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La influencia directa del Norte a Guatemala

Redacción República
27 de enero, 2016

Diversas opiniones surgieron luego de la publicación de un artículo de opinión en el periódico Panam Post titulado “Un hombre gobierna Guatemala, pero no se llama Jimmy Morales”, escrito por los estadounidenses, Steve Hecht, empresario residente en Guatemala y David Landau, editor en San Francisco.

Según los autores desde antes de asumir el presidente Jimmy Morales es “un hombre de paja del verdadero poder: Estados Unidos y la guerrilla marxista”

El periódico donde publican notas sobre 24 países de América Latina (Norte, Centro, Sur y Caribe), incluye una serie de varias entregas donde tocan temas como:”La CICIG despliega las garras de Barack Obama en Guatemala; Barack Obama y el inmaculado genocidio en Guatemala; La complicidad de Barack Obama con las milicias guatemaltecas; La mano sucia de la política de EEUU; La verdad sobre el reinado de Paz y Paz como fiscal en Guatemala;” entre otras relacionadas con Guatemala, de autoría de Hecht y Landau, quienes han escrito juntos en asuntos de política por 20 años, según su biografía.

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En el artículo en mención, resaltan la ingerencia que ha mostrado Estados Unidos en las políticas guatemaltecas, “¡Ave, César! El nuevo líder de Guatemala es el presidente Barack Obama”, puntualizan. Apreciación que analistas guatemaltecos comparte y aseguran que estamos “intervenidos” y no lo han ocultado, es muy evidente.

La aseveración de la publicación la amarran con el último discurso de Obama sobre el Estado de la Unión: “En el mundo de hoy, estamos menos amenazados por los Imperios del Mal, y más por los Estados fallidos. Depende de nosotros, los Estados Unidos de América, contribuir a rehacer ese sistema”.

Según Hecht y Landau; Obama está ayudando a personajes de pensamiento de izquierda a construir una base de poder en el Gobierno de Guatemala. En el artículo ejemplifican que por cerca de cuatro años, la fiscal General Claudia Paz y Paz “una simpatizante de la guerrilla durante toda su vida, minó la estructura legal del país mientras protegía las actividades de las milicias guerrilleras —calificadas por las Naciones Unidas como “grupos de derechos humanos” que hoy controlan muchas de las áreas rurales de Guatemala”.

Resaltan que Paz y Paz no logró su reelección y “esto enojó a los funcionarios estadounidenses” porque perdieron a una aliada en la incriminación del Presidente y la Vicepresidenta en cargos de corrupción que probablemente no podrían probarse en un juicio con el debido proceso. Un actor importante para esa causa fue la comisión anticorrupción, o CICIG, designada por las Naciones Unidas y respaldada insistentemente por Estados Unidos, dicen.

Según el escrito “desde el momento de la victoria de Morales, la política de Estados Unidos ha tenido una misión con un solo objetivo: impedirle gobernar efectivamente. Dada la inexperiencia de Morales, y la mañosería de sus oponentes, con el aplastante peso del poder estadounidense, que por primera vez sirve a una agenda de izquierda”.

Inclusive, indican que Morales “ha renunciado a elegir a sus propios colaboradores”. Ejemplifican el nombramiento del Ministro de Gobernación, que sale de las filas del Ministerio Público y lo vinculan con Paz y Paz.

En su serie, los autores resaltan la labor como operador visible al embajador de los Estados Unidos Todd Robinson.

“Estamos intervenidos”

Los analistas guatemaltecos Luis Linares  y Gustavo Porras, coinciden que siempre ha existido influencia de Estados Unidos en el país y nos hemos movido en marcar los intereses de la gran potencia. Linares reflexiona que mientras más cerca geográficamente, es más fuerte. Para Porras, definitivamente estamos intervenidos.

Agrega que hay un cambio cualitativo en la esfera de influencia de los Estados Unidos y ha pasado del “tutelaje a la conducción directa a través de CICIG, que comenzó con destapar casos de corrupción y ha ido cada día más lejos, incluso, al extremo que su trabajo alteró el resultado electoral”.

