a encontrar.” [Tomás de Kempis. La Imitación de Cristo]

“Enójate contra ti y no permitas que resida en ti ninguna hinchazón de orgullo; hazte tan pequeño y sumiso que todos puedan caminar por encima de ti, pisándote como el lodo de las calles. … Quiero que, en adhesión a mi voluntad, aprendas la abdicación total de tu ser, sin objeciones y sin quejas.” [Tomás de Kempis. La Imitación de Cristo]

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El reverendo John Stott dice: “La orden de Dios es que lo pongamos a Él primero, a los otros después, y a uno mismo de último. Es pecado revertir ese orden.” [Basic Christianity]

De acuerdo a la religión, ser moral consiste, no en buscar los propios valores, sino que sacrificarse al servicio de Dios.

El rabino Abraham Heshel nos dice que: “La esencia y grandeza del hombre no reside en su habilidad para complacer su ego, satisfacer sus necesidades, sino que en su habilidad para estar por encima de su ego, ignorar sus propias necesidades; en sacrificar su propio interés en bien de Dios.”

Y el teólogo Walter Kaiser afirma que “Dios tiene derecho de exigir sacrificios humanos.” [Hard Sayings of the Bible]

Si a uno le parece exagerada y ofensiva dicha afirmación, pues si Dios nos ama, ¿cómo podría exigir que nos sacrifiquemos?, el Dr. Stott responde que:

“El auto sacrificio es a lo que la Biblia se refiere por ‘amor’”. [Basic Christiahnity]

Un ejemplo bíblico de lo que significa el sacrificio y la obediencia en la práctica lo podemos ver en el caso de Abraham y su hijo Isaac:

“Y le dijo Dios: «Anda, toma a tu hijo, a tu unigénito, a quien tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te indicaré».” [Génesis 22]

Otro ejemplo lo podemos ver en el caso de Lot y sus hijas:

“Llamaron a Lot a la puerta y le dijeron: « ¿Dónde están los hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslos para que los conozcamos». Salió Lot a la puerta y cerrándola tras sí les dijo: «Por favor, hermanos míos, no hagáis semejante maldad. Mirad, dos hijas tengo que no han conocido varón; os las sacaré para que hagáis con ellas como bien os parezca; pero a esos hombres no les hagáis nada, pues para eso se han acogido a la sombra de mi techo».” [Génesis 19]

¿Fue la elección de Lot o de Abraham, moral? ¿Deberían haber hecho lo que hicieron? San Agustín afirma sobre la acción de Abraham:

“La obediencia de Abraham es correctamente considerada como magnífica precisamente porque matar a su hijo es una orden tan difícil de obedecer…” [La Ciudad de Dios]

El comentario de San Agustín, por indignante sea, es la única postura que puede sostener un religioso, porque la alternativa es desafiar la supuesta autoridad de Dios, y eso es lo que en principio no se puede hacer.

René Descartes afirma que:

“Sobre todo debemos someternos a la autoridad Divina antes que a nuestro propio juicio, aun cuando la luz de la razón parezca sugerir, con suma claridad y evidencia, algo opuesto.”

De acuerdo a la religión, la voluntad de Dios, no importando cuan objetable, es por definición buena; mientras que por otro lado, el juicio humano, no importando cuan racional, es por definición malo. El Obispo Robert Cecil Mortimer explica que: “La distinción real entre bien y mal es independiente de lo que pensemos. Está enraizada en la naturaleza y voluntad de Dios…Cuando la conciencia del hombre le dice que una cosa es correcta, que es de hecho lo que Dios quiere, su conciencia es verdadera y su juicio correcto; cuando la conciencia del hombre le dice que una cosa es correcta cuando, de hecho es, contraria a la voluntad de Dios, su conciencia es falsa y le dice a él una mentira.” [Robert C. Mortimer. Christian Ethics]

Así que si Dios quiere que un padre mate a su hijo, sin importar lo que éste piense, debe hacerlo. Pero uno podría preguntar: “¿Acaso no son los sacrificios humanos malos en principio? El teólogo Walter Kaiser afirma que:

