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¿Es la pobreza un problema social o poblacional?

Redacción
17 de noviembre, 2015

¿Somos el resultado de una mala distribución de lo poco que hay. ¿Es un país inculto? ¿Acaso hemos tenido algún premio de reconocimiento a nivel mundial? ¿Por ejemplo un Novel o dos? ¿Tendremos bellezas naturales en nuestra geografía? ¿Es el estereotipo del guatemalteco muy problemático, complicado o poco amable?

Todas estas preguntas que debieran servirnos de parámetro. Y de acuerdo a las respuestas a las preguntas anteriores, me surge otra que sí es muy difícil de responder. ¿Por qué hay tanta pobreza en un país con tantas bendiciones? Creo que en una parte muy importante se debe a una muy pobre actitud. Quizás debida a que tenemos tantas cosas buenas a la mano y sin esfuerzo, que no hemos sido obligados a coordinar nuestras acciones sociales en una misma dirección. Esto ha creado una falta de confianza entre los conciudadanos de nuestra comunidad y por esta razón todos mostramos un comportamiento individual.

Esta situación pudo ser mantenida en el pasado, porque no éramos muchos guatemaltecos y alcanzaba para todos un poco. Ya sea que algunos fueran los propietarios o simplemente los trabajadores.

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Sin embargo, a pesar de una mejora substancial de la manera de vivir de muchos de los que menos poseen. Creo que estamos corriendo un riesgo muy grande, si nuestra población de una manera desproporcionada en relación a la cantidad de los recursos existentes, sobre todo si no tenemos en perspectiva que existen límites. Especialmente porque los que más crecen en número son los que menos tienen.

Veo con preocupación que al transitar por la carretera del altiplano, antes se veían bosques o áreas de cultivo por doquier. Al recorrerla de noche se ve una alfombra de luces, ha cambiado radicalmente. Posiblemente nuestra gente más pobre, por ignorancia o por necesidad de manos, tuvieron muchos hijos, tratando de compensar aquellos que perdían por descuido o por enfermedad. Esto también ha cambiado, pues aunque nuestros servicios de salud no son nada buenos, han mejorados las condiciones en hospitales y disponibilidad de medicinas. Por esta causa, mayor cantidad de niños alcanzan la vida adulta. De tal suerte que la cantidad de hijos es grande. Mucho más personas ya sea por ahorro o trabajo han logrado hacerse de un terreno o patrimonio. Esto ha sido muy bueno en el desarrollo de nuevas áreas. Sin embargo, el problema de la distribución se vuelve matemático. Un padre cuyo patrimonio fuese de 16 manzanas de terreno y las hereda a cada uno de sus 16 hijos. Cada uno de ellos recibe una manzana de tierra. La hereda a cada uno de sus 16 hijos le deja una porción de tierra de una cuerda (20x20m). Cada vez el conseguir un pedazo de tierra es más difícil de manera honrada y honesta. Si esta tendencia sigue, la siguiente generación apenas tendrá el espacio para que entierren a sus hijos, no habrá para más. Menos de manera legal y respetando la propiedad privada. De igual forma están limitados los recursos, agua, leña y otros. Si a esto sumamos que un alto porcentaje de tierra con vocación forestal y el efecto del cambio climático. O la cantidad de buena tierra agrícola, la que está dedicada a vivienda, la tecnología no alcanza para compensar la falta de este recurso. Por lo que de una manera simplista, se convierte en un problema de relación matemática; a más cantidad de guatemaltecos, menos recursos disponibles para cada quien. Y esto incluye la educación, la salud, etc.

Aún cuando pudiéramos convertirnos en un país agroindustrial, industrial, de servicios o tecnológico. Los recursos que debemos dedicar a la seguridad alimenticia de nuestra población se vuelven más limitados y complicados.

Por otro lado, vemos que los países del mundo que más tienen, son por contradicción los que menos niños traen al mundo. Que de hecho, este extremo se ha vuelto el problema inverso. No será tiempo de concientizar e incentivar, fuertemente, a nuestros pobladores que no traigan más seres humanos que aquellos que nos van a sustituir algún día. Más crecimiento desordenado, es condenar a nuestros descendientes a guerras fratricidas. Ojalá el daño ambiental no nos pase la factura de nuestra falta de conciencia ESTADÍSTICA antes de que sea tarde.

