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Mi traje, mi Diploma…

Redacción
25 de enero, 2016

Existen ya pocos municipios donde el uso del traje regional por parte de los hombres indígenas es algo común y característico del día a día. Así, entre ellos, podríamos mencionar a San Juan Atitán, en Huehuetenango o bien el caso de Sololá, Santiago Atitlán y, en menor medida, Nahualá y Chichicastenango. Pero existe un municipio que destaca y está presente en el imaginario colectivo por ser uno de los lugares donde tanto hombres como mujeres utilizan su traje regional: Todos Santos Cuchumatán.

Y es que si hay algo que enorgullece a un todosantero es, precisamente, portar su traje. Es verdad, el traje regional es otro marcador de la etnicidad que, al igual que el idioma, hubo un tiempo en que portar el traje y usar “caites” contaba mucho en los cuestionarios que utilizaba la entidad oficial de levantar estadísticas en Guatemala para identificar quién sí y quién no era indígena. Pero más allá de ello, es importante conocer, también, en palabras de un todosantero, por qué los hombres indígenas sí usan el traje en aquel municipio.

Para lo anterior, ayuda conocer algo de la historia de Francisco “Don Chico” Carrillo. Para él, su traje regional de todosantero representa algo que puede resumirse en una palabra: CONFIANZA. Don Chico me cuenta una anécdota que tuvo con Vinicio Cerezo, allá por la segunda mitad de la década de los setentas cuando este ex Presidente del país era un alto dirigente de la ya desaparecida Democracia Cristiana. Según Don Chico, él y su amigo Jorge, llegaron a la Ciudad de Guatemala en búsqueda de trabajo, para lo cual contactaron a un Coronel del Ejército, quien a su vez los puso en contacto con Cerezo. Los dos todosanteros no sabían leer ni escribir y el trabajo que había para ellos era de mensajería. Don Chico dice que el portar su traje regional generó confianza hacia ellos y fue por ello que les dieron el trabajo y les contrataron en la DC. Según Don Chico “nadie va desconfiar de un todosantero, por el traje [Vinicio Cerezo] nos tuvo confianza; nuestro traje fue nuestro Diploma, además, el todosantero es inteligente, trabajador, responsable, honrado…”.

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Según Nehemías, un joven de Todos Santos Cuchumatán, usar el traje de su pueblo no es algo que salga barato. Él me decía que el pantalón rayado de color rojo cuesta alrededor de Q. 100, la camisa se adquiere por otros Q. 100 y el cuello bordado de dicha camisa alcanza la cifra de unos Q. 350 en algunas ocasiones; a eso hay que sumar el costo de Q. 150 del morral que hace parte del traje, los Q. 150 que costaría el sombrero y, finalmente, los Q. 125 que costaría el sobrepantalón. Así, usar el traje completo de todosantero tendría un costo total aproximado de unos Q. 975.00. A pesar de ello, en Todo Santos el uso del traje regional por parte de los varones es algo común desde muy pequeños y que dura toda la vida.

Para Efraín Calvo, otro amigo todosantero, usar el traje de su pueblo es mantener la herencia y el legado de los abuelos y va más allá al indicar que “ser indígena es portar todo el tiempo el traje”. En esa frase de Efraín hay, creo yo, un cuestionamiento y a la vez una reflexión a todos nosotros los hombres indígenas que hemos dejado de utilizar el traje de nuestros pueblos. De hecho, Don Chico, hace énfasis en el simbolismo que tendría que tanto hombres como mujeres indígenas, todos juntos, hiciésemos una manifestación pacífica portando nuestro trajes, pero reivindicando los derechos colectivos de los pueblos indígenas y luchando contra el racismo y la discriminación y sintiéndonos libres en nuestro propio país; él, recomienda además que si un hombre indígena no usa su traje todos los días, al menos lo debería hacer en actividades especiales para que sus hijos y nietos se den cuenta de ello y en el futuro ellos también lo porten con orgullo.

Don Chico está muy claro que la imagen que debe haber en el Congreso y en el Gobierno central debe ser un reflejo de la verdadera Guatemala. Para él, hace falta más presencia de indígenas comprometidos en el Parlamento que porten su traje; asimismo indicaba que “primeramente Dios, el indígena va para arriba y que entre unos 10 años o menos habrá más indígenas en el Congreso y en la Presidencia… mi nieto va llegar a ser Diputado y los otros se están preparando para tener un Doctorado, no como antes que solo a la “piocha” nos dedicábamos… Yo ya de viejo aprendí a leer y escribir… El pueblo indígena se seguirá levantando, van a tratar de callarlo pero avanzaremos hasta lograr el poder… pero no se me olvida que hace ya mucho tiempo mi traje me abrió oportunidades, por eso digo que mi traje fue mi Diploma”…

@bequerchocooj

Mi traje, mi Diploma…

Redacción
25 de enero, 2016

Existen ya pocos municipios donde el uso del traje regional por parte de los hombres indígenas es algo común y característico del día a día. Así, entre ellos, podríamos mencionar a San Juan Atitán, en Huehuetenango o bien el caso de Sololá, Santiago Atitlán y, en menor medida, Nahualá y Chichicastenango. Pero existe un municipio que destaca y está presente en el imaginario colectivo por ser uno de los lugares donde tanto hombres como mujeres utilizan su traje regional: Todos Santos Cuchumatán.

