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Palomo: “La pena de muerte es para castigar, no para disuadir”

Allan Martinez
03 de marzo, 2016

La última vez que se aplicó la pena de muerte fue durante el gobierno de Alfonso Portillo, cuando un reo fue ejecutado por inyección letal. El camino hacia la aplicación de este castigo está empantanado en la actualidad porque el Congreso todavía no define quién debe dar el indulto. El Organismo Legislativo le quitó esa facultad a Portillo, quien en los primeros meses de su administración tuvo que negar el indulto y asumir la carga moral ante la sentencia de los tribunales.

Lucrecia Marroquín de Palomo ha reavivado el tema de la aplicación de la pena de muerte en Guatemala. Quiere desemtrampar el proceso y hacer valer el estado de derecho para que el sistema de justicia aplique el castigo sin miedo a intervenciones internacionales.

¿Por qué debe reactivarse la pena de muerte?

Lo que hicimos fue buscar que se cumpla el estado de Derecho. Guatemala es una república y sus estructuras están basadas en las leyes, entonces la pena de muerte es parte del ordenamiento jurídico. En la Constitución de la República y en el Código Penal, está claro que este castigo es parte de una sentencia para ciertos reos encontrados culpables de al menos siete delitos que estipula la aplicación de esta pena.

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Fuimos a pedir al Congreso que se completara la última fase de la pena de muerte, pues al principio el reo tiene varias etapas para llegar al debate. Empieza con la primera instancia y segunda instancia, hasta llegar a casación. En la última instancia el reo tiene la posibilidad y el derecho de pedir al Presidente de la República que se le indulte.

Aquí es donde está el problema: Ver video

 

¿Quién debe dar el indulto? Ver video
Existe una discusión en torno al tema entre las organizaciones de Derechos Humanos porque la muerte no es un disuasivo para aplicarla en este momento y bajar la criminalidad. ¿Qué opinión le merece esto?

Cuando el Código Penal habla de la pena de muerte no se refiere a disuasivos, habla de una pena. Una pena para aquellas personas que le han quitado la vida a otras. Lo que pasa es que esta discusión es a nivel internacional y son estas organizaciones de derechos humanos, apoyados por Onegés que viven de la discordia mundial. Ellos aducen que en todos los países del mundo ya fue abolida y va contra los derechos humanos de la persona que se va a ejecutar. Tienen muchos argumentos sobre todo a nivel internacional y muchos de ellos falaces. Se dice que la pena de muerte ya no existe en los países desarrollados, pero ellos la tuvieron en su momento, es decir, cuando estaban en vías de desarrollo y necesitaron fortalecer sus estructuras e instituciones como la educación, la justicia y el sistema penitenciario. Ahora ya no la tienen, pero vaya a ver sus escuelas, sistema judicial, sistemas carcelarios y ya no la necesitan más. Claro, ellos pasaron por este proceso y no nos están dejando pasar a nosotros por él. Quieren que nos brinquemos esas etapas y de la noche a la mañana digamos: ´Bueno ya no hay abolición´. Por eso América Latina es un caos y es porque estos países desarrollados no la han dejado pasar por estos procesos que necesitamos pasar para llegar al sueño de todos, vivir en un país desarrollado.

Entonces ¿con la pena de muerte bajan los niveles de criminalidad?

Las organizaciones de Derechos Humanos dicen que no. Hay algunos países desarrollados que tienen la pena de muerte. En Estados Unidos son pocos los estados donde se aplica. ¿Se acuerda del señor de Oklahoma que puso una bomba en el edificio federal? La pena de muerte se aplicó en ese caso por la Ley Federal, porque en Oklahoma ya no hay pena de muerte. Entonces lo que hicieron, en algunos estados, es juzgarlos por leyes federales, como por ejemplo el terrorista que puso la bomba en Boston que no fue juzgado por leyes estatales, fue´por orden federal. En Estados Unidos hay pena de muerte, lo que pasa es que “nos quieren asustar con el petate del muerto”.

