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Agua con la Ley de Aguas

Ramon Parellada
21 de abril, 2016

De nuevo, una ley de Aguas está discutiéndose en el Congreso. La intención de los proponentes es que se aproveche mejor el agua, que sea suficientemente abundante y limpia para todos. Sin embargo, de buenas intenciones está pavimentado el camino el infierno. No bastan las buenas intenciones, hay que ver las consecuencias y esta ley traerá resultados contrarios a los esperados por ignorar los incentivos que pueden hacer que el agua sea más abundante, limpia y barata para todos.

Primero veamos en forma objetiva cuál es la realidad. Hace 6 años, “National Geographic” publicó un interesantísimo reporte especial sobre el agua. Físicamente hay suficiente agua en el mundo. Pero el 97% es salada. El 3% restante es dulce. De esta cantidad, casi el 70% está contenida en hielo y nieve. El restante 30% de agua dulce es el que utilizamos para nuestros cultivos, para la industria y para uso personal.

El agua dulce que utilizamos está en lagos, ríos y en el subsuelo. Cada año se renueva esa cantidad de agua gracias a las lluvias. Sin embargo, ocurre que en la gran mayoría de países donde la escasez es más crítica se ha subsidiado el uso de agua y prácticamente se otorga al usuario sin que pague el verdadero costo por tenerla entubada y potable en sus casas. En Estados Unidos mucha agricultura existe debido a que los agricultores consiguen el agua casi en forma gratuita pero esto va a cambiar en el futuro.

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Por otro lado, cada día vemos más contaminados los ´ríos, lagos y hasta el agua que hay en el subsuelo. Esto ocurre principalmente en los países más pobres como Guatemala. De nuevo, la falta de derechos de propiedad bien claros, definidos y protegidos hace que el agua se contamine sin que nadie haga nada al respecto. El hecho que el gobierno sea dueño de los ríos, lagos y agua del subsuelo hace que todos piensen que el agua es de ellos y lo que es de todos termina siendo de nadie. La pobreza es también parte de la razón de la contaminación de los ríos, lagos y el agua del subsuelo debido a que las aguas negras no son tratadas adecuadamente y se vierten preciosamente en los ´ríos o en el subsuelo. La mayoría de ríos y lagos de Guatemala están contaminados con heces fecales y E. Coli.

Los conflictos sociales surgen precisamente donde no hay propiedad privada clara, bien definida y protegida precisamente porque todos quieren llevar agua a su molino sin pagar por ella. Entran en conflicto personas que quieren el agua para diferentes usos, unos para la agricultura, otros para fines recreativos y otros para consumo, entre otras cosas.

El agua dulce y limpia, es un bien económico escaso, la solución para que alcance para todos, que se evite su contaminación y no falte es el establecimiento de derechos de propiedad privada bien claros, definidos y protegidos así como la libertad en establecer precios de mercado sin intervención de ningún gobierno.

Nadie tiene problema para encontrar agua limpia embotellada o en bolsas plásticas en cualquier lugar del país, incluso en los lugares más remotos al que uno puede acceder. Es increíble cómo el mercado ha detectado esta demanda por un lado y la ha satisfecho con una oferta que ha llenado todos los nichos de la misma. Gracias a esta agua limpia muchas personas han evitado contaminarse al tomar agua que no está limpia. Posiblemente se han salvado muchas vidas gracias al agua limpia en botellas y bolsas plásticas. Y nadie lo planificó, nadie lo estableció como una política de estado. Fue la empresarialidad gracias a que se detectó una necesidad que se convirtió en una demanda real y que un grupo de personas que hoy compiten entre sí satisficieron en forma eficiente y barata. Al precio de mercado, todos consiguen agua potable embotellada o en bolsita. No hay escasez.

Esto mismo debería poder ocurrir a nivel de otros usos para el agua limpia como el agua entubada que llega a los hogares. Hay quienes tienen este servicio pero sólo reciben agua un par de horas al día, con suerte. Quienes no tienen el servicio compran el agua de camiones que la venden luego por cubetas o toneles a un precio que es diez veces mayor que el agua entubada. También el agua de los ríos, lagos y subsuelo se protegerían de mejor manera y sería menos escasa porque los propietarios pelearían contra los contaminadores, ya sean privados o públicos (municipalidades, etc…).
¿Por qué no tenemos hay tan poco o casi ninguna inversión en grandes proyectos que vengan agua limpia y potable entubada pero no hay problema con el agua potable embotellada o en bolsas plásticas? La razón está en las reglas del juego. En el caso de agua embotellada y en bolsas plásticas no hay tantas limitaciones como en el agua entubada. Hay inversiones y competencia, hay además libertad para que cualquiera pueda producir y distribuir la misma, existe también competencia y el precio de mercado no está intervenido. Al contrario, en el caso del agua entubada hay mil y una restricciones gubernamentales, permisos municipales y una serie de limitaciones que ahuyentan las inversiones privadas en este sector.