Y es que si hay algo que enorgullece a un todosantero es, precisamente, portar su traje. Es verdad, el traje regional es otro marcador de la etnicidad que, al igual que el idioma, hubo un tiempo en que portar el traje y usar “caites” contaba mucho en los cuestionarios que utilizaba la entidad oficial de levantar estadísticas en Guatemala para identificar quién sí y quién no era indígena. Pero más allá de ello, es importante conocer, también, en palabras de un todosantero, por qué los hombres indígenas sí usan el traje en aquel municipio.

Para lo anterior, ayuda conocer algo de la historia de Francisco “Don Chico” Carrillo. Para él, su traje regional de todosantero representa algo que puede resumirse en una palabra: CONFIANZA. Don Chico me cuenta una anécdota que tuvo con Vinicio Cerezo, allá por la segunda mitad de la década de los setentas cuando este ex Presidente del país era un alto dirigente de la ya desaparecida Democracia Cristiana. Según Don Chico, él y su amigo Jorge, llegaron a la Ciudad de Guatemala en búsqueda de trabajo, para lo cual contactaron a un Coronel del Ejército, quien a su vez los puso en contacto con Cerezo. Los dos todosanteros no sabían leer ni escribir y el trabajo que había para ellos era de mensajería. Don Chico dice que el portar su traje regional generó confianza hacia ellos y fue por ello que les dieron el trabajo y les contrataron en la DC. Según Don Chico “nadie va desconfiar de un todosantero, por el traje [Vinicio Cerezo] nos tuvo confianza; nuestro traje fue nuestro Diploma, además, el todosantero es inteligente, trabajador, responsable, honrado…”.

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Según Nehemías, un joven de Todos Santos Cuchumatán, usar el traje de su pueblo no es algo que salga barato. Él me decía que el pantalón rayado de color rojo cuesta alrededor de Q. 100, la camisa se adquiere por otros Q. 100 y el cuello bordado de dicha camisa alcanza la cifra de unos Q. 350 en algunas ocasiones; a eso hay que sumar el costo de Q. 150 del morral que hace parte del traje, los Q. 150 que costaría el sombrero y, finalmente, los Q. 125 que costaría el sobrepantalón. Así, usar el traje completo de todosantero tendría un costo total aproximado de unos Q. 975.00. A pesar de ello, en Todo Santos el uso del traje regional por parte de los varones es algo común desde muy pequeños y que dura toda la vida.

Para Efraín Calvo, otro amigo todosantero, usar el traje de su pueblo es mantener la herencia y el legado de los abuelos y va más allá al indicar que “ser indígena es portar todo el tiempo el traje”. En esa frase de Efraín hay, creo yo, un cuestionamiento y a la vez una reflexión a todos nosotros los hombres indígenas que hemos dejado de utilizar el traje de nuestros pueblos. De hecho, Don Chico, hace énfasis en el simbolismo que tendría que tanto hombres como mujeres indígenas, todos juntos, hiciésemos una manifestación pacífica portando nuestro trajes, pero reivindicando los derechos colectivos de los pueblos indígenas y luchando contra el racismo y la discriminación y sintiéndonos libres en nuestro propio país; él, recomienda además que si un hombre indígena no usa su traje todos los días, al menos lo debería hacer en actividades especiales para que sus hijos y nietos se den cuenta de ello y en el futuro ellos también lo porten con orgullo.

Don Chico está muy claro que la imagen que debe haber en el Congreso y en el Gobierno central debe ser un reflejo de la verdadera Guatemala. Para él, hace falta más presencia de indígenas comprometidos en el Parlamento que porten su traje; asimismo indicaba que “primeramente Dios, el indígena va para arriba y que entre unos 10 años o menos habrá más indígenas en el Congreso y en la Presidencia… mi nieto va llegar a ser Diputado y los otros se están preparando para tener un Doctorado, no como antes que solo a la “piocha” nos dedicábamos… Yo ya de viejo aprendí a leer y escribir… El pueblo indígena se seguirá levantando, van a tratar de callarlo pero avanzaremos hasta lograr el poder… pero no se me olvida que hace ya mucho tiempo mi traje me abrió oportunidades, por eso digo que mi traje fue mi Diploma”…

@bequerchocooj