Otro país que es muy interesante, es Japón y ahí sí hay pena de muerte. Solo con el último Primer Ministro se han ejecutado a 14 personas. El diciembre hubo dos que fueron ahorcados. La pena de muerte no disminuye la violencia. En Japón la tasa de homicidios es de 0.4 por ciento por cada 100 mil habitantes. EEUU la tiene en 4.7 por ciento. Arabia Saudita 1 por ciento, mientras que en China es 1 por ciento y en Irán 3 por ciento, en tanto que en Guatemala es de 39. Sí, hay una baja.

Realmente este estudio no lo han hecho porque no les conviene. En Canadá crece la presión porque se vuelva aplicar la pena de muerte. El primer ministro, Stephen Harper, dijo: ´Pienso que algunas veces la pena de muerte es apropiada´. En Canadá se ha incrementado la violencia y los homicidios y cada vez hay más saña contra las víctimas. También mencionan a Sudáfrica que tiene una historia muy compleja. Mandela vino a hacer un cambio extraordinario en el país y en ese momento se quita la pena  de muerte, pero el 22 de abril del 2015, los sudafricanos estaban solicitándola. No es como quieren decir estas comisiones internacionales, que en los países donde ya se abolió no se quiere volver a ella. Al contrario, todos piden la pena muerte porque es una necesidad que la pide la mayoría de ciudadanos porque quita del ambiente a personas que van a cometer este tipo de asesinatos.

Hay un estudio muy interesante donde en 2007 Roy Atlel y Mitchell Summers, de la Universidad de Pepperdine, indican que existe una correlación con la disminución de 74 muertos por cada persona que se le aplica la pena de muerte. Sí hay estudios y sí baja, lo que pasa es que éstas organizaciones viven de la confusión y me imagino que han de estar muy contentas porque al surgir esto en Guatemala, ellos pueden recaudar más dinero a nivel internacional para sus arcas propias.

El debate ha sido profundo por parte de estas organizaciones que trajeron a la comisionada internacional, ¿cuál es el mensaje que le daría a ellos?, porque usted habla del intervencionismo en Guatemala, ¿cómo podemos ver eso?

Somos un país libre soberano e independiente y lo dice nuestra Constitución Política. Ver sentado al embajador de EEUU, como a otros embajadores en nuestros juicios, en una guerra que fue de ellos y duró más de 30 años. No fue un conflicto nuestro, fue una guerra que le defendimos a EEUU su territorio. Estados Unidos entrenaron a nuestros militares en sus tierras, pero ahora se ponen la sotana blanca y vienen a decir que somos unos salvajes cuando realmente ellos son los que nos involucran en sus cuestiones internas de soberanía de libertad y encima de todo creo, en lo personal, me molestó mucho que una española, porque acuérdese que somos el producto de España, fuimos conquistados por ellos y no respetaron nuestra cultura, nuestra gente. Ellos acabaron con nosotros y solo porque somos luchadores, estamos acá. Mucho de nuestras instituciones corruptas se las debemos a los españoles, porque ellos eran corruptos, entonces creo que la señora Asunta Vivó, (Comisión Internacional contra la Pena de Muerte), debe quedarse en su país y dejarnos esta discusión a los guatemaltecos, porque es una nuestra discusión.

¿Cómo debería de aprobarse la pena de muerte?

Debería de ser aprobada de urgencia nacional con 105 votos en el Congreso, de no ser así seguirá su curso, ser leída, pasar a comisión, visto bueno al pleno, se discute, primera, segunda y tercera lectura, y después es ley.

¿Habría otro mecanismo legal o se puede tomar en cuenta la consulta popular para saber si los guatemaltecos tenemos la decisión?

Yo le decía a la señora Vivó, en vez de estar gastando tanto en las Oenegés, por qué no nos financiaban una consulta popular y le preguntaran a la población ¿Qué queremos nosotros? Actualmente las encuestas están hablando de un promedio de 85 por ciento de aceptación.

Si ellos están interesados en el desarrollo de nuestro, país pues que le pregunten a la población. No vamos a estar ejecutando por ejecutar a todo aquel que se nos ponga enfrente, para eso están las leyes, los procesos y el Código Penal. Me llama mucho la atención que sea la ODHA quien más está promocionando esto. Ver video


¿Usted no cree que esto se aplica? Lo que dice el Papa Francisco en el Año de la Misericordia, que empezó en noviembre de 2015 y termina en septiembre de 2016, subraya que no se ejecute la pena, pero no dice que no se ejecute porque sabe que está en el catecismo de la Iglesia Católica.