Si el principal objetivo de la nueva Ley de Aguas es que esta sea abundante y barata para todos pero que además se ayude a preservar los recursos hídricos del país entonces el camino más eficiente para lograrlo es definir los derechos de propiedad para que sean privados a toda fuente de agua potable como ríos, lagos y la que está en el subsuelo. El concepto de dominio público es uno de los más dañinos que hay a la hora de tratar que un bien sea más accesible a todos. Dejar el agua en manos privadas es la mejor solución a la escasez y calidad de la misma.

Si tengo que pagar el precio de mercado y no un precio subsidiado por el agua entonces voy a hacer un uso racional de la misma evitando desperdicio. Si la oferta del agua se vuelve relativamente más escasa en relación a su demanda entonces el precio se incrementará libremente permitiendo que las misma se reaccione y alcance para todos. Lo mismo ocurrirá cuando la escasez relativa disminuya en relación a la demanda debido a que ingresen más competidores al mercado, el precio caerá y se podrá utilizar más de la misma. Cuando el precio no es mentiroso, sino el de mercado, uno hace un uso racional del recurso escaso eliminando o disminuyendo aquellos usos marginales, es decir, los que menos urgencia tengo de ellos. Por ejemplo, uno dejaría de regar el jardín si el agua se volvería muy escasa y cara. O bien lavaría el carro con cubeta y no con la manguera dejando que se desperdicie el agua.

Los pobres que viven en áreas marginales no tienen agua entubada y pagan mucho más que los que sí la tienen. Pero debido a todos estos problemas de falta de propiedad y reglas claras nadie quiere invertir para llevarles agua entubada. La demanda está ahí. Sería más económico entubarla que lo que se está haciendo ahora al llevarla por camión. Ellos la comprarían a menor precio, la tendrían cuando la quieran y experimentarían un incremento en sus ingresos reales por el ahorro obtenido al no tener que pagar más el precio por cubeta o tonel.

Hay mucho más que decir sobre este tema. Para efectos de la ley, estos han sido los principales argumentos. Si queremos agua limpia y abundante para todos debemos dejar que el mercado funcione estableciendo derechos de propiedad privada a las fuentes de agua del país. Así de sencillo. Así funciona. Esto es objetivo y no ideológico. Las consecuencias irán de la mano con las intenciones y no como actualmente se pretende hacer.

Si Ud. quiere entender más sobre este tema le recomiendo ingresar a la página de la Red de Amigos de la Naturaleza (RANA) donde explican con toda claridad los problemas del agua y sus soluciones bajo el título de “agua con la ley de aguas”: (http://redrana.org/index.php/Aguas_con_la_Ley_de_Aguas).

Agua con la Ley de Aguas

Ramon Parellada
21 de abril, 2016

De nuevo, una ley de Aguas está discutiéndose en el Congreso. La intención de los proponentes es que se aproveche mejor el agua, que sea suficientemente abundante y limpia para todos. Sin embargo, de buenas intenciones está pavimentado el camino el infierno. No bastan las buenas intenciones, hay que ver las consecuencias y esta ley traerá resultados contrarios a los esperados por ignorar los incentivos que pueden hacer que el agua sea más abundante, limpia y barata para todos.

Primero veamos en forma objetiva cuál es la realidad. Hace 6 años, “National Geographic” publicó un interesantísimo reporte especial sobre el agua. Físicamente hay suficiente agua en el mundo. Pero el 97% es salada. El 3% restante es dulce. De esta cantidad, casi el 70% está contenida en hielo y nieve. El restante 30% de agua dulce es el que utilizamos para nuestros cultivos, para la industria y para uso personal.

El agua dulce que utilizamos está en lagos, ríos y en el subsuelo. Cada año se renueva esa cantidad de agua gracias a las lluvias. Sin embargo, ocurre que en la gran mayoría de países donde la escasez es más crítica se ha subsidiado el uso de agua y prácticamente se otorga al usuario sin que pague el verdadero costo por tenerla entubada y potable en sus casas. En Estados Unidos mucha agricultura existe debido a que los agricultores consiguen el agua casi en forma gratuita pero esto va a cambiar en el futuro.

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Por otro lado, cada día vemos más contaminados los ´ríos, lagos y hasta el agua que hay en el subsuelo. Esto ocurre principalmente en los países más pobres como Guatemala. De nuevo, la falta de derechos de propiedad bien claros, definidos y protegidos hace que el agua se contamine sin que nadie haga nada al respecto. El hecho que el gobierno sea dueño de los ríos, lagos y agua del subsuelo hace que todos piensen que el agua es de ellos y lo que es de todos termina siendo de nadie. La pobreza es también parte de la razón de la contaminación de los ríos, lagos y el agua del subsuelo debido a que las aguas negras no son tratadas adecuadamente y se vierten preciosamente en los ´ríos o en el subsuelo. La mayoría de ríos y lagos de Guatemala están contaminados con heces fecales y E. Coli.

Los conflictos sociales surgen precisamente donde no hay propiedad privada clara, bien definida y protegida precisamente porque todos quieren llevar agua a su molino sin pagar por ella. Entran en conflicto personas que quieren el agua para diferentes usos, unos para la agricultura, otros para fines recreativos y otros para consumo, entre otras cosas.

