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Prevenir para NO lamentar

Betty Marroquin
13 de febrero, 2016

Qué pena seguir con este tema, pero los acontecimientos recientes no le dejan a una alternativa, porque no soy de las que cierra un ojo, no la ve venir, prefiere enterrar la cabeza cual avestruz, o cree que “eso no puede suceder”. Existen verdades que muchos piensan que es mejor no decirlas. Creo que ese es precisamente el problema fundamental en Guatemala. Somos una sociedad compleja, plena de tabúes, que frecuentemente es mezquina e hipócrita, y sobre todo muy miope. Veamos cómo estamos: 1. Por falta de visión permitimos que gente nefasta llegara a ocupar cargos de poder en el Ministerio Público, y en el Organismo Judicial. 2. Por falta de visión hemos dejado que la comunidad internacional, alimentada sólo con las mentiras de quienes viven de su buena fe (doy el beneficio de la duda), ven sólo lo que ven y nos condenan una y otra vez a pagar resarcimientos con plata que no tenemos. 3. Por falta de visión nos meten goles en Washington y Ginebra en la Organización Internacional del Trabajo. 4. Por falta de visión nos clavaron el resarcimiento de Chixoy. 5. Por falta de visión los Acuerdos de Paz se han convertido en letra más que muerta, incinerada, e inexistente. 6. Por falta de visión están siendo consideradas la nefasta Ley de Desarrollo Rural (que no es más que una reforma agraria), y la más que mediocre reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.

La izquierda ha invertido en enviar gente fuera a buscar apoyo para lograr su meta de obtener resarcimientos y condenas a granel, disfrazando su mensaje de odio y venganza por uno de sed de justicia. La palabra justicia en sí, pareciera ser más elástica que la plasticina. ¿Qué ha hecho la derecha? Nada. Si hoy día vemos esto, y se vienen en un futuro cercano persecuciones legales contra propietarios de fincas que durante la guerra y después de ella usaron medidas de fuerza para desalojar ocupaciones ilegales de su propiedad, o dueños de hidroeléctricas y minas que usaran la fuerza para defender sus inversiones y sus propiedades, que no se quejen. La miopía puede salirles muy cara.

Lo he repetido hasta la saciedad: seguir con esta mentalidad no nos llevará a nada bueno. Digamos que la izquierda gana su nueva guerra en medios y tribunales. Tendremos un país aún mas quebrado y polarizado, sin plata para nada porque debe pagar resarcimientos a granel. Meterán a militares y quizás empresarios en las cárceles para que sean asesinados allí dentro, y con eso sólo ganarán satisfacer su sed de venganza. Arruinarán la vida de más gente, todo por un odio absurdo y una visión obtusa de la justicia. Y Guatemala ¿que ganará con eso?

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En el interior los Ixchiles y otros se han manifestado contra los juicios a militares. Si esa gente, a quienes se supone que defienden las ONGs, la PDH, Yasmin Barrios, Paz y Paz, el grupo Semilla y demás buscaran oficio, dejarían de ver la polarización como beneficio, para sus bolsillos, obviamente. La gente quiere trabajo, alimento, medicinas, educación, mejores oportunidades, y seguridad. ¿Qué tienen que ver estas cazas de brujas con resolver todos esos problemas latentes y urgentes?

Nadie, absolutamente nadie, tiene el monopolio de la razón. Toda guerra tiene abusos y excesos en ambos lados. Ramón de Campoamor sabiamente nos dijo que “en este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal en que se mira”. Seguir con esta caza de brujas es prolongar un conflicto que debió terminar con los benditos Acuerdos de Paz. Es hora de lograr que tanto los Estados Unidos, como los europeos, y demás fuente de apoyo de quienes han hecho de este discurso su modus vivendi, presten oídos a lo que la mayoría de la población desea: PAZ y trabajo.

Prevenir para NO lamentar

Betty Marroquin
13 de febrero, 2016

Qué pena seguir con este tema, pero los acontecimientos recientes no le dejan a una alternativa, porque no soy de las que cierra un ojo, no la ve venir, prefiere enterrar la cabeza cual avestruz, o cree que “eso no puede suceder”. Existen verdades que muchos piensan que es mejor no decirlas. Creo que ese es precisamente el problema fundamental en Guatemala. Somos una sociedad compleja, plena de tabúes, que frecuentemente es mezquina e hipócrita, y sobre todo muy miope. Veamos cómo estamos: 1. Por falta de visión permitimos que gente nefasta llegara a ocupar cargos de poder en el Ministerio Público, y en el Organismo Judicial. 2. Por falta de visión hemos dejado que la comunidad internacional, alimentada sólo con las mentiras de quienes viven de su buena fe (doy el beneficio de la duda), ven sólo lo que ven y nos condenan una y otra vez a pagar resarcimientos con plata que no tenemos. 3. Por falta de visión nos meten goles en Washington y Ginebra en la Organización Internacional del Trabajo. 4. Por falta de visión nos clavaron el resarcimiento de Chixoy. 5. Por falta de visión los Acuerdos de Paz se han convertido en letra más que muerta, incinerada, e inexistente. 6. Por falta de visión están siendo consideradas la nefasta Ley de Desarrollo Rural (que no es más que una reforma agraria), y la más que mediocre reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.

La izquierda ha invertido en enviar gente fuera a buscar apoyo para lograr su meta de obtener resarcimientos y condenas a granel, disfrazando su mensaje de odio y venganza por uno de sed de justicia. La palabra justicia en sí, pareciera ser más elástica que la plasticina. ¿Qué ha hecho la derecha? Nada. Si hoy día vemos esto, y se vienen en un futuro cercano persecuciones legales contra propietarios de fincas que durante la guerra y después de ella usaron medidas de fuerza para desalojar ocupaciones ilegales de su propiedad, o dueños de hidroeléctricas y minas que usaran la fuerza para defender sus inversiones y sus propiedades, que no se quejen. La miopía puede salirles muy cara.

Lo he repetido hasta la saciedad: seguir con esta mentalidad no nos llevará a nada bueno. Digamos que la izquierda gana su nueva guerra en medios y tribunales. Tendremos un país aún mas quebrado y polarizado, sin plata para nada porque debe pagar resarcimientos a granel. Meterán a militares y quizás empresarios en las cárceles para que sean asesinados allí dentro, y con eso sólo ganarán satisfacer su sed de venganza. Arruinarán la vida de más gente, todo por un odio absurdo y una visión obtusa de la justicia. Y Guatemala ¿que ganará con eso?

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Nadie, absolutamente nadie, tiene el monopolio de la razón. Toda guerra tiene abusos y excesos en ambos lados. Ramón de Campoamor sabiamente nos dijo que “en este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal en que se mira”. Seguir con esta caza de brujas es prolongar un conflicto que debió terminar con los benditos Acuerdos de Paz. Es hora de lograr que tanto los Estados Unidos, como los europeos, y demás fuente de apoyo de quienes han hecho de este discurso su modus vivendi, presten oídos a lo que la mayoría de la población desea: PAZ y trabajo.