“Los sacrificios humanos no se pueden condenar en principio. La verdad es que Dios es el dueño de toda vida y tiene el derecho de dar o quitar como quiera. Rechazar el derecho legítimo de Dios a solicitar la vida bajo cualquier condición sería quitar su soberanía y cuestionar su justicia…” [Hard Sayings of the Bible]

El Obispo Robert Cecil Mortimer secunda esa opinión y nos dice que:

“Dios tiene derecho a la exigencia absoluta de nuestra obediencia. Nosotros no existimos por derecho propio, sólo como Sus creaturas, quienes debemos por tanto hacer y ser lo que Él quiera. Nosotros no poseemos nada en el mundo, absolutamente, ni siquiera nuestros propios cuerpos; tenemos cosas en resguardo para Dios, quien las creó, y estamos sujetos, por tanto, a usarlas sólo como Él tenga la intención de que sean usadas.”[Robert C. Mortimer. Christian Ethics]

Basados en la premisa de que Dios es el creador de todas las cosas y fuente de toda verdad, y que por lo tanto resuelve el problema de cual conducta es la moral, siendo Su autoridad moral absoluta, para ser bueno el camino es obvio: simplemente obedecer los mandatos de Dios, sean los que sean. Y esto incluye también como vestir y como debe ser la apariencia personal:

“No os raparéis en redondo la cabeza ni raeréis los lados de vuestra barba” [Levítico 19: 27]

“No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto.” [Deuteronomio 22:5]

“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.” [I Timoteo 2:9-10]

Y di a las mujeres creyentes que deben reducir su visión y esconder sus partes privadas, y que no deben mostrar su belleza y adornos, excepto lo que sea visible por sí mismo, que deben colocar sus velos sobre su pecho y no mostrar su belleza, excepto a sus maridos …” [Santo Corán 24:30-31]

Pero parece que Dios ordena distintas cosas a distintos pueblos, porque a los santones hinduistas les ordena andar desnudos. Entonces, ¿cuál comportamiento es moral y cuál inmoral? ¿El mandato de Dios es ocultar o descubrir?

También tiene Dios algo que decir sobre los esclavos:

“44 Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas.

45 También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión.

46 Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.” [Levítico, 25: 44-46]

El imán salafista Abi-Ishaq al-Huwayni es uno de los predicadores estrella de la cadena egipcia Al-Nas TV, creada en 2006 por un millonario saudí. ¿Cuál es su propuesta para sacar a Egipto del estancamiento económico? Relanzar la yihad para capturar esclavos y apoderarse de bienes (el famoso tributo).

“Nos encontramos en la era de la yihad. La hora de la yihad ha llegado, y el yihad en el camino de Alá es un placer. Es un verdadero placer. Los compañeros del profeta se emulaban los unos a los otros practicando la yihad. ¿La pobreza que nos castiga acaso no es debida a nuestro abandono de la yihad? Pero si lleváramos dos o tres operaciones de yihad cada año, muchas personas en todo el mundo se harían musulmanes. Combatiríamos a los que rechazan el proselitismo o quisieran ponernos obstáculos, los haríamos prisioneros, confiscaríamos sus bienes, sus hijos y sus mujeres. Todo eso represente mucho dinero. El mujahidin volvería de la yihad con los bolsillos llenos. Volvería con tres o cuatro esclavos, tres o cuatro mujeres y tres o cuatro hijos. Multiplicad 300 dirhams o 300 dinares por cabeza, y tendréis un excelente beneficio. Si este mujahidin fuera a Occidente y concluyera una transacción comercial, no ganaría mucho dinero. Cada vez que encontrara dificultades financieras, podría vender un prisionero y atenuar sus dificultades. Vendería el prisionero como se vende cualquier producto en un almacén”. XI. 2012

Y ¿Por qué la moralidad exige de uno, el auto-sacrificio? ¿Por qué es esa, la conducta moral? ¿Por qué el auto-sacrificio es la acción correcta? ¿Por qué es la autoflagelación   agradable a Dios? ¿Por qué es la mortificación moral?