El agua dulce y limpia, es un bien económico escaso, la solución para que alcance para todos, que se evite su contaminación y no falte es el establecimiento de derechos de propiedad privada bien claros, definidos y protegidos así como la libertad en establecer precios de mercado sin intervención de ningún gobierno.

Nadie tiene problema para encontrar agua limpia embotellada o en bolsas plásticas en cualquier lugar del país, incluso en los lugares más remotos al que uno puede acceder. Es increíble cómo el mercado ha detectado esta demanda por un lado y la ha satisfecho con una oferta que ha llenado todos los nichos de la misma. Gracias a esta agua limpia muchas personas han evitado contaminarse al tomar agua que no está limpia. Posiblemente se han salvado muchas vidas gracias al agua limpia en botellas y bolsas plásticas. Y nadie lo planificó, nadie lo estableció como una política de estado. Fue la empresarialidad gracias a que se detectó una necesidad que se convirtió en una demanda real y que un grupo de personas que hoy compiten entre sí satisficieron en forma eficiente y barata. Al precio de mercado, todos consiguen agua potable embotellada o en bolsita. No hay escasez.

Esto mismo debería poder ocurrir a nivel de otros usos para el agua limpia como el agua entubada que llega a los hogares. Hay quienes tienen este servicio pero sólo reciben agua un par de horas al día, con suerte. Quienes no tienen el servicio compran el agua de camiones que la venden luego por cubetas o toneles a un precio que es diez veces mayor que el agua entubada. También el agua de los ríos, lagos y subsuelo se protegerían de mejor manera y sería menos escasa porque los propietarios pelearían contra los contaminadores, ya sean privados o públicos (municipalidades, etc…).
¿Por qué no tenemos hay tan poco o casi ninguna inversión en grandes proyectos que vengan agua limpia y potable entubada pero no hay problema con el agua potable embotellada o en bolsas plásticas? La razón está en las reglas del juego. En el caso de agua embotellada y en bolsas plásticas no hay tantas limitaciones como en el agua entubada. Hay inversiones y competencia, hay además libertad para que cualquiera pueda producir y distribuir la misma, existe también competencia y el precio de mercado no está intervenido. Al contrario, en el caso del agua entubada hay mil y una restricciones gubernamentales, permisos municipales y una serie de limitaciones que ahuyentan las inversiones privadas en este sector.

Si el principal objetivo de la nueva Ley de Aguas es que esta sea abundante y barata para todos pero que además se ayude a preservar los recursos hídricos del país entonces el camino más eficiente para lograrlo es definir los derechos de propiedad para que sean privados a toda fuente de agua potable como ríos, lagos y la que está en el subsuelo. El concepto de dominio público es uno de los más dañinos que hay a la hora de tratar que un bien sea más accesible a todos. Dejar el agua en manos privadas es la mejor solución a la escasez y calidad de la misma.

Si tengo que pagar el precio de mercado y no un precio subsidiado por el agua entonces voy a hacer un uso racional de la misma evitando desperdicio. Si la oferta del agua se vuelve relativamente más escasa en relación a su demanda entonces el precio se incrementará libremente permitiendo que las misma se reaccione y alcance para todos. Lo mismo ocurrirá cuando la escasez relativa disminuya en relación a la demanda debido a que ingresen más competidores al mercado, el precio caerá y se podrá utilizar más de la misma. Cuando el precio no es mentiroso, sino el de mercado, uno hace un uso racional del recurso escaso eliminando o disminuyendo aquellos usos marginales, es decir, los que menos urgencia tengo de ellos. Por ejemplo, uno dejaría de regar el jardín si el agua se volvería muy escasa y cara. O bien lavaría el carro con cubeta y no con la manguera dejando que se desperdicie el agua.

Los pobres que viven en áreas marginales no tienen agua entubada y pagan mucho más que los que sí la tienen. Pero debido a todos estos problemas de falta de propiedad y reglas claras nadie quiere invertir para llevarles agua entubada. La demanda está ahí. Sería más económico entubarla que lo que se está haciendo ahora al llevarla por camión. Ellos la comprarían a menor precio, la tendrían cuando la quieran y experimentarían un incremento en sus ingresos reales por el ahorro obtenido al no tener que pagar más el precio por cubeta o tonel.

Hay mucho más que decir sobre este tema. Para efectos de la ley, estos han sido los principales argumentos. Si queremos agua limpia y abundante para todos debemos dejar que el mercado funcione estableciendo derechos de propiedad privada a las fuentes de agua del país. Así de sencillo. Así funciona. Esto es objetivo y no ideológico. Las consecuencias irán de la mano con las intenciones y no como actualmente se pretende hacer.

Si Ud. quiere entender más sobre este tema le recomiendo ingresar a la página de la Red de Amigos de la Naturaleza (RANA) donde explican con toda claridad los problemas del agua y sus soluciones bajo el título de “agua con la ley de aguas”: (http://redrana.org/index.php/Aguas_con_la_Ley_de_Aguas).