Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Y estos casos quedarán impunes, Don Iván?

Betty Marroquin
31 de enero, 2016

Hemos dicho varios analistas, hasta la saciedad, que estamos hartos de tratar el tema de la guerra. Pero cada semana vuelven y nos arrastran de nuevo al ring con alguna nueva cretinada abusiva y obtusa esos que viven del negocio de la guerra. Una guerra que parece no haber terminado y que se trasladó de la montaña a los tribunales y a los medios. Una guerrilla que dejó las armas de metal para cambiarlas por la pluma y que manipula las leyes a su sabor y antojo para lograr su objetivo de alcanzar el poder, finalmente. Es así que hoy día tenemos a varios octogenarios y nonagenarios enfrentando juicios en los tribunales, por haber defendido al país del comunismo. Gente que hizo lo que ni usted ni yo hubiéramos tenido las agallas de hacer, en una guerra sucia y sin cuartel, en una guerra sin reglas de enfrentamiento, en una guerra de guerrillas. Gente que hizo lo que se le ordenó que hicieran, como exige la disciplina castrense, para vencer a una guerrilla despiadada que implementó tácticas asquerosas de guerra, usando niños y mujeres como lo hacen hoy día sus camaradas en África.

Como guatemalteca, se me inflama el hígado pensando que los escasos fondos del Estado están siendo utilizados para enjuiciar a gente como Benedicto Lucas, cuando se firmaron los Acuerdos de Paz para que ni a él ni a sus contrincantes guerrilleros les cayera la viga, mientras que esos fondos debieran ser utilizados para perseguir a quienes han saqueado las arcas del Estado, dejando hospitales en quiebra, escuelas en la lipidia, infraestructura en las peores condiciones, etc. ¿Qué no es una forma de asesinato la cantidad de pacientes que han fallecido en los hospitales del Estado por el dinero robado, que debió ser utilizado para comprar medicinas y suministros de hospital? Esos son crímenes VIGENTES y debieran ser perseguidos con el ahínco con que persiguen a los ex militares.

Si nos ponemos a enumerar las masacres de la guerrilla, tendríamos para rato. Sólo del “Libro de batallas del EGP” (Ejército Guerrillero de los Pobres) salen aproximadamente 200 masacres, de las cuales les enumero estos ejemplos: El 29 de septiembre de 1979 en la Aldea Chenicham, San Miguel Acatán, Huehuetenango 2 ayudantes de Comisionados Militares y cuatro hijos menores fueron secuestrados, torturados y asesinados por negarse a colaborar con los terroristas. En la Aldea Xemal, Nebaj, Quiché, el 20 de febrero de 1980 el EGP, luego de una emboscada en contra de personal militar de la Zona Militar Aguilar Santa María, de Jutiapa, que se encontraban destacados en Nebaj, mutiló vivos a los soldados y luego asesinó a varios Comisionados Militares y alcaldes auxiliares. El 17 de mayo de 1980 en el Municipio Chajul, Quiché, fueron asesinados 2 Comisionados Militares y 8 familiares. El 5 de diciembre de 1980 en la Aldea Semuy, San Pedro Carchá, Alta Verapáz, hicieron una masacre dirigida por el Capitán Gil. El 10 de mayo de 1981 en la Aldea Xoxlac Buena Vista, Santa Cruz Barillas, Huehuetenango, varios Comisionados Militares y alcaldes auxiliares fueron asesinados, frente a sus familias. Entre octubre y noviembre de 1981 fueron cometidos sistemática y colectivamente varios asesinatos en el Municipio de San Miguel Ixtahuacán, Huehuetenango, contra indígenas Mames que se negaron a colaborar con la guerrilla. En diciembre de 1981 en la Aldea Bicalamá, Nebaj, Quiché asesinaron a ex miembros Ixiles del EGP. También en diciembre 1981 en el Municipio de Santa María Nebaj,15 colaboradores del Ejército fueron asesinados. El 3 de enero de 1982 en el Municipio de Santa Eulalia, Huehuetenango, terroristas del Frente Guerrillero Ernesto Guevara, tomaron la población e incendiaron la municipalidad, asesinaron a 4 guardias de seguridad que se encontraban de servicio. El 12 de junio de 1982 fueron masacrados 120 Ixiles en la Aldea Chacalté, Quiché. El 30 de julio de 1983 varios campesinos Qanjobales y un periodista fueron al campamento de refugiados en Matzán, Chiapas, México para aconsejar a sus parientes y amigos que volvieran a Guatemala para acogerse a la amnistía. Fueron asesinados por el EGP. ¿Dónde está la indemnización por estos muertos?