Hay cientos de religiones, y cada una afirma ser la verdadera; cada una niega la validez de las otras religiones. Cada una asevera basarse en la “verdadera” palabra de Dios; y cada una dice que Dios dijo algo diferente de lo que las otras dicen que dijo. ¿Por qué no puede alguna religión convencer a las otras de su “verdad” divina? Porque ninguna puede mostrar evidencia racional que soporte alguna de sus aserciones. Y dado el método por el que las religiones llegan a la “verdad”, ninguna puede tampoco, justificar demandar tal evidencia de las otras. Y es que la religión se basa explícitamente, no en la razón que requiere evidencia y lógica, sino que en la fe, que es la aceptación de ideas en ausencia de evidencia y contrarias a la lógica.

Las religiones tampoco pueden justificar demandar el auto sacrificio, el sufrimiento, la mortificación, la renuncia al interés propio, a los sueños, a renunciar a la propia felicidad. La justificación requiere objetividad, es decir, evidencia y razonamiento lógico, no fe. No pueden ni siquiera mostrar evidencia de la existencia de Dios, ya sea de uno o de varios. Y si no puede hacer esto, ¿cómo justificar el auto sacrificio, el sufrimiento para servir a Dios? Y si el creyente, abandona hipócritamente su convicción y obligación de renunciar a sí mismo, y persigue sus sueños, también va a sufrir, ya sea de culpa y miedo al castigo divino, o de represión sicológica, o de ambas cosas.

Si la conducta moral es cuestión de auto sacrificio en bien de otros y sufrimiento, entonces es un impedimento a la vida y a la felicidad. Resulta entonces, que ser “bueno” no es bueno para uno. Entonces no es práctico ser moral.

Los místicos no pueden justificar las razones que dan de por qué una persona debe ser moral, al haber abandonado la razón y la objetividad. Sus mandatos basados en la fe son totalmente arbitrarios.

Objetivismo: la respuesta moral del misticismo

Redacción
14 de octubre, 2015

La respuesta que ofrece el Misticismo, es que una acción, es moralmente permisible, si es mandato de Dios. La religión sostiene que hay un Dios que exige fe y obediencia. Éste es el creador de la existencia y es todo poderoso (omnipotente), todo sapiente (omnisciente), todo bondad, fuente de toda verdad y hacedor de las leyes morales. El principio moral básico de la religión es: no ponerse uno, los valores personales, los propios intereses y la propia voluntad, por encima de los de Dios. Más bien, uno debe vivir para glorificarlo a Él, obedecer sus mandatos, y cumplir sus altos propósitos. Hacer otra cosa, como actuar en base a los intereses propios o egoístas, como si la vida propia fuera un fin en sí misma, es “pecar”. Así nos ilustra Tomás de Kempis:

“Recuerda que el amor propio te hace más daño que ninguna otra cosa del mundo… Hijo, abandona a tu persona y me encontrarás a mí. Vive libre de preferencias y desprendido de todo y ganarás siempre, porque se te dará una gracia más abundante apenas hayas renunciado a ti mismo para no volverte a encontrar.” [Tomás de Kempis. La Imitación de Cristo]

“Enójate contra ti y no permitas que resida en ti ninguna hinchazón de orgullo; hazte tan pequeño y sumiso que todos puedan caminar por encima de ti, pisándote como el lodo de las calles. … Quiero que, en adhesión a mi voluntad, aprendas la abdicación total de tu ser, sin objeciones y sin quejas.” [Tomás de Kempis. La Imitación de Cristo]

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El reverendo John Stott dice: “La orden de Dios es que lo pongamos a Él primero, a los otros después, y a uno mismo de último. Es pecado revertir ese orden.” [Basic Christianity]

De acuerdo a la religión, ser moral consiste, no en buscar los propios valores, sino que sacrificarse al servicio de Dios.

El rabino Abraham Heshel nos dice que: “La esencia y grandeza del hombre no reside en su habilidad para complacer su ego, satisfacer sus necesidades, sino que en su habilidad para estar por encima de su ego, ignorar sus propias necesidades; en sacrificar su propio interés en bien de Dios.”

