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Ley de Tarjetas de Crédito: 10 cosas que cambiarán el 8 de marzo

Allan Martinez
04 de marzo, 2016

En Guatemala hay cerca de un millón de usuarios que deberán tomar en cuenta estas indicaciones generales que se aplicarán a las tarjetas de crédito a partir del martes 8 marzo, cuando cobrará vigencia la nueva normativa.

La Asociación de Emisores de Medios de Pago de Guatemala, (AEMPG), se prepara para incalculables pérdidas de dinero y de clientes. El impacto que tendrá dicha ley a nivel macroeconómico será desde la baja en el nivel de consumo por esta vía y el incremento de circulación de más dinero en la calle. A nivel del usuario, tendrá menos intereses en sus cuotas y deberá aprender a usar mejor esta facilidad de pago.

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Para el presidente de la AEMPG, Juan Bernardo Rivera, la Ley de Tarjetas de Crédito viene a retroceder la bancarización del país, a reducir el mercado del “plástico” y el consumo de las familias, así como a incrementar el uso del dinero en efectivo y, por lo tanto, los riesgos que acompañan a una sociedad como la guatemalteca.

¿Qué impacto tendrá en la economía nacional la Ley de Tarjetas de Crédito?

Es muy complejo. Partamos de la ley de la oferta y la demanda. La economía dice que al momento de poner precios topes se reduce la oferta en el mercado y eso es certero. Se ha visto en otros países de Latinoamérica, como Perú, en donde se ha contraído la industria. Hay comentarios en el mercado indicando que ahora, con tasa más baja, el usuario las usará más y quiero hacer un paréntesis a ese comentario.

La tasa que se puso está por debajo de los costos de las tarjetas de crédito. Hoy en día las tarjetas de crédito tienen tres costos: el financiero, es decir, el dinero que se presta. Segundo, el costo operativo; una red de POS, para que en el interior o cualquier lugar le acepten una tarjeta. Imagínese la infraestructura que hay que tener. Va al extranjero y puede usar su tarjeta. Hace dos años la industria invirtió una gran cantidad de dinero para hacer las tarjetas más seguras e introducir el chip. Son costos que no son palpables para el usuario y son costos en los que también estamos incurriendo. Y tercero, el costo de riesgo. A mayor riesgo, debe ser mayor la tasa y ahora que nos bajan la tasa ya no podemos asumir el riesgo como antes. Antes podíamos ser permisibles a dar tarjetas a pequeños empresarios que inician con sus ingresos y ahora ya no se podrá. Un estudiante que quería usar una tarjeta, ahora se le va a negar porque es una persona de mayor riesgo. No es lo mismo una persona que ya está estable en su trabajo, que una persona que está empezando. Se va a reducir el mercado y por el otro lado, con los clientes actuales, tenemos el tema que hay clientes que les podíamos dar un límite de crédito y ahora no se lo podemos dar. La oferta se va a contraer y por consiguiente se va reducir el consumo. Se puede usar el dinero para consumo, pero  representará un riesgo, ya que una tarjeta representaba seguridad. Hay emergencias que se suplen, por ejemplo, con las cuotas. La posibilidad de comprar un electrodoméstico con una tarjeta y con las cuotas la pudo pagar perfectamente.  Y hay casos necesarios como las medicinas.

Todos los países avanzados tratan de bancarizar a su sociedad, en cambio aquí los estamos alejando del sistema formal. Como empresa tiene dos opciones: tratar de seguir operando bajo las mismas condiciones, y la otra salir del mercado y lo que se está tratando es adaptarse. Es muy difícil seguir igual, ahora que fuimos intervenidos.

Uno de los servicios más inmediatos por parte de los bancos es el extrafinanciamiento y las llamadas visacuotas. Después de un tiempo prudencial y que se realicen algunos estudios, ¿creen que se vuelvan a incorporar estas facilidades al consumidor en vez que sean los comercios los que aprovechen esta facilidad?

Ya lo hacen. Cada emisor evaluará sus alternativas de regresar con la parte de cuotas, pero no se puede regresar con las mismas condiciones. No podemos pretender seguir igual, después que se pusieron precios topes y otras limitaciones.

En la actualidad a una persona de primer ingreso se le da un límite bajo y conforme vamos, crece y si está pagando bien, quiere decir que el límite que se le dio ya le quedó corto. Mirábamos su comportamiento y le incrementábamos su límite de crédito. Ahora ya no podemos hacer eso. Para dar un aumento no lo podemos hacer si un cliente no nos demuestra cuáles son sus ingresos, porque no podemos darle el doble de sus ingresos, como límite de crédito.