Muchos han seguido detenidamente el caso del asesinato de su esposo, el abogado Francisco Palomo y se puede pensar que esto se plantea desde el dolor de una pérdida.

Es interesante porque los grandes hechos de este mundo siempre nacen de una pena. Yo le puedo decir que no estoy haciendo esto por venganza, lo hago por dolor. En lo personal, como a mi familia, no nos importaría que estas personas no fueran ejecutadas, pero como guatemalteca quiero que todo aquel que vaya a cometer un acto de sicariato piense que también puede ser ejecutado. Por eso lo estoy haciendo, porque me duele el alma cada fotografía publicada y una familia está llorando encima del cadáver de quien acaban de asesinar unos sicarios. Es un dolor el que me mueve, sí, pero no es venganza.

¿Cuáles son los delitos en los cuales se aplica la pena de muerte?

Parricidio, magnicidio, homicidio con ciertas características y uno de ellos es la premeditación. Los sicarios trabajan por mandato, por dinero y buscan y cazan a su víctima. La siguen por un intervalo de tiempo; a mi esposo lo siguieron por un mes. Ellos saben cuáles son sus puntos débiles, cuál es su rutina, por eso está estipulado en el Código Penal que existe la pena de muerte. El sicariato no existe en el Código Penal, pero la forma que opera un sicario sí está contemplada dentro de la norma del código.Dentro del planteamiento que ustedes hacen, ¿incluyen algún otro?

Guatemala firmó el convenio de San José que indica muy bien en el artículo 4, que todos los países que en el momento de firmar el convenio, tengan dentro de su legislación la pena de muerte, la continuarán, pero no pueden agregar ningún delito o figura delictiva a la pena de muerte. Es mentira que hayamos pedido la Ley del Sicariato, simplemente pedimos que se cumpla el Código Penal, el cual estipula el tipo de asesinatos que llevan a cabo los sicarios.

CON INFORMACIÓN DE: EDER JUÁREZ

Palomo: “La pena de muerte es para castigar, no para disuadir”

Allan Martinez
03 de marzo, 2016

La última vez que se aplicó la pena de muerte fue durante el gobierno de Alfonso Portillo, cuando un reo fue ejecutado por inyección letal. El camino hacia la aplicación de este castigo está empantanado en la actualidad porque el Congreso todavía no define quién debe dar el indulto. El Organismo Legislativo le quitó esa facultad a Portillo, quien en los primeros meses de su administración tuvo que negar el indulto y asumir la carga moral ante la sentencia de los tribunales.

Lucrecia Marroquín de Palomo ha reavivado el tema de la aplicación de la pena de muerte en Guatemala. Quiere desemtrampar el proceso y hacer valer el estado de derecho para que el sistema de justicia aplique el castigo sin miedo a intervenciones internacionales.

¿Por qué debe reactivarse la pena de muerte?

Lo que hicimos fue buscar que se cumpla el estado de Derecho. Guatemala es una república y sus estructuras están basadas en las leyes, entonces la pena de muerte es parte del ordenamiento jurídico. En la Constitución de la República y en el Código Penal, está claro que este castigo es parte de una sentencia para ciertos reos encontrados culpables de al menos siete delitos que estipula la aplicación de esta pena.

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Fuimos a pedir al Congreso que se completara la última fase de la pena de muerte, pues al principio el reo tiene varias etapas para llegar al debate. Empieza con la primera instancia y segunda instancia, hasta llegar a casación. En la última instancia el reo tiene la posibilidad y el derecho de pedir al Presidente de la República que se le indulte.

Aquí es donde está el problema: Ver video

 

¿Quién debe dar el indulto? Ver video
Existe una discusión en torno al tema entre las organizaciones de Derechos Humanos porque la muerte no es un disuasivo para aplicarla en este momento y bajar la criminalidad. ¿Qué opinión le merece esto?

