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Salarios desmedidos, una cachetada al trabajador

Antonio Melgar
01 de febrero, 2016

El despertar de la población ante los actos de corrupción tiene efectos fiscalizadores, que ahora a los políticos les interesa como un botín político para lograr aceptación en una población escéptica en creer en espejitos o cuentos sin fin feliz para la mayoría.

El Organismo Legislativo es el siguiente en la mira, como lo dice la conferencia episcopal de Guatemala “salvo honrosas excepciones”, es señalado de actos de corrupción pero no solo eso hace que la población se indigne de un congreso plagado de oportunistas.

En los últimos días el ahora Presidente del Congreso de la Republica, da a conocer los sueldos tanto en los reglones 011, 022 y 029 que en verdad hacen sentir enojo a una población que recibe el año con una propuesta de salario diferenciado, que es mucho más bajo que el sueldo mínimo sin contar que los trabajadores del congreso también cuentan con un salario diferenciado, pero exponencialmente absurdo al salario promedio de los guatemaltecos.

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Es un sentir de malestar y de indignación por muchos ciudadanos por no decir todas y todos, es impertinente y sobre todo desleal que solo algunos cuantos, que por tener algún conecte en tiempos pasados devenguen sueldos extraordinarios, que por supuesto son apetecibles por todos y que soñamos en tener.

El trabajo dignifica de eso estoy completamente seguro cualquiera es digno siempre y cuando se haga dentro de los márgenes de la legalidad y la honra, pero los sueldos que se ventilaron en los diferentes medios de comunicación solo nos dan un muestra de que en Guatemala hay condiciones claras de desigualdad, y las expresiones de las y los guatemaltecos eran entendibles “como es que conserje gane tanto dinero y los doctores, maestros, policías, no llegan ni a la tercera parte”.

También nos damos cuenta y claro la población no es tan cándida, y por eso el rechazo porque se entiendo que esas jugosas sumas de dinero no son solo para ellos sino para aquellos que los contrataron.

Causa indignación esos salarios de primer mundo para pocos en un país que la mayoría busca como sobrevivir, y que tienen el imaginario que la preparación con mucho esfuerzo y sacrificio es una forma de llegar a tener un sueldo decoroso.

Los pactos colectivos negociados por los sindicatos tienen que ser si o si revisados no porque su naturaleza sea perversa sino que por aquellos con una mala actitud lo han hecho perverso.

En el código de trabajo en su artículo 206 dice “Sindicato es toda asociación permanente de trabajadores o patrones…, constituida exclusivamente para el estudio, mejoramiento y protección de sus respectivos intereses económico y sociales comunes” y creo que acá hay que detenerse en la palabra “estudio” la cual tendría que versar en la capacidad de pago del patrono y sobre todo en las condiciones de trabajo.

Es claro que los malos sindicalistas obvian esta parte, ya que es evidente que sin “estudios” buscan solo enriquecerse sin contemplar el desprestigio que se sufren. Con tal de defender salarios en este caso hasta inescrupulosos por los servicios que se prestan siendo incongruentes e injustos.

Los salarios publicados en los medios de comunicación, resultan ser una cachetada al pueblo trabajador de Guatemala que mira como sus impuestos se van en pago de jugosos salarios para aquellos que ostentan un poder y que se esconden tras la protección estatal.

Es indispensable verificar los salarios y hacer una condición justa para la sociedad, y que el trabajo de todos dignifique en condiciones de igual y equidad para las y los trabajadores de Guatemala.

“El pan más sabroso y la comodidad más agradable son los que se ganan con el propio sudor” Cesare Cantù

Salarios desmedidos, una cachetada al trabajador

Antonio Melgar
01 de febrero, 2016

El despertar de la población ante los actos de corrupción tiene efectos fiscalizadores, que ahora a los políticos les interesa como un botín político para lograr aceptación en una población escéptica en creer en espejitos o cuentos sin fin feliz para la mayoría.

El Organismo Legislativo es el siguiente en la mira, como lo dice la conferencia episcopal de Guatemala “salvo honrosas excepciones”, es señalado de actos de corrupción pero no solo eso hace que la población se indigne de un congreso plagado de oportunistas.

En los últimos días el ahora Presidente del Congreso de la Republica, da a conocer los sueldos tanto en los reglones 011, 022 y 029 que en verdad hacen sentir enojo a una población que recibe el año con una propuesta de salario diferenciado, que es mucho más bajo que el sueldo mínimo sin contar que los trabajadores del congreso también cuentan con un salario diferenciado, pero exponencialmente absurdo al salario promedio de los guatemaltecos.

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Es un sentir de malestar y de indignación por muchos ciudadanos por no decir todas y todos, es impertinente y sobre todo desleal que solo algunos cuantos, que por tener algún conecte en tiempos pasados devenguen sueldos extraordinarios, que por supuesto son apetecibles por todos y que soñamos en tener.

El trabajo dignifica de eso estoy completamente seguro cualquiera es digno siempre y cuando se haga dentro de los márgenes de la legalidad y la honra, pero los sueldos que se ventilaron en los diferentes medios de comunicación solo nos dan un muestra de que en Guatemala hay condiciones claras de desigualdad, y las expresiones de las y los guatemaltecos eran entendibles “como es que conserje gane tanto dinero y los doctores, maestros, policías, no llegan ni a la tercera parte”.

También nos damos cuenta y claro la población no es tan cándida, y por eso el rechazo porque se entiendo que esas jugosas sumas de dinero no son solo para ellos sino para aquellos que los contrataron.

Causa indignación esos salarios de primer mundo para pocos en un país que la mayoría busca como sobrevivir, y que tienen el imaginario que la preparación con mucho esfuerzo y sacrificio es una forma de llegar a tener un sueldo decoroso.

Los pactos colectivos negociados por los sindicatos tienen que ser si o si revisados no porque su naturaleza sea perversa sino que por aquellos con una mala actitud lo han hecho perverso.

En el código de trabajo en su artículo 206 dice “Sindicato es toda asociación permanente de trabajadores o patrones…, constituida exclusivamente para el estudio, mejoramiento y protección de sus respectivos intereses económico y sociales comunes” y creo que acá hay que detenerse en la palabra “estudio” la cual tendría que versar en la capacidad de pago del patrono y sobre todo en las condiciones de trabajo.

Es claro que los malos sindicalistas obvian esta parte, ya que es evidente que sin “estudios” buscan solo enriquecerse sin contemplar el desprestigio que se sufren. Con tal de defender salarios en este caso hasta inescrupulosos por los servicios que se prestan siendo incongruentes e injustos.

Los salarios publicados en los medios de comunicación, resultan ser una cachetada al pueblo trabajador de Guatemala que mira como sus impuestos se van en pago de jugosos salarios para aquellos que ostentan un poder y que se esconden tras la protección estatal.

Es indispensable verificar los salarios y hacer una condición justa para la sociedad, y que el trabajo de todos dignifique en condiciones de igual y equidad para las y los trabajadores de Guatemala.

“El pan más sabroso y la comodidad más agradable son los que se ganan con el propio sudor” Cesare Cantù