Según Porras, algo muy claro es lo que el presidente Obama dijo en su último discurso, que las grandes decisiones del mundo se toman en Estados Unidos y señaló que el triángulo norte de Centroamérica está dentro de las cinco prioridades de Estados Unidos a nivel mundial.

Indica que nada de lo ocurrido habría sido posible sin esa fuerza detrás, incluso a la CICIG anterior nunca le pasaron información de inteligencia operada por ellos. Ejemplifica el caso de “Chico dólar”, al indicar que lo tenían grabado desde 2007 y a Edgar Barquín como su cómplice. Pero no dijeron nada pese a que éste fungía como presidente del Banco de Guatemala. Son piezas manejadas con maestría. Cuando las manifestaciones decayeron, sacaron lo del Presidente y subió la marea con las renuncias, asegura Porras.

Según su análisis, en las manifestaciones no les salió bien la jugada, porque habrían preferido a Sandra Torres y no a Jimmy Morales, tan desvalido políticamente. Indica que hay trabajos, incluso de una nueva teoría de golpes blandos de cómo desfundar un gobierno, un Estado, sin emplear la fuerza militar. Desenfundarlo social y políticamente, sin desmantelar redes de corrupción es importante, pero eso solo un paso de un control cada vez mayor de nuestro país.

“El guatemalteco que tenga el mínimo interés en política se ha dado cuenta de la intervención de Estados Unidos porque no la ha ocultado, es evidente a nivel mundial”, añade.

Se dice mucho del nombramiento consultado a ellos (EEUU) y “definitivamente estamos intervenidos”, subraya Porras, quien agrega que en reuniones del “Grupo de los 13”, que son los grandes cooperantes, nos mencionan que “se tienen que acostumbrar, son un país intervenido”. Ellos conducen el país, enfatiza.

Para Linares hay países mas influenciados debido a posiciones ideológicas o política internacional. Agrega que a veces la influencia se magnifica y es más fácil decir “cuentan con el apoyo de la embajada”, y hay diplomáticos que se lucen un poquito y este es el caso del embajador Robinson.

Coincide con Porras en la intervención en nombramientos como el Gabinete de Gobierno y hace referencia a lo dicho por Robinson hace unos días, cuando indicó que no tenían nada que ver en el nombramiento de ministros, pero se refirió al ministro de Gobernación de una forma muy familiar, al decir “Paco”, en vez de Francisco Rivas.

Un embajador que aparece en manifestaciones o en el juicio de Efraín Ríos Montt, por ejemplo, dice Linares, muestra una actitud que en países como México y Brasil no se ve, pero en Guatemala tienen capacidad de presión, se tolera y se da la bienvenida a ese tipo de situaciones.

Porras concluye que EEUU ya empezó a influenciar para una Asamblea Nacional Constituyente, porque el verdadero presidente de transición es Morales, no Alejandro Maldonado, “con la Constituyente todo empieza de nuevo con un presidente provisional por el tiempo que les dé la gana”, subraya.

Lo niegan

En un twitter de la Embajada de los Estados Unidos en el país, en su campaña Nuestro Apoyo en Datos, indican que sus programas respaldan todas las regiones geográficas de Guatemala. Y enfatizan que “la ayuda de Estados Unidos nunca se dirige a un líder político o partido político guatemalteco”.

Sin embargo publicaciones internacionales y analistas nacionales coinciden en la influencia norteamericana. Un ejemplo reciente es la designación del Gabinete del presidente Jimmy Morales, que contrario a anteriores mandatarios, no contaba con antelación con su equipo ya conformado.

En análisis realizado se pueden identificar tres cabezas: el presidente Jimmy Morales, asesorado por su cercanos para las designaciones, el vicepresidente Jafeth Cabrera y la comunidad internacional, representada en primera plana por el embajador de Estados Unidos, Todd Robinson, cuya influencia es tal que alcanza el Ejecutivo y a sus dependencias, así como los organismos Legislativo donde apoyó la designación de Mario Taracena y Judicial, y en días más recientes, ya empezó a tocar las puertas de los alcaldes municipales.

Los ministros que contaron con el aval del embajador Robinson y por ende de su gobierno fueron el Canciller Carlos Raúl Morales; la ministra de Trabajo Leticia Teleguario y el ministro de Gobernación Francisco Rivas.

