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¿Tenía que morir el perro? Decisiones absurdas y más.

Redacción
11 de diciembre, 2015

Es una tragedia que una niña muera. Más trágico aún es que muera de las heridas provocadas por un perro durante un ataque. Pero es una estupidez que se asesine (a través de una inyección letal) al perro por haber actuado por instinto… ¡por ser animal!

Keily Enríquez, de Oratorio, Santa Rosa, perseguía una vaca. Era apenas una niña, que recién había terminado de cursar tercer grado primaria. Ella ingresó a una propiedad privada (donde un letrero advertía a extraños que se mantuvieran lejos) mientras jugaba. Dentro de la propiedad, se acercó a un perro que estaba amarrado y este la mordió, de forma instintiva y natural, porque había alguien extraño en su territorio. Keily murió. Días después, el perro fue asesinado (decisión de las autoridades) por haber mordido a la niña.

Considero que es un pérdida de tiempo ponerse a jugar de quién es la culpa; si es del perro por morder (pero tomando en cuenta que es solo un animal), si es de la niña por andar jugando en propiedades privadas (pero tomando en cuenta que es una chiquilla que no mide las consecuencias de sus actos), o si es de los papás por dejarla sola jugando en sitios peligrosos (pero considerando que quizá los dos padres trabajan y no pueden darse el lujo de cuidar a sus hijos todo el tiempo por razones económicas).

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Por eso creo que lo importante aquí es lo que pasó después del accidente (porque si, fue un accidente y no un asesinato cruel). El dilema se centra en la muerte de un animal por decisiones absurdas de autoridades incompetentes (en específico el Juez De Paz de la localidad Orlando Bardales). Otra vez, vemos otro caso encabezado por autoridades con decisiones ilógicas e inmaduras. La niña murió porque un perro la mordió… ¿pero tenía que morir el perro también? ¿La muerte del animal revivirá a la niña? ¿Si alguien se mete a mi propiedad y mi perro lo muerde, la culpa es de mi perro?

Yo me pregunto: ¿Se puede culpar a un animal por actuar con base a sus instintos? Considero que no. Es ilógico. Es estúpido y fuera de lugar. Al hombre, en cambio, si se le puede juzgar por matar a alguien o causar daño, puesto que el humano es un ser racional cuyas acciones son analizadas primero por la mente y la consciencia. El hombre actúa por impulso, el animal por instinto. Por ende, juzgar a un animal por un asesinato es un proceso sin sentido, cruel y cobarde.

Rocky era un perro raza Rottweiler. Era el guardián de una propiedad y que al ser provocado reaccionó. Me sorprende que se haya asesinado a un animal por una acción tan natural: el perro muerde, el gato araña, el caballo patea. Mis condolencias a la familia Enríquez, al dueño del perro Billy Ludwin Divas Medrano, y mis respetos y apoyo a AMA (Asociación de Amigos de los Animales) por su gran esfuerzo para tratar de evitar esta incoherencia.

Mis condolencias también para todos los guatemaltecos, porque aquí en nuestro país la “justicia” es una utopía y un proceso dirigido, en su mayoría, por imbéciles.

¿Tenía que morir el perro? Decisiones absurdas y más.

Redacción
11 de diciembre, 2015

Es una tragedia que una niña muera. Más trágico aún es que muera de las heridas provocadas por un perro durante un ataque. Pero es una estupidez que se asesine (a través de una inyección letal) al perro por haber actuado por instinto… ¡por ser animal!

Keily Enríquez, de Oratorio, Santa Rosa, perseguía una vaca. Era apenas una niña, que recién había terminado de cursar tercer grado primaria. Ella ingresó a una propiedad privada (donde un letrero advertía a extraños que se mantuvieran lejos) mientras jugaba. Dentro de la propiedad, se acercó a un perro que estaba amarrado y este la mordió, de forma instintiva y natural, porque había alguien extraño en su territorio. Keily murió. Días después, el perro fue asesinado (decisión de las autoridades) por haber mordido a la niña.

Considero que es un pérdida de tiempo ponerse a jugar de quién es la culpa; si es del perro por morder (pero tomando en cuenta que es solo un animal), si es de la niña por andar jugando en propiedades privadas (pero tomando en cuenta que es una chiquilla que no mide las consecuencias de sus actos), o si es de los papás por dejarla sola jugando en sitios peligrosos (pero considerando que quizá los dos padres trabajan y no pueden darse el lujo de cuidar a sus hijos todo el tiempo por razones económicas).

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Por eso creo que lo importante aquí es lo que pasó después del accidente (porque si, fue un accidente y no un asesinato cruel). El dilema se centra en la muerte de un animal por decisiones absurdas de autoridades incompetentes (en específico el Juez De Paz de la localidad Orlando Bardales). Otra vez, vemos otro caso encabezado por autoridades con decisiones ilógicas e inmaduras. La niña murió porque un perro la mordió… ¿pero tenía que morir el perro también? ¿La muerte del animal revivirá a la niña? ¿Si alguien se mete a mi propiedad y mi perro lo muerde, la culpa es de mi perro?

Yo me pregunto: ¿Se puede culpar a un animal por actuar con base a sus instintos? Considero que no. Es ilógico. Es estúpido y fuera de lugar. Al hombre, en cambio, si se le puede juzgar por matar a alguien o causar daño, puesto que el humano es un ser racional cuyas acciones son analizadas primero por la mente y la consciencia. El hombre actúa por impulso, el animal por instinto. Por ende, juzgar a un animal por un asesinato es un proceso sin sentido, cruel y cobarde.

Rocky era un perro raza Rottweiler. Era el guardián de una propiedad y que al ser provocado reaccionó. Me sorprende que se haya asesinado a un animal por una acción tan natural: el perro muerde, el gato araña, el caballo patea. Mis condolencias a la familia Enríquez, al dueño del perro Billy Ludwin Divas Medrano, y mis respetos y apoyo a AMA (Asociación de Amigos de los Animales) por su gran esfuerzo para tratar de evitar esta incoherencia.

Mis condolencias también para todos los guatemaltecos, porque aquí en nuestro país la “justicia” es una utopía y un proceso dirigido, en su mayoría, por imbéciles.