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Como éstas masacres existen otros centenares de crímenes de la guerrilla, documentados. Me pregunto, si tanta es la gana de seguir con el tema de lo que pasó hace más de veinte años, ¿por qué entonces la CICIG y el MP no persiguen a los culpables de éstas masacres? O todos hijos, o todos entenados.

Muchos guatemaltecos preferiríamos que dejaran ya concluido ese asqueroso capítulo de nuestra historia y nos dejaran avanzar y abordar los temas actuales, que son de urgencia y mucha mayor relevancia. Enjuicien ladrones, estafadores, narcos, corruptos, delincuentes de todo tipo, persigan a quienes no dejan al país avanzar.   Pero creo que eso no se dará mientras los parásitos de la patria sigan lucrando del dolor ajeno, sigan viviendo de la plata que les mandan del exterior, de continuar su campaña negra contra Guatemala, en lugar de trabajar por el país.

Guatemala no necesita sanguijuelas ni vividoras. Guatemala necesita gente productiva que trabaje responsable y libremente. Si pudieran comprender que como dijo Nelson Mandela “los valientes que deseen lograr la paz, no temerán perdonar”. Y perdonar es esencial para salir adelante.

¿Y estos casos quedarán impunes, Don Iván?

Betty Marroquin
31 de enero, 2016

Hemos dicho varios analistas, hasta la saciedad, que estamos hartos de tratar el tema de la guerra. Pero cada semana vuelven y nos arrastran de nuevo al ring con alguna nueva cretinada abusiva y obtusa esos que viven del negocio de la guerra. Una guerra que parece no haber terminado y que se trasladó de la montaña a los tribunales y a los medios. Una guerrilla que dejó las armas de metal para cambiarlas por la pluma y que manipula las leyes a su sabor y antojo para lograr su objetivo de alcanzar el poder, finalmente. Es así que hoy día tenemos a varios octogenarios y nonagenarios enfrentando juicios en los tribunales, por haber defendido al país del comunismo. Gente que hizo lo que ni usted ni yo hubiéramos tenido las agallas de hacer, en una guerra sucia y sin cuartel, en una guerra sin reglas de enfrentamiento, en una guerra de guerrillas. Gente que hizo lo que se le ordenó que hicieran, como exige la disciplina castrense, para vencer a una guerrilla despiadada que implementó tácticas asquerosas de guerra, usando niños y mujeres como lo hacen hoy día sus camaradas en África.

Como guatemalteca, se me inflama el hígado pensando que los escasos fondos del Estado están siendo utilizados para enjuiciar a gente como Benedicto Lucas, cuando se firmaron los Acuerdos de Paz para que ni a él ni a sus contrincantes guerrilleros les cayera la viga, mientras que esos fondos debieran ser utilizados para perseguir a quienes han saqueado las arcas del Estado, dejando hospitales en quiebra, escuelas en la lipidia, infraestructura en las peores condiciones, etc. ¿Qué no es una forma de asesinato la cantidad de pacientes que han fallecido en los hospitales del Estado por el dinero robado, que debió ser utilizado para comprar medicinas y suministros de hospital? Esos son crímenes VIGENTES y debieran ser perseguidos con el ahínco con que persiguen a los ex militares.