La influencia directa del Norte a Guatemala

Redacción República
27 de enero, 2016

Diversas opiniones surgieron luego de la publicación de un artículo de opinión en el periódico Panam Post titulado “Un hombre gobierna Guatemala, pero no se llama Jimmy Morales”, escrito por los estadounidenses, Steve Hecht, empresario residente en Guatemala y David Landau, editor en San Francisco.

Según los autores desde antes de asumir el presidente Jimmy Morales es “un hombre de paja del verdadero poder: Estados Unidos y la guerrilla marxista”

El periódico donde publican notas sobre 24 países de América Latina (Norte, Centro, Sur y Caribe), incluye una serie de varias entregas donde tocan temas como:”La CICIG despliega las garras de Barack Obama en Guatemala; Barack Obama y el inmaculado genocidio en Guatemala; La complicidad de Barack Obama con las milicias guatemaltecas; La mano sucia de la política de EEUU; La verdad sobre el reinado de Paz y Paz como fiscal en Guatemala;” entre otras relacionadas con Guatemala, de autoría de Hecht y Landau, quienes han escrito juntos en asuntos de política por 20 años, según su biografía.

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En el artículo en mención, resaltan la ingerencia que ha mostrado Estados Unidos en las políticas guatemaltecas, “¡Ave, César! El nuevo líder de Guatemala es el presidente Barack Obama”, puntualizan. Apreciación que analistas guatemaltecos comparte y aseguran que estamos “intervenidos” y no lo han ocultado, es muy evidente.

La aseveración de la publicación la amarran con el último discurso de Obama sobre el Estado de la Unión: “En el mundo de hoy, estamos menos amenazados por los Imperios del Mal, y más por los Estados fallidos. Depende de nosotros, los Estados Unidos de América, contribuir a rehacer ese sistema”.

Según Hecht y Landau; Obama está ayudando a personajes de pensamiento de izquierda a construir una base de poder en el Gobierno de Guatemala. En el artículo ejemplifican que por cerca de cuatro años, la fiscal General Claudia Paz y Paz “una simpatizante de la guerrilla durante toda su vida, minó la estructura legal del país mientras protegía las actividades de las milicias guerrilleras —calificadas por las Naciones Unidas como “grupos de derechos humanos” que hoy controlan muchas de las áreas rurales de Guatemala”.

Resaltan que Paz y Paz no logró su reelección y “esto enojó a los funcionarios estadounidenses” porque perdieron a una aliada en la incriminación del Presidente y la Vicepresidenta en cargos de corrupción que probablemente no podrían probarse en un juicio con el debido proceso. Un actor importante para esa causa fue la comisión anticorrupción, o CICIG, designada por las Naciones Unidas y respaldada insistentemente por Estados Unidos, dicen.

Según el escrito “desde el momento de la victoria de Morales, la política de Estados Unidos ha tenido una misión con un solo objetivo: impedirle gobernar efectivamente. Dada la inexperiencia de Morales, y la mañosería de sus oponentes, con el aplastante peso del poder estadounidense, que por primera vez sirve a una agenda de izquierda”.

Inclusive, indican que Morales “ha renunciado a elegir a sus propios colaboradores”. Ejemplifican el nombramiento del Ministro de Gobernación, que sale de las filas del Ministerio Público y lo vinculan con Paz y Paz.

En su serie, los autores resaltan la labor como operador visible al embajador de los Estados Unidos Todd Robinson.

“Estamos intervenidos”

Los analistas guatemaltecos Luis Linares  y Gustavo Porras, coinciden que siempre ha existido influencia de Estados Unidos en el país y nos hemos movido en marcar los intereses de la gran potencia. Linares reflexiona que mientras más cerca geográficamente, es más fuerte. Para Porras, definitivamente estamos intervenidos.

Agrega que hay un cambio cualitativo en la esfera de influencia de los Estados Unidos y ha pasado del “tutelaje a la conducción directa a través de CICIG, que comenzó con destapar casos de corrupción y ha ido cada día más lejos, incluso, al extremo que su trabajo alteró el resultado electoral”.