Cuando el Código Penal habla de la pena de muerte no se refiere a disuasivos, habla de una pena. Una pena para aquellas personas que le han quitado la vida a otras. Lo que pasa es que esta discusión es a nivel internacional y son estas organizaciones de derechos humanos, apoyados por Onegés que viven de la discordia mundial. Ellos aducen que en todos los países del mundo ya fue abolida y va contra los derechos humanos de la persona que se va a ejecutar. Tienen muchos argumentos sobre todo a nivel internacional y muchos de ellos falaces. Se dice que la pena de muerte ya no existe en los países desarrollados, pero ellos la tuvieron en su momento, es decir, cuando estaban en vías de desarrollo y necesitaron fortalecer sus estructuras e instituciones como la educación, la justicia y el sistema penitenciario. Ahora ya no la tienen, pero vaya a ver sus escuelas, sistema judicial, sistemas carcelarios y ya no la necesitan más. Claro, ellos pasaron por este proceso y no nos están dejando pasar a nosotros por él. Quieren que nos brinquemos esas etapas y de la noche a la mañana digamos: ´Bueno ya no hay abolición´. Por eso América Latina es un caos y es porque estos países desarrollados no la han dejado pasar por estos procesos que necesitamos pasar para llegar al sueño de todos, vivir en un país desarrollado.

Entonces ¿con la pena de muerte bajan los niveles de criminalidad?

Las organizaciones de Derechos Humanos dicen que no. Hay algunos países desarrollados que tienen la pena de muerte. En Estados Unidos son pocos los estados donde se aplica. ¿Se acuerda del señor de Oklahoma que puso una bomba en el edificio federal? La pena de muerte se aplicó en ese caso por la Ley Federal, porque en Oklahoma ya no hay pena de muerte. Entonces lo que hicieron, en algunos estados, es juzgarlos por leyes federales, como por ejemplo el terrorista que puso la bomba en Boston que no fue juzgado por leyes estatales, fue´por orden federal. En Estados Unidos hay pena de muerte, lo que pasa es que “nos quieren asustar con el petate del muerto”.

Otro país que es muy interesante, es Japón y ahí sí hay pena de muerte. Solo con el último Primer Ministro se han ejecutado a 14 personas. El diciembre hubo dos que fueron ahorcados. La pena de muerte no disminuye la violencia. En Japón la tasa de homicidios es de 0.4 por ciento por cada 100 mil habitantes. EEUU la tiene en 4.7 por ciento. Arabia Saudita 1 por ciento, mientras que en China es 1 por ciento y en Irán 3 por ciento, en tanto que en Guatemala es de 39. Sí, hay una baja.

Realmente este estudio no lo han hecho porque no les conviene. En Canadá crece la presión porque se vuelva aplicar la pena de muerte. El primer ministro, Stephen Harper, dijo: ´Pienso que algunas veces la pena de muerte es apropiada´. En Canadá se ha incrementado la violencia y los homicidios y cada vez hay más saña contra las víctimas. También mencionan a Sudáfrica que tiene una historia muy compleja. Mandela vino a hacer un cambio extraordinario en el país y en ese momento se quita la pena  de muerte, pero el 22 de abril del 2015, los sudafricanos estaban solicitándola. No es como quieren decir estas comisiones internacionales, que en los países donde ya se abolió no se quiere volver a ella. Al contrario, todos piden la pena muerte porque es una necesidad que la pide la mayoría de ciudadanos porque quita del ambiente a personas que van a cometer este tipo de asesinatos.

Hay un estudio muy interesante donde en 2007 Roy Atlel y Mitchell Summers, de la Universidad de Pepperdine, indican que existe una correlación con la disminución de 74 muertos por cada persona que se le aplica la pena de muerte. Sí hay estudios y sí baja, lo que pasa es que éstas organizaciones viven de la confusión y me imagino que han de estar muy contentas porque al surgir esto en Guatemala, ellos pueden recaudar más dinero a nivel internacional para sus arcas propias.

El debate ha sido profundo por parte de estas organizaciones que trajeron a la comisionada internacional, ¿cuál es el mensaje que le daría a ellos?, porque usted habla del intervencionismo en Guatemala, ¿cómo podemos ver eso?