Asumiendo que nuestra cultura social promedio no fuera un problema pendiente de resolver. Que nuestras autoridades fueran honestas y velaran exclusivamente por el bien general de sus pobladores, etc. Vaya, que viviéramos en una Guatemala ideal. Aún en esta condición, que dista mucho de nuestra realidad. El futuro se extremadamente complejo si no revertimos nuestra tasa de crecimiento poblacional.

Basta con ver a las orillas de las carreteras, que conducen de la ciudad capital hacia la provincia y veamos la cantidad de luces por la noche. Casi no se ven espacios sin luz. Esto significa que allí hay casas y por tanto gente. Estamos saturando nuestro país.

A pesar que además de materias primas, frutas, vegetales y minerales, también hemos exportado entre uno y dos millones de almas, solamente a Estados Unidos. La cantidad de tierra para cultivo se reduce, al igual que otros recursos. El agua potable ya es escasa, no digamos la necesaria para producir alimentos. Las carreteras se saturan a pesar de que hay más y mejores. El tiempo para llegar a destino se alarga no obstante hay autos mejores y más rápidos.

Tenemos que trabajar el doble o el triple para conseguir lo mismo o menos que en el pasado. Asumiendo que todos tengan trabajo. ¿No son estos, signos evidentes de que la relación entre personas y recursos no es la correcta? Las ciudades, los pueblos e incluso los caseríos y aldeas crecen para arriba. Vemos tres, cuatros y más pisos en las casas.

Es ya tiempo de que gobierno, iglesias, academia y todos los demás tengamos conciencia de que el problema es más estadístico que SOCIAL, si es que pueden separarse.

Urge detener esta tendencia. Ojalá pudiéramos revertirla o al menos regularla. Y así mejorar la calidad de vida de los guatemaltecos que nos sobrevivan en el futuro.

¿Es la pobreza un problema social o poblacional?

Redacción
17 de noviembre, 2015

¿Somos el resultado de una mala distribución de lo poco que hay. ¿Es un país inculto? ¿Acaso hemos tenido algún premio de reconocimiento a nivel mundial? ¿Por ejemplo un Novel o dos? ¿Tendremos bellezas naturales en nuestra geografía? ¿Es el estereotipo del guatemalteco muy problemático, complicado o poco amable?

Todas estas preguntas que debieran servirnos de parámetro. Y de acuerdo a las respuestas a las preguntas anteriores, me surge otra que sí es muy difícil de responder. ¿Por qué hay tanta pobreza en un país con tantas bendiciones? Creo que en una parte muy importante se debe a una muy pobre actitud. Quizás debida a que tenemos tantas cosas buenas a la mano y sin esfuerzo, que no hemos sido obligados a coordinar nuestras acciones sociales en una misma dirección. Esto ha creado una falta de confianza entre los conciudadanos de nuestra comunidad y por esta razón todos mostramos un comportamiento individual.

Esta situación pudo ser mantenida en el pasado, porque no éramos muchos guatemaltecos y alcanzaba para todos un poco. Ya sea que algunos fueran los propietarios o simplemente los trabajadores.

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Sin embargo, a pesar de una mejora substancial de la manera de vivir de muchos de los que menos poseen. Creo que estamos corriendo un riesgo muy grande, si nuestra población de una manera desproporcionada en relación a la cantidad de los recursos existentes, sobre todo si no tenemos en perspectiva que existen límites. Especialmente porque los que más crecen en número son los que menos tienen.

