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Tony: ejemplo de un maestro que inspira

Redacción
04 de abril, 2016

Los maestros nos marcan – para bien o para mal – y un maestro puede continuar marcando aún a adultos. He tenido la oportunidad de observar a muchos maestros en el ejercicio de la docencia y hay un maestro a quien conocí ya de adulto y quien ha causado un profundo impacto en mí, no sólo por su capacidad de estimular el pensamiento y fomentar el aprendizaje de sus alumnos, sino también por su gran calidad humana.

En el año 2013 conocí a este personaje: un hombre en sus cincuentas, padre de tres, hijo respetuoso y cuando lo conocí, con 24 años de experiencia docente. Aunque lo vi en acción por primera vez en Guatemala, no es originario de nuestro país. En el primer curso que dio a docentes en Guatemala resaltó que el hermano Pedro de Betancur – al igual que él – era nativo de Tenerife, una de las siete islas principales que forma el archipiélago de las Islas Canarias que conforman una de las 17 comunidades autónomas de España. Las islas Canarias están situadas en el norte de África, cerca de las costas del Sur de Marruecos y del Sahara. Con un acento más parecido al cubano que al español, este maestro se volvió popular por dirigirse a cada persona como “guapo” o “guapa”, palabra usual en el léxico canario.

Antonio Ramón Martín Adrián – mejor conocido como Tony Martín – hace lo que más le gusta: fomentar el aprendizaje de los niños. En Tenerife trabaja con alumnos de primaria. Aunque es maestro general que da todas las materias de primaria, tiene una pasión por la educación Matemática. Pero más allá de esta pasión, se ha comprometido a compartir sus conocimientos y metodología con docenas de miles de maestros en diferentes partes del mundo, no sólo en su natal Tenerife, sino que a lo largo de toda España, México, Bolivia, Argentina, Paraguay, Uruguay y Guatemala. Tiene la capacidad de dar cursos de cinco horas de duración en donde cada minuto es valioso y no hay un momento en que pierda la atención de su audiencia.

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Tony ha visitado Guatemala anualmente desde el 2013 y no sólo ha maravillado a los docentes al presentarles su metodología mientras interactúa con videos en los que demuestra cómo sus alumnos trabajan y descubren la Matemática, sino que ha buscado ayudar a escuelas a tener material didáctico para el aprendizaje de sus alumnos. En cada visita a Guatemala dedica varias horas para comprar en el mercado estuches típicos, los cuales vende cuando regresa a España. Los réditos que obtiene los invierte para dotar a escuelas de material didáctico, asegurándose que aprendan a utilizarlo.

Pero lo que más me ha impresionado de Tony es su tenacidad por causar olas en la forma en que se enseña la Matemática. El conocido refrán “una golondrina no hace verano” no aplica para Tony. Viaja por distintas ciudades para enseñar a docentes cómo desarrollar el razonamiento lógico en sus alumnos. Creó un canal en YouTube para el beneficio de educadores por todo el mundo. En su página de Facebook publica a diario artículos para que los maestros mejoren su práctica en el aula y comparte gratuitamente libros y videos para actualizar a los docentes. Trabaja en la línea de investigación-acción y continuamente muestra como sus propios estudiantes razonan y aprenden. Creó una comunidad virtual de aprendizaje a través de un grupo de Whatsapp, motivando a que docentes de distintas partes del mundo compartan sus experiencias con sus alumnos. Cuando ya no hubo cabida en el grupo de Whatsapp, creó un grupo en Facebook y luego compartió con todo el que lo deseara, documentos, fotos, videos y libros para mejorar la educación Matemática. Creó “OAOA”, un movimiento que está agarrando gran auge y significa “Otros algoritmos para las operaciones aritméticas”. Este movimiento ha ido convirtiendo adeptos de distintas partes del mundo. He visto docenas de fotos de Tony en distintas ciudades presentando la bandera de OAOA, lo cual ya se empezó a replicar en distintos países; ya hay banderas de OAOA de España, Colombia, México, Brasil y Guatemala y la lista sigue creciendo.