¿No cree que con esta regulación, los usuarios aprenderán a usar una tarjeta de crédito de mejor manera?

Yo le hago otra pregunta: ¿Será ésta la mejor manera que aprenda a usar una tarjeta? Estamos de acuerdo con una regulación, una que dé reglas claras, tanto al tarjetahabiente como al emisor. Ha habido abusos, en especial en la parte de cobros, por eso la regulación es buena y es sana, siempre y cuando forme un ambiente de crecimiento de ambos lados. Ser transparente con el tarjetahabiente para que desde el principio sepa, el tipo de la tarjeta y qué tasa de interés se le está cobrando. Si el usuario no quiere que se le cobre cierta cantidad, no se le cobra y con esa información, el cliente puede tomar la decisión que le convenga. Entre más informada esté una persona, mejores decisiones tomará.

Como industria apuntamos a un cliente más informado, pero no por medio de poner precios tope y un proteccionismo al usuario. Se habla del hostigamiento en el cobro, esa parte de la ley es muy positiva, pero hay 1 millón de tarjetahabientes y un 4 por ciento está en mora y el otro 96 por ciento está bien. Con la protección a pocos, se perjudica al resto. Todos, como industria, no podemos quedar bien con el 100 por ciento de nuestros clientes por los problemas que suceden. Pero si nosotros como industria estamos cumpliendo con el 96 por ciento de tarjetahabientes, estamos muy bien.

¿Qué desventajas tendrá el usuario de tarjetas con esta ley?

Habrá restricción al crédito, y por el tema riesgo habrá menos gente que tenga acceso a tarjetas de crédito. El cliente tendrá que buscar otra manera de financiamiento y se irá a otro mercado menos favorable. Se reducirán o eliminarán los beneficios, es decir, los desayunos, millas, descuentos, etcétera, y será decisión de cada emisor qué incentivos ofrece. Habrá más efectivo en la calle y por motivos de seguridad, no es lo mismo que ande con una tarjeta, que con efectivo.

Esto representa pérdidas para las empresas emisoras, ¿a cuánto ascienden en todo el sistema, hay un dato aproximado?

Es un impacto muy fuerte. No tengo el dato preciso.

Cuando entre en vigencia la ley, ¿acudirán de nuevo a la Corte de Constitucionalidad y cuáles serían sus argumentos?
Cuando la tarjeta rebase su monto asignado, la van a bloquear o se ampliará el crédito

Dependerá de cada emisor si bloquea la tarjeta o le amplia el crédito. Decirle una postura como industria, no sería lo correcto.

Pero, por ejemplo, no le parece dañino que se amplíe el crédito del tarjetahabiente sin avisarle, porque puede llegar un momento que se endeude tanto que no pueda pagar

Es de puntos de vista. Hay que entender el rol de la tarjeta de crédito. Es diferente a un crédito de consumo. Supongamos  que el usuario se quedó sin trabajo y el tarjetahabiente nunca se acerca con nosotros para devolver la tarjeta porque ya no puede pagarla y en vez de decirnos: ´Miren señores me quedé sin trabajo y no puedo pagar la tarjeta porque no voy a tener ingresos ahorita´, lo que hace es usar su tarjeta de crédito, mientras consigue otro trabajo. Entonces, la persona, por razones de fuerza mayor se empieza a endeudar y obviamente llega a esos límites. Por eso le vuelvo a repetir la pregunta ¿será que con la ley fue la mejor forma de ver ese tema? Mi respuesta es no. Tiene que haber educación financiera. El cliente tiene que estar mejor informado, pero todos los clientes tenemos nuestro criterio, podemos tomar las decisiones que mejor nos competan.

¿Por qué será que el cliente cuando tiene una crisis no se acerca al banco?

Un temor, por ejemplo, puede ser que le quiten la tarjeta. Hay varias razones por las que no lo hace. La gente no tiene costumbre de seguros, pero todos somos sujetos que nos pase de una forma u otra.

¿Se puede renegociar una deuda de extrafinanciamiento con las leyes que están a punto de entrar en vigencia?

La ley no es retroactiva. Si usted tenía un acuerdo de pago establecido se respeta. Hay opciones que se pueden hacer, pero depende de cada emisor.