Y el teólogo Walter Kaiser afirma que “Dios tiene derecho de exigir sacrificios humanos.” [Hard Sayings of the Bible]

Si a uno le parece exagerada y ofensiva dicha afirmación, pues si Dios nos ama, ¿cómo podría exigir que nos sacrifiquemos?, el Dr. Stott responde que:

“El auto sacrificio es a lo que la Biblia se refiere por ‘amor’”. [Basic Christiahnity]

Un ejemplo bíblico de lo que significa el sacrificio y la obediencia en la práctica lo podemos ver en el caso de Abraham y su hijo Isaac:

“Y le dijo Dios: «Anda, toma a tu hijo, a tu unigénito, a quien tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te indicaré».” [Génesis 22]

Otro ejemplo lo podemos ver en el caso de Lot y sus hijas:

“Llamaron a Lot a la puerta y le dijeron: « ¿Dónde están los hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslos para que los conozcamos». Salió Lot a la puerta y cerrándola tras sí les dijo: «Por favor, hermanos míos, no hagáis semejante maldad. Mirad, dos hijas tengo que no han conocido varón; os las sacaré para que hagáis con ellas como bien os parezca; pero a esos hombres no les hagáis nada, pues para eso se han acogido a la sombra de mi techo».” [Génesis 19]

¿Fue la elección de Lot o de Abraham, moral? ¿Deberían haber hecho lo que hicieron? San Agustín afirma sobre la acción de Abraham:

“La obediencia de Abraham es correctamente considerada como magnífica precisamente porque matar a su hijo es una orden tan difícil de obedecer…” [La Ciudad de Dios]

El comentario de San Agustín, por indignante sea, es la única postura que puede sostener un religioso, porque la alternativa es desafiar la supuesta autoridad de Dios, y eso es lo que en principio no se puede hacer.

René Descartes afirma que:

“Sobre todo debemos someternos a la autoridad Divina antes que a nuestro propio juicio, aun cuando la luz de la razón parezca sugerir, con suma claridad y evidencia, algo opuesto.”

De acuerdo a la religión, la voluntad de Dios, no importando cuan objetable, es por definición buena; mientras que por otro lado, el juicio humano, no importando cuan racional, es por definición malo. El Obispo Robert Cecil Mortimer explica que: “La distinción real entre bien y mal es independiente de lo que pensemos. Está enraizada en la naturaleza y voluntad de Dios…Cuando la conciencia del hombre le dice que una cosa es correcta, que es de hecho lo que Dios quiere, su conciencia es verdadera y su juicio correcto; cuando la conciencia del hombre le dice que una cosa es correcta cuando, de hecho es, contraria a la voluntad de Dios, su conciencia es falsa y le dice a él una mentira.” [Robert C. Mortimer. Christian Ethics]

Así que si Dios quiere que un padre mate a su hijo, sin importar lo que éste piense, debe hacerlo. Pero uno podría preguntar: “¿Acaso no son los sacrificios humanos malos en principio? El teólogo Walter Kaiser afirma que:

“Los sacrificios humanos no se pueden condenar en principio. La verdad es que Dios es el dueño de toda vida y tiene el derecho de dar o quitar como quiera. Rechazar el derecho legítimo de Dios a solicitar la vida bajo cualquier condición sería quitar su soberanía y cuestionar su justicia…” [Hard Sayings of the Bible]

El Obispo Robert Cecil Mortimer secunda esa opinión y nos dice que:

“Dios tiene derecho a la exigencia absoluta de nuestra obediencia. Nosotros no existimos por derecho propio, sólo como Sus creaturas, quienes debemos por tanto hacer y ser lo que Él quiera. Nosotros no poseemos nada en el mundo, absolutamente, ni siquiera nuestros propios cuerpos; tenemos cosas en resguardo para Dios, quien las creó, y estamos sujetos, por tanto, a usarlas sólo como Él tenga la intención de que sean usadas.”[Robert C. Mortimer. Christian Ethics]

Basados en la premisa de que Dios es el creador de todas las cosas y fuente de toda verdad, y que por lo tanto resuelve el problema de cual conducta es la moral, siendo Su autoridad moral absoluta, para ser bueno el camino es obvio: simplemente obedecer los mandatos de Dios, sean los que sean. Y esto incluye también como vestir y como debe ser la apariencia personal:

“No os raparéis en redondo la cabeza ni raeréis los lados de vuestra barba” [Levítico 19: 27]

“No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto.” [Deuteronomio 22:5]

“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.” [I Timoteo 2:9-10]

Y di a las mujeres creyentes que deben reducir su visión y esconder sus partes privadas, y que no deben mostrar su belleza y adornos, excepto lo que sea visible por sí mismo, que deben colocar sus velos sobre su pecho y no mostrar su belleza, excepto a sus maridos …” [Santo Corán 24:30-31]

Pero parece que Dios ordena distintas cosas a distintos pueblos, porque a los santones hinduistas les ordena andar desnudos. Entonces, ¿cuál comportamiento es moral y cuál inmoral? ¿El mandato de Dios es ocultar o descubrir?