Es impresionante que este maestro extraordinario no busca fama ni crédito por lo que está haciendo. Sólo busca desinteresadamente mejorar la educación – tanto en su país como en otros países. Silenciosamente, y sin buscar protagonismo, Tony ha hecho más por la educación de Guatemala que muchos de nuestros propios ciudadanos y sin embargo, ni vive en nuestro país ni tiene más que ganar que la satisfacción de haber incidido en mejorar la educación. Nos recuerda continuamente que “los algoritmos tradicionales han muerto” y que el desarrollo del razonamiento lógico es uno de los aspectos más importantes en el aprendizaje de Matemática, demostrando que aún pequeños de 6 años pueden desarrollar un nivel de razonamiento que a menudo no vemos siquiera en adultos.

Durante las visitas de Tony a Guatemala he tenido oportunidad de platicar con él durante horas de temas de educación, matemática, alienación parental, salud, familia y otras más. Su plática siempre es interesante. He disfrutado cada vez que toma fotos de su plato de comida para compartirlo por Internet. He escuchado su sensibilidad hacia los niños, su tenacidad en contra de la discriminación de género y su sencillez para escuchar empáticamente lo que otros tienen que decir.

Maestros como Tony son los que lograrán un cambio importante en la educación. Anhelo que muchos en Guatemala sigan su ejemplo, pues si esta golondrina está demostrando que solo puede hacer verano, el impacto de muchas personas juntas con la meta común de mejorar la educación puede tener la capacidad de cambiar viejos y arraigados paradigmas en beneficio de nuestra niñez. Esto me recuerda una frase del novelista británico Clive Staple Lewis (1898-1963), mejor conocido como C. S. Lewis y llamado Jack por sus amigos, quien escribió – entre otras obras – “Las crónicas de Narnia”, popularizadas tanto en el teatro como en el cine: “La tarea del educador moderno no es cortar selvas, sino regar los desiertos”.

Tony: ejemplo de un maestro que inspira

Redacción
04 de abril, 2016

Los maestros nos marcan – para bien o para mal – y un maestro puede continuar marcando aún a adultos. He tenido la oportunidad de observar a muchos maestros en el ejercicio de la docencia y hay un maestro a quien conocí ya de adulto y quien ha causado un profundo impacto en mí, no sólo por su capacidad de estimular el pensamiento y fomentar el aprendizaje de sus alumnos, sino también por su gran calidad humana.

En el año 2013 conocí a este personaje: un hombre en sus cincuentas, padre de tres, hijo respetuoso y cuando lo conocí, con 24 años de experiencia docente. Aunque lo vi en acción por primera vez en Guatemala, no es originario de nuestro país. En el primer curso que dio a docentes en Guatemala resaltó que el hermano Pedro de Betancur – al igual que él – era nativo de Tenerife, una de las siete islas principales que forma el archipiélago de las Islas Canarias que conforman una de las 17 comunidades autónomas de España. Las islas Canarias están situadas en el norte de África, cerca de las costas del Sur de Marruecos y del Sahara. Con un acento más parecido al cubano que al español, este maestro se volvió popular por dirigirse a cada persona como “guapo” o “guapa”, palabra usual en el léxico canario.

Antonio Ramón Martín Adrián – mejor conocido como Tony Martín – hace lo que más le gusta: fomentar el aprendizaje de los niños. En Tenerife trabaja con alumnos de primaria. Aunque es maestro general que da todas las materias de primaria, tiene una pasión por la educación Matemática. Pero más allá de esta pasión, se ha comprometido a compartir sus conocimientos y metodología con docenas de miles de maestros en diferentes partes del mundo, no sólo en su natal Tenerife, sino que a lo largo de toda España, México, Bolivia, Argentina, Paraguay, Uruguay y Guatemala. Tiene la capacidad de dar cursos de cinco horas de duración en donde cada minuto es valioso y no hay un momento en que pierda la atención de su audiencia.