Somos un país libre soberano e independiente y lo dice nuestra Constitución Política. Ver sentado al embajador de EEUU, como a otros embajadores en nuestros juicios, en una guerra que fue de ellos y duró más de 30 años. No fue un conflicto nuestro, fue una guerra que le defendimos a EEUU su territorio. Estados Unidos entrenaron a nuestros militares en sus tierras, pero ahora se ponen la sotana blanca y vienen a decir que somos unos salvajes cuando realmente ellos son los que nos involucran en sus cuestiones internas de soberanía de libertad y encima de todo creo, en lo personal, me molestó mucho que una española, porque acuérdese que somos el producto de España, fuimos conquistados por ellos y no respetaron nuestra cultura, nuestra gente. Ellos acabaron con nosotros y solo porque somos luchadores, estamos acá. Mucho de nuestras instituciones corruptas se las debemos a los españoles, porque ellos eran corruptos, entonces creo que la señora Asunta Vivó, (Comisión Internacional contra la Pena de Muerte), debe quedarse en su país y dejarnos esta discusión a los guatemaltecos, porque es una nuestra discusión.

¿Cómo debería de aprobarse la pena de muerte?

Debería de ser aprobada de urgencia nacional con 105 votos en el Congreso, de no ser así seguirá su curso, ser leída, pasar a comisión, visto bueno al pleno, se discute, primera, segunda y tercera lectura, y después es ley.

¿Habría otro mecanismo legal o se puede tomar en cuenta la consulta popular para saber si los guatemaltecos tenemos la decisión?

Yo le decía a la señora Vivó, en vez de estar gastando tanto en las Oenegés, por qué no nos financiaban una consulta popular y le preguntaran a la población ¿Qué queremos nosotros? Actualmente las encuestas están hablando de un promedio de 85 por ciento de aceptación.

Si ellos están interesados en el desarrollo de nuestro, país pues que le pregunten a la población. No vamos a estar ejecutando por ejecutar a todo aquel que se nos ponga enfrente, para eso están las leyes, los procesos y el Código Penal. Me llama mucho la atención que sea la ODHA quien más está promocionando esto. Ver video


¿Usted no cree que esto se aplica? Lo que dice el Papa Francisco en el Año de la Misericordia, que empezó en noviembre de 2015 y termina en septiembre de 2016, subraya que no se ejecute la pena, pero no dice que no se ejecute porque sabe que está en el catecismo de la Iglesia Católica.

Muchos han seguido detenidamente el caso del asesinato de su esposo, el abogado Francisco Palomo y se puede pensar que esto se plantea desde el dolor de una pérdida.

Es interesante porque los grandes hechos de este mundo siempre nacen de una pena. Yo le puedo decir que no estoy haciendo esto por venganza, lo hago por dolor. En lo personal, como a mi familia, no nos importaría que estas personas no fueran ejecutadas, pero como guatemalteca quiero que todo aquel que vaya a cometer un acto de sicariato piense que también puede ser ejecutado. Por eso lo estoy haciendo, porque me duele el alma cada fotografía publicada y una familia está llorando encima del cadáver de quien acaban de asesinar unos sicarios. Es un dolor el que me mueve, sí, pero no es venganza.

¿Cuáles son los delitos en los cuales se aplica la pena de muerte?

Parricidio, magnicidio, homicidio con ciertas características y uno de ellos es la premeditación. Los sicarios trabajan por mandato, por dinero y buscan y cazan a su víctima. La siguen por un intervalo de tiempo; a mi esposo lo siguieron por un mes. Ellos saben cuáles son sus puntos débiles, cuál es su rutina, por eso está estipulado en el Código Penal que existe la pena de muerte. El sicariato no existe en el Código Penal, pero la forma que opera un sicario sí está contemplada dentro de la norma del código.Dentro del planteamiento que ustedes hacen, ¿incluyen algún otro?

Guatemala firmó el convenio de San José que indica muy bien en el artículo 4, que todos los países que en el momento de firmar el convenio, tengan dentro de su legislación la pena de muerte, la continuarán, pero no pueden agregar ningún delito o figura delictiva a la pena de muerte. Es mentira que hayamos pedido la Ley del Sicariato, simplemente pedimos que se cumpla el Código Penal, el cual estipula el tipo de asesinatos que llevan a cabo los sicarios.

CON INFORMACIÓN DE: EDER JUÁREZ