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“Corrupción, Migración, Homicidios y Biden”

Ramon Parellada
25 de febrero, 2016

Esta semana        se reunieron los presidentes del Triángulo Norte, Jimmy Morales de Guatemala, Juan Orlando Hernández de Honduras y Salvador Sánchez Cerén de El Salvador con el vicepresidente de los Estados Unidos de América Joseph Biden para seguir tocando el tema de la migración ilegal y reducir la corrupción.

         Sin embargo, no hablaron nada de uno de los más importantes temas que preocupan a los habitantes de estos tres países, la violencia homicida que sigue agobiándonos. El 2015 terminó con tasas terribles para El Salvador incrementándose aproximadamente a 110 homicidios por cada 100,000 habitantes. Una cifra de miedo que coloca a El Salvador como uno de los países más violentos del mundo. Honduras ha ido disminuyendo su tasa pero aún está muy alta. El año pasado cerró aproximadamente en 57 homicidios por cada 100,000 habitantes. En Guatemala disminuyó ligeramente la tasa a aproximadamente 30 homicidios por cada 100,000 habitantes.

         Con excepción de El Salvador, Honduras y Guatemala van disminuyendo sus tasas de homicidios pero aún están muy lejos de la tasa de homicidios de los países desarrollados. Estados Unidos, por ejemplo, tiene una tasa de 5 homicidios por cada 100,000 habitantes mientras los países de la Comunidad Económica Europea apenas llegan a 1 homicidio por cada 100,000 habitantes.

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         A Biden le interesa que ya no lleguen más migrantes ilegales a Estados Unidos.   Esa es su principal preocupación. Y si vemos las campañas de los candidatos americanos, en especial a Donald Trump, entenderemos con razón que esa preocupación es la de muchos americanos.   En lo personal creo que Trump está totalmente equivocado con el concepto de la migración y además desconoce los principios básicos de la economía. Y en general, creo que es un error de los Estados Unidos restringir tanto la migración legal que muchos arriesgan sus vidas de los países más violentos y pobres de la región para ir a buscar oportunidades de trabajo a Estados Unidos.

         Si en verdad queremos solucionar el problema de la migración debemos comenzar por disminuir en serio la tasa de homicidios que hay en el país. Esta es sólo una de las medidas de la delincuencia pero es una de las más importantes. Si disminuye la tasa de homicidios en estos países disminuirán otros hechos delictivos.   Entre las medidas que se deberían tomar es la de reforzar todo lo relacionado con Seguridad y Justicia.

No se ha priorizado en estos países lo que es Seguridad y Justicia porque los gobernantes han desviado los recursos que deberían corresponder a estas funciones hacia miles de otras funciones que ni les corresponden ni son prioritarias pero que son populistas.

Tampoco se ha tomado en serio eliminar las prohibiciones contra la producción, distribución y venta de cualquier tipo de droga (al menos podrían comenzar con la marihuana siguiendo el ejemplo que ya varios estados de los Estados Unidos han iniciado).

         Hay que atacar las causas del origen de la migración y no las consecuencias. No es colocando muros ni policías en las fronteras sino reduciendo esa violencia homicida en el país, esa incertidumbre que existe a que vengan inversiones al interior del país, la falta de reglas claras y estables para los inversionistas y en general la falta de un verdadero Estado de Derecho. Resolviendo estos temas vendrán más inversiones y se crearán más oportunidades.

         La corrupción es fácil de eliminar. Basta con eliminar tantas funciones innecesarias que el gobierno tiene en este momento y que no son prioritarias. Incluso se deberían eliminar las aduanas y todos los aranceles y barreras no arancelarias. No sólo se eliminaría uno de los focos más grandes de corrupción sino que se mejoraría inmediatamente el nivel de vida de todos los guatemaltecos. Además, para quienes han estado pidiendo que se devalúe el Quetzal, ésta sería una forma sana de incrementar la demanda de dólares ya que al haber más productos baratos del exterior se incrementaría la demanda de dólares y el tipo de cambio se ajustaría a la nueva situación de oferta y demanda de divisas.

         En fin, el mensaje es claro. En estos países del Triángulo Norte existe demasiada violencia, delincuencia y falta de reglas claras debido a que nuestro sistema de seguridad y justicia es precario y no hay un verdadero Estado de Derecho en el que se garanticen los derechos de todos los ciudadanos de estos países. Esto impide el establecimiento de nuevas inversiones de capitales que permitan incrementar la productividad y la creación de riqueza con más oportunidades para todos los habitantes de la región.   Si atacamos las causas cosecharemos pronto los resultados que tanto esperamos. Está en nuestras manos, no en las de Estados Unidos.