Si nos ponemos a enumerar las masacres de la guerrilla, tendríamos para rato. Sólo del “Libro de batallas del EGP” (Ejército Guerrillero de los Pobres) salen aproximadamente 200 masacres, de las cuales les enumero estos ejemplos: El 29 de septiembre de 1979 en la Aldea Chenicham, San Miguel Acatán, Huehuetenango 2 ayudantes de Comisionados Militares y cuatro hijos menores fueron secuestrados, torturados y asesinados por negarse a colaborar con los terroristas. En la Aldea Xemal, Nebaj, Quiché, el 20 de febrero de 1980 el EGP, luego de una emboscada en contra de personal militar de la Zona Militar Aguilar Santa María, de Jutiapa, que se encontraban destacados en Nebaj, mutiló vivos a los soldados y luego asesinó a varios Comisionados Militares y alcaldes auxiliares. El 17 de mayo de 1980 en el Municipio Chajul, Quiché, fueron asesinados 2 Comisionados Militares y 8 familiares. El 5 de diciembre de 1980 en la Aldea Semuy, San Pedro Carchá, Alta Verapáz, hicieron una masacre dirigida por el Capitán Gil. El 10 de mayo de 1981 en la Aldea Xoxlac Buena Vista, Santa Cruz Barillas, Huehuetenango, varios Comisionados Militares y alcaldes auxiliares fueron asesinados, frente a sus familias. Entre octubre y noviembre de 1981 fueron cometidos sistemática y colectivamente varios asesinatos en el Municipio de San Miguel Ixtahuacán, Huehuetenango, contra indígenas Mames que se negaron a colaborar con la guerrilla. En diciembre de 1981 en la Aldea Bicalamá, Nebaj, Quiché asesinaron a ex miembros Ixiles del EGP. También en diciembre 1981 en el Municipio de Santa María Nebaj,15 colaboradores del Ejército fueron asesinados. El 3 de enero de 1982 en el Municipio de Santa Eulalia, Huehuetenango, terroristas del Frente Guerrillero Ernesto Guevara, tomaron la población e incendiaron la municipalidad, asesinaron a 4 guardias de seguridad que se encontraban de servicio. El 12 de junio de 1982 fueron masacrados 120 Ixiles en la Aldea Chacalté, Quiché. El 30 de julio de 1983 varios campesinos Qanjobales y un periodista fueron al campamento de refugiados en Matzán, Chiapas, México para aconsejar a sus parientes y amigos que volvieran a Guatemala para acogerse a la amnistía. Fueron asesinados por el EGP. ¿Dónde está la indemnización por estos muertos?

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Como éstas masacres existen otros centenares de crímenes de la guerrilla, documentados. Me pregunto, si tanta es la gana de seguir con el tema de lo que pasó hace más de veinte años, ¿por qué entonces la CICIG y el MP no persiguen a los culpables de éstas masacres? O todos hijos, o todos entenados.

Muchos guatemaltecos preferiríamos que dejaran ya concluido ese asqueroso capítulo de nuestra historia y nos dejaran avanzar y abordar los temas actuales, que son de urgencia y mucha mayor relevancia. Enjuicien ladrones, estafadores, narcos, corruptos, delincuentes de todo tipo, persigan a quienes no dejan al país avanzar.   Pero creo que eso no se dará mientras los parásitos de la patria sigan lucrando del dolor ajeno, sigan viviendo de la plata que les mandan del exterior, de continuar su campaña negra contra Guatemala, en lugar de trabajar por el país.

Guatemala no necesita sanguijuelas ni vividoras. Guatemala necesita gente productiva que trabaje responsable y libremente. Si pudieran comprender que como dijo Nelson Mandela “los valientes que deseen lograr la paz, no temerán perdonar”. Y perdonar es esencial para salir adelante.