Veo con preocupación que al transitar por la carretera del altiplano, antes se veían bosques o áreas de cultivo por doquier. Al recorrerla de noche se ve una alfombra de luces, ha cambiado radicalmente. Posiblemente nuestra gente más pobre, por ignorancia o por necesidad de manos, tuvieron muchos hijos, tratando de compensar aquellos que perdían por descuido o por enfermedad. Esto también ha cambiado, pues aunque nuestros servicios de salud no son nada buenos, han mejorados las condiciones en hospitales y disponibilidad de medicinas. Por esta causa, mayor cantidad de niños alcanzan la vida adulta. De tal suerte que la cantidad de hijos es grande. Mucho más personas ya sea por ahorro o trabajo han logrado hacerse de un terreno o patrimonio. Esto ha sido muy bueno en el desarrollo de nuevas áreas. Sin embargo, el problema de la distribución se vuelve matemático. Un padre cuyo patrimonio fuese de 16 manzanas de terreno y las hereda a cada uno de sus 16 hijos. Cada uno de ellos recibe una manzana de tierra. La hereda a cada uno de sus 16 hijos le deja una porción de tierra de una cuerda (20x20m). Cada vez el conseguir un pedazo de tierra es más difícil de manera honrada y honesta. Si esta tendencia sigue, la siguiente generación apenas tendrá el espacio para que entierren a sus hijos, no habrá para más. Menos de manera legal y respetando la propiedad privada. De igual forma están limitados los recursos, agua, leña y otros. Si a esto sumamos que un alto porcentaje de tierra con vocación forestal y el efecto del cambio climático. O la cantidad de buena tierra agrícola, la que está dedicada a vivienda, la tecnología no alcanza para compensar la falta de este recurso. Por lo que de una manera simplista, se convierte en un problema de relación matemática; a más cantidad de guatemaltecos, menos recursos disponibles para cada quien. Y esto incluye la educación, la salud, etc.

Aún cuando pudiéramos convertirnos en un país agroindustrial, industrial, de servicios o tecnológico. Los recursos que debemos dedicar a la seguridad alimenticia de nuestra población se vuelven más limitados y complicados.

Por otro lado, vemos que los países del mundo que más tienen, son por contradicción los que menos niños traen al mundo. Que de hecho, este extremo se ha vuelto el problema inverso. No será tiempo de concientizar e incentivar, fuertemente, a nuestros pobladores que no traigan más seres humanos que aquellos que nos van a sustituir algún día. Más crecimiento desordenado, es condenar a nuestros descendientes a guerras fratricidas. Ojalá el daño ambiental no nos pase la factura de nuestra falta de conciencia ESTADÍSTICA antes de que sea tarde.

Asumiendo que nuestra cultura social promedio no fuera un problema pendiente de resolver. Que nuestras autoridades fueran honestas y velaran exclusivamente por el bien general de sus pobladores, etc. Vaya, que viviéramos en una Guatemala ideal. Aún en esta condición, que dista mucho de nuestra realidad. El futuro se extremadamente complejo si no revertimos nuestra tasa de crecimiento poblacional.

Basta con ver a las orillas de las carreteras, que conducen de la ciudad capital hacia la provincia y veamos la cantidad de luces por la noche. Casi no se ven espacios sin luz. Esto significa que allí hay casas y por tanto gente. Estamos saturando nuestro país.

A pesar que además de materias primas, frutas, vegetales y minerales, también hemos exportado entre uno y dos millones de almas, solamente a Estados Unidos. La cantidad de tierra para cultivo se reduce, al igual que otros recursos. El agua potable ya es escasa, no digamos la necesaria para producir alimentos. Las carreteras se saturan a pesar de que hay más y mejores. El tiempo para llegar a destino se alarga no obstante hay autos mejores y más rápidos.

Tenemos que trabajar el doble o el triple para conseguir lo mismo o menos que en el pasado. Asumiendo que todos tengan trabajo. ¿No son estos, signos evidentes de que la relación entre personas y recursos no es la correcta? Las ciudades, los pueblos e incluso los caseríos y aldeas crecen para arriba. Vemos tres, cuatros y más pisos en las casas.

Es ya tiempo de que gobierno, iglesias, academia y todos los demás tengamos conciencia de que el problema es más estadístico que SOCIAL, si es que pueden separarse.

Urge detener esta tendencia. Ojalá pudiéramos revertirla o al menos regularla. Y así mejorar la calidad de vida de los guatemaltecos que nos sobrevivan en el futuro.