 

“Corrupción, Migración, Homicidios y Biden”

Ramon Parellada
25 de febrero, 2016

Esta semana        se reunieron los presidentes del Triángulo Norte, Jimmy Morales de Guatemala, Juan Orlando Hernández de Honduras y Salvador Sánchez Cerén de El Salvador con el vicepresidente de los Estados Unidos de América Joseph Biden para seguir tocando el tema de la migración ilegal y reducir la corrupción.

         Sin embargo, no hablaron nada de uno de los más importantes temas que preocupan a los habitantes de estos tres países, la violencia homicida que sigue agobiándonos. El 2015 terminó con tasas terribles para El Salvador incrementándose aproximadamente a 110 homicidios por cada 100,000 habitantes. Una cifra de miedo que coloca a El Salvador como uno de los países más violentos del mundo. Honduras ha ido disminuyendo su tasa pero aún está muy alta. El año pasado cerró aproximadamente en 57 homicidios por cada 100,000 habitantes. En Guatemala disminuyó ligeramente la tasa a aproximadamente 30 homicidios por cada 100,000 habitantes.

         Con excepción de El Salvador, Honduras y Guatemala van disminuyendo sus tasas de homicidios pero aún están muy lejos de la tasa de homicidios de los países desarrollados. Estados Unidos, por ejemplo, tiene una tasa de 5 homicidios por cada 100,000 habitantes mientras los países de la Comunidad Económica Europea apenas llegan a 1 homicidio por cada 100,000 habitantes.

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         A Biden le interesa que ya no lleguen más migrantes ilegales a Estados Unidos.   Esa es su principal preocupación. Y si vemos las campañas de los candidatos americanos, en especial a Donald Trump, entenderemos con razón que esa preocupación es la de muchos americanos.   En lo personal creo que Trump está totalmente equivocado con el concepto de la migración y además desconoce los principios básicos de la economía. Y en general, creo que es un error de los Estados Unidos restringir tanto la migración legal que muchos arriesgan sus vidas de los países más violentos y pobres de la región para ir a buscar oportunidades de trabajo a Estados Unidos.

         Si en verdad queremos solucionar el problema de la migración debemos comenzar por disminuir en serio la tasa de homicidios que hay en el país. Esta es sólo una de las medidas de la delincuencia pero es una de las más importantes. Si disminuye la tasa de homicidios en estos países disminuirán otros hechos delictivos.   Entre las medidas que se deberían tomar es la de reforzar todo lo relacionado con Seguridad y Justicia.

No se ha priorizado en estos países lo que es Seguridad y Justicia porque los gobernantes han desviado los recursos que deberían corresponder a estas funciones hacia miles de otras funciones que ni les corresponden ni son prioritarias pero que son populistas.

Tampoco se ha tomado en serio eliminar las prohibiciones contra la producción, distribución y venta de cualquier tipo de droga (al menos podrían comenzar con la marihuana siguiendo el ejemplo que ya varios estados de los Estados Unidos han iniciado).

         Hay que atacar las causas del origen de la migración y no las consecuencias. No es colocando muros ni policías en las fronteras sino reduciendo esa violencia homicida en el país, esa incertidumbre que existe a que vengan inversiones al interior del país, la falta de reglas claras y estables para los inversionistas y en general la falta de un verdadero Estado de Derecho. Resolviendo estos temas vendrán más inversiones y se crearán más oportunidades.

         La corrupción es fácil de eliminar. Basta con eliminar tantas funciones innecesarias que el gobierno tiene en este momento y que no son prioritarias. Incluso se deberían eliminar las aduanas y todos los aranceles y barreras no arancelarias. No sólo se eliminaría uno de los focos más grandes de corrupción sino que se mejoraría inmediatamente el nivel de vida de todos los guatemaltecos. Además, para quienes han estado pidiendo que se devalúe el Quetzal, ésta sería una forma sana de incrementar la demanda de dólares ya que al haber más productos baratos del exterior se incrementaría la demanda de dólares y el tipo de cambio se ajustaría a la nueva situación de oferta y demanda de divisas.

         En fin, el mensaje es claro. En estos países del Triángulo Norte existe demasiada violencia, delincuencia y falta de reglas claras debido a que nuestro sistema de seguridad y justicia es precario y no hay un verdadero Estado de Derecho en el que se garanticen los derechos de todos los ciudadanos de estos países. Esto impide el establecimiento de nuevas inversiones de capitales que permitan incrementar la productividad y la creación de riqueza con más oportunidades para todos los habitantes de la región.   Si atacamos las causas cosecharemos pronto los resultados que tanto esperamos. Está en nuestras manos, no en las de Estados Unidos.