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Pasemos de la consternación a la acción

Redacción
17 de diciembre, 2015

La semana pasada se publicó la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2014 y se dio a conocer que las personas que viven bajo el umbral de pobreza (el costo de alimentación más bienes y servicios de Q.10,218.00 al año) es ahora 59.3 por ciento de la población. Reconociendo que Guatemala es uno de los países que utiliza una metodología y medición distinta a la que se utiliza internacionalmente y que decidió tener una línea de pobreza mayor, para incluir de manera solidaria a más personas, es importante entrar a estudiar cómo podemos generar mayores oportunidades, de lo contrario la pobreza no se va a reducir.

Durante los últimos años el aumento de la inversión extranjera directa y el incremento del producto interno bruto per cápita, no ha sido gracias a los sectores intensivos en mano de obra, sino a sectores intensivos en capital. Durante los últimos diez años, hemos hecho poco para elevar el crecimiento de manera inclusiva y es hacia allí donde el Estado debe fortalecer sus instituciones para garantizar que esto ocurra. El país necesita una mayor inversión en desarrollo social (incluido el acceso a una salud y educación de calidad, especialmente en la provincia) y capacitación técnica que permita aumentar la productividad de los individuos.

Pasar a soluciones que ayuden a reducir la pobreza es lo que nos debe ocupar en los próximos años. El nuevo gobierno, tendrá el gran reto de atender la mayor demanda de la población, relacionado al aspecto económico y de generación de empleos. Algunas iniciativas que hoy duermen el sueño de los justos en el Congreso y que podrían ayudar a reactivar la capacidad productiva del país son: la ley de inclusión laboral que permitiría la contratación de más personas a tiempo parcial, la reforma al Código de Comercio, la ley de insolvencias y por supuesto la reciente ley emergente para la conservación del empleo (que irónicamente va a dejar a más personas en la pobreza, si no se aprueba este año).

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La Encovi demostró también que tenemos que cambiar la forma en que el país está queriendo descentralizar la inversión, debido a que los departamentos más pobres están devolviendo recursos fiscales al fondo común por no poder ejecutarlos. Debemos entonces no solo incentivar a que existan más empresas que generen empleo formal, sino fomentar que los impuestos que pagan las empresas se inviertan en proyectos de desarrollo en el ámbito local. Una iniciativa positiva sería la ley de obras por impuestos, que ha ayudado a países como Perú a aumentar los proyectos sociales en el lugar donde se generan las inversiones, para crear más oportunidades que permitan reducir la pobreza. @jczapata_s

Pasemos de la consternación a la acción

Redacción
17 de diciembre, 2015

La semana pasada se publicó la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2014 y se dio a conocer que las personas que viven bajo el umbral de pobreza (el costo de alimentación más bienes y servicios de Q.10,218.00 al año) es ahora 59.3 por ciento de la población. Reconociendo que Guatemala es uno de los países que utiliza una metodología y medición distinta a la que se utiliza internacionalmente y que decidió tener una línea de pobreza mayor, para incluir de manera solidaria a más personas, es importante entrar a estudiar cómo podemos generar mayores oportunidades, de lo contrario la pobreza no se va a reducir.

Durante los últimos años el aumento de la inversión extranjera directa y el incremento del producto interno bruto per cápita, no ha sido gracias a los sectores intensivos en mano de obra, sino a sectores intensivos en capital. Durante los últimos diez años, hemos hecho poco para elevar el crecimiento de manera inclusiva y es hacia allí donde el Estado debe fortalecer sus instituciones para garantizar que esto ocurra. El país necesita una mayor inversión en desarrollo social (incluido el acceso a una salud y educación de calidad, especialmente en la provincia) y capacitación técnica que permita aumentar la productividad de los individuos.

Pasar a soluciones que ayuden a reducir la pobreza es lo que nos debe ocupar en los próximos años. El nuevo gobierno, tendrá el gran reto de atender la mayor demanda de la población, relacionado al aspecto económico y de generación de empleos. Algunas iniciativas que hoy duermen el sueño de los justos en el Congreso y que podrían ayudar a reactivar la capacidad productiva del país son: la ley de inclusión laboral que permitiría la contratación de más personas a tiempo parcial, la reforma al Código de Comercio, la ley de insolvencias y por supuesto la reciente ley emergente para la conservación del empleo (que irónicamente va a dejar a más personas en la pobreza, si no se aprueba este año).

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La Encovi demostró también que tenemos que cambiar la forma en que el país está queriendo descentralizar la inversión, debido a que los departamentos más pobres están devolviendo recursos fiscales al fondo común por no poder ejecutarlos. Debemos entonces no solo incentivar a que existan más empresas que generen empleo formal, sino fomentar que los impuestos que pagan las empresas se inviertan en proyectos de desarrollo en el ámbito local. Una iniciativa positiva sería la ley de obras por impuestos, que ha ayudado a países como Perú a aumentar los proyectos sociales en el lugar donde se generan las inversiones, para crear más oportunidades que permitan reducir la pobreza. @jczapata_s