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Del New York Times, la ONU y la Inexperiencia de Morales

Redacción
20 de abril, 2016

En política existe una dinámica constante en donde factores como los tiempos, el contexto, la retórica y los simbolismos interactúan y convergen para crear condiciones, ya sean favorables o desfavorables. En muchas ocasiones, son momentos claves los que pueden dimensionar o consolidar el legado de un político. En el caso de John F. Kennedy, recordamos su frase en el discurso inaugural de 1961: “no preguntes lo que el país puede hacer por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tu país”. En Guatemala, recordamos a Kjell Laugerud con su frase “Guatemala está herida, pero no de muerte” inmediatamente después del terremoto de 1976.

Si bien puede llegar incluso a ser injusto, son estos momentos específicos los que se graban en la memoria colectiva, incluso más que políticas públicas, acciones y proyectos de políticos y su consecuente legado.

Cumpliendo los 100 días de gestión del presidente Jimmy Morales, hemos sido testigos de muchos momentos desafortunados en materia de comunicación política que, lejos de ayudar a construir un legado favorable, contribuyen a su temprano deterioro –desde las juras a la bandera, los recursos retóricos anticuados, constantes fricciones con la prensa, el discurso bajo el sol en la escuela…hasta llegar a esta semana con su entrevista al New York Times y su discurso en la ONU, este último siendo la gran excepción a la regla.

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La entrevista de Morales con el New York Times, dada la importancia del medio y el alcance de su audiencia mundial, se constituía como una gran oportunidad para abarcar y tomar posiciones inteligentes que conciernen a Guatemala, especialmente con su relación con Estados Unidos. Dentro de las diversas declaraciones falaces e incluso ingenuas (lo cual no debería ser aceptable para un jefe de Estado), resalta la siguiente, la cual es a lo mínimo lamentable e incluso insultante:
– ¿Cómo le contesta al señor Donald Trump su propuesta del muro?
– Al señor que ofrece construir el muro le ofrezco mano de obra barata. Tenemos muy mano de obra y con gusto le construimos. Nos dice las dimensiones y tenemos capacidades para hacerlo.

 Puedo entender el supuesto sarcasmo en la respuesta de Morales pero no es ni el lugar, ni el momento y mucho menos puede salir de la boca de un mandatario latinoamericano quien, con su respuesta supone un retroceso para la causa migrante, minimiza modelo económico del Guatemala (reduciéndolo a mano de obra barata, cual país bananero) e insulta a los mismos inmigrantes.

En contraste, el día siguiente, Morales disertó frente a la Asamblea General de la ONU un discurso coherente, mesurado y objetivo en relación a la guerra en contra de las drogas, enfatizando el enfoque humano e integral de las políticas a implementar. ¿Debemos tal contraste de retórica al contexto o al hecho que su discurso fue premeditado y, en su defecto, previamente pulido, editado y asesorado? Desafortunadamente, todo indica que fue lo segundo, evidenciando así la inexperiencia y falta de preparación de Morales para conducirse en contextos más causales.

De verdad espero que el momento que nos venga a la mente cuando en un futuro nos recordemos de Morales no sea su nefasta respuesta de mano de obra barata al New York Times. Para los cambios políticos y sociales que ha experimentado el país, Guatemala merece mucho más que esto. Morales continúa coleccionando momentos desafortunados en materia de comunicación política en su corta gestión que denotan una pobre preparación y falta de estrategia de gobierno. Los guatemaltecos estamos pagando la inexperiencia de Morales, un presidente que no ha sabido acuerpar las demandas de la Plaza.

Jorge V. Ávila Prera
@jorgeavilaprera

Del New York Times, la ONU y la Inexperiencia de Morales

Redacción
20 de abril, 2016

En política existe una dinámica constante en donde factores como los tiempos, el contexto, la retórica y los simbolismos interactúan y convergen para crear condiciones, ya sean favorables o desfavorables. En muchas ocasiones, son momentos claves los que pueden dimensionar o consolidar el legado de un político. En el caso de John F. Kennedy, recordamos su frase en el discurso inaugural de 1961: “no preguntes lo que el país puede hacer por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tu país”. En Guatemala, recordamos a Kjell Laugerud con su frase “Guatemala está herida, pero no de muerte” inmediatamente después del terremoto de 1976.

Si bien puede llegar incluso a ser injusto, son estos momentos específicos los que se graban en la memoria colectiva, incluso más que políticas públicas, acciones y proyectos de políticos y su consecuente legado.

Cumpliendo los 100 días de gestión del presidente Jimmy Morales, hemos sido testigos de muchos momentos desafortunados en materia de comunicación política que, lejos de ayudar a construir un legado favorable, contribuyen a su temprano deterioro –desde las juras a la bandera, los recursos retóricos anticuados, constantes fricciones con la prensa, el discurso bajo el sol en la escuela…hasta llegar a esta semana con su entrevista al New York Times y su discurso en la ONU, este último siendo la gran excepción a la regla.

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La entrevista de Morales con el New York Times, dada la importancia del medio y el alcance de su audiencia mundial, se constituía como una gran oportunidad para abarcar y tomar posiciones inteligentes que conciernen a Guatemala, especialmente con su relación con Estados Unidos. Dentro de las diversas declaraciones falaces e incluso ingenuas (lo cual no debería ser aceptable para un jefe de Estado), resalta la siguiente, la cual es a lo mínimo lamentable e incluso insultante:
– ¿Cómo le contesta al señor Donald Trump su propuesta del muro?
– Al señor que ofrece construir el muro le ofrezco mano de obra barata. Tenemos muy mano de obra y con gusto le construimos. Nos dice las dimensiones y tenemos capacidades para hacerlo.

 Puedo entender el supuesto sarcasmo en la respuesta de Morales pero no es ni el lugar, ni el momento y mucho menos puede salir de la boca de un mandatario latinoamericano quien, con su respuesta supone un retroceso para la causa migrante, minimiza modelo económico del Guatemala (reduciéndolo a mano de obra barata, cual país bananero) e insulta a los mismos inmigrantes.

En contraste, el día siguiente, Morales disertó frente a la Asamblea General de la ONU un discurso coherente, mesurado y objetivo en relación a la guerra en contra de las drogas, enfatizando el enfoque humano e integral de las políticas a implementar. ¿Debemos tal contraste de retórica al contexto o al hecho que su discurso fue premeditado y, en su defecto, previamente pulido, editado y asesorado? Desafortunadamente, todo indica que fue lo segundo, evidenciando así la inexperiencia y falta de preparación de Morales para conducirse en contextos más causales.

De verdad espero que el momento que nos venga a la mente cuando en un futuro nos recordemos de Morales no sea su nefasta respuesta de mano de obra barata al New York Times. Para los cambios políticos y sociales que ha experimentado el país, Guatemala merece mucho más que esto. Morales continúa coleccionando momentos desafortunados en materia de comunicación política en su corta gestión que denotan una pobre preparación y falta de estrategia de gobierno. Los guatemaltecos estamos pagando la inexperiencia de Morales, un presidente que no ha sabido acuerpar las demandas de la Plaza.

Jorge V. Ávila Prera
@jorgeavilaprera