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Ley de Tarjetas de Crédito: 10 cosas que cambiarán el 8 de marzo

Allan Martinez
04 de marzo, 2016

En Guatemala hay cerca de un millón de usuarios que deberán tomar en cuenta estas indicaciones generales que se aplicarán a las tarjetas de crédito a partir del martes 8 marzo, cuando cobrará vigencia la nueva normativa.

La Asociación de Emisores de Medios de Pago de Guatemala, (AEMPG), se prepara para incalculables pérdidas de dinero y de clientes. El impacto que tendrá dicha ley a nivel macroeconómico será desde la baja en el nivel de consumo por esta vía y el incremento de circulación de más dinero en la calle. A nivel del usuario, tendrá menos intereses en sus cuotas y deberá aprender a usar mejor esta facilidad de pago.

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Para el presidente de la AEMPG, Juan Bernardo Rivera, la Ley de Tarjetas de Crédito viene a retroceder la bancarización del país, a reducir el mercado del “plástico” y el consumo de las familias, así como a incrementar el uso del dinero en efectivo y, por lo tanto, los riesgos que acompañan a una sociedad como la guatemalteca.

¿Qué impacto tendrá en la economía nacional la Ley de Tarjetas de Crédito?

Es muy complejo. Partamos de la ley de la oferta y la demanda. La economía dice que al momento de poner precios topes se reduce la oferta en el mercado y eso es certero. Se ha visto en otros países de Latinoamérica, como Perú, en donde se ha contraído la industria. Hay comentarios en el mercado indicando que ahora, con tasa más baja, el usuario las usará más y quiero hacer un paréntesis a ese comentario.

La tasa que se puso está por debajo de los costos de las tarjetas de crédito. Hoy en día las tarjetas de crédito tienen tres costos: el financiero, es decir, el dinero que se presta. Segundo, el costo operativo; una red de POS, para que en el interior o cualquier lugar le acepten una tarjeta. Imagínese la infraestructura que hay que tener. Va al extranjero y puede usar su tarjeta. Hace dos años la industria invirtió una gran cantidad de dinero para hacer las tarjetas más seguras e introducir el chip. Son costos que no son palpables para el usuario y son costos en los que también estamos incurriendo. Y tercero, el costo de riesgo. A mayor riesgo, debe ser mayor la tasa y ahora que nos bajan la tasa ya no podemos asumir el riesgo como antes. Antes podíamos ser permisibles a dar tarjetas a pequeños empresarios que inician con sus ingresos y ahora ya no se podrá. Un estudiante que quería usar una tarjeta, ahora se le va a negar porque es una persona de mayor riesgo. No es lo mismo una persona que ya está estable en su trabajo, que una persona que está empezando. Se va a reducir el mercado y por el otro lado, con los clientes actuales, tenemos el tema que hay clientes que les podíamos dar un límite de crédito y ahora no se lo podemos dar. La oferta se va a contraer y por consiguiente se va reducir el consumo. Se puede usar el dinero para consumo, pero  representará un riesgo, ya que una tarjeta representaba seguridad. Hay emergencias que se suplen, por ejemplo, con las cuotas. La posibilidad de comprar un electrodoméstico con una tarjeta y con las cuotas la pudo pagar perfectamente.  Y hay casos necesarios como las medicinas.

Todos los países avanzados tratan de bancarizar a su sociedad, en cambio aquí los estamos alejando del sistema formal. Como empresa tiene dos opciones: tratar de seguir operando bajo las mismas condiciones, y la otra salir del mercado y lo que se está tratando es adaptarse. Es muy difícil seguir igual, ahora que fuimos intervenidos.

Uno de los servicios más inmediatos por parte de los bancos es el extrafinanciamiento y las llamadas visacuotas. Después de un tiempo prudencial y que se realicen algunos estudios, ¿creen que se vuelvan a incorporar estas facilidades al consumidor en vez que sean los comercios los que aprovechen esta facilidad?

Ya lo hacen. Cada emisor evaluará sus alternativas de regresar con la parte de cuotas, pero no se puede regresar con las mismas condiciones. No podemos pretender seguir igual, después que se pusieron precios topes y otras limitaciones.

En la actualidad a una persona de primer ingreso se le da un límite bajo y conforme vamos, crece y si está pagando bien, quiere decir que el límite que se le dio ya le quedó corto. Mirábamos su comportamiento y le incrementábamos su límite de crédito. Ahora ya no podemos hacer eso. Para dar un aumento no lo podemos hacer si un cliente no nos demuestra cuáles son sus ingresos, porque no podemos darle el doble de sus ingresos, como límite de crédito.