También tiene Dios algo que decir sobre los esclavos:

“44 Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas.

45 También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión.

46 Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.” [Levítico, 25: 44-46]

El imán salafista Abi-Ishaq al-Huwayni es uno de los predicadores estrella de la cadena egipcia Al-Nas TV, creada en 2006 por un millonario saudí. ¿Cuál es su propuesta para sacar a Egipto del estancamiento económico? Relanzar la yihad para capturar esclavos y apoderarse de bienes (el famoso tributo).

“Nos encontramos en la era de la yihad. La hora de la yihad ha llegado, y el yihad en el camino de Alá es un placer. Es un verdadero placer. Los compañeros del profeta se emulaban los unos a los otros practicando la yihad. ¿La pobreza que nos castiga acaso no es debida a nuestro abandono de la yihad? Pero si lleváramos dos o tres operaciones de yihad cada año, muchas personas en todo el mundo se harían musulmanes. Combatiríamos a los que rechazan el proselitismo o quisieran ponernos obstáculos, los haríamos prisioneros, confiscaríamos sus bienes, sus hijos y sus mujeres. Todo eso represente mucho dinero. El mujahidin volvería de la yihad con los bolsillos llenos. Volvería con tres o cuatro esclavos, tres o cuatro mujeres y tres o cuatro hijos. Multiplicad 300 dirhams o 300 dinares por cabeza, y tendréis un excelente beneficio. Si este mujahidin fuera a Occidente y concluyera una transacción comercial, no ganaría mucho dinero. Cada vez que encontrara dificultades financieras, podría vender un prisionero y atenuar sus dificultades. Vendería el prisionero como se vende cualquier producto en un almacén”. XI. 2012

Y ¿Por qué la moralidad exige de uno, el auto-sacrificio? ¿Por qué es esa, la conducta moral? ¿Por qué el auto-sacrificio es la acción correcta? ¿Por qué es la autoflagelación   agradable a Dios? ¿Por qué es la mortificación moral?

Hay cientos de religiones, y cada una afirma ser la verdadera; cada una niega la validez de las otras religiones. Cada una asevera basarse en la “verdadera” palabra de Dios; y cada una dice que Dios dijo algo diferente de lo que las otras dicen que dijo. ¿Por qué no puede alguna religión convencer a las otras de su “verdad” divina? Porque ninguna puede mostrar evidencia racional que soporte alguna de sus aserciones. Y dado el método por el que las religiones llegan a la “verdad”, ninguna puede tampoco, justificar demandar tal evidencia de las otras. Y es que la religión se basa explícitamente, no en la razón que requiere evidencia y lógica, sino que en la fe, que es la aceptación de ideas en ausencia de evidencia y contrarias a la lógica.

Las religiones tampoco pueden justificar demandar el auto sacrificio, el sufrimiento, la mortificación, la renuncia al interés propio, a los sueños, a renunciar a la propia felicidad. La justificación requiere objetividad, es decir, evidencia y razonamiento lógico, no fe. No pueden ni siquiera mostrar evidencia de la existencia de Dios, ya sea de uno o de varios. Y si no puede hacer esto, ¿cómo justificar el auto sacrificio, el sufrimiento para servir a Dios? Y si el creyente, abandona hipócritamente su convicción y obligación de renunciar a sí mismo, y persigue sus sueños, también va a sufrir, ya sea de culpa y miedo al castigo divino, o de represión sicológica, o de ambas cosas.

Si la conducta moral es cuestión de auto sacrificio en bien de otros y sufrimiento, entonces es un impedimento a la vida y a la felicidad. Resulta entonces, que ser “bueno” no es bueno para uno. Entonces no es práctico ser moral.

Los místicos no pueden justificar las razones que dan de por qué una persona debe ser moral, al haber abandonado la razón y la objetividad. Sus mandatos basados en la fe son totalmente arbitrarios.