Según Porras, algo muy claro es lo que el presidente Obama dijo en su último discurso, que las grandes decisiones del mundo se toman en Estados Unidos y señaló que el triángulo norte de Centroamérica está dentro de las cinco prioridades de Estados Unidos a nivel mundial.

Indica que nada de lo ocurrido habría sido posible sin esa fuerza detrás, incluso a la CICIG anterior nunca le pasaron información de inteligencia operada por ellos. Ejemplifica el caso de “Chico dólar”, al indicar que lo tenían grabado desde 2007 y a Edgar Barquín como su cómplice. Pero no dijeron nada pese a que éste fungía como presidente del Banco de Guatemala. Son piezas manejadas con maestría. Cuando las manifestaciones decayeron, sacaron lo del Presidente y subió la marea con las renuncias, asegura Porras.

Según su análisis, en las manifestaciones no les salió bien la jugada, porque habrían preferido a Sandra Torres y no a Jimmy Morales, tan desvalido políticamente. Indica que hay trabajos, incluso de una nueva teoría de golpes blandos de cómo desfundar un gobierno, un Estado, sin emplear la fuerza militar. Desenfundarlo social y políticamente, sin desmantelar redes de corrupción es importante, pero eso solo un paso de un control cada vez mayor de nuestro país.

“El guatemalteco que tenga el mínimo interés en política se ha dado cuenta de la intervención de Estados Unidos porque no la ha ocultado, es evidente a nivel mundial”, añade.

Se dice mucho del nombramiento consultado a ellos (EEUU) y “definitivamente estamos intervenidos”, subraya Porras, quien agrega que en reuniones del “Grupo de los 13”, que son los grandes cooperantes, nos mencionan que “se tienen que acostumbrar, son un país intervenido”. Ellos conducen el país, enfatiza.

Para Linares hay países mas influenciados debido a posiciones ideológicas o política internacional. Agrega que a veces la influencia se magnifica y es más fácil decir “cuentan con el apoyo de la embajada”, y hay diplomáticos que se lucen un poquito y este es el caso del embajador Robinson.

Coincide con Porras en la intervención en nombramientos como el Gabinete de Gobierno y hace referencia a lo dicho por Robinson hace unos días, cuando indicó que no tenían nada que ver en el nombramiento de ministros, pero se refirió al ministro de Gobernación de una forma muy familiar, al decir “Paco”, en vez de Francisco Rivas.

Un embajador que aparece en manifestaciones o en el juicio de Efraín Ríos Montt, por ejemplo, dice Linares, muestra una actitud que en países como México y Brasil no se ve, pero en Guatemala tienen capacidad de presión, se tolera y se da la bienvenida a ese tipo de situaciones.

Porras concluye que EEUU ya empezó a influenciar para una Asamblea Nacional Constituyente, porque el verdadero presidente de transición es Morales, no Alejandro Maldonado, “con la Constituyente todo empieza de nuevo con un presidente provisional por el tiempo que les dé la gana”, subraya.

Lo niegan

En un twitter de la Embajada de los Estados Unidos en el país, en su campaña Nuestro Apoyo en Datos, indican que sus programas respaldan todas las regiones geográficas de Guatemala. Y enfatizan que “la ayuda de Estados Unidos nunca se dirige a un líder político o partido político guatemalteco”.

Sin embargo publicaciones internacionales y analistas nacionales coinciden en la influencia norteamericana. Un ejemplo reciente es la designación del Gabinete del presidente Jimmy Morales, que contrario a anteriores mandatarios, no contaba con antelación con su equipo ya conformado.

En análisis realizado se pueden identificar tres cabezas: el presidente Jimmy Morales, asesorado por su cercanos para las designaciones, el vicepresidente Jafeth Cabrera y la comunidad internacional, representada en primera plana por el embajador de Estados Unidos, Todd Robinson, cuya influencia es tal que alcanza el Ejecutivo y a sus dependencias, así como los organismos Legislativo donde apoyó la designación de Mario Taracena y Judicial, y en días más recientes, ya empezó a tocar las puertas de los alcaldes municipales.

Los ministros que contaron con el aval del embajador Robinson y por ende de su gobierno fueron el Canciller Carlos Raúl Morales; la ministra de Trabajo Leticia Teleguario y el ministro de Gobernación Francisco Rivas.