¿No cree que con esta regulación, los usuarios aprenderán a usar una tarjeta de crédito de mejor manera?

Yo le hago otra pregunta: ¿Será ésta la mejor manera que aprenda a usar una tarjeta? Estamos de acuerdo con una regulación, una que dé reglas claras, tanto al tarjetahabiente como al emisor. Ha habido abusos, en especial en la parte de cobros, por eso la regulación es buena y es sana, siempre y cuando forme un ambiente de crecimiento de ambos lados. Ser transparente con el tarjetahabiente para que desde el principio sepa, el tipo de la tarjeta y qué tasa de interés se le está cobrando. Si el usuario no quiere que se le cobre cierta cantidad, no se le cobra y con esa información, el cliente puede tomar la decisión que le convenga. Entre más informada esté una persona, mejores decisiones tomará.

Como industria apuntamos a un cliente más informado, pero no por medio de poner precios tope y un proteccionismo al usuario. Se habla del hostigamiento en el cobro, esa parte de la ley es muy positiva, pero hay 1 millón de tarjetahabientes y un 4 por ciento está en mora y el otro 96 por ciento está bien. Con la protección a pocos, se perjudica al resto. Todos, como industria, no podemos quedar bien con el 100 por ciento de nuestros clientes por los problemas que suceden. Pero si nosotros como industria estamos cumpliendo con el 96 por ciento de tarjetahabientes, estamos muy bien.

¿Qué desventajas tendrá el usuario de tarjetas con esta ley?

Habrá restricción al crédito, y por el tema riesgo habrá menos gente que tenga acceso a tarjetas de crédito. El cliente tendrá que buscar otra manera de financiamiento y se irá a otro mercado menos favorable. Se reducirán o eliminarán los beneficios, es decir, los desayunos, millas, descuentos, etcétera, y será decisión de cada emisor qué incentivos ofrece. Habrá más efectivo en la calle y por motivos de seguridad, no es lo mismo que ande con una tarjeta, que con efectivo.

Esto representa pérdidas para las empresas emisoras, ¿a cuánto ascienden en todo el sistema, hay un dato aproximado?

Es un impacto muy fuerte. No tengo el dato preciso.

Cuando entre en vigencia la ley, ¿acudirán de nuevo a la Corte de Constitucionalidad y cuáles serían sus argumentos?
Cuando la tarjeta rebase su monto asignado, la van a bloquear o se ampliará el crédito

Dependerá de cada emisor si bloquea la tarjeta o le amplia el crédito. Decirle una postura como industria, no sería lo correcto.

Pero, por ejemplo, no le parece dañino que se amplíe el crédito del tarjetahabiente sin avisarle, porque puede llegar un momento que se endeude tanto que no pueda pagar

Es de puntos de vista. Hay que entender el rol de la tarjeta de crédito. Es diferente a un crédito de consumo. Supongamos  que el usuario se quedó sin trabajo y el tarjetahabiente nunca se acerca con nosotros para devolver la tarjeta porque ya no puede pagarla y en vez de decirnos: ´Miren señores me quedé sin trabajo y no puedo pagar la tarjeta porque no voy a tener ingresos ahorita´, lo que hace es usar su tarjeta de crédito, mientras consigue otro trabajo. Entonces, la persona, por razones de fuerza mayor se empieza a endeudar y obviamente llega a esos límites. Por eso le vuelvo a repetir la pregunta ¿será que con la ley fue la mejor forma de ver ese tema? Mi respuesta es no. Tiene que haber educación financiera. El cliente tiene que estar mejor informado, pero todos los clientes tenemos nuestro criterio, podemos tomar las decisiones que mejor nos competan.

¿Por qué será que el cliente cuando tiene una crisis no se acerca al banco?

Un temor, por ejemplo, puede ser que le quiten la tarjeta. Hay varias razones por las que no lo hace. La gente no tiene costumbre de seguros, pero todos somos sujetos que nos pase de una forma u otra.

¿Se puede renegociar una deuda de extrafinanciamiento con las leyes que están a punto de entrar en vigencia?

La ley no es retroactiva. Si usted tenía un acuerdo de pago establecido se respeta. Hay opciones que se pueden hacer, pero depende de cada emisor.