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Tony ha visitado Guatemala anualmente desde el 2013 y no sólo ha maravillado a los docentes al presentarles su metodología mientras interactúa con videos en los que demuestra cómo sus alumnos trabajan y descubren la Matemática, sino que ha buscado ayudar a escuelas a tener material didáctico para el aprendizaje de sus alumnos. En cada visita a Guatemala dedica varias horas para comprar en el mercado estuches típicos, los cuales vende cuando regresa a España. Los réditos que obtiene los invierte para dotar a escuelas de material didáctico, asegurándose que aprendan a utilizarlo.

Pero lo que más me ha impresionado de Tony es su tenacidad por causar olas en la forma en que se enseña la Matemática. El conocido refrán “una golondrina no hace verano” no aplica para Tony. Viaja por distintas ciudades para enseñar a docentes cómo desarrollar el razonamiento lógico en sus alumnos. Creó un canal en YouTube para el beneficio de educadores por todo el mundo. En su página de Facebook publica a diario artículos para que los maestros mejoren su práctica en el aula y comparte gratuitamente libros y videos para actualizar a los docentes. Trabaja en la línea de investigación-acción y continuamente muestra como sus propios estudiantes razonan y aprenden. Creó una comunidad virtual de aprendizaje a través de un grupo de Whatsapp, motivando a que docentes de distintas partes del mundo compartan sus experiencias con sus alumnos. Cuando ya no hubo cabida en el grupo de Whatsapp, creó un grupo en Facebook y luego compartió con todo el que lo deseara, documentos, fotos, videos y libros para mejorar la educación Matemática. Creó “OAOA”, un movimiento que está agarrando gran auge y significa “Otros algoritmos para las operaciones aritméticas”. Este movimiento ha ido convirtiendo adeptos de distintas partes del mundo. He visto docenas de fotos de Tony en distintas ciudades presentando la bandera de OAOA, lo cual ya se empezó a replicar en distintos países; ya hay banderas de OAOA de España, Colombia, México, Brasil y Guatemala y la lista sigue creciendo.

Es impresionante que este maestro extraordinario no busca fama ni crédito por lo que está haciendo. Sólo busca desinteresadamente mejorar la educación – tanto en su país como en otros países. Silenciosamente, y sin buscar protagonismo, Tony ha hecho más por la educación de Guatemala que muchos de nuestros propios ciudadanos y sin embargo, ni vive en nuestro país ni tiene más que ganar que la satisfacción de haber incidido en mejorar la educación. Nos recuerda continuamente que “los algoritmos tradicionales han muerto” y que el desarrollo del razonamiento lógico es uno de los aspectos más importantes en el aprendizaje de Matemática, demostrando que aún pequeños de 6 años pueden desarrollar un nivel de razonamiento que a menudo no vemos siquiera en adultos.

Durante las visitas de Tony a Guatemala he tenido oportunidad de platicar con él durante horas de temas de educación, matemática, alienación parental, salud, familia y otras más. Su plática siempre es interesante. He disfrutado cada vez que toma fotos de su plato de comida para compartirlo por Internet. He escuchado su sensibilidad hacia los niños, su tenacidad en contra de la discriminación de género y su sencillez para escuchar empáticamente lo que otros tienen que decir.

Maestros como Tony son los que lograrán un cambio importante en la educación. Anhelo que muchos en Guatemala sigan su ejemplo, pues si esta golondrina está demostrando que solo puede hacer verano, el impacto de muchas personas juntas con la meta común de mejorar la educación puede tener la capacidad de cambiar viejos y arraigados paradigmas en beneficio de nuestra niñez. Esto me recuerda una frase del novelista británico Clive Staple Lewis (1898-1963), mejor conocido como C. S. Lewis y llamado Jack por sus amigos, quien escribió – entre otras obras – “Las crónicas de Narnia”, popularizadas tanto en el teatro como en el cine: “La tarea del educador moderno no es cortar selvas, sino regar los desiertos”.