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Un periodista, no un modelo de Calvin Klein

Redacción
27 de noviembre, 2015

Todos sabemos quién es Donald Trump: precandidato presidencial por el partido Republicano, multimillonario estadounidense y famoso empresario. Últimamente, Trump desde su constante aparición en los medios de comunicación del mundo a su peculiar forma de hacer política. Y es que él, de por si, es excéntrico y sorprendente; da de que hablar con cada aparición pública y lo que dice siempre lo pone en aprietos, aunque a el eso le venga del norte.

Esta vez, encabezó los titulares luego de haberse burlado de un reportero del New York Times por su discapacidad física. Para quienes no se han enterado aún, esta es la historia.

A raíz de los ataques terroristas del 11-S en Estados Unidos, murmullos y chismes salieron al aire luego de que algunos estadounidenses, entre ellos Trump, aseguraron ver a “miles de musulmanes celebrar en Jersey City, Nueva Jersey, mientras las torres gemelas ardían y caían”. Estas acusaciones hubiesen sido importantes, pero esta historia es falsa y jamás pasó.

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Ahora, a media campaña electoral por la presidencia del país más poderoso del mundo, esta mentira ha sido usada contra de Trump, quien se ha defendido. ¿Cómo? Burlándose en público de la discapacidad física del periodista que comprobó su mentira.

Serge Kovaleski, que para ese entonces trabajaba con el Washington Post, se encargó de investigar el caso y días después aclaró los rumores en un reporte, concluyendo con que dichas celebraciones jamás habían ocurrido y que todo era una grave mentira. Kovaleski tiene una condición crónica que se llama artrogriposis (una condición congénita que condiciona la movilidad de sus miembros superiores). Que padezca esta enfermedad no debería ser relevante. El hecho de que sea un periodista que ha ganado un premio Pulitzer si. Sin embargo, su condición física tomó mas importancia que el Pulitzer cuando Trump se burló de ella durante un discurso, haciendo alusión a que ese reporte publicado por Kovaleski estaba mal y que él realmente había visto esas manifestaciones musulmanas.

Esta burla no solamente es una falta de respeto que no deberíamos ver en personas adultas, sino que cumple con todos los requisitos de ser una falacia ad hominem que consiste en “desacreditar a la persona que defiende una postura señalando una característica o creencia impopular de esa persona” y esta es la peor forma de defenderse porque denota inmadurez, débiles argumentos y poca capacidad de reacción.

Ahora, por más que él lo niegue, el video está en las redes y la burla es clara. Esta vez, Trump si me ha hecho enojar. No solo por haberse burlado de la discapacidad física de otra persona, sino por no tener los pantalones de aceptar el error y disculparse. En vez de eso, Trump niega el hecho rotundamente, porque sabe que metió la pata. Para su mala suerte, el video que comprueba su error circula ya por internet y no será olvidado.

La pregunta es, estadounidenses y resto del mundo (porque sí, la presidencia de Estados Unidos nos compete a todos), ¿Cómo esperan que su próximo líder desafíe los futuros problemas del país si al momento de ser provocado, se burla de alguien más de la misma forma que un niño maleducado de preprimaria se burlaría de un compañero por una discapacidad física?

El periodista tiene artrogriposis, ¿Y a quien jodidos le importa eso? ¡Como si el valor de tu trabajo profesional se valiera de tus condiciones físicas! Es un periodista, no un modelo de Calvin Klein.

Un periodista, no un modelo de Calvin Klein

Redacción
27 de noviembre, 2015

Todos sabemos quién es Donald Trump: precandidato presidencial por el partido Republicano, multimillonario estadounidense y famoso empresario. Últimamente, Trump desde su constante aparición en los medios de comunicación del mundo a su peculiar forma de hacer política. Y es que él, de por si, es excéntrico y sorprendente; da de que hablar con cada aparición pública y lo que dice siempre lo pone en aprietos, aunque a el eso le venga del norte.

Esta vez, encabezó los titulares luego de haberse burlado de un reportero del New York Times por su discapacidad física. Para quienes no se han enterado aún, esta es la historia.

A raíz de los ataques terroristas del 11-S en Estados Unidos, murmullos y chismes salieron al aire luego de que algunos estadounidenses, entre ellos Trump, aseguraron ver a “miles de musulmanes celebrar en Jersey City, Nueva Jersey, mientras las torres gemelas ardían y caían”. Estas acusaciones hubiesen sido importantes, pero esta historia es falsa y jamás pasó.

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Ahora, a media campaña electoral por la presidencia del país más poderoso del mundo, esta mentira ha sido usada contra de Trump, quien se ha defendido. ¿Cómo? Burlándose en público de la discapacidad física del periodista que comprobó su mentira.

Serge Kovaleski, que para ese entonces trabajaba con el Washington Post, se encargó de investigar el caso y días después aclaró los rumores en un reporte, concluyendo con que dichas celebraciones jamás habían ocurrido y que todo era una grave mentira. Kovaleski tiene una condición crónica que se llama artrogriposis (una condición congénita que condiciona la movilidad de sus miembros superiores). Que padezca esta enfermedad no debería ser relevante. El hecho de que sea un periodista que ha ganado un premio Pulitzer si. Sin embargo, su condición física tomó mas importancia que el Pulitzer cuando Trump se burló de ella durante un discurso, haciendo alusión a que ese reporte publicado por Kovaleski estaba mal y que él realmente había visto esas manifestaciones musulmanas.

Esta burla no solamente es una falta de respeto que no deberíamos ver en personas adultas, sino que cumple con todos los requisitos de ser una falacia ad hominem que consiste en “desacreditar a la persona que defiende una postura señalando una característica o creencia impopular de esa persona” y esta es la peor forma de defenderse porque denota inmadurez, débiles argumentos y poca capacidad de reacción.

Ahora, por más que él lo niegue, el video está en las redes y la burla es clara. Esta vez, Trump si me ha hecho enojar. No solo por haberse burlado de la discapacidad física de otra persona, sino por no tener los pantalones de aceptar el error y disculparse. En vez de eso, Trump niega el hecho rotundamente, porque sabe que metió la pata. Para su mala suerte, el video que comprueba su error circula ya por internet y no será olvidado.

La pregunta es, estadounidenses y resto del mundo (porque sí, la presidencia de Estados Unidos nos compete a todos), ¿Cómo esperan que su próximo líder desafíe los futuros problemas del país si al momento de ser provocado, se burla de alguien más de la misma forma que un niño maleducado de preprimaria se burlaría de un compañero por una discapacidad física?

El periodista tiene artrogriposis, ¿Y a quien jodidos le importa eso? ¡Como si el valor de tu trabajo profesional se valiera de tus condiciones físicas! Es un periodista, no un modelo de Calvin Klein.